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Categoría: Confesiones

Un dia de suerte y...parte final

Habían pasado tres meses del viaje de Antonia a la capital, no hablamos más sobre lo sucedido entre nosotros, yo mantenía mi relación con Camila y Débora, por cierto Camila a pesar de sus 42 años y Débora 38 ó 39, estaban estupendas, hermosas y de cuerpos fenomenales. Antonia seguía por temor a que la chica lesbiana dijera algo, con relaciones lésbicas. Una tarde me confesó que quería terminar ya con eso de la chica, y que la chica le había dicho en una oportunidad que quería experimentar con un hombre, pero que fuera así como su jefe.

Dos semanas después, llegué a la aldea, sólo iba por un rato ya que Camila no estaba en el lugar y Débora ignoraba mi llegada. Al entrar a la oficina Antonia estaba preparando un estado de cuenta, y en una de las sillas había una chica de 18 años. Era alta de piernas hermosas, cintura fina, morena y pelo corto como de un chico, ojos grandes color café, labios carnosos y naríz chica respingada, en sí atractiva. Antonio me presenta con ella, su nombre Olinda. La chica viendo que empezamos a ver papelería salió un momento para dejarnos privacidad, Antonia me dijo que esa era la chica, y que había llegado para exigirle sexo, nos pusimos de acuerdo, y planeamos un ardid, eran ya casi las cinco de la tarde, hora que se cerraba la gasolinera, y le dije a Antonia que podían irse a la casa de Camila, y que yo regresaría dos horas después y que me acompañarían al pueblo cercano a cenar.

Media hora después sigilosamente llegué a la casa, entré por la parte de atrás, y con la puerta entre abierta me puse a espiar, estaban las dos completamente desnudas en pose del 69. Mi vista quedó fija en el cuerpo de olinda, que barbaridad, era un cuerpo espectacular, curvas exquisitas, nalgas redondas paradas y pechos durísimos, una concha depilada gordita, y veía en los labios de Antonia un clítoris espectacular casi de media pulgada. grueso y erecto. Luego posé mi vista en el cuerpo de Antonia, muy bello, la lengua de Olinda entraba y salía de su vagina roja, ahora ya depilada. Entré a la habitación y fué el sobresalto de la chica, le dije que prosiguiera con lo que estaba haciendo que Antonia se iba a dedicar a mí, me saqué la ropa e introduje mi pene en la boca de Antonia, que empezó a mamarlo, Olinda no apartaba la vista de mi pene estaba sorprendida. Me acosté boca arriba, y fué cuando Antonia le recordó a la chica de cuando le dijo que quería probar con un hombre. Antonia se sentó sobre mi pija y se la metió, le pidió a Olinda que le besara y le chupara los pechos, y que pusiera su vagina en mi boca. El trío estaba armado, Antonia cabalgando, yo chupando la vagina de la chica y ésta chupando los pechos de Antonia, sentía la calentura de la panocha y que soltaba cada vez más líquidos, La chica se corrió rápido, se levantó y se colocó atrás de Antonia y empezó a lamer la concha de Antonia y mi tronco cuando entraba y salía de la vagina de Antonia, que cada vez aceleraba el ritmo. empezó a gemir y se vino con un temblor de cuerpo, el placer fué intenso, se sacó la pija y se lo metió enla boca a la chica y me empezó a dar una mamada sensacional, la coloqué boca arriba, y abrió las piernas para darle espacio a mi boca que empezó a recorre su vagina y su clítoris, cuando estaba jadeando de placer, coloqué mi verga en la entrada de su coño, y metí la cabeza y un tanto más, empezé a salir y a entrar, al empujar un poco más topé su himen, no imaginé que la chica fuera virgen, sentí cuando se rompió y me fuí al fondo, la chica gritó, quiso zafarse pero yo ya estaba al tope, se quedó quieta, lentamente empeze a salir y a entrar, Antonia se acercó a besarla en la boca, yo besaba sus pechos, la chica fué aflojando el cuerpo, y poco a poco fué moviemdo sus caderas, empezó a gemir y a pedir mas verga, le metí las ocho pulgadas y la muy cabrona me pedía más, se vino entre sollozos y gritos. yo ya me corría y Antonia lo notó y me dijo que adentro de Olinda no, era menor de edad y que era su primera vez que lapodía preñar, y Olinda pidió que le diera mi leche adentro, por lo que Antonia le sugerió que en el culo. Se puso en cuatro, colqué la verga ensangrentada en el estrecho anito y empezé a penetrarla, no dijo ni una sola palabra se tragó el dolor, pero se dejó penetrar completa, yo ya no aguantba los deseos de correrme, solo sentí mis huevos chocar en su vagina y me corrí generosamente. Cuando regresamos por la noche, supuestamente para seguir con la orgía, nos encontramos de que Camila estaba estaba en casa, ya todos juntos mos fuimos y dejamos a cada chica en su casa, y de regreso al llegar a cas, Camila con los ojos llenos de lágrimas, me dijo que si bién, ella había creado la relación con Débora, la aceptaba, pero que me amaba demasiado y aún así lo nuestro tenía que terminar, porque lamentablemente había presenciado lo ocurrido en su casa. Un mes después vendí la estacion de gasolina, busqué a Olinda nos pegamos una buena cogida, fueron tres esptupendos polvos, me dijo que ya no tenía nada que ver con Antonia, quien la amenazó de que si volvía a buscarla para sexo, ella iba a contar lo de su desfloración. no volvi por el lugar.
Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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