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Hola amigos, gracias por sus abundantes correos, espero seguirlos complaciendo con mis relatos, en esta ocasión, voy a relatar una vivencia de hace años, cuando trabajaba en la constructora civil mas grande de México y está especialmente dedicado a mi asiduo lector y paisano Efraín allá por California.
La Supercarretera a Oaxaca:
Hace quince años, recibí con alegría, la noticia de que se construiría una súper carretera de Cuacnopalan, Puebla a la Ciudad de Oaxaca y mi Jefazo el Ingeniero Barragán, me encomendó que empezara hacer los trabajos de logística, para esa gran obra, les voy a evitar muchos detalles, para no aburrirlos, el caso es que, a su servidor, le toco la sección media de la obra y el pueblo mas cercano para poner los campamentos era un pueblito típico del sur del Estado de Puebla, San Gabriel Chilac, en concreto, hasta ahí nos dirigimos el primer equipo de avanzada, para evaluar la capacidad de ese lugar para los trabajos que íbamos a realizar, algunos compañeros se hospedaron en un hotelito, la verdad medio ras cuache (feo), yo en un restaurantito pregunte que si había alguna casa de huéspedes, tan comunes en esos lares, y me recomendaron la casa de los Arriaga (apellido real nombres ficticios, ahora si como dicen, cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia), después de comer ahí me dirigí, era una casona grande antigua, me recibieron, Doña Antonia y Don Alfonso Arriaga, el gordito, bajito, moreno, pelos valientes (ninguno se le hacia para atrás), de unos, después me entere, cincuenta y cinco años, muy amable y sonriente. Ella morena clara de lo que se llama apiñonada, en sus cuarentas, pelo largo hasta los hombros y negros como la noche, buen porte, no tan agraciada de cara pero hermosa, reflejaba una belleza si no autóctona, si mas mestiza, ojazos negros, chatita y trompuda (poca nariz y labios gruesos), chaparrita también, pequeñas tetas, cintura bien apretadita y unas nalgas exuberantes, (después me entere que era de familia Tabasqueña, un estado en México donde muchas mujeres, tienen grandes nalgas), bueno, siguiendo con el relato, me recibieron muy amables me dieron una de las habitaciones mas amplias, y ahí descanse un rato, ya para la cena, me invitaron a hacerlo con ellos, y empezamos a platicar de la gran obra que se avecinaba, y que ellos teniendo una casa tan grande y con bastante terreno, podría servir de campamento, claro haciendo algunos arreglos, ellos se entusiasmaron, con la idea y los siguientes días fueron de tremenda actividad, para ellos, tratando de acondicionar las instalaciones, a veces cuando regresaba yo por las tardes, Don Alfonso, estaba medio fatigado, yo le decía que se tomara algunas vitaminas, el me decía que era por la edad y que desde hace años padecía de una enfermedad, en el comedor, Doña Antonia, siempre me recibía sonriente y rozagante, me daba una copita de tequila o mezcal antes de cenar, según para abrir apetito y en verdad cocinaba delicioso, después de la cena era costumbre, sentarse un rato en los pasillos de la casona en unas sillas mecedoras, a fumarse un cigarrillo, el personal eran muchachitas de poca edad, pero bien coquetonas, a mi en lo personal nunca me han atraído, mujeres menores, yo se que tengo una fijación que algún día les contare el porque, pero retomando el relato
Una mañana vi a Don Alfonso que hablaba con un chofer de la compañía, al acercarme escuche que le pedía que en su próximo viaje a la CD. De México lo llevara, a ver a un doctor muy bueno que le habían recomendado, para su enfermedad, el chofer se daba su paquete y le decía que no podía, yo al escuchar esto, le dije…
Don Alfonso que necesita?
El apenado, me decía que quería que lo llevaran a la CD. De México, pero como no conocía a nadie le pedía ese favor al chofer y que el le daba unos pesos por el favor.
De ninguna manera le dije seriamente a Don Alfonso, usted se ha portado como familia y eso es lo que somos, así que usted disponga del día y el tiempo que va a salir, me lo comunica y aquí el chofer, lo lleva, sin ningún costo.
El se asombro de mi decisión, y humildemente, me apretó la mano, es usted re bueno Inge. Gracias…
No no me de las gracias, valla viendo lo del doctor, por que la salud es lo primero.
Esa noche al llegar, Doña Antonia se esmeraba mas en atendernos, especialmente a mi, que si mas arroz, que si mas tortillas y en su cara pude observar un poco de coquetería, tratando de no confundirme por que ella siempre había sido bien amable, pero vi un extraño brillo en sus ojos y en su cadencioso andar, ahora mas lento y pronunciado.
Al terminar la cena, se me acerco Don Alfonso…
Inge, yo creo que mañana en la noche salimos para México, ya tengo bien las direcciones, ya llame por teléfono y me esperan para que me hagan unos estudios, son tres días para que me revisen todo.
Perfecto, Don Alfonso ahora mismo le digo al chofer para que se prepare y le vamos a dar para los viáticos, le parece?
Nuevamente Inge. Es usted, con perdón de la palabra…a toda madre y me abrazo muy agradecido, a la noche siguiente pude ver como estaban preparándose para salir a México, yo me acerque al grupo de personas, el chofer, Don Alfonso y Doña Antonia…
Le dije al chofer que se fuera con calma y con cuidado que no había prisa y que llevara al matrimonio a donde ellos gustaran, que desde ese momento el estaba a las ordenes de ellos y le acentué que de buena manera.
Don Alfonso me dijo que el viajaría solo que Doña Antonia se iba a quedar a atender a los huéspedes, bueno pues que les vaya bien acote a decir y me retire a mi cuarto a dormir.
La noche estaba calurosa y estaba yo leyendo, abrí una ventana para que entrara un poco de aire fresco, cuando me estaba desnudando para tomar un baño, pude ver de reojo como dos de las chamaquillas se escondían para verme desnudo, volví a la ventana y la cerré, me bañe con agua fría y me acosté desnudo sobre la cama, pasaron un par de horas y como a las dos de la mañana unos toquidos muy suaves, me despertaron.
Toc, Toc, Inge…Inge…se oía susurrar
Yo pensé, pinches chamacas calientes, ahorita las voy a mandar a darse un baño de agua fría para que se les baje la calentura y me levante, me puse una toalla en la cintura y le quite el seguro a la puerta, de un fuerte empujón que me sorprendió, entro como tempestad y cerrando la puerta a sus espaldas, vi a Doña Antonia que entraba, yo no salía de mi asombro, ella al ver mi cara, me dijo…
Ay Inge. Discúlpeme por presentarme de esta manera, pero es que, tengo que hablar con usted, pero no quería que alguien me viera…
Discúlpeme por estar así, le dije yo, pero es que ya estaba descansando, pero pase y me fui a la cama sentándome en la orilla, a la vez que ella se sentaba en una silla, yo tome mis cigarrillos ye encendí uno, le ofrecí a ella pero me dijo que no, iba vestida con una bata de dormir unas chanclas y su pelo recogido en un chongo, solo un poco de pintura de labios y así naturalita…
Y para que soy bueno Doña Antonia?...
Pues mire Inge., usted se ha portado re buena gente con nosotros nos ha traído rete harta gente a vivir aquí a la casa, además de ayudarnos en todo lo concerniente a las remodelaciones de la casa…
No tiene nada de especial, Doña Antonia, además el beneficio es mutuo, ustedes también nos ayudan demasiado, con toda esta gente que va a empezar a trabajar en la obra…
Si pero como usted le dijo a mi marido, que nos tratamos como familia y eso no cualquiera Inge…
Bueno pero de que es de lo que me quiere hablar…
Pues me da mucha pena Inge, pero desde que llego, me vinieron muchos recuerdos de un novio que tuve allá en mi tierra, se parece mucho a usted y fue el primer hombre en mi vida, desde la misma noche que llego usted aquí, tuve un sueño muy caliente y ya van para tres semanas, la verdad ya no me aguanto las ganas, tiene meses que Alfonso no me toca, la verdad ya no aguanto, se paro y dejo caer a sus espalda la bata de dormir, quedando completamente desnuda, un cuerpo, moreno, macizo, apareció delante de unos hombros fuerte, sus tetas aunque pequeñas estaban erguidas y sus pezones negros, bien parados, una cintura, bien delineada, para una mujer de su edad, caderas anchas y en medio un triangulote de pelos negros, todo esto sostenido por poderosas piernas, ella se tapo con una mano sus pechos y la otra la bajo para cubrirse su pelambrera aunque con su manita no podía cubrir aquel biscochon peludo, el olor que emanaba era de hembra recién bañada y con ese aroma a jabón coyote (un jabón en barra que se usa en los pueblos de México, para lavar ropa, pero lo usan mucho las mujeres, ya que deja el pelo muy lustroso)…
No me vaya a despreciar, por que me muero de la pena Inge., me decía bajando la cabeza.
En mi ultimo recoveco de integridad, le dije…esta usted segura de lo que me esta diciendo y de lo que quiere?...
Lo pensé mucho inge., y si estoy bien decidida, camino hacia mi quitando la toalla de mis piernas, ya para esto mi verga estaba bien parada, ella al verla pelo los ojotes negros…
Madre mía que, hermoso aparato tiene, inge, así me lo había imaginado en estas noches , se hincó y me lo empezó a mamar con mucha delicadeza, le daba unos besitos en el cabezón y se bajaba besándome todo el tronco, cuando llegaba a mi pelambrera, aspiraba el olor a macho limpio y suspiraba…
Que gran miembro tiene inge…
Se llama verga, Doña Antonia, dígale verga, le decía yo…
Ella se apenaba, pero no le quedaba de otra ya estaba mamándomela muy bien…
Siiii. VERGA…VERGA… es lo que me hacia falta decía con sus mejillas encendidas, yo me estire al buró cercano y encendí un radio que había ahí para que no se oyeran tanto los ruidos, de una revirada revise que todas las ventanas estuvieran cerradas, para evitar indiscreciones, jale un cojín y me dispuse a disfrutar plenamente de la mamada que me estaba dando, yo solo le acariciaba su cabello y entonaba los ojos recibiendo semejante placer…
Ella se fue levantando sin soltar mi verga y acariciándome los huevos, me soltó el pito y dándome una gran sonrisa…
Ya métamelo, suplicaba, estoy chorreando solita y se dio la vuelta en su eje, yo le dije que quería chupárselo a ella también, ella me contesto que lo dejáramos para otro día, que ya no aguantaba la calentura, se abrió de piernas, dejándome el espectáculo de sus nalgotas morenas, una hilera de pelos le subía, hasta cerca del cóccix, con una mano agarro mi chorizo pasándoselo por los labios de su ardiente chumino, como les comente era chaparrita así que, yo le quedaba mas alto, entonces subió una pierna en el borde de la cama, con una mano seguía sobandose su panochon y con la otra se abrió sus nalgotas, se detuvo un momento, en que creo coordinadamente sin querer, los dos dejamos de respirar, se acomodo, mi cabezón en la entrada de su coñazo y se dejo resbalar solita, alzo la cabeza al techo…
Yihaaaaa…aaaugggg… que cabezón esta inge, me abre toda, pero solo se había clavado una tercera parte del garrote…
La verdad, la señora estaba súper apretadita, ya sabia que no tenían hijos, pero nunca espere que una mujer de esos años estuviera tan apretadita
Claro sentí como palpitaba su paloma e inmediatamente, me la empezaba a lubricar con sus jugos…
Me vengooo, me estoy viniendo, me anunciaba gritando y eso que no llevaba ni la mitad de la ñonga enterrada, a pesar de sus venidas, seguía descendiendo, muuuy lentamente por el tronco de la verga, a los momentos que se nos hacían eternos, sentí sus pesadas nalgas en mi vientre…
Ya, ya, ya me lo comí todito inge, madre mía, pensé que nunca iba a terminar de comerme todo su miembro…ooo, que diga…verga, ella se corrigió, tomando sus gordos cachetes de las nalgas empecé a moverla de adelante hacia atrás, a la vez que con el poco espacio que tenia yo abajo, hacia un juego de cintura, ella estaba como Ignacio, con las nalgas en el espacio y yo sentía la gloria estar taladrando ese apretado coño…
Que ricura de biscocho tiene Antonia, en verdad tiene usted una joyita ahí entre las piernas, quien dijera, le decía cariñosamente…
No que va…deliciosa esta su vergota, mire que tan bien portado que se veía, quien iba a decir que tenia este toleton escondido…aayy me vengo otra vez…burrote, y se movía como loca, volteaba a verme y tenia sus ojos llorosos y lagrimas en sus mejillas, pero una tremenda sonrisa, que enseñaba sus blanca dentadura…
Ya vengase inge, ándele termine en mi, tenemos toda la noche y las que vienen, o no? Apretandome aun mas su chocho, le agarre sus nalgotas mas abriéndoselas al máximo, pudiendo ver mas su peludo ojete del ano y me empecé a venir bufando…
Ahí le van mis mocos mamazota…
Mi verga exploto sintiendo claramente como rebotaba mi leche en sus entrañas…
Que me esta haciendo inge?...se esta orinando…
No mamita, me estoy viniendo…
Haa bárbaro, cuanta leche me esta aventando con su pitoteee…
Al terminar mi estremecimiento, ella se desenchufo y se acostó conmigo, nos deslizamos hasta quedar bien acostados ella, se acostó en mi pecho y con su manita, me acariciaba mi verga todavía medio erecta…que vergon se manda inge y se acomodo a la altura…para la cama no hay estaturas verdad inge, me decía con su sonrisota…
No se arrepiente? atine a decirle…
No que va, si de esto estaba pidiendo mi limosna, es mas déjeme decirle algo, y espero no lo tome a mal, Alfonso sabe que esta noche, iba a ser suya, el es un buen hombre y sabe de mis necesidades, estamos enterados, desde hace años que el no puede tener hijos, por su enfermedad así que si salgo pastel (embarazada), el esta de acuerdo, le cayo usted muy bien a el, la otra noche que me estaba chupando la verija y dedeandome, en un arranque de calentura, me dijo que si no me gustaría que usted me cogiera, que se veía que usted era un hombre integro que sabría apreciar mis deslices y yo gustosa acepte, así que no hay ningún problema amorzote y me empezó a besar y a jalarme con su mano mi verga que ya se estaba volviendo a parar…
Ella al ver la reata que ya estaba en todo su esplendor, me dijo…
Como quiere que me ponga? Inge…
Póngase en cuatro mamacita que se lo voy a dejar ir toda… y mas rápido que inmediatamente se puso en posición para la monta, puso su pecho contra la cama, parando mas su nalgatorio, se me hizo extraño que no tenia muy escurrido los muslos, por que como les dije yo había tenido una muy buena corrida, al estar ella así de a perrito, toda expuesta, con las manos se abrió las nalgas y su chuminote, ahí fue donde observe, como le salía mi leche a borbotones, ella pujando un poco los expulsaba, goteando toda la cama de mocos, alcance a oler ahora si bien su aroma de mujer caliente, así que tomando mi camote, me embadurne el mismo con mis propios mocos y se la metí de una sola estocada, aferrado a sus caderotas…
Plaff…plafff, se escuchaba mi pubis, chocando con sus nalgotas que para nada se meneaban como gelatina, al contrario, estaban bien macizas y brillosas…
Aaaaaaayyyyyy, ayyyyyy, ahora si me llego, donde nadie, Inge, me decía quejándose, yo claramente sentí como tocaba fondo el cabezón de mi verga y como que le rompí algo ahí adentro, acabando de meter todo mi chile…
Que sabrosura de biscocho tiene Doña Antonia, en verdad esta usted deliciosa, ella arqueaba la cintura y alzaba la cabeza echada hacia atrás, yo la tome por el pelo y parecía que estaba cabalgando una de esas yeguotas zancudas, la jale hasta la orilla de la cama sin sacarle el pito y le dije que tomara unas almohadas, una se puso en su vientre y las otras dos en cada rodilla para estar mas alta, ahí le saque mi reata y le amasé su nalgatorio, enorme, se veía ese culazo lleno de pelos, ahí no pude mas y me acerque a mamárselo…
Inge… esta sucio, venga me decía, pero yo me aferre a sus nalgotas y me bebía mis propios mocos mezclados con los suyos…
Que bárbaro, como me hace gozar, inge, es usted un amor…
Yo empapado de nuestros jugos, me pare y abriéndole con las manos las nalgotas, enfile solía mi verga y se la volví a hundir en su encharcado chumino, hasta que mis bolas golpeaban violentamente su clítoris, le hacia un juego de cadera rotativo, que la volvía loca de placer…
Parece batidora, inge…me estas revolviendo todo allá adentro con su cozotaaaaa, me venggooo, de neuvooooo…
No aguantando más ese tremendo suplicio, me vine de nuevo, metiéndosela hasta el fondo de nuevo aferrado a sus fuertes hombros, ella reculaba moviéndose también circularmente y me sacaba todo mi resto de mocos…
Me exprimió todito, Doña Antonia, que sabrosa esta…
Y así nos fuimos quedando quietecitos, la gravedad nos acostó en la cama y así atravesados en la cama nos quedamos dormidos uno al lado de otro.
Como a las cinco de la mañana, sentí que se levantaba, me dio un beso en la mejilla y me dio un nalgadita a la vez que me cubría con la sabana y me volví a quedar dormido.
Como a las dos horas, me volvieron a tocar la puerta…
Inge…inge..Me decía uno de mis ayudantes al cual le reconocí la voz.
Que paso… le dije desde mi cama levantándome y cubriendo el desmadre que ahí había, me puse una bata y le abrí la puerta…
Que pasa Roberto, le dije a mi ayudante…
Nada inge.., quise venirlo a despertar a las seis y media como de costumbre, pero Doña Antonia, me comento que se sentía un poco mal y que no iba a ir con nosotros el día de hoy, se encuentra mejor?
Si, mira es solo un resfriado, a la tarde nos vemos en la oficina, ya sabes todo lo que tienes que hacer?
Si Inge…ya sabe que por eso soy su ayudante de confianza, ahorita, con los muchachos sacamos el trabajo del día, usted no se preocupe y descanse, que al rato volvemos y se retiro, yo regrese a mi cama y me volví a acostar, dormitando, como a la media hora, sin tocar entro Doña Antonia con otra muchacha que traía una charola con el desayuno…
Deja en la mesa el desayuno del Ingeniero y te me vas al mercado a hacer las compras con Tomas y tu hermana…
Si señora, contesto, la muchacha y se retiro, pude observar una sonrisa irónica y cerro la puerta muy lentamente, Doña Antonia, cerro la puerta con seguro por dentro y me trajo la vianda a mi cama sonriendo, ya venia enfundada con un vestido de esos blancos bordados tan famosos del lugar de una sola pieza y su eterno chongo en el pelo…
A ver… mi rey, le voy a dar en su boquita su almuerzo, tiene que recuperar las fuerzas perdidas, mire que todavía estoy en trance, toda la mañana me la he pasado como en las nubes, bueno hasta ando cantando y me acerco mi alimento a la boca, yo lo quise tomar con una mano, pero ella me dijo que no que ella lo quería hacer y darme en la boca, yo consentí y me deje apapachar con sus atenciones, y arrumacos, al terminar, ella me dijo…
Que el parece un buen baño inge?...
Y sin esperar respuesta, se levanto, puso la charola vacía de nuevo en la mesa y se dirigió al baño a escuche como empezó a correr el agua y ella me llamaba…
Vengase a tomar su baño inge ya esta listo…
Me levante y al entrar al baño, ella estaba ahí ya desnuda completamente con un zacate en una mano y el famoso jabón coyote en la otra…
Ahorita lo dejo como nuevo, déjeme bañarlo inge…yo de nuevo consentí y me metí al chorro del agua, en verdad olía a pescado, todo mi cuerpo, ella me empezó a refregar todo y con sus propias manos me indicaba que me diera la vuelta, me enjabono todo, pero me dejo la verga al ultimo, tomo jabón en sus manos y en su pelambrera de biscocho se embadurno bastante, este me dijo jalándome la verga ya medio parada por sus restregadas con el zacate a este vergon, me decía apretándolo, lo lavo con esto papacito y se dio la media vuelta, soltando a propósito la barra del jabón…
Ay, se me callo el jabón me decía, al tiempo que se doblaba por su cintura parando mas las nalgas, yo no tuve mas que afianzarme de nuevo de sus caderotas y se lo deje ir de nuevo, ella hasta de puntitas estaba recibiendo cada acometida que yo le daba, nuestros sexos empezaron a hacer bastante espuma que le embarraba en su espalda morena y me la seguía bombeando…
No se vaya a venir todavía inge, me decía, esto es solo para dejársela bien lavadita y de paso también me lava bien adentro a mi también, me decía carcajeándose, sintiendo como se venia en mi garrote…
Ella se desenchufo y me enjuago, todo y se enjuago ella misma, salio primero del baño y se envolvió en una toalla a la vez que me ofrecía otra, cerrando las laves del agua, tome la toalla, ella me empezó a secar todo el cuerpo y le dio un beso a mi chorizo que ya bamboleaba por meterse en algún hoyo, ella me jalo del mismo y como jugando nos fuimos a la cama de nuevo, pero ya limpios, termino de secarme y así de rodillas, me empezó a mamar de nuevo la verga, el olor de jabón coyote inundaba el ambiente agradándolo, ella al no poder tragarse toda la reata, me la besaba de costado y se bajaba, metiéndose un huevo y luego otro a la boca alternadamente mientras su manita me jalaba gentilmente mi camote, a los minutos, la levante y la empuje suavemente en la cama, ella por inercia, separo las piernas y valla tremendo biscocho que tenia la Doña, bien peludo y sus pelos brillando de limpios, me acerque e inhale ese aroma de hembra pueblerina y le mame con locura ese hermoso chochazo, ella arañaba literalmente mis hombros y se venia copiosamente en mis labios, yo le agarraba sus pequeñas chiches y jugaba como a las canicas con sus pezones, no, menos de tres venidas, seguidas se dio, me incorpore y le puse dos almohadas, en su cintura acomodándome en sus piernas, le metí solito, mi verga sin ninguna dirección, parecía que esta ya sabia donde debería de meterse y no pare hasta que mis huevos chocaron con sus nalgas…
Papacito…me llenas toda augjjjjhh, de veras que ya hasta se me estaba olvidado que tan rico se sentía tener un camoton adentro aahhhhhg, papacito.
Yo en verdad ya no quise hacer mas largo el momento y me empece a venir sin avisarle, pero ella noto mis descargas de suculenta leche…
Papacito de que salgo preñada, es seguro, cuanta leche me estas dando y me dio un beso profundo, quedando los dos dormitando un ratito, a los pocos minutos…
Inge…me decía, ande vístase y lo voy a llevar a pasear y comemos fuera órale?
Nos vestimos y salimos rumbo a un paraje que le denominan la taza de agua, ella iba con su sonrisota y yo pues disimulaba, no había mucha gente, pero la mayoría la conocía a ella y a su esposo, así que solo íbamos caminando juntos y platicando de muchas cosas, nadamos un rato y después regresamos al pueblo a un restaurante de mariscos que por cierto lo atendían otros mariscos (gay’s, maricones, putos , etc.) y muy sabrosamente recargamos las baterías, fuimos a la plaza y comimos helados como novios, ella es una mujer muy respetada en la comunidad y todo el mundo la saludaba y me echaban miradas indiscretas, ya atardeciendo regresamos a la casa y yo me fui a recostar un poco a mi recamara mientras ella atendía los pendientes que había, por la noche tuvimos otra sesión de sexo igual de sabrosa que da le noche anterior.
Al tercer día regreso Don Alfonso he inmediatamente me localizo…
Inge… muchas gracias, mire que ya me atendieron re-bien allá en la capital y me dieron un tratamiento y tengo muchas posibilidades de quedar bien otra vez…
Que bueno, le comente, así podrá usted atender a todas sus obligaciones ya bien recuperado, le comente sin el menor de los prejuicios…
Claro Inge…, pero pues usted ya me esta ayudando, o no?
Yo nada mas tosí fuerte y moviendo la cabeza me aleje despidiéndome de el
Se vino el trabajo y cientos de trabajadores, muchos se quedaron en esa famosa casa de la que he estado hablando, pero muchos se esparcieron por el pueblo y en verdad era un completo desmadre, como yo estaba encargado de la logística, me llegaban casi a diario y mas los inicios de semana reportes, de que si una hija había desaparecido, que si la mujer de alguien ya se había ido de la casa con un trabajador y puras de esas, y es que como llega tanto cabron de quien sabe donde, pues engañan a las mujeres inocentes, prometiéndoles la luna y las estrellas solo para que ellos pasaran un buen rato.
Pero regresando al relato a los meses empezamos a observar, el crecimiento de la barriguita de Doña Antonia, y Don Alfonso era objeto de bastantes elogios por parte de sus amigos que le preguntaban por la dichosa clínica donde le habían curado sus males que hasta de tan bien que quedo había empanzonado a su esposa, el se regordeaba y con una sonrisa franca les daba la dirección y les agradecía sus parabienes.
Efectivamente, Doña Antonia me platico que a las semanas después que fue al tratamiento, ya se le empezaba a funcionar su pito a Don Alfonso y que estaba muy contenta…
El tiempo paso su marcha, siguió avanzando el trabajo y nació Ponchito (diminutivo de Alfonso), en cuanto nació Don Alfonso, me pidió que yo fuera su compadre y padrino de bautizo del pequeño, a los tres meses de su nacimiento hicieron una gran fiesta de bautizo del niño, que sobra decir tiene muchos rasgos míos, pero eso era olímpicamente ignorado por todos incluyéndome a mi, la fiesta se llevo al estilo de los rumbos, tocando dos grandes bandas que me impresionaron mucho por su profesionalismo, la Altepexana y Leo Sorcia, , ya entrada la madrugada, me despedí de los anfitriones y Doña Antonia me dijo con disimulo que dejara la puerta de mi cuarto sin seguro y así lo hice, al llegar a mi cuarto me acomode en un sillón para esperar, quería fumar un cigarrillo, pero estaba cansado, así que empecé a dormitar, en verdad no supe cuando, pero empecé a escuchar gemidos de placer, entre abrí los ojos y pude observar como cabalgaba Doña Antonia a Don Alfonso, en mi cama, de momento la imagen me pareció fantasiosa, hasta que ella reviro hacia mi sonriendo y haciéndome señas que me acercara, pues yo medio borrachón y caliente que me encuero y me acerque a la pareja, ella al verme próximo me jalo de la verga…
Mira Poncho…con que bonita verga me hicieron a nuestro hijo…y me la empezó a mamar, yo observe a Don Alfonso a ver que hacia o decía, pero este nada mas se deleitaba, con las metidas de verga que le estaba dando a su esposa y hasta con los ojos cerrados y con sus manos le acariciaba y le abría el par de nalgotas morenas, me coloque de frente a ella y me empezó a dar unas buenas mamadas, jugaba con mis huevos y me escupía mucho mi pito, sin decir palabras pero empujándome hacia atrás entendí su mensaje, me coloque atrás de ella, pude observar sus tremendas nalgas y gran biscocho peludo partido por en medio de la verga de Don Alfonso, gruesa prieta, no muy larga, pero bien gruesa, ella se abría también las nalgas y se veía su ojete, lleno de pelos, ella apenas alcanzaba a meterse un poco la punta del dedo…
Culeeme…culeeme inge, métamela por el culooo, que me muerooooo…
Yo me escupí mas mi verga y se lo encamine, ella se afianzo en cuatro puntos y Don Alfonso, le abría los cachetes de las nalgas, sin dejársela de coger solo paro unos segundos para que yo cumpliera con mi labor y así consumar la doble monta.
Le entro la cabeza, y ella hizo un reparo, quería alejarse, pero Don Alfonso, la sostuvo firme, yo la afiance del pelo con una mano y con la otra dirigía mi verga y se la redondeaba un poca para que no le doliera tanto…
AAAAAAAgggggggghhhhh, me parte toda, decía, pero empezaba a recular lentamente hacia atrás, que rico esta estooooo, y empecé un mete y saca lento pero consistente, a cada empujada le metía un poco mas de garrote, hasta que entro todo, ella se sentó plenamente en la verga de Don Alfonso…
Asiiiiii, así quería estar bien empalada por mis dos machos decía desbocada por la lujuria, yo me afiance de sus hombros y se la metía con enjundia hasta que rebotaban mis nuevos con la verga de Don Alfonso, no tardo mucho la cosa, quien sabe cuanto tiempo llevaban cogiendo ellos…
Me vengoo, anuncio Don Alfonso y empezó a moverse con mas fuerza, en una de esas se le salio la verga todavía chorreante, lo digo por que me mancho los muslos de sus mocos y en eso yo también le rellenaba el ojete a Doña Antonia de espumosa y caliente leche…
Que sabroso y apretado culo tiene Sra., alcance a decir…
Lo de sabroso pues usted sabe, pero lo de apretado, eso si que no, me lo abrió todito Inge, decía sonriendo y con algunas lagrimas en sus mejillas.
Yo me desenchufe y me fui al sillón de nuevo, ellos al poco rato se medio vistieron y se retiraron de mi cuarto.
No se dijo una palabra de lo sucedido, ni tampoco volvimos a repetir la faena, en los sucesivos meses, una que otra vez pero menos frecuente me visitaba por las noches Doña Antonia y ahí me la volvía a coger por todos sus agujeros, ella procuraba guardarse mi leche y un día me confeso que Don Alfonso, le encantaba remover el atole, le gustaba mamarla y cogersela después de que yo me la había cogido, y así termino la obra, yo fui de los últimos en retirarme, el día de la despedida, hicieron un banquete especial, Don Alfonso, se despidió de mi reiteradamente, y ella aunque sonriente no dejaba de tener una apariencia triste, por la noche tuvimos nuestra ultima sesión de sexo, muy fuerte, nos cogimos como desesperados y así al siguiente día partí de ese famoso San Gabriel Chilac Puebla, donde pase unos momentos de mas decir agradables.
Entre mi ahijado y yo seguimos teniendo esporádico contacto, ya tiene dos hermanitos mas, aunque un poco mas morenos que el, pero me cuenta que el sigue siendo el consentido de sus papas.
Nos vemos en la siguiente.
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