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Un hombre Afortunado (14)

Cuando Salí del aeropuerto de Durham, el avión tenia que realizar un transborde en la ciudad de Chicago, pero al llegar apenas aterrizamos bien, por que se había desatado una fuerte tormenta de nieve, cuando me dirigí a la sala del transborde y espere sentado por unos minutos al llegarse la hora de abordar, la dependiente de la aerolínea, nos informo que se había retrazado el vuelo por las causas climatologicas y que era muy probable que se postergara nuestra salida hasta el próximo día, que no nos preocupáramos que la compañía se haría cargo de enviarnos a un hotel cercano y nos avisarían con anticipación, aparte de recogernos nuevamente, para abordar nuestro vuelo.



La mayoría de la gente hizo gestos y estaba a disgusto, pero no se podía hacer nada, yo solamente espere instrucciones sentado leyendo en la sala de abordar, al lado mío estaba una pareja de latino-americanos (lo supuse por el acento de hablar), tendrían de 35 a 40 años, ella era morenota, medio gordita o al menos eso pensé por que llevaba una ropa deportiva, pero muy agraciada de cara, mientras que él, calvo y tremendamente gordo. Yo les escuchaba disimuladamente y creí entender que ella quería irse al hotel y él permanecer en la sala de espera toda la noche, en caso de que se calmara la tormenta, era una burrada, pensé, por que conocía este tipo de contingencias y en el mejor de los casos duraría solo esa noche, pero a cada uno con sus problemas, y de pronto, el hombre dirigiéndose a mí me preguntó:



¿Usted piensa ir al hotel caballero? - y al contestarle que si, añadió- ¿sabe usted hablar ingles?- me defiendo, le respondí-¿Le importaría que mi señora fuera con usted?, ella no quiere ir por que no habla ingles y se le dificulta hacer las cosas...



Me quedé un rato sorprendido hasta que ella exclamó:



O sea que me dejas ir sola a dormir a un hotel y gracias a este caballero que parece muy amable. No te comprendo.



La discusión subió de tono y yo allí al lado pidiendo paz.



Pero que piensas... ¿que alguien te va a violar? - Le dijo el marido y dirigiéndose a mi, iba yo vestido de traje y corbata, además al estar leyendo saque mis anteojos, lo que me daba un toque inocentón, añadió - Por favor, lo que quiero es que ella no pase incomodidades aquí durmiendo en el aeropuerto, yo como quiera paso una mala noche y a lo mejor en unas horas se calma este mal tiempo y salgamos antes, además yo odio esos tramites, que dizque contra el terrorismo y ya estando aquí me los voy a ahorrar, si?



Señor mío, por mi no hay ningún problema ayudarle a su esposa, a registrarse y estar pendiente a lo que se le ofrezca, pero creo que a ella no le parece la idea...



La señora, se levantó y se marchó hacia la puerta hecha una furia. La señorita de la línea aérea nos dijo por el altavoz que siguiéramos a un empleado hasta un transporte y ellos nos trasladarían al hotel, le ayude con un maletín que llevaba y nos subimos al transporte, le ofrecí que se sentara primero, y me dijo que era todo un caballero, que disculpara todas las molestias que me habían causado, le dije que con gusto hacia esa labor, se sentó junto a mi y sus amplias caderas abarcaban un poco mas del pequeño asiento, así que al sentarme yo nuestros muslos se iban rozando y por el camino me fue contando cosas de su marido y lo raro que era y al cabo de un rato entramos en un suburbio de Chicago.



Era medio escandalosa para hablar, al recorrer mi mirada por el transporte, vi que eran todos norteamericanos o al menos eso parecían.



Bueno me llamo Irma y somos salvadoreños, venimos de visita a ver a unos parientes de mi esposo, y vivimos en los Ángeles, pero ese baboso de mi marido, siembre buscando ofertas en el Internet tomo este vuelo con escalas por ser mas económico y ahora vamos a Denver y de ahí quien sabe cuando a Los Ángeles...



Yo me lamo Lalo y soy Mexicano...



Quiero que me llames de tú - me dijo Irma invitándome a cenar -Total eres mi guardián esta noche.



Al llegar al hotel la ayude a registrarse y nos dirigimos a nuestras habitaciones, ella me dijo...entonces que vamos a cenar?...



Si claro Irma, vamos a dejar nuestro equipaje y nos vemos aquí en quince minutos, vale?.



Esta bien aquí te espero



Me cambie de ropa y baje antes que ella, a los minutos ella bajo y levaba un vestido pegadito color azul que resaltaba todas sus redondeces, se había maquillado bien y además de portaba con elegancia unas zapatillas altas de tacón de aguja que le resaltaban las pantorrillas y le hacían parar mas su culo.



Vaya, que cambio, no va a ser ningún esfuerzo, cenar al lado de una mujer tan hermosa, como tu Irma...



Ella me dijo, vaya además galante el caballero y nos dirigimos al restaurante del hotel que por la tormenta no tenia mucha gente, solo algunos de los compañeros, de vuelo que reconocí , varios al verlos la miraban y me veían también como preguntándose que pasaba, cenamos opíparamente y yo ordene un vino para acompañar la cena, ella estaba encantado...



Oye que parecemos enamorados...



Pues a mi no me costaría gran trabajo eres una mujer muy hermosa...



Vi como el vino empezó a hacer su efecto ya que ella se turbaba un poco al hablar, terminamos de cenar hablando de muchas cosas y escuche que en el pequeño bar del hotel había música...



¿Vamos a bailar un rato? Aún es temprano para irnos a dormir...



Claro, por que no, me estoy pasando una velada inolvidable



Y nos dirigimos al bar, ya en la pista la agarré por la cintura y empezamos a bailar una canción popular y luego varias mas, después sonó una canción romántica, me choqué con ella varias veces debido a que ya estaba medio tomada...



Bailas muy bien -me decía al oído.



Me atreví a apretar su cintura metiendo al mismo tiempo una pierna mía entre las suyas, aunque no éramos muchos ahí alguien nos empujó por detrás y nos quedamos apretados, mi mano bajó hacia sus nalgas notando la dureza de sus carnes, Irma contestó apretándome del hombro y se separó pero seguimos bailando, poco a poco mi mano iba bajando cada vez más, ella estaba mas radiante y sentía su aliento caliente, le daba unas vueltas pegaditas y le hice sentir en sus gordas nalgas, lo que me había crecido dentro de mi pantalón, esperaba un reproche pero pensé que era hora de jugármela, pero el reproche no vino. Al final salimos del bar y nos dirigimos al lobby del hotel, ella me pregunto si estaba casado.



¿Y tu mujer no teme que estés peligrosamente sólo? - me dijo al contestarle yo que si.



Al llegar al lobby recogimos nuestras llaves y subimos al ascensor. Su llave era la 210 y la mía la 212.

Hasta el piso segundo no nos dijimos nada, pero a la salida del ascensor, me preguntó:



¿Dormirás bien?



Alcé los hombros y le dije mas o menos seguimos caminando por el pasillo y metimos en la habitación cada uno en la habitación correspondiente...



Hasta mañana y gracias por todo ha sido inolvidable, nunca espere pasármela tan bien...



Buenas noches le dije-



Me metí a mi habitación con la idea de hacerme una buena chaqueta a su salud, pero cuando estaba preparando la cama, sonó el teléfono, era ella.



- Lalo..¿ quieres tomar la penúltima copa conmigo?

¿si...? Pues vente a mi cuarto, ya sabes el 210.



Baje rápidamente al lobby y me dirigí a los sanitarios del lobby rogando encontrar un dispensador de condones y...lotería ahí estaba, metí varias monedas y saque varios condones, subí enseguida y llamé a la puerta, ella no se había cambiado la encontré aún vestida.



¿Coñac o Whisky? - me preguntó



Me senté a un lado de la cama mientras contemplaba su enorme culo. Ella se sentó frente a mí en la otra cama ofreciéndome el vaso.



Por nuestra amistad - dijo chocando los vasos y después de mojarse lo labios me sonrío y dijo - Es la primera vez que voy a hacer esto. No quiero que te confundas conmigo.



- Yo le pregunte a sabiendas de la respuesta... que vas a hacer que no hayas hecho antes?



Me cogió el vaso, lo dejó en la mesita de noche y se echó en la cama. La miré y ella entonces, abriendo los brazos, me dijo en voz muy baja:



Ven, ven encima de mí.



Como un cohete me acerqué a ella y empecé a besarla por toda su carta mientras le agarraba su piernones remangándole su vestido y sentir en mis manos dureza de las mismas, ella trataba de sacarme la polla del encierro de mis pantalones, pero yo, levantándome, me quité la prenda y los calzoncillos y ella imitándome, en un segundo se sacó el vestido.



Pude contemplar unos muslos macizotes y adornados con unas medias obscuras sin liguero y una tanga, que el triangulo no podía cubrir la inmensa bola de pelos que le salían del chocho..



En el acto empezó a acariciarme los cojones y la polla mientras yo recorría su cuerpo y lamía sus gruesos pezones.



Despacio, despacio - me decía- Tenemos toda la noche cariño.



Me senté poniendo las rodillas una a cada lado de su pecho, metiendo mi polla entre aquellas gordas tetas. Irma con la punta de su lengua, deba lametones a mi capullo mientras frotaba sus pechos contra mi verga...



Vaya, vaya, caballerito, se ve que estas bien despachado, me dijo al observar mi pito que pugnaba por salir de los calzones...



Luego le bajé las bragas poco a poco, besando y lamiendo cada centímetro de su piel hasta dejarle el chocho salido, de labios muy gruesos y colorados. Pasé mis dedos por toda la raja e Irma me apretaba la cabeza, me coloqué entre sus muslos y acercando mi boca, empecé a agitar mi lengua. Le había separado los labios y ante mí estaba su clítoris erguido y duro, Irma suspiraba sin parar, y sus gemidos cada vez eran más subidos de tono, acabé otra vez de rodillas en la cama. ella estaba totalmente abierta y yo me acariciaba la polla por encima del calzón, contemplando aquel cuerpazo que rezumaba sexualidad por todos sus poros, me saco la verga que le cabeceo orgullosa...



Papa... que pito mas sabroso, no dejas de sorprenderme, animalote...antes de penetrarla, me coloque un condón y le pasé la mano mientras me echaba encima de ella, Irma me agarró la polla y tirando de ella se la colocó a la entrada del coño, diciéndome:



- Aprieta, aprieta, métemela....aaah... que gusto, que bueno....me corro, si me corroo. Ya, dame tu leche, dámela...



Le clavé los dedos en las nalgas y besándola como un loco en la boca, empecé a bombearla una y otra vez...



Mamacita... para que me venga esta cabron, primero te voy a dar una buena cogidota, mientras ella contraía el coño y gemía:



Otro, me corro otra vez, ya....cariño, yaaaa.



Nos quedamos apretados y ella me mordía mi pito muy rico... yo no pudiendo soportar mas ese suplicio, estalle en una riquísima venida, hasta que mi polla salió por si sola, me dirigí al baño y ella como un perrito me seguía, mientras nos lavábamos hice que me la chupara poniéndomela otra vez dura, mientras contemplaba su espalda y su trasero que sobresalía como globos hasta que al salir del baño, estrechamente abrazados, caímos enroscados sobre la cama, nos besábamos como locos, nos lo agarrábamos todo hasta que poniéndola a cuatro patas me coloque otro condón y se la metí por detrás en aquel coño que de nuevo se había humedecido de lujuria.



¡ Me matas! - me decía removiendo todo el cuerpo en un frenesí maravilloso. ¡Que gusto me das... oooh me voy a correr otra vez, que gusto... aaah... me voy, me voy....



En ese mismo instante yo la volví a llenar con mi esperma, bueno el condón y creo que incluso con más abundancia que antes, pues esta mujer me ponía a cien. Nos quedamos los dos dormidos en la misma cama, muy apretados y acariciando todo lo acariciable hasta que, sobre la media noche, me desperté, contemplé su cuerpo rechoncho, lleno de curvas, admiré sus pechos como dos balones de rugby, su enorme culo y mi polla empezó a empinarse. Mis caricias la despertaron y entonces le pregunté mientras le metía un dedo en el ano:



¿Te han dado alguna vez por aquí?



Me miró con ojos asustados pero tras pensárselo unos momentos, me contestó.



No, nunca pero creo que ha llegado el momento de adornar aún más los cuernos de mi marido. Si me prometes ir con cuidado... te dejo que me lo hagas.



Pueden imaginar mi alegría, dar por el culo a una carnosa mujer, era una de mis especialidades. La hice poner a cuatro patas, me puse un tercer condón y le lamí y bese el ano y luego con cuidado, pues no tenía vaselina ni nada, llené de saliva mi polla antes de colocarla en el agujero y empezar a apretar. Irma se mordía los labios para no gritar y también hacía fuerza hacía atrás de tal modo que a los dos intentos metí todo mi capullo en su trasero.



Con cuidado -me decía- me hace daño, ten cuidado.



Con infinita paciencia seguí apretando mientras llevaba mi mano bajo su vientre y acariciaba su clítoris. Se lo masturbaba con fuerza, y fue un remedio estupendo, pues cuando empezó a venirle el placer por delante, se abrió más por detrás y toda mi polla, entró hasta los huevos, estuvimos un buen rato con el lento mete y saca, no sólo para hacerle menos daño, sino para alargar el tremendo placer que yo sentía, con mi rabo metido en aquel conducto tan estrecho.



Ella gemía y suspiraba sin saber yo exactamente, si era de dolor o de placer, pero cuando sus gemidos empezaron a hacerse casi gritos y su ano comenzó a apretar mi verga, supe que las caricias en su coño empezaban a dar sus frutos, de repente dio un berrido tremendo y empezó a venirse arrastrándome a mí cuando cayó con todo su cuerpo sobre la cama, la seguí cogiendo como si la barrenara con mi verga, hasta que fui incapaz de soportar por más tiempo aquel precioso placer, me corrí llenando otra ves el condón con mi leche. Cuando acabamos y después de un largo baño, nos metimos en la cama, me confesó que le había hecho mucho daño, pero también había sentido un placer doble.





A la mañana siguiente, temprano, me despertó mamándome la verga y como ya no había condones, le dije que se subiera en mi he hicimos un estupendo 69, ella se venia tremendamente en mi boca y yo le eché una buena lechada que se trago todita, nos bañamos y en eso sonó el teléfono, que nos llamaba a reunirnos para poder seguir nuestro viaje, en el traslado del hotel al aeropuerto, y sentados nuevamente juntos, no pudo controlarse y se reclino en mi hombro...



Sabes ha sido una experiencia lindísima, eres todo un caballero además de excelente amante, dame tu teléfono y estaremos en contacto, a lo mejor un día de estos me visitas en Los Ángeles o yo me doy una escapadita...



Le di una de mis tarjetas y ella la guardo.



Ya en el aeropuerto, su marido, con cara somnolienta, nos estaba esperando en el bar, tomamos un café...



Que paso, como les fue?...



Bien, le contesto ella, estuvo padre el hotel y me atendieron de primera, aquí el Señor es un caballero y me ayudo en todas mis necesidades querido...



Muchas gracias amigo, me dijo extendiéndome la mano...



Yo me sonroje un poco y veía como algunos compañeros de vuelo que también pedían café en el bar, se reían irónicamente, seguramente habían escuchado los gemidos que daba Irma al estármela cogiendo...



Para servirles, para eso estamos aquí para ayudarnos unos a otros- le dije...



El saco su cartera y quería darme un dinero a lo cual le dije que no, que había sido un placer haberle servido de edecán a su esposa y me retire a una butaca, hasta que anunciaron el vuelo, cada uno subió al avión, a los dos nos toco pasillo y ella no dejaba de verme con ojos lujuriosos y se mordía los labios, yo de ves en cuando para corresponderle, me acariciaba la bragueta con disimulo, ya que el avión estaba lleno, al llegar a Denver, nos separamos y la vi alejarse con su marido, caminando alegremente moviendo sus nalgotas pero media charrita, por las culiadas que le había dado y volteaba a verme sonriéndome muy coqueta...



Hasta aquí mi ultima experiencia, estamos en contacto, gracias a Rafael por sus comentarios espero que te haya gustado este.



Su Amigo.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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