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Un hombre con uniforme

Un hombre con uniforme

Le queremos advertir que este cuento no trata sobre una violación… para entenderlo tienen que leer toda la historia.

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- Lo siento, señor oficial, pero ¿iba yo a exceso de velocidad? – preguntó la muy descarada rubia tan pronto como bajó el vidrio de la ventanilla.

- Su licencia y papeles del carro, por favor, señora. Y si, señora: iba a cien kilómetros por hora en una autopista de ochenta. Un poquito mas de la velocidad permitida –

El policía se le quedó mirando, con su gorra negra de bordes redondos colocada bien abajo en su frente. Ella le sonrió, pero solo pudo ver su propio reflejo en los anchos lentes para el sol que usaba el agente.

- Por supuesto que lo lamento mucho…es que he tenido un día de mucho trabajo en la oficina, señor agente .

- Su licencia de conducir y papeles del carro, señora - repitió, con labios firmes. Ella tragó saliva nerviosamente y se inclinó para que el oficial pudiera tener una buena vista de sus largas piernas desnudas y sin pantaleta, porque la minifalda negra se le había subido. Abrió el compartimiento de los guantes y recogió los papeles que necesitaba. Luego registró en su bolso buscando su licencia de conducir. Se los entregó con unos dedos que tenían unas uñas perfectamente recortadas y pintadas del color de unas manzanas rojas.

- Ya regreso. Permanezca sentada mientras investigo esto - Ella lo miró por el espejo retrovisor cuando iba hacia su patrulla. Era alto, de gran cuerpo, delgado…y un culo por el que valía la pena morirse. Rapidamente subió la mano hasta la blusa blanca de algodón para desabotonársela: dejó algunos botones en su lugar.

No tenía senos grandes, pero si una bonita y suave curvatura que el agente podía ver si aprovechaba una oportunidad. Si la multaban su esposo la mataría!!

Se sentó un poquito hacia atrás y se quitó los ganchos del cabello, dejando que los largos y rubios rizos le cayeran alrededor de los hombros. ¡Dios mio! ¿Era necesario hacer esto?

- Parece que tenemos un pequeño problema, señora - Ella dio un salto del susto porque no se había dado cuenta que había regresado. Tenía una rápida sonrisa en sus brillantes labios cuando se volteó a mirarlo de nuevo.

- Parece que le han dado varias multas de amonestación. ¿Por favor podría bajar del vehículo, señora?

Detrás de estos lentes como espejos el agente pudo ver con mucha facilidad las dulces y suaves curvas de su blancos y atrevidos senos. Hasta pudo notar el pequeño tatuaje de una rosa en la parte superior izquierda: Sus piernas separadas ligeramente cuando tuvo que abrir la puerta para bajarse del automóvil y, si no estaba equivocado, también pudo darle una rápida mirada a su cosita rosada.

El oficial tragó saliva y se subió los lentes mas hacia el puente de la nariz.

- Nnnn…No…no entiendo.

¿Demasiados tickets pendientes? – dijo ella ahora parade frente a la puerta cerrada del carro y con las manos colocadas a los lados de una manera pasiva, esperando darle al oficial la mejor ayuda y colaboración posible. Después de todo, el cielo se estaba comenzando a oscurecer, y notó que el sol ya se había escurrido detrás de unos altos pinos alineados a ambos lados de la autopista. Era una carretera que atravezaba sitio demasiado árido y seco al parecer…

- Si, señora - El oficial se le quedó mirando, con una larga mano bronceada en el cinturón en la cintura y la otra sosteniendo la libreta de multas y su licencia, y los papeles del carro. Su cara era severa, seria y sus labios…coño!! ¡Qué labios tan sexys…muy firmes!!

Ella parpadeó y bajó la mirada para ver la punta de sus zapatos negros con tacones altos. Cómo odiaba no poder ver sus ojos. Arqueó su espalda un poquito y dijo: - okay, okay. Entonces …

- ¿Por favor, podría usted venir conmigo, señora? - Su mano ya no estaba colocada en el cinturón y la extendió para ayudarla a salir tomándola por la parte de arriba del brazo izquierdo. Ya iban caminando los dos y ella no pudo pronunciar ni una palabra. Pensaba que la iba a mantener sentada en el asiento de la patrulla mientras hacía lo que tenía que hacer con sus multas y tickettes de amonestaciones. Pero en lugar de esto, pasó caminando entre los dos carros estacionados para dirigirse hacia la oscuridad de los pinos, llevándola con ella por un brazo. Sus tacones se resbalaron un poquito en lo resbaloso, pero él la sostuvo sin esfuerzo y con mano fuerte, diciéndole que tuviera cuidado.

- Espere…espere un momento… ¿Me va a …?

- Quédese tranquila, señora. Esto es por su bien, porque tiene demasiadas multas y esto merece castigo - Sus ojos azules se abrieron de la sorpresa cuando de repente se dio cuenta que el individuo estaba caminando alejándose de la carretera, hacia la espesura de los pinos, un lugar demasiado solitario.

Clavó los tacones en el suelo para no caminar: - ¡Espere, un momento! Usted no puede…!! - De repente la hizo girar con un fuerte jalón y fue lanzada fuertemente contra su pecho. Vió como su propia imagen asustada se reflejaba en los lentes cuando sus manos se agarraron sobre los bolsillos de la camisa de este hombre uniformado.

- Yo puedo. Y lo haré. Es mejor que se porte bien, señora, no se lo vuelvo a decir - dijo esto con voz suave y amenazadora.

Ella parpadeó y abrió la boca para gritar pero, rápido con un rayo, la palma de la mano del hombre se posó sobre sus labios soltando los papeles que llevaba, los cuales salieron volando. La colocó de espalda y con fuerza contra la áspero corteza de un pino muy grande, su alta figura presionando con mucho deseo contra ella. Con su negra bota le separó los piés y con la mano que le quedaba libre levantó la falda para tocarle la cuca caliente y bien rasurada.

Las ventanillas de la nariz se movian por lo enfurecida que etaba, hacia afuera y hacia adentro cuando respiró con fuerza, y sus manos se colocaron sobre los hombros del hombre para intentar empujarlo hacia atrás.

- Déje de hacer eso, pequeña putica!! ¿Cree que no le puedo tocar esa cuca mojada y pegajosa?. Luego le metió el dedo medio en la cuca,hasta arriba y automáticamente las paredes de la vagina lo apretaron con fuerza.

– Ahhh, se que quiere que le meta el huevo. Quiere que le entierre mi huevo bien parado hasta adentro, no?

Le metió el dedo bien duro, repetidamente durante un minuto, el dedo medio, y con el pulgar le maltrataba su clítoris ya hinchado. Con la otra mano le tapaba la boca mientras ella sacudía la cabeza negativamente.

- La estoy cogiendo bien. Todo lo mio se lo voy a meter, cada pulgada metida en esa cuca ardiente, apretada que tiene.

- ¡Dios mio, si está mojada!! Me está chorreando todo por mi mano!! ¡Puta del carajo!!

Agarró su cinturón y rapidamente lo desenganchó, dejandolo caer al suelo antes de aflojarse los pantalones para dejar libre un pene bien enorme. Era grande, increíblemente grande. A ella se le llenaron los ojos de lágrimas pero a él no le importó. Le dio vueltas y la empujó contra el tronco de un árbol y cayeron de repente. Se lo metió bien duro hasta adentro, ni siquiera la base del pene le quedó afuera. Su mano izquierda dejó de taparle la boca y agarró un puñado de su cabello rubio, jalándoselo hacia atrás para cogérla bien.

“¿Te gusta? ¿Te gusta sentirlo bien adentro cuando te lo meto? ¿Te gusta que te lo haga? ¡Claro que si te gusta, nojoda!! Ni siguiera usas pantaletas porque eres una pequeña puta!! Vi cuando te desabotonaste la blusa para que yo te viera, putica!! Y creíste que no me iba a dar cuenta. Querías que te cogiera…ahora si se hizo realidad tu fantasía. ¿No se siente sabroso, mi pequeña putica singadora? Eso es, ¡Acaba ya, puta!!!”

La mujer estalló como una represa a la cual se le rompen las paredes, gimiendo de gusto y gritando apretada contra el árbol, cuando el orgasmo le sacudió la entereza de todo su cuerpo.

- ¡Maldita sea!! - gritó el hombre, para luego soltarla. Le dio vueltas y la puso de rodillas. Agarró el huevo con una mano y comenzó a masturbarse, a hacerse la paja, manteniéndola inmovil con una mano puesta en el hombro de la chica.

- Esto es para que la próxima vez que vayas a exceso de velocidad lo pienses bien. Piénsalo muy bien, puta, y recuérdame bien!! - El patrullero gimió y tomó para disparar su carga caliente: un chorro de leche en la cara de la mujer y también en su cabello, y vio cuando el chorro le cayó en la boca abierta, cayendo parte al suelo al chorreársele por la barbilla y el pecho.

Cuando terminó, le dijo que se quedara sin moverse mientras él recogía su cinturón y se acomodaba el uniforme. Se colocó los lentes de nuevo en el puente de la nariz para luego recoger la libreta de multas, los papeles del carro de la dama y la licencia de conducir, que estaban en el suelo.

El oficial se le quedó mirando mientras ella torpemente intentaba quitarse el semen de la cara. – Te estaré vigilando - dicho esto, se dio vueltas y comenzó a caminar hacia la autopista, en donde su patrulla lo esperaba.

Ella de repente se puso de pie, con piernas temblorosas, y le gritó:

- Esta noche vamos a cenar cerdo!! Espero que te guste, David!!.

Vió cuando le hizo señas con la mano, entendiendo la seña, porque ya se habían puesto de acuerdo, y sonrió para luego recoger las cosas. David odiaba que le sirvieran la cena demasiado tarde…era mejor que ella se apresurara para ir a cocinar.

FIN

Traducido por Marcos Urbina
Traduttore-traidore


CUENTO ORIGINAL EN INGLÉS


A Man In Uniform

Submitted By Jenny

Please be advised this story is not about rape...
you have to read the whole story to understand that.

"I'm sorry Officer, was I speeding?" The pert blonde asked as soon as her window was rolled down. "License and registration please, ma'am. And yes, I'd call doing a clean sixty-five in a forty-five a bit excessive." He stared down at her, his black round-rimmed hat riding low on his forehead. She smiled up at him, but could only see her own reflection in the wide mirrored lenses of his sunglasses. "Of course. I'm really sorry... it's just been a long day at the office."

"License and registration, ma'am." He repeated, his lips set firm. Swallowing nervously she leaned over and gave the Officer ample view of her long bare legs as her short black skirt rode high. She opened the glove compartment and collected the necessary paperwork for him, and then dug in her purse for her license. She handed these over with perfect manicured nails, the color of fresh red apples.

"I'll be right back. You just sit tight as I run these." She watched him walk back to his squad car in her side view mirror. He was tall, broad, slender...and an ass to die for. Quickly she reached up and undid a few buttons of her white silk blouse. She didn't have large breasts, but there was a nice soft curve for him to view if he took the opportunity. She didn't need a ticket; her husband would kill her!

She sat up a little and took the pins from her hair, letting the long blonde curls fall down around her shoulders. God, was she being too obvious? "It would seem we have a little problem here, ma'am." She jumped; she didn't notice that he had walked back. But there was a quick smile on her glossy lips as she turned to look up at him.

"Oh?"

"It would seem you have had one too many warning's. Could you please step out of the vehicle ma'am?" Behind his mirrored lenses he saw easily the sweet curves of her pale, pert breasts. He could even see the tiny rose tattoo on the upper left swell. Her legs parted slightly when he stepped back so she could open the door and get out, and if he was not mistaken, he saw a quick glimpse of pink flesh. The Officer swallowed hard and pushed his glassed up higher on the bridge of his nose.

"I...I...don't understand? Too many warnings?" She said as she stood now in front of her closed car door and she placed her hands at her sides in a passive manner, wanting to cooperate fully with the Officer. After all, the sky was starting to darken, and she noticed that the sun had already slipped behind the tall pines that lined either side of the road. A barren road it would seem...

"Yes ma'am." He was staring down at her, one large tanned hand on the belt at his waist, the other holding a ticket book and her license and registration. His face was stern, his lips...damn they were sexy lips...were set firmly.

She blinked and looked down at the tips of her black high heels. Her bottom lip came between even white teeth before she looked back up at him, hating that she couldn't see his eyes. She arched her back a little, "Okay, okay. So, um..."

"Could you please come with me ma'am?" His hand left his belt and reached for her upper left arm, already walking with her before she could utter a syllable.

She thought she was going to have a seat in his car, while he did whatever he needed to do with her and her warnings, but he walked between the two parked cars and headed for the darkness of the pines. Her heels slipped a little on the slick needles but he held her effortlessly with a strong hand, telling her to be careful.

"Wait...wait...what are you..."

"Just be quiet ma'am. It is for your own good. So many warnings. They cannot go unpunished." Her bright blue eyes widened as she suddenly realized he was walking her away from the highway, into the thick copse of pines, alone. She dug her heels in. "No! Wait! You cannot...!" She was whipped around suddenly and brought up hard against his chest, and she saw her own frightened reflection staring back at her as her hands fell flat upon the pockets of his uniformed shirt.

"I can. And I will. You would do well right now, ma'am, to remember that." He said softly, menacingly.

She blinked and opened her mouth to scream but quick as lightning, his palm smacked over her lips and the papers he had been holding went flying. He backed her hard up against the rough bark of a large pine; his tall frame pressing eagerly against her own smaller one. He kicked her feet apart with his black boot and reached down with his free hand to lift her skirt and cup her hot, shaved pussy.

Her nostrils flared as she breathed hard in and out and her hands went to his shoulders to try and push him away. "Cease you little bitch! Don't you think I can feel your wet, slick pussy?" He shoved his middle finger up in her and automatically did the walls of her pussy wrap around him. "Ahh, I know you want my cock. You want my buring, hot cock to fill you full, don't you? Don't you!?" He fucked her hard for a full minute with his middle finger as his thumb tormented her swollen clit, his other hand still clamped over her mouth, as she tried shaking her head no.

"Too fucking bad. You're going to get all of me, every single inch shoved in that burning, tight pussy of yours. God, you are so wet! It's dripping down my hand! You fucking slut!" He reached for his belt and quickly undid it, letting it fall to the ground before he undid his pants and freed his engorged cock. He was huge, unbelievably so.

Tears came to her eyes and he didn't care to see them. He turned her around and shoved her against the trunk of the tree and in one fell swoop, he entered her hard, to the very base of his cock. His hand had left her mouth and he grabbed a handful of her blonde hair, yanking backwards hard as he fucked her good.

"You like that? You like the feel of me deep inside you? You want me, god I know you do. No panties...you're such a little whore...unbuttoning your blouse for me. You hoped I would have noticed. You wanted me to fuck you...and now I'm making your fantasy come true. Ain't it sweet my little cum whore? That's right, cum you bitch!" And she burst like a dam, moaning and screaming against the tree as her orgasm shook the whole of her body. "God Damn!" He shouted and pulled free of her, turning her around and forcing her to her knees. He took his cock in hand and started jerking himself off, holding her in place with his other hand to her shoulder. "I guess next time you'll think about speeding. You'll think hard, bitch, and remember me well." He groaned deep in his chest and shot his hot load in milky white jets all over her face and hair, watching as it hit her open mouth to fall and dribble down her chin and chest.

When he was through, he told her to stay put as he collected his belt and righted his uniform. He pushed his glasses back upon the bridge of his nose and collected his ticket book, leaving her registration and license lying on the ground.

He stared down at her as she clumsily tried wiping his cum from her face. "I'll be watching you." Then he turned and started back for the highway, where his cop car waited for him.

She stood suddenly, on shaking legs, and yelled at him, "We're having pork tonight! Hope that's ok Dave!" She saw him wave his hand in the air, in what she considered agreement, and she smiled and gathered her things. Dave hated it when dinner was late...she better hurry.



THE END
Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 5.41
  • Votos: 54
  • Envios: 0
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