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Un día de suerte y...parte 3

Eran casi las cuatro de la tarde estábamos terminando de almorzar con Débora, cuando llegó Camila, le expliqué mi atrazo y que habíamos ido con Débora por comida y que por la tarde-noche podíamos preparar un churrasquito. Ella se disculpó iba a darse un baño y nosotros seguimos con la charla que teníamos, era claro sobre Ellas y el ex-marido de Camila, Me enteré que cuiando el señor llegó por la región el padre de ellas trabajó para el en compra de ganado. Que había fallecido cuatro años atrás, y que se unió de hecho con Camila cuando ella tenía 29 años, o sea que vivieroin juntos por 6 años, y que en una oportunidad, después de una navidad habían bebido mucho, y como no estaba Camila aprovechando su borrachera el marido de Camila la cogió llevandose su virginidad, pero debido a la dependencia económica de este para con toda su familia siguió la relación con él compartiendolo con Camila, aunque sólo se acostó con él tres veces más, y obligadas a tener sexo los tres juntos. Camila llegó luego a sentarse con nosotros y directamente le preguntó a Camila, si yo le parecía guapo, y roja de pena Débora le dijo que sí, que le encantaban mis ojos azules y mi cabello rubio, pero que era muy joven pra ellas,(yo tenía 24 años), le era difícil a Débora mantener y disimular lo sucedido entre nosotros. Camila fué directa al grano, y le dijo que esa noche la podíamos pasar muy bién los tres juntos, así como lo hacían con su exmarido, y que como habían deseado tener una pija enorme adentro ahora era la oportunidad. haciendole el comentario de mis 8 pulgadas. Débora timidamente le dijo que ella no podía porque estaba en su período, Camila insistió diciendole que si no podía follar podía acompañarnos y que me diera una buena mamada, y poder disfrutar en algo mi polla.

Salimos a la aldea a tomar unas cervezas, y eso de las diez de la noche llegamos a casa, directamente nos fuimos a una habitación, Camila se desnudó dejando ver unas excelentes curvas, pechos generosos y unas hermosas nalgas paradas, sus piernas rollizas y duras, y un mico esplendido peludo y grande, lo tenía completamente mojado. Débora por su lado se quedó unicamente en calzón, mostrando su cuerpo delgado pero hermoso, era muy fina y sexi, sus pechos medianos erectos y pezoncito chico rosadito y paradito. Las dos empezaron a jugar con mi pene, chupamdolo y mamandolo, empezó a crecer y ellas extasiadas seguían chupamdolo desde los huevos a la cabeza. Camila se puso en un 69 y empezé a disfrutsr de su vagina hermosa, se cambió de posición para sentarse sobre mi, y de un envión se tragó en totalidad la verga, la metía y sacaba toda,gemía como loca, mientras tanto Débora me daba sus deliciosos pechos, Camila estaba a punto de explotar y se vino entre gritos en un tremendo orgasmo, yo estaba a punto de correrme y se los hice saber, Debora dijo que me sacaría la leche con la boca, pero Camila se lo impidió y le dijo que la leche se la diera en el fondo del culo, Débora se puso nerviosa y dijo que no lo había hecho por ahí, pero fué tanta la insitencia de camila que se puso en cuatro, lleno de crema y con el orificio ya dilatado por los dedos de camila acerqué la pija al orificio del ano y lentamente la penetré al fondo, Débora sudaba frío, estaba super tensa, Camila le chupaba los pezones, empezé a sacar poco y volvía a meter, llegó el momento que entraba salía con facilidad, Débora ya seguía mi ritmo, el culo estaba estrecho y mojado, me fuí al fondo y derramé mi semen caliente en su culito. Nos fuimos los tres a bañarnos a la pila, y Camila insitía en que penetrara òr la vagina a Débora, que no importaba la sangre del período al fín y al cabo había suficiente agua, y que Débora no podía quedarse sin su orgasmo, la senté sobre un lavadero de la pila y le abrí las piernas y le metí al fondo mi verga en su cuca estrechita, no tardó mucho en venirse jadeando de placer, y fué cuando Camila me ofreció sus hermosas y redondas nalgas, con el pipe enjabonado la metí hasta la mitad, ella se esquivó un poco queriendose zafar, pero yo la tenía bién sujetada de la cintura, y lo que provocó fué que de otro envión se la clavé toda, aguadó el cuerpo y pensé que se iba a desmayar, empezé a juguetear con su clítoris duro y empezó a seguir mi ritmo, cuando casi al mismo tiempo se vino ella y yo le llené el hoyo del culo con el resto de leche que aún me quedaba.

Viajé por un lapso de cuatro años, generalmente cada 15 días, me quedaba con ellas un par de noches, la relación era bastante buena y excitante cada vez nos inventabamos algo nuevo. hasta que conocí a la sobrina de ambas. La lesbiana.
Datos del Relato
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