Hace unos días me pasó algo que jamás había imaginado; trabajo en el departamento contable de una empresa y realmente tengo poco tiempo de estar en la compañía, tengo una compañera, a la cual llamaré Kattia; con la cual he tenido alguna amistad sencilla: saludos, preguntas normales de la familia y cosas de trabajo, esa era mi relación con ella hasta hace un mes. Sucedió que pusieron uniforme de trabajo a las compañeras, Kattia, por lo general venía en pantalón, se veía bien, pero no me llamaba tanto la atención como cuando la vi con el uniforme, observarla con ese traje ejecutivo, saco y enagua corta, pantimedias y zapatos de tacón, cambió el panorama que tenía de ella, más arreglada, bien pintada y con oloroso perfume, me confirmaba que la chica no estaba mal. Un día, el jefe de ambos no estaba y la mayor parte de la gente andaba en el almuerzo, yo había almorzado rápido pues tenía que realizar algunos trabajos y me devolví a la oficina, ella se encontraba en su oficina y me llamó al pasar y me dijo que requería una ayuda, al poco tiempo, entró a mi oficina y comenzamos a charlar. Ambos somos casados, ella tiene tres hijos y yo uno, por lo que jamás pensamos que con la charla nuestras manos se fueran rozando, ella con su pierna cruzada me hablaba y yo como hipnotizado veía sus lindas piernas; después de un cambio repentino del tema, me preguntó que si me gustaban sus piernas, me dejó sorprendido, pero le acepté que me agradaban mucho y que desearía poder acariciarlas; ella se incomodó un poco, pero le agradó la idea, por lo que se envalentonó y me dijo que lo hiciera. Pensé mucho para no cometer una equivocación, realmente lo deseaba y me dejé llevar, comencé acariciándole los pies, quitando su zapato derecho y subiendo exactamente hasta el borde de la enagua, ella en un acto reflejo abrió un poco las piernas y mi mano continúo su camino; mi verga se había preparado, quería entrar en esa cueva que emanaba un rico calor, de un pronto a otro, ella estiró su mano y tocando mi verga sobre el pantalón, me fue abriendo la cremallera, introdujo su mano y me empezó a masturbar, mientras yo pasaba una mano por su vagina sobre las medias y el calzón y con la otra, acariciaba la otra pierna. Sacó poco a poco mi verga y me la chupó en forma deliciosa, con el temor de que nos sorprendieran y por la intensidad de la mamada, me corrí en cuestión de minutos en su boca, a como pude logré bajar sus pantimedias y su calzón, e introduje dos dedos, los cuales salieron mojaditos y con un rico olor; la chica quería todo, a como pudo se subió la enagua y se montó sobre mi verga, era increíble lo caliente que estaba, el mete y saca, me hizo notar que cada vez que entraba y salía mi verga de su vagina, sus fluidos se salían y algunos caían sobre la silla y otros sobre mi pantalón. Al cabo de unos minutos me volví a correr dentro de ella, al sacarla, ella le dio una mamada especial, pues quería probar sus propios fluidos, mezclados con los míos. Debo aceptar que nunca me lo había imaginado, pero ahora cada vez que la veo, mi verga me recuerda el gran momento que vivimos, me acercó a su oficina y cada vez que podemos jugamos con sus piernas, ella me acaricia la verga con sus pies y yo le acaricio las piernas con mis manos, sin embargo no hemos vuelto a tener sexo.