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Categoría: Parejas

Un sueño muy raro.

No se si fue un sueño o una pesadilla, solo se qué me quede con las ganas de seguir disfrutando de aquél sueño qué me estaba haciendo muy feliz. Soñaba qué estaba pérdida en un bosque, y no podia divisar la salida. Tenia mucho miedo, oscurecia y se me hacia más difícil ver por donde caminaba. Me senté en la yerba para descansar mis piernas. En eso escuche un ruido bastante fuerte, parecían las patas de un animal corriendo. Eso me dio más miedo, me acurruqué conmigo misma, junte mis brazos con mis piernas. En eso sentí una voz muy gruesa y muy cerquita de mi. "¿Qué haces aquí solita en el medio del bosque? ¿De quién te escondes?" Miré para ver quién me hablaba...... qué sorpresa..... no podia ser...... era un caballo qué hablaba. Lo observé muy, pero muy bien. ¿Cómo era posible qué un caballo hablara? ¿Me estaria volviendo loca? El temor qué sentia quizás me estaba haciendo ver cosas. El caballo era hermoso, color castaño, con unos ojos grandes y negros cómo el azabache. Yo le tengo mucho miedo a los caballos y a los burros, también a los perros grandes, todo animal qué sea grande a mi da temor. Pero cuando miré bien al caballo no me dio tanto miedo. Se veia tranquilo, no parecía salvaje, tampoco parecia un caballo de paso fino. Era un caballo normal qué me miraba cómo si fuera humano, sus ojos tan brillantes le daban luz a aquél bosque tan oscuro cómo la boca de un lobo. De momento aquél caballo se transformaba en un hombre alto, fornido, con una cara bonita y dulce. Asi parecia verlo yo, pero no, era un caballo qué me hablaba, me sonreia y me miraba con una mirada muy dulce. ¿Qué estaba pasando conmigo? ¿Acaso me quedé dormida y todo eso era una triste pesadilla?. Le perdi el miedo al caballo, comenzó a gustarme. Me invitó a dar un paseo y sacarme de ese bosque peligroso. No lo pense dos veces y me monté en el lomo de aquél hermoso caballo. El caballo corria de prisa para despues detenerse y correr suavemente. Yo en su lomo me subia y me bajaba, sentia dolor entre mis piernas, porque aquél caballo no tenia silla de montar. Pero era un dolor placentero, el caballo corria y corria, y yo subiendo y bajando, cómo si estuviera brincando para arriba y para abajo. ¡Qué felicidad, cómo me gustaba estar
montada en ese lomo, duro pero a la misma vez muy confortable! El caballo relinchaba y me decia lo mucho qué yo le gustaba y lo mucho qué disfrutaba teniendome encima de él. Yo le decía qué a mi me gustaba estar montada en su lomo aunque lastimara mis nalgas y mis entrepiernas. Llegamos aun sitio solitario pero con luz, ya estabamos fuera del bosque. El caballo estaba cansado, al igual yo y un poco adolorida. Me pidió qué descansaramos un rato y asi lo hicimos. Nos acostamos en la yerba húmeda y el caballo se acercó a mi y comenzó a besarme, yo me quedé asombrada, no besaba cómo un animal, besaba cómo un hombre. ¿Acaso aquél caballo era un principe, cómo el cuento del sapo? Por momentos lo veía cómo hombre, su cabello largo y canoso, para despues volver a verlo cómo caballo, con una cola larga, muy bonita y también canosa. Me besaba mi boca y acariciaba mi cuerpo, a mi me gustaban sus caricias y sus besos. No me resistí, aquél caballo me hacía muy feliz.

Cuando yo lo abrazaba sentía qué estaba abrazando a un hombre y no a un animal. Sus labios eran gruesos y jugosos. Aquél caballo, qué ni su nombre sabia, me confesó dulcemente qué me deseaba y qué queria hacer el amor conmigo. ¿Hacer el amor yo con un caballo? ¡Ni loca, era un animal y yo un ser humano! Pero cuándo lo miré para decirle qué estaba loco y qué nunca haria yo algo así, volví a ver a aquél hombre guapo, fornido, con su cabello canoso. Entonces no me pude negar, era una extraña atracción lo qué yo sentía por aquél caballo, qué de momento se convertía en hombre. Me gustaba su manera de ser, su ternura. Comenzamos a hacer el amor, era un placer enorme lo qué yo sentía.... algo muy diferente...... me besaba y me decia cosas bonitas. Cuándo yo comenzaba a disfrutar de aquél placer qué no era de este mundo.........desperté. Miré para todos lados, buscando a aquél hermoso caballo. Entonces me di cuenta qué solo había sido un sueño o quizás una pesadilla. Lo mejor del sueño me lo perdí al despertar. Ahora todas las noches me acuestó pensando en aquél hermoso caballo, qué se convertia en hombre. Quiero qué el sueño se repita para terminar mi noche de amor con aquél animal o... hombre. Aunque prefiero qué sea hombre y no caballo. Pero no he vuelto a soñar con aquél hermoso animal. Ahora cuando miró los caballos me viene a la mente aquél sueño raro. ¡Cómo quisiera qué un día tocara alguién a mi puerta para decirme, "yo soy lo qué buscabas, no soy un caballo, me he convertido en hombre para darte todo mi amor, toda mi pasión y hacerte feliz, no me importa nada más" Estoy volviendo a soñar, pero despierta, porque no todos los sueños se hacen realidad, pero vale la pena soñar y soñar no cuesta nada. Ya me tengo que ir a dormir, estoy muy cansada. Quizás aquél caballo qué por una noche me hizo feliz, me venga a rescatar y montada en su lomo, correrá sin parar hasta sacarme de la ciudad. Y allí convertido en hombre me pedirá qué hagamos el amor... y yo no se qué le voy a contestar. Porque temo qué me vuelva a despertar.
Datos del Relato
  • Categoría: Parejas
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