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Categoría: Confesiones

Un intercambio que superó cualquier espectativa

Cuatro para el goce sin secretos

A todos, un gusto estar con ustedes. Ya que me he decidido a escribir nuevamente para poder compartir algunas de mis aventuras sexuales, creo que es más que atinado situarme en el final de mi anterior entrega: ¡Una experiencia increíble!. Ya que su continuidad brinda muchos aspectos y situaciones por demás atractivas. Y si lo fueron en demasía para los protagonistas, creo que lo serán también para aquellos ávidos por conocer esas historias que, por qué no, también pertenecen a cualesquiera que se lo proponga o la vida les brinde esa oportunidad.

Luego de concluido el arribo a su explosión orgásmica, Melisa quedó tendida y crucificada (figuradamente) sobre gran parte de la superficie del camastro, el templo de nuestra primera bella osadía….Yo, sedienta de goce, ya que había sido, solamente, el agente de placer de ella, quería también sacar afuera todo el deseo acumulado…Al abrir los ojos y despegarme del cuerpo de Melisa, recién advertí que los hombres, ya plenamente desnudos, habían sido espectadores privilegiados del coito inaugural de nuestro encuentro….Benjamín, el anfitrión novato, y Claudio lucían sus impecables figuras, con el aditivo –nunca más oportuno- de sus pijas exultantes y prestas a ponerse a disposición de quién las necesitara…..Y así, con ese impulso espontaneo y natural de toda hambrienta en celo, me arrodillé instantáneamente y, accionando ambos brazos, tomé los dos trofeos, como si me pertenecieran en exclusividad, los atraje hacia mi boca y procedía a catarlos con esa sabiduría que el deber sexual me fue especializando con los años….La de Benjamín era un poco más pequeña que la de mi marido, pero su conformación parecería que había sido hecha casi por un artesano: robusta, una cabeza más bien dibujada que real, su tez, perfectamente ensamblada con el resto de su cuerpo y de un sabor por demás rico. Me gustó al primer bocado, raro en mí, pero sabía que esa pija, a pesar de no ser lo majestuosa en tamaño, me había conquistado para el resto de lo que podía venir….Alternando entre una y otra, fui macerando las carnes de mi segundo plato del Chef del Deseo…..Las bolas de Benjamín me llevaban a la fantasía de que eran las frutillas afrodisíacas del decorado. Chuparlas me produjo un placer muy curioso, pero no menos casi adictivo….Tal es así que Claudio, al verme tan obsesionada con ellas, me reclamó a viva voz: ¡Eeey! ¿Las mías ya no te van?…..¡Celos machista de marido!.

Mientras yo seguía en plena fajina oral, Mariel, se recompuso de su bautismo bisexual y, sin dar señales expuestas, deslizó su cabeza por debajo del túnel de mis piernas y colocándose debajo de mi concha palpitante y reclamadora, comenzó a agasajarla con sus labios preciosos, suaves y carnosos….Al sentir su atención, sentí –interiormente- un alivio prometedor y un presagio venturoso de la felicidad que me faltaba: ¡Quería, más que nada, acabar en la boca que me había enamorado sin condicionamiento alguno!…..Mi marido, al descubrir en mis ojos que mi mirada había pasado del conformismo a la esperanza, y, conocedor como nadie de cómo me gusta servirme y deleitar de mis momentos, le sugirió a Benjamín, en tono casi de orden, que se ocupara de mí: ¡Benja …anda por detrás de ella y metésela!…El, cual chico obediente, se ubicó detrás de mí, tomó con ambas manos mi cadera e inclinándome un poco hacia adelante, llevó a que me ubicara en la posición correcta y con los labios de mi concha, abiertos de par en par por la boca de su mujer, colocó su endurecida pija en la entrada del templo y de un empujón, bien imperativo, la clavó en lo más profundo de mis secretos….Allí, en silencio cómplice, le di la razón a mi esposo, más allá de la pasión que me había despertado Mariel y todo lo que esperaba de ella, necesitaba que una pija bien arrecha y dispuesta dijera presente en mis instintos más oscuros….De pronto ese formalismo conformistas de chuparme dos pijas, sin haber acabado con mi alumna debutante, había pasado a convertirse en una más que prometedora cama de festín caliente….Mariel había logrado ponerme el clítoris en estado de alerta y su marido, me serruchaba con una devoción muy pocas vista….El golpeteo de sus bolas y la música inconfundible que sacaba su miembro de las inundadas paredes de mi vagina, armonizaban perfectamente con las bocanadas sedientas que tenía con el garrote de mi marido, que parecía potenciarse cada vez más al verme cómo los dueños de casa daban cuenta de su mujercita..No pasó mucho tiempo para que las trompetas comenzaran a anunciar la llegada cumbre de la ceremonia….Mis músculos comenzaron a contraerse de una manera increíble, mi orgasmo se aproximaba al galope, producto de que los guardianes de mi concha habían sido rebasados por los labios de Mariel y el ir y venir de la pija de Benjamín que, sin poder contener su placer comenzó a incrementar las notas de sus gemidos al igual que mi marido….Coincidencia o armonización compartida, los tres íbamos rumbo a la exaltación misma de la sangre en cabalgata. Y así fue…en una típica estampida de remate, nuestros cuerpos se estremecieron al unísono y, entre gemidos y grito casi coral, descargamos el arribo del placer pleno con los orgasmos más cómplices de nuestra primera batalla conjunta….Mis líquidos desembocaron su furia inagotable en la boca de Mariel, a la vez que Benjamín vaciaba su leche aventurera dentro de mi vientre rendido y eufórico, en tanto Claudio inundaba mi boca, más erótica que nunca, todo su esperma pesado y a punto caramelo….Esos segundos gloriosos, parecieron una eternidad. Por lo menos eso es lo que deseaba interiormente. No quería que acabasen jamás…El goce fue único, cómo irrepetible es cada descarga inaugural….Mi cuerpo parecía levitar de felicidad….El sudor en mi cuerpo brotaba como festejo por la victoria…El perfume a sexo predominaba en el aire que se respiraba en el dormitorio….Nos miramos con esa complicidad satisfecha de habernos comprometido unos a otros, nos besamos agradecidos y prometidos a darnos, desde allí en adelante, lo que sintiéramos en gana. Nos acariciamos con esa necesidad de sentirnos tantos y sin escollos de por medio….Hasta Benjamín, sin prejuicio y temor de por medio, le acarició la pija a Claudio, que denotaba la tarea cumplida con restos de leche en los bordes de su cabeza que amo….Al ver eso, mi sorpresa, entre sutileza y picardía, se debe haber reflejado en mis ojos, ya que Mariel me miró con una sonrisa del mismo tenor, a la vez que me guiñaba un ojo…Un detalle para nada menor, que luego, oportunamente, desembocó en algo más concreto…Así, con el primer paso cumplido en plenitud, nos recompusimos a la formalidad y con el relajamiento de la satisfacción como accesorio, las mujeres nos encargamos, ahora sí, a preparar la cena –abandonada por las tentaciones irrefrenables del cuerpo- mientras nuestros hombres nos apoyaban entre alientos, ocurrencias y copas incentivas de ocasión.

Durante la cena, la charla se hizo más fácil, enriquecedora, confesional y planificadora de objetivos a cumplir…No sin poner sobre la mesa esas pequeñas cosas que en otras circunstancias o contextos serían mucho más difícil de expresar…. Enterarse ellos que mi marido fue el primer hombre con quién tuvo sexo mi hija menor…Qué esa relación hizo, impensadamente, que yo pudiera acostarme también con mi hija y que luego los tres pudiéramos disfrutarnos sin tabú alguno. Qué mi hermana y su marido también comparten su vida su vida sexual con nosotros, al igual que el esposo de mi hija menor –ya casada hace unos años-. De nuestros juegos y divertimentos predilectos, de nuestras fantasías, de nuestros cuidados. De que la bisexualidad no es una barrera prohibida para ninguno de los dos, siempre y cuando exista una atracción que la justifique…De cómo nos iniciamos; nuestros lugares preferidos; cómo nos relacionamos; de cómo preservamos la intimidad con nuestra vida social…Un poco, seguramente, de los que algunas personas que transitan por esta avenida de aventuras puede haber conocido a través de mis relatos que ya fueron publicados….En tanto ellos, también se animaron a dejar lo suyo. Mariel, que siempre es la más expresiva y ejecutora activa dentro de la pareja, desinhibida quizá por la situación y las tentadoras copas del rico vino, abrió aparentemente, las puertas para que salgan a pasear sus bien guardados secretos: Relatar primeramente, con ese cuidado que suele hacerse la primera declaración pública de algo muy íntimo, que la primera y único contacto corporal que había tenido con una mujer, fue en su etapa de secundario con una compañera y su más íntima amiga. Que en una de las noches que se había quedado a dormir en su casa, luego de festejar el cumpleaños de otra amiga, aquella había transgredido el comportamiento usual, y, sin mediar palabra comenzó a besarla y tocarla por todo su cuerpo, hasta apoderarse de su vagina y hacerla acabar. Que en realidad, ese, fue su primer orgasmo y, casualmente o no, en boca de una mujer. Qué le hubiera gustado repetir la experiencia, pero que el temor por sus vallas culturales y familiares, le impidieron concretarlo. Hasta que en esta oportunidad, la vida o el destino, pudo cumplir su gran deseo conmigo. Y que era una cuenta pendiente que siempre hablaban con su marido…Además, se sinceró que fuera de su marido, sólo tuvo sexo con su primer novio, quién la desvirgó….Qué varias veces, estando en el jacuzzi con su hija (Ahora de 22 años y casada) ella le daba masajes en su espalda y piernas: —– ¡Hubiera dado lo que me pidiera si, se le hubiera pasado por la cabeza hacerme algo más rico, pero, desafortunadamente eso no ocurrió!….

_____ ¿Y nunca lo intentaste vos?

——– ¡La verdad, nunca me animé!….Aunque cada vez que la veía desnuda, me mojaba sin remedio…ja,ja,ja!

______ ¡Cariño, lo que se desea y no se intenta conseguir, es la peor de las frustraciones!

——— ¡Totalmente cierto! Pero bueno, la vida me dio una segunda oportunidad….¡Conocerte a vos. Qué me gustaste desde la primera vez que te ví y, ahora que estés aquí y me hayas hecho tan feliz…Qué me hayas hecho disfrutar como nunca imaginé y sentirte tanto Gloria!

Cómo estaba sentada a mi lado, se inclinó decididamente y besó mi boca con una dulzura inexplicable….Creo que ese momento quedó sellado para todos un compromiso inequívoco lo que significaba para ella….En lo que respecta a mí, el gusto y la tranquilidad de sus caricias, me resultaban por demás sentidas…Ella, era también algo muy especial que me pasaba sin reproche o arrepentimiento posterior. Por el contrario, quedaba siempre con las ganas de algo más.

Cuando terminó de besarme y de paso, acariciarme los pechos, luego de otro sorbo de vino, se dirigió a su esposo y le espetó sin ningún titubeo:

———– ¿Amor….te molesta verme tan bien con Gloria, qué me guste tanto y que quiera ser también suya?

-.-.-.-.-.-. Para nada mi chiquita….Si te sientes tan bien con ella y disfrutas tanto tenerla, no me moletas para nada….Debemos decirle a ellos que, antes hablamos todo lo que esto podía significar para nosotros y para nuestras vidas y que, si decidimos abrirnos con ellos, es por qué nos sentimos muy bien y esperamos lo mejor…

Mariel se incorporó de su silla y fue hacia Benjamín para darle un cálido y dulce beso en los labios.

——– ¡Gracias amor por ser tan bueno y comprensivo conmigo….Te amo!

Y abrazándolo por su espalda, abrió otra puerta desconocida por todos nosotros:

——– ¡Amor, hoy también te animaste, por fin, de dar el primer paso. Te ví cómo le agarraste con ansias la pija a Claudio! ¿Te gustó?

-.-.-.-.-. ¡La verdad que sí, no me pude contener!

Ante esta confesión en el aire, la curiosidad quedó latente esperando el relato del motivo:

______ Perdón…¿Qué nos estamos perdiendo?

——— Cuento yo: Benja, cada vez que va al gimnasio no puede dejar de mirar, al bañarse, la buena pija de un compañero. Desde el primer día que me contó, vive aumentando su obsesión. Tal es así que, cuando cogemos, lo pongo al palo preguntándole por la pija de Rubén y si le gustaría comérsela. Cómo será que, una noche me confesó que también le gustaría que lo haga suyo…. ¿Es así mi amor?

-.-.-.-.-. ¡Mariel, que van a pensar los chicos!

______No tenemos nada que pensar, señor. Estamos aquí para disfrutar y si es posible, hacer cumplir los sueños…. ¿O me equivoco mi amor?

Cómo si esa fuese la señal esperada, Claudio sacó su pija semiendurecida, junto a sus prominentes bolas y dirigiéndose a Benjamín expuso:

…………. Benja ¿Te gusta?

-.-.-.-.- ¡Es hermosa!

…………. ¡Adelante….Es toda tuya!

Benjamín, sin sacarle la vista al trofeo que estaba a su lado, se arrodilló cual fervoroso promesante y tomando la pija de mi marido, la engulló con esa devoción reprimida en el tiempo y comenzó con su ir y venir por el grueso glande de Claudio que, con cada embestida, endurecía más su presencia.

Ante la conmovedora escena, Mariel y yo nos despojamos de nuestros vestidos y, acto seguido, procedimos a despojar a despojar a los hombres de su liviano ropaje, mientras el oral de Benjamín se había transformado en un deleite absoluto dentro de su boca sedienta por ese falo que le colmara de placer….Sin pensar otra alternativa al asecho, me tiré de costado sobre la mullida alfombra y abriendo latente mi boca traviesa, tomé las bolas del anfitrión, a la vez que mi mano izquierda comenzaba un suave pero permanente pajeo a su pija que, en unos cuantos segundos, alcanzó la envergadura deseada….A todo esto, Mariel, confirmando sus sentimientos hacia mí, se colocó en la profundidad de la horqueta que configuraban mis piernas y, con su boca hechizada por los jugos de mi concha, volvió a hacerla suya en cada centímetro, en cada latido, en cada recorrido de su lengua en la profundidad de mis paredes victoriosas por el encanto producido….Entre gemidos y agitadas respiraciones de placeres nacientes, los jugos de mi concha se volcaban ruidosos en la boca de mi princesa seducida….La pija de Benjamín ya era un dulce tronco en su máximo esplendor, un tanto por la tarea constante de mi boca, pero más creo, por el deleite que tenía saboreando el duro pedazo de Claudio que, sin lugar a duda gozaba con la entrega, le tomaba la cabeza a su esclavo sexual para que no perdiera centímetro de carne viva.

En un momento se escucha decir a Benjamín: -.-.-.-.-. ¡Claudio, por favor, cógeme…quiero tener tu pija adentro!!!!

Yo, tal cual presta secretaria ejecutiva, no perdí un instante al escuchar tal pedido, casi desesperado, y teniendo todo a mano, avisé: ______ ¡Tranquilo Benja, dejame que te prepare!

Y abriéndole sus nalgas con mis dedos, comencé a dilatar su ano nuevo a la aventura que iba a emprender, activé mi lengua con abundante saliva e introduciendo de a poco de a uno mis dedos, su abertura fue adaptándose para estar lista y presta para la nueva visita que estaba por llegar. Cuando tres de mis dedos deambulaban sin ninguna dificultad por su ansioso túnel, impartí el aviso de rigor:

______ Ya está listo Claudio…..

Mariel y yo nos incorporamos y nos pusimos a ambos lados de Claudio, para no perdernos detalles del acto inaugural que iba a tener el anfitrión de nuestra visita…. Mi marido lo colocó en cuatro sobre la alfombra, le depositó una gran dosis de saliva sobre la entrada de la caverna, y, dirigiendo se gruesa pija –de arriba hacia abajo- presionó con gran habilidad y respetuoso cuidado, hasta que su cabeza se internó en el pasaje del deseo de Benjamín….Un fuerte y seco clamor se escuchó en la noche, Claudio dejó que el rollizo y torneado culo de Benja se habituara a la nueva tarea por realizar y, una vez movió sin dificultad su cabeza, reiteradas veces, avanzó y retrocedió paulatinamente, hasta que el conducto alcanzó su propia lubricación para memorizar el mecanismo…..Los quejidos, seguramente dolorosos, de Benjamín fueron disminuyendo y pasaron a ser de éxtasis inconfundibles…..Ante este panorama, ya normal, me coloqué de espaldas, bajo el vientre de Benjamín y nuevamente mi boca fue a recepcionar su pija y sus bolas, para darle un plus incentivo a su nuevo rol….Parecía qué el goce era efectivo. Su pija, rápidamente se puso como un fierro caliente, sus bolas se endurecieron a más no poder y las expresiones que su boca vertían eran por demás convincentes….Pedía que se la entierre toda….Que estaba feliz por tener semejante verga que lo estuviera culiando y que nunca hubiera imaginado tener que debutar con un macho tan hermoso…..Con sólo escucharlo, mi calentura era insuperable, no era para menos….Mariel, en tanto, lo animaba victoriosa:

——— ¡Qué rico mi amor, me encanta cómo te está cogiendo…Qué pedazo de pija te estás comiendo mi vida!—-¿Viste que rico tesoro?….. ¡Así, así, entregate todo, gozala mi amor!…Me encanta ver cómo está culiando tu macho….¿Ahora vas a ser su puta….Me prometes que vas a ser su puta?

-.-.-.-.–. ¡Siiiiii, sí mi amor….mi macho me está culiando….Me vuelve loco su pija….Quiero ser su puta…que me coja siempre…..¡Culiame así Claudio….cualiame….enterrame toda la pija…Quiero ser tuyo!…¿Vas a ser mi macho?

…………… ¡Si papi….si….voy a ser tu macho….te voy a enterrar toda la pija…Quiero sacarte toda la mierda que tienes adentro….Quiero hacerte bien puta….¡Qué seas mi puta, mi chiquita!!!!

El fuego de todos era capaz de producir los efectos jamás imaginados….Mariel había vuelto a la carga sobre mí, pero esta vez en vez de su boca, su concha vino a unirse a la mía en la clásica postura tijera y con un endiablado movimiento de su cintura fue haciendo estragos en mi clítoris salido de cauce y perdido por el ensamble de su gemelo frotado…..El tiempo fue una eternidad u otra vida regalada, pero, los orgasmos coordinaron su arribo cómo premio merecido a la gran batalla…..Las embestidas de Claudio fueron más violentas e incontrolables….La pija de Benjamín, impulsada por el tornado que penetraba en su culo, me llegaba hasta la laringe, sin exagerar….Y Mariel….más hembra que jamás y decididamente entregada a saber todo de mí, volvía a declararme cosas que se dicen cuando la calentura y la razón, se convierten en cómplices sin condición alguna:

———– ¡Aaaaahh…siiiiiiiiiiiií, cómo te estoy cogiendo mi amor…..Soy tuya Gloria, soy tuyaaaa…Y tu marido se está recogiendo al mío….Síiii…qué feliz que soy…Síiiiii….siiiiii´!

En medio de ese ciclón incontenible, el tsunami no se hizo esperar y arrasó con la posibilidad de toda continuidad y crecimiento….Los gritos al unísono, seguramente estallaron en la tranquilidad del vecindario…..Claudio y Benjamín, como si fueran un viejo dúo de travesías, aullaron juntos la nota final….La leche de Benjamín golpeó sin mesura mi paladar, colmando mi cavidad bucal…Mariel y yo, manguereamos con nuestras conchas la impecable alfombra del living y, Claudio, sin lugar a dudas, había llenado el culo de Benjamín con su leche más osada…..Pasados unos breves segundos, le hice señas a Mariel para que recogieran con su lengua y labios la leche que Claudio había depositado en el culo de su marido y yo….fui a besarlo a Carlos, para que saborease conmigo la leche de Benjamín…..Y luego Mariel hizo, exactamente lo mismo con el suyo.

La noche, recién empezaba, no importaba el tiempo transcurrido….Lo importante y primordial, sólo era lo que vivíamos y nos restaba por vivir.

Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 9
  • Votos: 1
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  • Lecturas: 1779
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