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Categoría: Confesiones

Un dis de duerte y ....parte 4

Ya habíam transcurrido tres años de tener la relación con Camila y Débora, en la aldea todo mundo sabía que era por así decirlo el marido de Camila, sin sospechar de que Débora era también mi amante, ya que Débora solo estaba la primera noche que yo llegaba, y el siguiente dia ella se iba a casa de su madre.

En esa aldea había un lugar en el cual vendían refacciones, y con Camila lo frecuentabamos, era atendido por una señora viuda y su hija Antonia, como de 22 años de edad, también viuda de un joven militar desde hacía un año, y con quién se había casado dos años atrás. La muerte del militar fué algo que nunca se aclaró en la base donde estaba destacado, y un día platicando los tres me dijo Camila si yo podía ayudar a Antonia orientandola para obtener la pensión por viudéz que paga el ejército, por lo que contacté un amigo abogado y en cinco meses empezó a recibir su pensión y en forma retroactiva. La amistad fué creciendo y Camila siempre bromeaba con ella, diciendole que si le hacía falta marido ella le prestaba al suyo, y que no se imaginaba el miembro tan hermoso que tenía, Antonia solo se sonreía colorada de pena, yo le decía a Camila que no bromeara así, pero ella solo me decía que Antonia era muy inocente y que no era capáz de eso, y que la conocía desde niña, y que si se casó con el militar era por presión de la mamá, ya que ella nunca quiso al joven.

En una oportunidad, me reuní con un grupo de ex-compañeros de Universidad, y uno de ellos era un ejecutivo de una compañía transnacional, y salió la plática que en el lugar que yo frecuentaba era muy difícil conseguir gasolina, y que los que tenían vehículo se abastecían cuando tenían oportunidad de viajar a otros lugares, pero con emergencias se las veían dura. Seguimos hablando del tema dias después, y con facilidades logré instalar una estacion de gasolina en la aldea, compré un terreno a la orilla de la carretera y empezé con tres bombas, conseguí dos chicos de la aldea y Antonia, que era maestra de educación desempleda, se quedó como encargada. Un mes después de estar trabajando para mí, me mostro una carta en la cual le informaban que el cheque que le pasaban por viudéz, ya no se iba a enviar por correo, si no que se lo depositarían a una cuenta bancaria y que era necesario viajar a la capital para arreglar cierta papelería, en sí el trámite le llevaría un par de días, por lo que solicitó permiso, yo ofrecí acompañarla y que al mismo tiempo podía quedarse en mi casa, e incluso le dije que podía acompañarla Camila. ella me dijo que no era necesario molestarla. El primer día la dejé em las oficinas del ejército y tres horas después me llamó que había concluído el trámite y que sólo le faltaba abrir su cuenta bancaria custión de una hora. Eran casi las cinco de la tarde si regresaba era muy arriesgado por lo que se quedó en casa, Salimos a cenar, luego fuimos al cine y ya en casa empezamos a charlar. Ella me dijo que su antiguo novio, al que ella siempre había querido, en una acasión la buscó ya estando viuda y habían acordado una cita, el le había dicho que quería casarse con ella, y se dió la oportunidad de tener sexo, luego el ya no la buscó, lo único que quería era acostarse con ella como venganza de haberse casado con otro. Como estábsmos tomando en casa unos tragos, al calor de estos le pregunté que si ella tenía por el momento una relación, e inmediatamente me dijo que si, pero que no era con un hombre si no que con una mujer, y que esa mujer era una sobrina de Camila, que en cierta oportunidad estando las dos desnudas bañandose en el río, la había empezado a acariciar su vulva, que se había excitado y que la chica le había hecho sexo oral, llevandola al orgasmo, y que por temor a que la chica comentara algo, sostenía relaciones lésbicas, pero que ella realmente lo que quería era tener sexo pero con un hombre. Yo le pregunté si esa noche quería dormir conmigo,se quedó pensativa y me dijo que no, que era amiga de Camila y que no estaría bién, no insistí y luego nos fuimos a dormir. Dos horas después sentí que abrió la puerta de mi habitación y se deslizó entre mis sábanas sentí su cuerpo tibio junto al mío, busqué sus labios y nos fundimos en un beso largo, sus pezones rozaban mi pecho y sentía los latidos de su corazon, empezé a besar sus pechos hermosos cuyos pezones se endurecieron en mi boca, con mis manos recorrí su cuerpo desnudo, quité su bikini, casi con los dientes y empezé a meter mi lengua en su vagina, su sabor agridulce me tenía loco, lamí con deleite su clítoris, estaba super empapada,sus vellos estaban llenos de un líquido espezo, lamí por varios minutos, hasta sentirla convulsionar, gimió de placer, sus piernas completamente abierta me permitian chupar en su totalidad su vagina. subí hasta besarle nuevamente sus pechos y a besarla en la boca, luego susurré a su oído que quería sentir su boca en mi verga, fué bajando lentamente besando mi dorso hasta llegar a mi pija que estaba por reventar, cuando la tomó entre una de sus manos, se levantó inmediamente y encendió la lampara y con los ojos bien abiertos solo dijo: Oh Dios que cosa tan enorme, no me va a caber, apagó la luz y con su boquita empezó a besarme la cabeza, luego empezó a lamer a lo largo de la verga y se metió la cabeza para chuparme, era su primera mamada, la tomé por la cabeza y le dije que me iba a correr, fué un chorro impresionante de semen que chocó en su garganta, que la hizo toser, pero se fué tragando lo que pudo, dejé de eyacular pero ella seguía chupando, la jalé para un 69, era fabuloso como gozabamos los dos, ella ràpido agarró un ritmo deliciso para chupar, al cabo de unos minutos estábamos listos para coger, boca arriba esperó mi acometida, empezé a deslizarme en su vagina caliente y mojada, sus paredes aprisionaban con fuerza mi pene, mis huevos chocaban en sus nalgas, estabamos empapados de sudor y solo se oían los gemidos de ambos y el choc, choc, choc, choc de nuestros órganos chocando a un ritmo bárbaro, se contorsionó apretó sus muslos a mi cintura y en mi cuello ahogó su grito de placer, luego me dijo que adentro no le echara nada, cuando ya me corría salí de su vagina busando su boca y le metí la verga para desembocar mi semen. Por la mañana volvimos a coger pero ya más calmaditos, esa oportunidad la leche se la eché en su culito, fué difícil penetrarla por el ano, sufrió horrores, pero quiso tener el pene por atrás, queria darme algo virgen. Sólo una vez más lo hicimos, y fué precisamente cuando conocí a la chica lesbiana, prima de Camila, y fué también cuando se acabó la relación entre Camila, Débora y yo. pero eso ya es otra historia.
Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 6.09
  • Votos: 23
  • Envios: 0
  • Lecturas: 2003
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