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Siguiendo por el paseo en mi pueblo, me acorde de dos situaciones muy cachondas que también me ocurrieron y son motivo de estos relatos, el primero:
Llegando a tres calles de la casa de mis padres, esta ubicada hasta la fecha la tienda de abarrotes y ultramarinos "El Cedro", me acerque hasta ahí, buscando mis recuerdos, pero ya no había nadie que yo pudiera conocer, le pedí al dependiente unos cigarros y salí de ahí, tal vez con una lagrima en los ojos...
Y es que ahí viví una serie de encuentros calentísimos con varias viejonas calenturientas y faltas de macho, voy a platicarles como empezó...
A la sazón yo tenia como 20 años y siempre que salia del gimnasio de Karate, por la noche pasaba ahí a tomarme una soda y mas que por la soda era para hacerle platica a la dueña de la tienda, Doña Mabela Mobarak y le decíamos Doña Mabe de cariño, ella y su esposo Don Paco habían llegado de la madre patria con los refugiados que llegaron a México en la era del Franquismo y se establecieron en ese mi pueblo el era el clásico español peludo, pero ya algo grande y barrigón cuando lo conocí, por cuestiones de atender la tienda bien el lo hacia por las mañanas y ella por las tardes hasta cerrar, ella era una matrona alta de ascendencia árabe pelo abundante negrísimo y unos ojazos negros, su pelo era tan abundante que hasta tenia un pequeño bigotito y además no era muy guapa, pero tenia un cuerpazo de infarto como decíamos en mi pueblo "cuerpo de tentación y cara de arrepentimiento", unas lolas enormes, cintura un poco estrecha y un fundillazo, siempre guardado con vestidos holgados y aun así se podía distinguir la grandiosidad de sus nalgas, alguna vez le vi un poco la pierna arribita de la rodilla y estaba bien peluda, y me preguntaba yo mismo, si así esta la vereda como estará el camino real...
A la hora que yo llegaba 3 veces por semana era casi siempre la hora de cerrar, y la ayudaba siempre a meter algunos botes con mercancía que estaban en la puerta de su tienda, ella tenia un acento bien marcado de española y me daba gracia su hablar...
Ale, guapo, que venís bien suda’o...
Que te han pegado una soba, cariño y cosas por el estilo...
Siempre estaba alegre y muy hacendosa y le encantaba hablarme de su tierra, yo me tomaba con calma mi soda y me entretenía viéndole el culazo, cuando ella despachaba a los pocos clientes que llegaban a esas horas, pero nunca paso a mas la cosa, hasta que un día, llegue como siempre y tome mi soda del refrigerador, pero ella estaba muy callada y sus ojazos no tenían esa chispa...
Doña Mabe, ahora que tiene, no esta usted muy hablantina como de costumbre esta usted enferma?
No, chaval, son cosas de gente mayor, estoy un poco tristona, por cosas que pasan en el matrimonio.
Le puedo ayudar en algo Doña Mabe?, ya sabe usted que soy de confianza...
No currito, la ropa sucia se lava en casa y no quiero que esto pase a mayores, pero ya que te ofreces, quiero que me respondas una pregunta, vos ya sos un hombrecito y algunas veces te he visto con alguna muchachilla, te quiero preguntar, estoy ya muy vieja, digo como para gustarle a un macho?
N’ombre, Doña Mabe, para nada, le voy a ser honesto, el espejo no miente, no es usted una mujer de calendario, es una mujer frondosa, guapa, imponente y ya que se lo estoy diciendo, yo he oído por ahí algún comentario de varios machos que sueñan estar en el lugar de Don Pacorro.
De veras currito, no me mentís, me dijo alegrándose la cara y brillándole de nuevo sus ojazos, tu crees que estas carnes todavía se antojan?, me dijo tomándose el enorme pecho por debajo de las tetas y levantándoselas...
Claro Doña Mabe y me avente al ruedo, yo nada mas por que siempre la he respetado a usted y a su esposo, pero honestamente me he hecho varias pajas pensando en usted, le dije poniéndome colorado de vergüenza...
No te creo baturrito, lo dices para que no me sienta mal y es que la verdad, ya van varios fines de semana que me la paso en blanco, por que a aquel, medio se le para el asunto, pero a las primeras de cambio se le baja, el me ha dicho que quiere por otro lado, pero yo nunca lo he hecho y la verdad tengo miedo, ahí como lo vez mi Pacorro tiene una cosota como esa morcillona que vez ahí colgada, me dijo señalándome un largo y grueso embutido de los que vendían...
Pues vaya salud del hombre y la alegria de usted, por eso siempre anda contenta y hasta cantarina, ahora caigo en el por que de su pena...
Oye chaval, ya ayúdame a cerrar la tienda que se hace tarde y con esta platica, por mi ayuno, ya me puse nerviosona...
Me extraño un poco porque faltaba como media hora para cerrar como de costumbre, pero sin alegar, Yo me dispuse a meter los botes con mercancía de afuera, pero también hacia un esfuerzo para que no se viera mi tremenda erección que me había provocado la platica con ella, Doña Mabe estaba en la caja registradora atrás del mostrador haciendo su corte de caja, cuando yo baje la cortina metálica y abriendo la pequeña puerta para irme...
Bueno Doña Mabe, hasta mañana y piénselo, le dije yo con la intención de retirarme...
Ven currito, de favor te pido que me ayudes a cargar unas cajas de mercancía que acaban de llegar y quiero ponerlas en la trastienda, vale...
Yo cerré la puertilla a mis espaldas y me metí atrás del mostrador, ella presurosa se volteo a tomar una caja que estaba ahí y cuando la levanto...Aaay, me lastime la espalda me dijo poniéndose una mano en su cintura...deje eso ahorita le ayudo con la mejor de las intenciones, al acercarme ella se sentó rápidamente en la caja y me vio a los ojos con una cara coquetísima, ven aquí chavalon jalándome de la cintura y apurándose a desabrocharme el cinturón, me busco en el calzón y salió mi verga como resorte...
Venga baturrito, que buen trozo que teneis, nada que envidiarle a mi Pacorro y se lo empezó a mamar como toda una experta, con una mano me bajo los pantalones hasta los tobillos y me acariciaba los huevos...
Que tienes una polla de maravillas chaval y esos cojones están a reventar de leche...
Shuup...shup..shupp, no me cabe toda tu pollaza en la boca, la tienes regia y me la seguía mamando con unas ganas que parecía que con ello se le iba la vida, me chupaba la punta y me la mordía un poco y después de lado me mamaba el pito de lado hasta bajar hasta mis huevos y se restregaba mi verga en la cara, estaba sudorosa y bien excitada...
Ole torito, que aguantas bien mis capoteadas, yo creo que nos vamos a aventar completa la corrida, con una mano le jalaba la cabeza, para que me la mamara mas profundo, ella se boto por encima del vestido sus gloriosa tetorras, que si bien algo caídas, estaban duras y con unos pezones morenos y bien parados, ella deposito, mi verga entre sus gloriosas lolas y me apretaba la verga, besando la cabeza cada vez que emergían de ellas, así estuvimos por un tiempo hasta que la jale un poco por los hombros hacia arriba y le di un bezo de sacacorchos amasándole sus nalgotas y sus pechisimos, con mucho morbo...
Doña Mabe, es usted una mujerona, capas de levantar a un muerto, que buenas nalgas tiene...
Ella se separo de mi y se volteo hacia el mostrador y recargándose subiéndose la falda hasta la cintura, se bajo enrollándose sus calzonzotes a media rodilla, dejando contemplar un espectáculo increíble de un pedorron, moreno como ella y con una línea de pelo que le salia entre las nalgas y se desvanecía en sus caderas...
Móntame macho, ale, dale de beber a tu animal, pero yo al ver semejante espectáculo no pude sino hincarme a besarle su entrepierna por atrás amasándole sus nalgotas y acariciándole las piernas interminables hasta sus conejudos chamorros y de ahí para arriba, le abría sus nalguisimas con mis dos manos y me sumergía en esa enorme grandiosidad de nalgas durísimas, la verdad le olía fuerte, se veía que había estado sudando en el día y tenia su coño encharcado de sus jugos de olor almizclero a veces hasta me picaba el olor las narices pero ya entrado en gastos me valía madre...
Me corroooo, me corrroooo, coñoooo, por tus muertos, como me mamas la concha, mamadooooor, como chupas currilloooo, me coorroooo hostias de nuevooooo.
Me pare con la cara llena de sus jugos y así con su olor que me embraveció, le acomode la verga en su peludo biscocho y se la deje ir hasta el fondo de una sola estocada...
Aayyyy, gorriooon, que no te esperaba...lo dicho, nada que envidiarle al Pacorro, me llenas toda majo...aayyy que me viene de nuevo, como culeas cabroncete...
Yo se la rinconeaba afianzado de sus ubres y besándole el cuello...
Joder, que me vas a matar, oye que ya no estoy tan joven, me decía ella para calmar mis ímpetus, revire la cara y vi unos costales de azúcar que estaban ahí y la jale poniéndola aun mas agachada y levantaba mejor aquel culazo, en una de sus vitrina vi una crema nívea y la jale abriéndola rápidamente y metiéndole mi verga en su candente biscocho, con un dedo embarrado de crema le empecé a ablandar el agujero prieto y lleno de pliegues, ella se volteaba desesperada...
Que me vas a hacer cabron, mira que ya te dije que soy virgen de ahí y no quiero dejarlo de ser ya casi para mi jubilación...
Cálmese Doña Mabe, yo se lo que hago, así que flojita y cooperando y le solté un par de nalgadas que yo creo que a mi me dolió mas la mano que a ella sus nalgas, le embadurne bien el culo de crema nívea, me eche un poco en la cabeza de mi verga y se la presente en la puerta de ese cerrado culote...
Aaayyyy me matas, bruto, me abres toda chaval, que tienes una pija de toro...
Una vez que atravesó la cabeza, le pegue otras nalgadas y ella aflojo un poco y así se la deje ir hasta el fondo lentamente, pero firme y para atrás, ni para agarrar impulso, hasta que mis bolas chocaron con los labios de su panochon...
Que me vas a hacer una guarra cabron cogelon, tienes un badajo hermoso macho, con esto ya podré cachar con mi Pacorro, sin mucha molestia....
Azzuuu, animal que me revientas el culete, te siento inmenso, la tome por los hombros y le daba unas metidas y sacadas que de no ser por el lubricante de la crema, posiblemente hubiéramos sacado humo...
Doña Mabe...le urgí, me vengo, le dije me vengo, no pudiendo contenerme mas de su apretado culote y se la deje ir hasta el fondo, sobandole las chichotas y besándole su espalda sudada...
Córrete machote, lléname la tripa con tu lefa, me decía, yo sentía como me apretaba el camote y me exprimía hasta la ultima gota de mocos, ahí estuvimos pegados algunos minutos hasta que ella en uno de sus apretones me la saco, escurriéndosele mis mocos, por los muslos internos.
Vaya repasada que me has dado currito, eres un buen macho me dijo, acercándome un trapo para que me limpiara, me vas a hacer un putón, ya probé y me encanto, pobrecito de mi Pacorro no se la va a acabar, pero prométeme que no le vas a decir a nadie y mira que nos la vamos a pasar de infarto, ahí andan una viejonas jamonas como yo, que también andan urgidas por que les arreglen su asunto, nada mas que son timidonas, pero yo te las voy a echar a caminar, vale, chaval?
Ya sabe usted Doña Mabe que para eso es, nada mas que sin acaparar y hasta que el cuerpo aguante, le dije vistiéndome rápidamente y ella también, en eso oímos como que alguien abría la pequeña puerta de la cortina...era don Pacorro...
Que pasa Mabel...por que te habéis demorado tanto...
Es que había unas cajas que tenia que acomodar y para que tu no lo hicieras mañana aquí el joven me ayudo, pero ya nos íbamos...
El como que quiso adivinar el olor a sexo que flotaba en el ambiente, pero como también vendían bacalao noruego, se camuflaba perfectamente el olor.
Bueno chaval me dijo Don Pacorro, gracias por las ayudas a mi mujer, me dijo despidiéndome casi empujándome y cerrando la puerta, yo me atravesé la calle y escondido en un árbol, al poco rato salieron tomados de la mano y se dirigieron a su hogar como dos enamorados, yo respire tranquilo y me dirigí a mi casa a bañarme, ya que despedía un fuerte olor a pescado.
Doña Mabe cumplió su promesa y en varias ocasiones, me cogí muy ricamente a algunas señoras que ella embaucaba y me las ponía en bandeja de plata, en un cuarto adjunto que hacia las veces de trastienda, ahí entre sacos de azúcar o granos, me cogí a varias señoras urgidas, me las pude haber cogido afuera, en su casa o en un hotel, pero era un morbazo cuando entraban al cuarto todas excitadas, a veces Doña Mabe, desde la puerta, se levantaba su faldón y se masturbaba, echándome porras viendo como las enculaba y de cuando en cuando, Don Pacorro andaba bajo de baterías, también le daba su repasada a ella, "mujer con bozo, culo sabroso", decían en mi pueblo.
Les veo en la próxima
Su amigo.
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