Esta historia es real, no obstante demito de poner nombres reales, pues aunque en el mundo hay muchas mujeres con el mismo nombre que la protagonista, aun así, a pesar de todo, hay que guardar un cierto respeto por la misma, aunque la frase en si suene a burla.
Claudia (como llamaré a la protagonista) era una de esas jóvenes venidas de una familia disfuncional. Su mamá se había casado con un tipo que, de buenas a primeras le confesó un día a su mujer que ella no era la primera en su vida, sino que él ya tenía otra esposa, con la cual tenía ya hijos. Una noticia como aquella no creo que pueda ser asimilada de manera tan natural. Y la mujer fue sumida en la amargura. Eso conlleva a llevar una vida de acciones nefastas. Una mujer dolida no está capacitada para dar apoyo a sus hijos. Y Claudia fue victima del mal proceder de su padre y del dislate de su madre.
Ella, como muchas personas en este país, ha sido educada de manera burda. Tenía la necesidad de ser aceptada por al menos por gente nociva. Su grupo de amigos gustaba de ingerir alcohol y otras drogas. Claudia no se drogaba, pero en las fiestas, para sentirse parte del grupo le daba por tomar de más. Eso fue lo que la perjudicó.
Era cumpleaños de un de los amigos del grupo. Ya se sabe, si no hay bebida no hay fiesta. Así que estuvimos ambientados. Bailamos entre y tomamos a más no poder. Claudia estaba sólo un poco pasada de copas, pero no tanto como para perder el sentido de las cosas. Yo igual no había tomado más que una sola cerveza. Era como si quisiera hacer algo interesante, y que por eso no quería emborracharme. Así fue. Pude ver como Claudia, de haber estado un poco bebida, se iba acrecentando su estado y se ponía de lo más borracha. Ella no era la única que estaba en ese estado, sino todos los demás. Ya entrada la noche, Claudia se quedó tirada en uno de los sillones. Yo me le acerqué y le hablé al oído. Le pregunté si quería seguir ahí o quería irse. A lo que ella me respondió, con cierta dificulta, que quería irse. Que la llevara a su casa. Como ya les dije antes, yo solamente me había tomado una cerveza, y ya se me estaba bajando. Así que pude cargar a Claudia hasta mi coche.
Ya de camino a casa de Claudia, tuve una “grandiosa idea”. Aquella que fue la causa de todo. No llevaría a Claudia a su casa, sino a la mía. Habría que ser tonto para no aprovechar la situación.
Llegamos a mi casa. Claudia todavía estaba aturdida por el alcohol, pero aun así pudo caminar, claro que con mi ayuda. La llevé a mi recamara. Ahí la acosté en la cama y sin esfuerzo comencé a quitarle la ropa. Ella quedó totalmente desnuda. Yo me desnudé también.
Lo primero que hice fue lamer su vagina. Ella suspiraba. Medio se revolvía, pero estaba tan borracha que no podía hacer más. Le metía mis dedos y la lengua por su vagina. Luego me fui hasta sus pechos y comencé a chuparlos. Eran muy ricos. Ella ni siquiera podía hablar. Luego de un rato amamantándome, le puse mi pene en su boca, pero estaba tan borracha que no podía chupármela. Así que fui al punto. Metí mi pene por su vagina. Fue de manera suave, pues no quería yo que se despertara. Ella gimió, pero siguió sin reaccionar. Yo con mi pene dentro de su vagina. Lo metía y lo sacaba suavemente, no sólo para que Claudia no se despertara, sino para disfrutar el momento. Luego de un rato así, sentí como me venía, pero no quise que fuera dentro de ella, así que lo saqué de su parte y se lo puse en la cara. Irremediable. Eyaculé en su cara. Fue impresionante. Ella estaba tan bebida que no reaccionaba, sino que solamente hacía gestos al ser eyaculada.
Yo quedé rendido. Me acosté junto a Claudia y el sueño comenzó a vencerme. Y entre que me dormía, me acordé que a Claudia le había quedado la cara batida con mi semen. Pero no me importó. La dejé así.
Al otro día fue el acabose, pues sentí una patada que me despertaba. Era mi familia que estaba frente a mi cama. Vieron la escena de mí con una mujer desnuda en la cama. Me gritaban ¿que qué pendejadas eran esas? Con aquellos gritos Claudia se despertó. Se dio cuenta de todo al verse desnuda. El semen en su cara ya se había secado. Gritó y mi padre me dio una buena tunda.
Claudia vio su ropa y se la puso. Ya no sé ni que fue, pero creo que se salió aun con mi semen en su cara.
El tiempo pasó y supe de Claudia. La historia tal vez les habrá parecido excitante, claro que lo fue, pero las cosas no son como las películas, un hecho como ese tiene consecuencias. Ahora a Claudia, cada tanto la vine a visitar un tipo, se la coge y sin más la deja embarazada, para luego irse tan fresco como llegó. Al despertarse y ver que se la habían cogido, se sintió como un objeto sexual. Que en cierta forma lo fue. Ahora ella tiene eso en su mente. Por eso el tipo aquel la ha sabido aprovechar. Satisface su lujuria y simplemente se retira. Ella argumenta que es su esposo, que trabaja mucho y que por eso casi no se le ve, pero a ella siempre se le ve mal de dinero. Si fuese eso verdad, que su “esposo” trabaja mucho, no sé porque siempre está escasa de dinero. Las cosas no son como en las películas o como en los cuentos, que una mujer es cogida y de ahí no pasa. En la vida real si no son enfermedades, pueden ser consecuencias psicológicas. Claudia fue usada como un objeto sexual por alguien, y ahora ella se siente como tal y otro tipo la usa de esa forma. Esa es la vida que ella lleva ahora. Un sujeto la vine a ver cada que se siente caliente, la deja embarazada y se va. Mientras Claudia se queda sufriendo necesidades económicas (a pesar de que su esposo trabaje tanto ja, ja, ja) y sintiendose un simple objeto sexual.