Cuando llegué a casa, olía a incienso…
“Mmmmmm, Opium” pensé…
El aroma guió mis pasos a la habitación, atraída por ese sensual olor unido a nuestro blues…
"Ese blues, que parece haber sido escrito para hacer el amor", te dije una día.
Y contigo lo descubrí.
Me apoyé en el umbral de la puerta, decenas de llamitas brillaban, balilaban sobre tu
cuerpo desnudo, tendido boca abajo en la cama.
Velas por doquier.
”Te adoro, Mágico eres”, me dije
Te miré…
“uuuffff, parece como si hubieses adivinado lo que traigo… siempre me adivinas, te adelantas… me sientes”, pensé
Paseé mi mirada lentamente sobre todo tu cuerpo, que ya deseaba poseer en ese mismo instante, sabiendo que las velas, el incienso y el blues, no eran casuales…
Me esperabas
Me deseabas, durmiéndote soñando, que haría yo, al llegar.
Me acerqué quitándome el vestido que cayó a mis pies, siguiéndole mi ropa interior.
Abrí el bolso y saqué lo que unas horas antes compré.
Un aceite esencial, que cuando lo vi, curiosamente vislumbré este instante, lo deseé a morir..
“¿Cómo lo supiste? Claro que lo se.
Es ese tesoro que tenemos tú y yo, esa conexión, esa Magia que siempre hemos llevado dentro, y que un día, al conocernos… Juntos, la hicimos Explotar.
No deja de dejarme atónita, aún hoy”.
Volví a poner el CD, y acercándome a la cama frente a tus pies, destapé el frasco y unté mi cuerpo de ese liquido sensual, con gestos lentos, sintiendome, sintiendóte ya dentro de mí.
Ydespués deslizar suavemente, por no querer despertarte, un hilo de aceite desde tus tobillos hasta la base de tus muslos para seguir subiendo por tus nalgas, tu espalda, tu nuca, tus brazos estirados a cada lado de tu cabeza…
Ya me estremecía de placer…
Y por fin terminar en tus manos.
Rocé tu tobillo... Mi mano dulcemente resbaló.
Fue siguiendo el mapa de tu cuerpo con movimientos lentos, sensuales, sin pasar la línea dibujado ahí…
Donde nacen tus nalgas.
Te acaricié así las piernas acercándome más entre tus muslos, rozando tus testículos que empezaban a reaccionar.
Entonces paré.
Me senté a horcajadas sobre ti, despacito, para hacer durar tu ensoñación, y fui deslizando mis manos a lo largo de tu espalda, subiendo hacia tu nuca, tus hombros, tus brazos, tus manos, atrapando la huella
dejada por el brillo del aceite bajo la luz de las velas, haiciendóle el amor a tu Piel.
Un languido “Mmmmmmmm” salió de ti.
Me llegó mezclado con el incienso, la tenue luz… y el blues.
No te moviste, te abandonaste más a mí.
Cerré los ojos y siguiendo el ritmo sensual de la música, dejé que mis manos escribiesen en tu cuerpo un relato de amor.
El Nuestro. El que nadie leería…Por no estar escrito con pluma y papel...
Íntimo, solo para tus sentidos… Para ti.
Mis manos dibujaron las olas de la mar y su luna llena testigo ahí arriba de esta confesión:
Ellas, te contaron al pasar entre el colchón y tus caderas, lo que yo deseaba de ti.
Te cogían, te soltaban, te apretaban, te mimaban hasta que eché mi cuerpo sobre el tuyo, entrelazando mis dedos con los tuyos, y seguí relatando con todo mi cuerpo pegado, resbalando sobre el tuyo,transmitiéndote mi deseo por ti.
“Mmmmmmmmm” me gratificaste nuevamente
Y esta vez tus manos unidas a las mías buscaron mi cuerpo hacia atrás.
Mi sexo ya humedeciéndote las nalgas, acariciándolas de arriba abajo suavemente…
Tú oíste mis manos, y recibiste su mensaje que te contó lo que yo deseaba después.
Así que te diste la vuelta y te echaste sobre mí, mis manos seguían su
relato en tu espalda, apretando tu culo para pegar tu sexo más firmemente
contra el mío.
Mirándome a los ojos, con esos ojos que siempre me parecieron llenos de
misterio, sonreíste y me dijiste:
“Mi niña, te voy a llevar a ese reino que tu me acabas de pedir”, besándome sensualmente con esa boca tan linda que deseé en el instante que la vi.
Un beso largo, lento al principio, donde se fue anidando la pasión, tu
lengua danzando con la mía, tus labios atrapando los míos, moviéndose tu cuerpo con la cadencia del blues…
Seguiste por mi cuello, lo lamiste, le diste pequeños mordisquitos, llegaste a mi oreja… Y ahí:
“Me dijiste mi deseo, tu deseo”, que aquí, no puedo contar…
Alcanzaste mis pechos, atrapaste mis pezones erectos para ti, tus manos buscando más abajo llegar a ese oasis que tú ya sentiste antes, resbalando por tus nalgas,fluir sobre ti.
Tu boca siguió las huellas dejadas tras de sí, de tus manos tiernas, firmes, que ya me enloquecían de placer.
Tu lengua rodeó mi sexo, mis labios se abrieron clamándote entrar. Tu mano se adentró mientras que empezaste a lamerme el clítoris, mi punto débil, que te enloquecía de placer.
Mis gemidos se unían a ese divino blues, los tuyos cantando a mi sexo su placer. Sentiste que llegaba el orgasmo que me hizo arquearme para darme más a ti.
Y sorprendiéndonos a los dos, un grito de placer intenso salió de mi pecho que parecía iba a explotar.
Me derramé como nunca, siguiendo su curso nuestro relato de amor.
Entonces te dije:
“Ven”, con un jadeo aún lleno de gozo que no había acabado de morir en tu boca. Me besaste con pasión penetrándome profundamente, entrando en mi sexo tan mojado, abierto, aumentando su ritmo nuestras caderas, llamando tu gozo unido a un segundo orgasmo mío, que apareció con desesperación por no perderse esta unión.
Nuestros jadeos se convirtieron en gemidos intensos y a la vez se unieron nuestros gritos al gozar los dos.
Fuimos bajando el ritmo llenándonos de besos, caricias y sudor. Las velas bailando alrededor nuestro, contagiadas por tanta pasión.
Sentí que tu cuerpo entero temblaba, transmitiendo al mío, un estremecer.
Después de susurros, más besos y caricias… nos dormimos abrazados, sabiendo que al despertar, el alba nos incitaría a relatar de nuevo una larga poesía de amor.
Te dormiste soñando… Que te despertaría tu sexo… Despertándose a su vez dentro de mi boca…. Y crecer…
Lo soñaste…. Y así… Despertaste.
Seguimos escribiendo, Tú y Yo sobre la piel.
ARACNE
Me ha gustado mucho. Me parece un cuento hermoso a la vez que excitante. Gran reflejo del sexo acompañado del verdadero amor.