Para proseguir con la serie de relatos de "encerrados" y "una agradable visita", les contaré que el primer día que las estudiantes de ciencias quimicas, fueron a la fábrica para su documental del proceso de producción, fué el lunes posterior, a la orgía del viernes. Ellas saldrían de la fábrica al rededor de las doce, porque tenían aún que asistir a clases, por casualidad la universidad quedaba cerca, por lo que almorzabamos juntos, y las encaminaba.
Precisamente ese primer lunes, Valeria comenta: Nunca nos imaginabamos, pasar por lo que hemos hecho, las tres tenemos novio, y nunca hemos sido infieles pero ni con un beso, pero después de la experiencia de Cynthia y sus comentarios hacia Ud. por el tremendo pene que tiene, la curiosidad nos mató, y la realidad que ante un hombre como Ud. de verlo casi es como tener un orgasmo, que por cierto nunca lo habíamos tenido ninguna de nosotros con el novio, y conocíamos las sensaciones por la masturbación, a la que hemos acudido por la incapacidad e inexperiencia de nuestras parejas, que teniendo ellos su satisfacción se olvidan de nosotras.
Con modestia se decirles que soy un hombre, perseguido por las mujeres, mido 1.90 mts. de estatura, peso 175 libras, un cuerpo bién formado, por el Gym, y por el ejercicio del karate que inicié a los 7 años de edad, soy rubio, pero sin tener el pelo demasiado claro, blanco, pero bronceado, ojos azules, nariz respingada, practico el futbol, el cual juego todos los domingo, y ocacionalmente entre semana el basketbol y volleybol, corro cerca de 45 minutos todos los día y el sábado hago natación por espacio de una hora, pero lo más importante, estoy equipado con un pene de 8 pulgadas,(21 1/2 cms. y bien grueso.
Pero volviendo al relato, habíamos acordado tener una experiencia, la cual podría ser la última vez que estuvieramos juntos, yo me comprometía a no buscarlas, y podría darse otra siempre y cuando fuera una de ellas la que lo deseara, aunque se veía muy difícil porque la relación de ellas con sus parejas, llevaban un plan de matrimonio, ellas tenian edades de 23 años Cynthia y 24 Valeria y Natalia. La primera que iniciaría, la otra experiencia sexual sería Natalia. Eran tres opciones, una tarde completa, una noche juntos, o bién un fin de semana donde ella eligiera. Acordamos pasar un fín de semana en un hotel cinco estrellas en Sololá, un departamento del occidente de Guatemala, específicamente en Panajachel, a orillas del lago de Atitlán, considerado por muchos como el lago más bello del mundo, con una linda vista hacia sus imponentes volcanes. Llegamos el día sábado al mediodía, fuimos a almorzar a un lugar a la orilla del lago, y luego en lancha visitamos unos pueblecitos a la orilla del lago, muy tradicionales y bellos. Bailamos en la discoteca del hotel, y las diez de la noche nos fuimos a la habitación, nos duchamos, ella enjabonaba con extasis y placer mi polla, de la cabeza al tronco, yo enjabonaba sus hermosas tetas blancas durísimas, sus pezones rosados y sus chicas bolitas que las tenía paraditas, tenía un cuerpo muy bonito, piernas torneadas largas, blancas, su panochita se la había rasurado completamente, con mis dedos enjabonaba sus labios vaginales y su clítoris que ya estaba paradito, nos encaminamos a la cama y empezamos en un delicioso,chupeteo en el clásico 69, hasta venirnos los dos en forma deliciosa, ella lloró de placer, estaba super excitada, sus líquidos eran abundantes, yo había terminado en su boca, se trago completamente mi leche, pero la polla seguía firme. Con delicadeza empezé a besar todo su cuerpo, y lentamente la fuí penetrando,sentía deslizar mi pene en su vagina por cierto estrecha, llegué sólo a la mitad, que era lo que le había metido la vez anterior, ahí entraba y salía primero con dificultad por el grosor del pene, pero ya bien lubricada momentos después entraba y salía facilmente, y sentía el roze de su clítoris en mi tronco, le pregunte si quería que entrara un poco más, y como respuesta me dijo que la quería toda, en dos o tres minutos la tenía al tope, se quejaba un poco, pero el deseo podía más, así estuvo jadeando, y suspirando por largo rato, apretaba con sus paredes mi pene, yo sentía un placer bárbaro en cada apretada que me daba, le besaba sus pechos, le chupaba suavemente sus pezones, su placer era intenso, nuestras bocas se unían, en besos de pasión, de deseo, de lujuria, las lenguas se envolvían entre sí, gimió fuerte, me apreto con sus muslos mi cintura, temblaba y me pedía, mas rapido mi amor, por favor más rapido, y hasta el fondo estoy sintiendo un fuego en mi estomago y una sensacion en todo el cuerpo, por favor más rápido y hasta el fondo, asíii, asíii, que delicia me estoy viniendo ah, que placer tan grande mi amor, aflojó su cuerpo me fuí hasta el fondo y la llené de leche, así nos quedamos dormidos.
Natalia, tenía de ser novia de su pareja cinco años, desde que entraron a la universidad, tenían mas de tres años de tener sexo, casi siempre en el auto, a escondidas y todo era rápido, por la tanto era su primera experiencia larga de sexo. A ella le costaba ser penetrada por mi por el grueso del pene, ya que el del novio si se tomaba una cinta metrica de tela, y se rodeaba el pene llegaría a 10 cms, y de largo tandrìa al rededor de 10 cms. pero mi pene llegaba de largo a 21 cms, y si medíamos el diametro con la cinta flexible envolviendo el tronco hablamos de 13 centimetro y medio, pero la elasticidad de su vagina fué formidable y el roze de su clitoris a mi polla, era mas fácil, por lo que llegaba a orgasmos seguidos, más frecuentes, y a veces simultaneos.
Eran las cinco de la mañana cuando desperté, estábamos abrazados, ella sobre mi pecho, con mis dedos acariciaba su suave cabellera rubia, y le besaba la frente, sonriendo despertó, y con brillo especial en sus lindos ojos verdes, me dice, que noche mi amor, no creo que vuelva a tener una igual, me sentí la mujer más felíz de la tierra, cuanto placer, en sus piernas aún habían rastros de liquidos vaginales, de semen y para sorpresa, un poquito de sangre. Nos duchamos, y luego me le prendo a mamarle esa panochita hermosa, ya la veía con detenimiento, era hermosa, su canalito rojito, su clítoris era mas grandecito de lo creía, o era que de tanta chupada había crecido, su hoyito estaba dilatado, poco sería lo que se había tragado, sus pechos hermosos y pezones duros fueron comidos ansiosamente, ella empezo a chupar el pene, ya se lo metía más y su lengua jugaba con el orificio de mi pene, no tarde en darle líquido que ella limpiaba con su lengua, se sentó sobre mi, y mi pene se deslizo sin dificultad hasta el tope, y lentamente empezó a cabalgarme, me daba sus pechos y sus labios, en esta oportunidad el que se fué primero fuí yo, pero ella al sentir los chorros de semen caliente, cabalgó durísimo que me lastimaba la polla, sentía que me desgarraba el tejido, y se vino en un sensacional orgasmo, ahora gritó de placer. Esa mañana yo pedí el desayuno a la habitación, no salimos de la misma toda la mañana, follamos a lo loco tres ó cuatro veces más. Salimos como a las cinco para ver de lejos un viento que azota la playa con gran cantidad de agua que levanta del lago todos los dias, conocido como xocomil. La vagina estaba roja, sensible al contacto, su clítoris inflamado, sus pezones endurecidos y grandes, estaba maltrecha, y que hacer con mi verga que estaba en ristre nuevamente, su garganta de tanto esfuerzo de chupar y mamar también estaba resentida, empezó con sus manos a masturbarme lentamente, luego me dice, Cynthia comentó que la penetraste por el ano, que al principio duele, pero que fuiste tierno con ella, me gustaría probar pero no me atrevo tengo miedo a que me lo desgarres, la besé suavemente y le dije no te preocupes tú me dices hasta donde aguantas y no hay problema. La coloqué de perrito, y que belleza la que observaba, sus lindas nalguitas redondas y duritas, ella recostada sobre una almohada, y cu culo levanttado hacia mi, abajo de sus nalgas veía su concha con sus lindos labios rojos y el hoyo de su vagina, como tenía las piernas separada, se abrieron sus nalgas dejando ver el ano cafecito, cerrado, introduje un dedo lubricado con gel, haciendolo en circulos, haciendole cosquillas, a ella le gustaba, luego fueron dos, y luego tres, acerqué la cabeza a su ano empujé y entro toda la cabeza, ella se quedó inmovil, esperando la embestida, lo cual no hice, sacaba la cabeza y la metía, luego otro poco y otro poco, ella se movía lentamente hacia mi torax, le estaba gustando, entre a la mitad, se quejó, pero aún así se empujo hacia mi y se fué otro poco, la metía y la sacaba, se fué toda, y al cabo de un rato los dos al mismo ritmo sentí como ella se vino por el frote de mis dedos en su clítoris, y yo me derramé en ella. Esa noche no tuvimos ya más sexo, nos dedicamos a gozarla , bailando, tomando algunas bebidas, y a descanzar, nos acostamos al rededor de las dos de la mañana, a las ocho de la mañana, como despedida aún tuvimos sexo, despacito y con ternura, con el pene superlubricado, y casi simultaneamente nos corrimos los dos. Fue algo sensacional, algo que nunca olvidaremos los dos, un fín de semana a todo dar. No volvimos a vernos, fué años después que yo fuí a visitar a la esposa de un amigo, a un sanatario por el nacimiento de su hijo, y casualmente, en el habitación de la vecindad estaba ella, había dado a luz su segundo hijo, la saludo con un cariñoso beso en la mejilla, ella movió su rostro para que se lo diera en la boca y nos dimos un beso tierno, ella me dijo: gracias por todo lo que me enseñaste, poco a poco se lo fuí transmitiendo a mi marido y tengo una vida sexual placentera, Nunca voy a olvidarte, me enamoré de tí y creo que aún te amo, pero ya nada puede ser posible, mi esposa me adora, mis ahora a dedicarme a mis hijos. Y esa si fué la última vez que la ví.