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Categoría: Maduras

Un hombre afortunado (33)

Agradezco a los amables lectores que me han comprometido a seguir escribiendo esta serie, que mas que relatos son pedazos de mi vida que comparto con usted (que fracesita, no?).



Como ustedes han podido apreciar a lo largo de esta serie de mi vida, siempre he tratado de disfrutar al máximo de la vida, en especial de las mujeres que he tenido la fortuna que se han presentado a lo largo de esta, pero siempre sin tratar de dañar a terceras personas o querer intencionalmente hacer cornudos a maridos de mujeres mal cogidas, simplemente he gozado de las oportunidades que he tenido, nunca me ufane de andarme cogiendo a tal o cual mujer , siempre he sido lo suficientemente discreto pero en esta ocasión les voy a relatar unos sucesos que me han acontecido los últimos meses…



Por azares del destino, en mayo del año próximo pasado, fui invitado por terceras personas a una fiesta de quince años, a la cual a ultimas cuentas tuve que ir solo por que mi esposa, se encontraba indispuesta (enferma de una fuerte infección pulmonar, gracias a los fríos que hacen por aquí donde radico), llegue un poco temprano a la dichosa fiesta y no encontraba a la persona que me había invitado, yo iba elegantemente vestido en un traje vaquero he inusualmente portaba un sobrero tejano a mis cuarenta y diez como dice Sabina, tengo buen porte, estuve parado en las inmediaciones de la entrada, tratando de ubicar a mi amigo o ya de perdida a un conocido para acoplarme pero, no veía a nadie conocido, de pronto de la mesa principal alguien me hacia señas con la mano en alto, yo la verdad desconocía al tipo que amigablemente me llamaba, haciéndome el desentendido, hasta que este se paro de la mesa y se dirigió a mi…



Ingeniero García, casi no lo reconocí, así vestido como viene, hasta que mi vieja , me dijo que usted era el invitado de Gustavo, nuestro compadre, el me encargo mucho que lo atendiera ya que el va a llegar un poco tarde ya que esta trabajando fuera del pueblo y me recomendó que lo atendiera, me llamo Benjamín, un poco mas bajo que yo, como en sus cuarentas como yo, guerito, ojos verdes vivaces, como de víbora, barrigoncito, pero con cara de cabron, pero, pase, pase, vengase con nosotros a la mesa principal, yo soy el padrino de la quinceañera, lo salude de mano de la manera mas respetuosa y le indique que lo seguía, el en el camino me iba saludando, exagerando sus movimientos, como para que toda la gente supiera que éramos grandes amigos, cuando nos acercamos a la mesa principal, vi a la mujer mas hermosa y exuberante que hallan visto mis ojos en los últimos años, al acercarme a la mesa ella se levanto por educación a saludar, rubia de salón, pelo corto, cara hermosa, y un cuerpazo, no adivinaba su edad, después supe que tenia treinta y nueve años, traía un vestido rojo de noche con diamantinas que no dejaba nada a la imaginación, senos turgentes, una asombrosa cintura estrecha y un nalgorron, ella me extendió su mano y no pude mas que besársela y decirle sin ninguna pena, en verdad a sus pies señora…



Yolanda, Yolanda Romero…



Lalo García, me reitero a sus pies…



Que galante caballero, me dijo con una breve pero amplia sonrisa, nos acomodamos, el esposo en medio de nosotros y le indicaba al mesero que me atendiera, el cual solicito me tomo la orden y casi por arte de magia me trajo mi trago he indicándome que si deseaba cenar a lo cual yo le dije que no, Benjamín, empezó a decirme que tenia una compañía de construcción y que estaba expandiéndose hacia este estado ya que su base radicaba en el estado vecino de Wayoming, que conocía a Gustavo de hace muchos años ya que eran paisanos del estado de Michoacán, que habiendo probado fortuna acá por el norte, les había ido muy bien, que el estaba en busca de una persona competente, para que se hiciera cargo de las actividades de su compañía en este estado y que platicando, nuestro amigo mutuo, este me había recomendado ampliamente con el, dado mis conocimientos en la materia y mis conexiones locales, yo amablemente le indique que en esos momentos contaba con un excelente trabajo por mi cuenta, pero que le agradecía la invitación que me hacia, el a rajatabla, me soltó que con el me iba a ir mucho mejor, y diciéndome que el no sabia lo que ganaba, pero que de entrada me ofrecía el doble de lo que yo ganara, a lo cual yo lo tome como una hablada, ya que muchas personas solo por el hecho de que en este país les ha ido muy bien ya se sienten que pueden comprar todo, en eso empezó a tocar la banda musical, a lo cual Yolanda, le dijo a Benjamín, me sacas a bailar?.



Estoy hablando aquí con el ingeniero, de los planes que tenemos para expandir, la empresa, no molestes, le dijo en un tono prepotente…



Con el respeto que me merece Don Benjamín, le dije, yo creo que podemos hablar mas tarde de estos asuntos o mañana si gusta, por que no lo dejamos así y saque a su esposa a bailar, que para eso venimos, a divertirnos o no?, el hizo una mueca de desaprobación tomando a su esposa de la mano, la saco a bailar a regañadientes, como haciéndole un favor, ya ellos en la pista y al igual que muchos hombres y mujeres asistentes, no le quitábamos la vista a la señora, era un espectáculo verla contonearse, con ese voluptuoso cuerpazo, sus tremendas nalgotas nos tenia hipnotizados, yo para disimularla un poco, me dirigí a los sanitarios, cuando me saque el pito, me dolía de lo dura que estaba…



Calma toro, calma, me vi hablándole a mi pito, dejándolo que miara a gusto, en los últimos tres chisguetes y la sacudida de rigor sentí un calambrito rico en la base de mis huevos, calma, toro, calma, le volví a decir, guardando y acomodándome la verga, para que no se hiciera evidente mi erección, salí de los baños, topándome en la entrada con mi amigo Gustavo, el que me había invitado a la fiesta, acompañado de su esposa Mica, (a la cual ya me la había repasado, como recuerdan en algún anterior relato), nos saludamos, después de mutuos halagos, me indico de que si ya me estaban atendiendo a lo cual respondí que de la mejor manera, Mica le dijo a Gustavo, esta canción me gusta mucho y la voy a bailar aquí con el ingeniero, me dejas papito…



Ándale diviértete, a eso te truje chencha y me hizo un mohín de aceptación, nos dirigimos a la pista, ella como de costumbre moviendo sus nalgotas, como para llamar la atención, pero la mayoría de la gente estaba embelezada con la figura de Yolanda, Mica se dio cuenta y abrazándome para bailar, dijo para si sola…



Pinche vieja… se ha de poner rellenos, para que se le vean esas nalgotas, las mías son naturalitas, o no inge?...me recordó, por supuesto Doña Mica y muy sabrosas le dije y nos reímos al unísono, mientras nos deslizábamos por la pista de baile, pude observar en reiteradas ocasiones que Yolanda me miraba, pero no podía descifrar como, a veces, dulce, a veces enojada, a veces, seria, bueno una vez a hasta cachonda, así bailamos una tanda de canciones y nos regresamos todos a la mesa, ahí fue obligación que las señoras se sentaran juntas, los dos maridos en medio y yo hasta la otra punta, alejado de esas mujeronas exquisitas.



Que paso compadre Benja, como estas, pues aquí de compromiso, y tratando de convencer al inge que se venga a chambera conmigo, pero se da su apriete, parece que soy muy poca cosa para el, decía como tanteando el terreno o ver mis reacciones, se veía que era un tiburón para el trabajo…



No Inge, me decía Gustavo, aquí mi compadre, es una verga para el trabajo, un chingonazo, me cae que cualquier oferta que tenga ahora, aquí mi compadre, se la mejora…



No, no es eso, trate de alegar, lo que pasa es que no se me hace lugar, ni momento, para hablar de cosas de trabajo…



Pues mis mejores negocios y trabajos, los he tratado precisamente en estos, lugares, dijo autosuficiente Benjamín…



Tienen usted razón, les dije ya para no discutir, yo también soy hombre de pocas palabras, el lunes empezamos y a ver de cómo nos toca…(dije sin mucha convicción y esperando que todo fuera una charla intrascendente).



Así, se habla Ingeniero, secundo Gustavo, va a ver que no se va a arrepentir…



Y sellamos nuestro supuesto trato con un brindis…



Vieja, le dijo a Yolanda, ya esta, el lunes, aquí el inge, va a trabajar con nosotros, le dijo sonriendo.



Ella solo movió la cabeza y también esbozo una siniestra sonrisa…



Pues a chupar que el mundo se va a acabar y seguimos la fiesta, rugió Benjamín…



Oye Benja… dijo Yolanda, quiero bailar…



Uuu, como chingas, le dijo, no vez que estoy aquí con mi compadre Gustavo, pero ándale saque a bailar aquí a su patrona, me dijo…



Yo me sentí incomodo, pues que se creía este guey, me dio un coraje, pero al ver la oportunidad de tener en mis brazos a ese mujeron, hice de tripas corazón y me pare sonriendo a bailar con mi nueva patrona, nos dirigimos a la pista tomados de la mano y empezamos a bailar las diferentes selecciones que nos ofrecía la banda de música, ellos seguían toma y toma y nosotros baile y baile, solo hiendo a la mesa a tomar un trago para refrescarnos y le seguíamos dando al baile, sin querer queriendo, nos refregábamos el cuerpo, ella bailaba sensualmente, como queriéndome conquistar, frente a la vista de todos los presentes y valiéndole madre que su marido estuviera enfrente a nosotros, el cual también le valía madre que a su esposa la estuviera bailando otro cabron.



A las dos de la mañana se acabo el guateque y yo me despedí de todos, Mica estaba encabronadísima ya que no pare de bailar toda la noche solo con Yolanda, pero pues como habíamos quedado, solo habíamos tenido una aventura y hasta ahí sin ningún compromiso, además como me la iba a hacer de pedo si su marido estaba ahí también presente.



De ninguna manera hablo Benjamín, vamos a mi casa a seguirla…



Compadrito, le dijo Gustavo, ya ve usted que estoy chambeando fuera de la ciudad y pues ahora le toca a cenar a pancho dijo jocosamente…pues ya era hora secundo Mica…riéndonos todos de la ocurrencia…



Bueno inge, que?...usted también nos corta?...



Yo recordé que mi mujer se había tomado su medicina y una pastilla para dormir y descansar de sus malestares, sabiendo que no se iba a despertar hasta entrada la mañana, acepte…



Vamos a donde gusten, les indique…



Esooo..Dijo Benjamín así debe de ser, siempre dispuestos a lo que sea y abandonamos, el salón de baile…



Sígame ingeniero, aquí vivo nomás tras lomita, me indico, los seguí tras de una camioneta de lujo del año, hasta la zona residencial mas exclusiva de la ciudad, llegando a una mansión, una casona impresionante, ellos metieron la camioneta al estacionamiento y yo me estacione afuera bajando, Yolanda me abrió la puerta principal…



Pásele ingeniero, me dijo con una sonrisa, de oreja a oreja, parecía el gato que se iba a comer al canario…



La casa si impresionaba por fuera, por dentro era espectacular, de lujo, el se sentó pesadamente en la sala principal y ordeno…



Vieja sírvenos unos tragos y ponte un poco de música…



A pesar de la magnificencia de la casona se sentía fría, es exquisita, pero muy vacía como museo…



Tiene hijos Don Benjamín, acote a decir…



No, dijo tristemente, desgraciadamente, la vida eso nos ha negado, tuve un accidente de joven y según los doctorcitos de acá me han indicado que tengo una lesión en mis partes y que por eso no podemos tener hijos…



Tu no podrás, le dijo Yolanda, trayendo los tragos, a mi también me revisaron y por mi no hay problema…



Bueno, bueno, intervine suavizando las cosas, ya que me sorprendió el tono de voz de la mujer, en la fiesta era muy tímida para hablar con el marido, pero ahí en la casa, su voz retumbaba muy fuerte…



Habrán contemplado la opción de adoptar a unos niños…



Si pero ella no quiere, dijo con voz baja Benjamín…



A no, los chamacos que vivan aquí van a ser míos, salidos de mi vientre, que para eso soy mucha hembra para ser madre o no y se paro poniendo sus manos en jarra y apoyando sus puños en sus prominentes caderas…



No, pues ni hablar y bueno salud, por nuestro nuevo asociado, dijo Benjamín levantando la copa…



Yolanda se paro hacia el equipo de sonido y puso música tropicalona, pero lenta, sin preguntarme, ni pedir permiso a su marido, me jalo de la mano y me hizo hacia su cuerpo voluptuoso, yo un poco temeroso vi a Benjamín, pero este con la copa en la mano y un gesto de aprobación, me dijo que siguiera, empezamos a bailar, normalitos, pero ella se me iba pegando mas y mas, cuando le daba vuelta al compás de las canciones, ella a propósito hacia su cuerpo moverse mas cadencioso y me frotaba su tremendo culazo contra mi verga, que para decir verdad ya la tenia entumida de tantas paradas y bajadas que se me habían dado a lo largo de la noche.



Yo trataba de bailar lo mas decente posible, me alejaba a propósito, para evitar alguna mal interpretación, de pronto, se me repego mas y con un movimiento de cadera, me sobo mi verga con su pubis que estaba a la altura debido a sus altas zapatillas y me dio un beso de sacacorchos, tomo mis manos y los coloco en sus tremendas nalgas, me dejo helado, su marido ahí sentado frente a nosotros, esperando lo peor o un reclamo de su parte…



Ja..jaa…jaaa…se rio estrepitosamente Benjamín…



Eres una vieja cabrona, también obtienes lo que quieres canija, le dijo…



Claro que si, pendejo, para eso soy mucha hembra…ya me había cansado de los babosos que me traes según tu, muy chingones, pero a la hora de la verdad se arrugan, mira, como tengo a este macho y me agarro el bulto sobre mis pantalones, mostrándoselo al marido…ándele, ándele, váyase a su cuarto, le ordeno, chinguese otra copa y ya váyase, que ahora empieza la verdadera fiesta para mi, cabron…



No chingues, vieja, siquiera déjame ver como te cocha aquí el inge, no seas cabrona…



Ella me vio con un gesto adusto, tienes algún problema, de hacerme el amor enfrente de mi marido?...



No le conteste, solo le devolví el beso de torniquete y le amase con lujuria sus nalgotas…



Hasta que llovió en Sayula…!!!, dijo Benjamín (expresión mexicana para decir que hasta que están pasando las cosas).



Empezamos a besarnos y acariciarnos como si se nos fuera la vida en ello, Yolanda, parecía desesperada y supercaliente, se arrodillo y con desesperación trataba de aflojarme el cinturón y bajarme la bragueta cuando lo logro, mi verga salio impulsada como por un resorte, toda empapada de mis propios jugos que tenia horas estaba segregando, me la empezó a mamar con delirio, en eso me la tomo por la base de los huevos y así bien tiesa cuan largo estaba, se la enseño a Benjamín…



Mira esta verga si me va a preñar, y sopesando mis huevos, mira cabron están llenos de leche, me dejo de llamar Yolanda Romero si este camote, no me preña y volvía a las mamadas desesperadas, me sentí utilizado, pero pues a quien le dan pan que llore y con tremendo tratamiento quien se opone, después de estar mamándomela por largo rato, se incorporo dirigiéndose a una bracera del sillón enfrente a su marido se iba quitando y rompiendo sus pantimedias, no llevaba calzones, la muy cachonda vieja se doblo, arremangándose el vestido y dejando su tremendo culazo en pompa, ya bien listo para la monta, a medida que me iba acercando, con mi verga en riste, ella se abría de piernas y con sus manos se habría los enormes cachetes de sus nalgas, a un metro de ella contemple el mas hermoso panorama que un hombre halla visto, un biscocho casi humeante y lubricada, un culo un poco mas oscuro que el resto de la piel y un tremendo par de nalgas abiertas por sus propias manos, que a pesar de su tamaño y la edad de la poseedora, no tenia ni marcas de celulitis…



Cojéeme, gruño, moviendo las nalgonas de lado a lado, yo me hinqué pera rendirle tributo a tan preciosas ancas y biscocho…



Ella al sentir mi boca en su oloroso biscocho, ordeno…



Que me cojas, cabron párteme con tu verga, te digo…



Le solté tremenda nalgada, con la mano completamente abierta que a penas y pude abarcar una parte de ese inmenso nalgatorio…



A mi no me gritas pendeja, descargando un coraje que sentía por dentro, yo cojo cuando quiero, así que, primero te la voy a mamar y cuando quiera te la meto y le di otra nalgada, ahora en la otra nalga…



Ándale babosa, ahora si salio el gallo, que te va a aplacar tus calenturas y tu carácter, pendeja…ja…jaa..jaaa…reía Benjamín.



Ella enfurecida, por las palabras del marido, trato de imponerse…



Te digo que ya me la metas, cabron, cojéeme que estoy que me quemooo…



La tome de los cabellos con la mano izquierda y con la derecha le hice una seña a Benjamín, diciéndole que callara y así la hinqué de nuevo, frente a mi verga…



Mamala de nuevo y no me ordenes, le dije tratando de impostar la voz, me lo pides bien y de buen modo, yo no soy tu marido, le dije gritándole en la cara, echada para atrás jalada por mi mano…



Ella como que se sorprendió y sus ojos se llenaron de lagrimas y cambiando el tono de voz…



Disculpa, es que nunca estuve con un macho de verdad…



Con la misma mano pero mas suave, como invitándola, la volví a poner en la misma occisión y volví a chuparle su concha, ella solo se dejaba hacer y seguía abriéndose las nalgas con sus manos, me deleite con los líquidos de varias venidas que tubo al estarle lengüeteado su olorosa vagina, me incorpore y de una estocada, le metí todo mi chile hasta que mi vientre topo con sus hermosas nalgas…



Asiii….asiiiii….ahiiiiiii…..que vergota tieneeees, papito….papitoteeee….



Y se convulsionaba, todavía hice un movimiento de abajo hacia arriba y circulante, rinconeandole toda su verija, que para decir verdad estaba un poco guanga, bueno que mas se podía pedir, nada es perfecto, un viejarrón así ni modo que no hubiera cogido con cuanto cabron ella hubiese querido.



La estuve serruchando con vehemencia, la jalaba afianzado de sus hombros…



Ayyyy….aayyy…ayyyy…cooo cogidota, ahora si me están dando Benja… ahora si te hago papa, gire la cabeza a ver que hacia el marido, ya se había sacado su verga, pequeña, pero muy gruesa y se la estaba jalando, viendo como otro cabron hacia feliz a su vieja…



Ora si, Yola, encontraste quien te llenara…tarde pero sin sueño, a toda parroquia se le llega su fiesta…



Yo hacia oídos sordos, por que sus ocurrencias me desconcentraban de mi trajinar, el biscochote de esa mujerona…



De los empujones y arremetidas que le daba hasta se fue para delante en el sillón, abriéndose toda de patas y yo clavándosela hasta donde podía y así sin avisarle me empecé a venir…



Dos, tres, cuatro, cinco chorros, de abundante leche sentí salir de mi gallardo amigo, que se estrellaban en las riquísimas profundidades, de esa hermosa dama…



Me preña…me preña…ahora si que me preñan Benja…gritaba Yolanda…



Cuanta leche…cuantos mocos…semental…garañon, eso es lo que eres…pitudo. Dijo entre estertores de una nueva venida.



Así sudados y yo de verdad temiendo por que me diera un infarto, recuerden mi edad, respiraba agitadamente, mientras mi pito, escupía las ultimas gotas de mocos que iban a parar a la profundidad de ese hermoso biscocho…



Clap…clap…clap…aplausos?...si aplausos, Benjamín estaba aplaudiendo…



Yola, le decía amoroso, ahora si encontraste la horma de tus zapatos…



Ella toda espatarrada, despeinada y empinada en el sillón, hizo un ademán de mentarle la madre quedando desplomada…



Tomando mi copa, también me caí desplomado a un lado de ella en el sillón acariciandole el cabello, con la verga todavía parada, por la enorme excitación y el morbo que me producía todo ese show…



Órale mensa, aliviánate, mira como esta el ingeniero…no que muy chingona, no que mucha nalga, para cualquier cabron…órale ahí esta la verga esperándote, ella levanto la cabeza dijo…



Ya papacito…ya, me diste una cogida de antología, ya…ahora si…ya estoy completa…pero dirigió su mano hacia mi chorizo y me la tomo suavemente subiendo y bajando, lentamente se incorporo, dejando un regadero de mocos…



Se paro de espaldas a mí dejándome frente a la cara sus hermosas nalgas y hablándole a su marido…



Este cabron…dijo, pero le solté otra nalgada y ella pego un saltito…hay perdón este macho, si se saco el premio mayor y ahorita se lo voy a dar, aquí frente a ti…



Yo vi de reojo como Benjamín se acomodo en su asiento como para poder ver mejor el enculamiento de su mujer.



Se abrió de piernas y echándose de reversa, tomo mi verga en sus manos y la fue dirigiendo al agujero de su culo, le dio unas embarradas en la entrada de su panocha toda empapada y lo puso en la entrada de su orto, jugueteaba, con la punta, se agachaba tantito y se volvía a parar, yo le amasaba sus ricas nalgas que me impedían ver el espectáculo de ver mi camote entrando por su culote y apuntando mi enhiesta vara a su fundillaso, se dejo caer solita, por inercia cayo su cuerpo sobre mi garrote…



Aaaaaaayyyyyyy…aaaaaahhhhhhh……aaaaaauuuuuggggghhh…tuyooooo…tuyoooo…me dueleeee…me quemaaaa…me parteeee…



Yo deje caer mi cabeza hacia tras en el sillón disfrutando esa tremenda enculada que estaba dando, solo le apretaba sus caderotas y cerraba los ojos, deseando que no terminara ese momento, su culazo, tremendamente apretado, me devoraba la pinga…



Estuvimos así unos segundos, mi verga se amoldaba a la estreches de ese hermoso culo…



Te lo dije cabron…te lo dije… este culo solo iba a ser para el hombre que en verdad me hiciera sentir mujer…le decía a su marido. Algún día te prometí, que se lo iba a dar…al mejor garañon que me cogiera y este es…



Empezó a moverse lentamente, se lo sacaba casi todo y se volvía a ensartar ella solita, cuando lo tenia adentro removía su culo con movimientos circulares, tormento que no aguante mucho y ahora si le dije que estaba a punto de venirme, ella se lo saco de inmediato y se lo volvió a enterrar por su biscocho, moviéndose como licuadora y me saco otra buena cantidad de mocos…



Ahí te va mi resto mamazota, le dije agarrándome de sus caderas y sintiendo que se me escapaba la vida por un agujerito, aaaahhhh…



Bárbaro, bárbaro… maestro, increíble, que cogida le pegaste a la Yola, me decía desde su asiento Benjamín, me vine yo también y sin tocarme la verga, se ven geniales, que envidia, pero de la buena cabrones, que chulo palo te aventaste Yola y se paro para darle un beso en la boca, mientras ella estaba en trance todavía ensartada en mi verga que ya empezaba a bajárseme dentro de su biscocho.



Lo vi subirse al segundo piso y escuche que cerraba la puerta.



Yolanda se paro y me jalo de la mano, nos dirigimos al segundo piso de la casona también pero, nos metimos a otra habitación, nos esperaba una enorme cama donde me desplome en lo que ella iba al baño, minutos después, salio con unas toallitas húmedas y me limpio perfectamente la verga y acurrucándose, nos quedamos dormidos.



Dormí un par de horas, cuando estaba amaneciendo, sentí como Yolanda, me empezó a mamar la verga y en pocos minutos estaba otra vez en pie mi aguerrido camote, ella se trepo en mi cual experta amazona y me empezó a cabalgar, sentí claro sus orgasmos que me empaparon los huevos y aferrado a sus cadera, chupándole sus exquisitos senos a los cuales no les había hecho los honores , me vine empujando mi cintura tratando de hacer mas profunda mi venida, ella me tomo por la nuca y me oprimía contra sus chiches y sollozando se vino por enésima vez…



Que macho, eres un machazo, soy tuya mi amor, y se desplomo a un lado de la cama, yo me pare, me fui a dar un duchazo, bajando a la sala, me vestí y salí, con el fresco de la madrugada, llegue a mi casa, felizmente, mi mujer hasta roncaba, me acosté a su lado y dormí como un angelito.



Desperté al pasado el medio día, mi querida esposa, me llamaba, para desayunar o comer mejor dicho, en la comida le platique de mi nuevo trabajo, como constructor no como cogelon, pero eso es motivo de otro relato, ya que este ya se alargo.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 5
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