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Categoría: Incestos

Un caluroso día de verano

Como "buen" universitario, me encontraba en verano, un día cualquiera, estudiando en mi casa por la mañana. Aquel día lo pasaría tranquilamente yo sólo, al menos eso creía y gracias a Dios que no fue así.



Mis padres se fueron a pasar el día a casa de unos amigos en plan de comida con los viejos amigos, estas reuniones para mi suponían que podría disponer de la casa a mis anchas y me dejarían estudiar.



Estos planes se empezaron a fastidiar a eso de las 11:00 a.m. cuando recibo un sms de un amigo, le contesto diciéndole el plan que tenia, bueno pues para eso de las 11:45 a.m. ya tenia la visita de unos amigos/as dispuestos a que le cocinara uno de mis suculentos platos de pasta y así fue, para las 14:00 ya estaba mi casa llena de amigos comiendo la verdad no me desagrado la idea.



Para eso de las 15:30 se fueron y recibo un sms de mi prima!! Estaba enfadada por que se enteró, no se cómo, que los había invitado y no a ella, al final le dije que se viniera para hablar y solucionar de alguna manera la papeleta.



15:45 llega mi prima toda enfadada, al final después de hablar e invitarle a un plato de arroz con leche se calma.



Empezamos a reírnos y cada vez la conversación se vuelve más caliente, hasta que empieza a chuparse un dedo mojado en la leche, al ver que mis ojos se abren como platos no se le ocurre otra cosa que poner una cucharada del postre en uno de sus hombros y me invita a que me lo coma, yo sin pensarlo le doy un buen chupetón y empiezo a besarle en cuello, mientras con mis manos le desabrocho los pantalones para acariciarle su conejo, nos levantamos del sofá y empezamos a despelotarnos como posesos, me empuja y se va corriendo semidesnuda por el pasillo hacia mi habitación.



Aquella imagen no se me borrará nunca (no creo que deba volver a describirla ya que creo que lo he hecho en otros relatos).



Llego detrás de ella a mi habitación, ella se tira a la cama y yo lo mismo nos quitamos la poca ropa que nos quedaba.....



Empezamos a comernos la boca y su lengua me vuelve loco, dios como besa la condenada.



Le agarro sus brazos y mi boca va bajando por su cuerpo hasta llegar a sus pechos que como, no los beso, juego con sus pezones y los mordisqueo, siento que eso le excita, salgo corriendo para el salón recojo el poco arroz con leche que quedaba, vuelvo a mi habitación y cubro su ardiente cuerpo serrano con el dulce postre, se lo voy extendiendo con mis manos por entre sus pechos, frotándolos con suavidad, llego hasta su ombligo y le cubro sus perfectos muslos, y riéndose me dice:



―Cómo te gusta esto de llenarme de algo bueno para comerme eh?



Yo entusiasmado por ver su precioso cuerpo lleno del postre y sin dejar de lamer con mi boca y saborear su tersa, fina y ardiente piel le respondo:



―Uf, Dios mío, estas buenísima, te podría estar comiendo toda mi vida.



Después empiezo a pasar mi boca por todas las partes que tienen postre de abajo a arriba, parándome a deleitar su precioso y humeante conejo, sus duros y perfectos pechos, su cuello y por fin llego a su boca, con la que me deleita con gran maestría, hasta que toma ella la iniciativa nos damos la vuelta me coloca a mi debajo y en un perfecto 69 le saboreo todo su rasurado conejo mientras su cuerpo se arquea y da pequeños gemidos de autentico placer, rodeo todos sus muslos, juegos con sus labios y ella como poseía se lanza a por mi rabo que para entonces ya estaba con un subidón de campeonato, sin pensárselo se lo introduce del todo en su boquita y me arremete grandes mamadas que hacen que me tiemble casi las piernas, yo quiero ver como se corre antes que yo y como mis manos empiezo a jugar con su clítoris a la vez que le doy lametazos y lo rodeo con mi boca.... esto la estremece y compruebo como de repente llega a un orgasmo descomunal.



―AAAAAHHGG, UFFFFFFF,



No se lo podría creer, se había corrido antes que yo y eso nunca antes había sucedido, lo cual hizo que trabaja más y más mi rabo, cuando veía que me iba a correr paraba y me daba besos para luego volver con las mamadas descomunales, así varias veces hasta que me dijo:



―Tu sólo te corres cuando yo te diga y no antes.



Pues así fue cuando ella dispuso me sobo con sus pechos y después con sus manos hasta que me corrí y fue a parar por todo su cuerpo que ardía.



―Como me has hecho correrme antes que tú, tienes un regalo... ¡Pide!



Yo lo tenia claro y no dudé ni un segundo, nos levantamos de la cama, subí en mi escritorio apartando un poco la pantalla del ordenador y comencé a penetrarla con suaves movimientos mientras mis manos se fundían por sus curvas.



Ella se recogía su larga melena para que no nos estorbara con unos movimientos de cuello que me ponían a cien.



Pasados unos minutos la levante, la puse de espaldas a mi, le puse su pie derecho encima de la mesa, a lo que ella me miró y sonrió, le acaricie un poco su conejo y seguidamente la penetre, nunca había probado esa postura y me gusto tanto como a ella que me agarraba con sus manos la cabeza y ofreciéndome su lengua, las embestidas cada vez subían más de fuerza en una casi nos caemos.



Llegado un punto en que los dos estabamos ya fuera de este mundo, con unos gemidos increíbles, le pase uno de mis dedos por su culito calentón y sin hacerle caso le metí uno de mis dedos, cosa que no le sentó mal, poco a poco le fue dilatando su culito hasta que no pude más y se la quería meter por aquel ardiente hueco.



La puse como si fuera un ladrón y fuera a cachearla, las manos apoyadas en la mesa y le separe las piernas lo más que pude, para entonces ella ya sabia lo que se le venia encima y no puso nada de resistencia solo me miro y me dijo:



―Ten cuidado por favor.



Le abrí con mis manos sus cachetes y le propine unos buenos lametones en su conejo que le doblaron las piernas, después sin más dilaciones le puse mi rabo en la puerta de aquel glorioso culo que humeaba de calor.



Llegar a meter la cabeza de mi rabo fue algo costoso y tanto a ella como a mi nos dolió un poco, pero una vez superado aquel primer momento todo fue más fácil, los movimientos eran muy suaves y llegue a dejar de moverme un poco para que se acostumbrara, mientras que le acariciaba los pechos y le besaba las espaldas.



Cuando note que estaba más tranquila proseguí con los movimientos hasta que llegaron a ser cada vez más fuertes y rápidos siempre por indicaciones de ella.



―Si, si, si, dame primo, dame, offf, aagg.



Le sujetaba por la cintura mientras le embestía con gran fuerza, vi que con unas de sus manos se acariciaba su conejo y sin dudarlo empecé a frotárselo, fueron varios minutos que jadeamos como nunca lo habíamos hecho, del desgaste las piernas se nos doblaban a los dos, ya podía sacarla y volverla a meter entera y ello nos proporcionaba un placer increíble, al poco comprobé que había llegado a otro orgasmo.



Su cuerpo estaba inmerso en una serie de espasmos y convulsiones de placer



Creo que le dio rabia volver a tener un orgasmo antes que yo, se dio la vuelta, se puso enfrente de mi y de un salto se subió encima de mi agarrándose a mi cuello, yo con una mano la sujete y con otra prepare mi rabo para penetrarle su incansable conejo, que estaba muy húmedo.



Una vez dentro empezó a moverse como una loca y mirándome con unos ojos de lascivia increíbles para ver mi reacción, podía ver como mis ojos perdían el sentido y me besaba por momentos, dándome pequeños mordiscos en los labios.



Yo sabía que no podía aguantar más aquella postura porque mis piernas no eran capaces de seguir, la apoye un par de veces contra la pared propinándole fortísimas embestidas que le encantaban y pedía más y más...



No pudiendo proseguir con aquello me aproxime a la cama y caímos los dos, pero ella no quería parar hasta ver como me corría y siguió encima de mi moviéndose y haciendo que no parará de penetrarla, tenia una cara un tanto de loca posesa...



De pronto paro, se levantó y se puso de espaldas a mi de rodillas, se la volvió a meter y con las piernas subía y bajaba, yo intentaba no correrme para que aquello no parase nunca, pero fue tanto su empeño que no pude más y se le dije que me iba a correr, ella entusiasmada se dio la vuelta, me propino un par de sacudidas con las manos, se puso en la trayectoria esperando mi semen, cuando me corrí solté un grito y ella a recibirlo por todo su cuerpo otro igual.



Para cuando se fue eran aproximadamente las 18:30.



Este encuentro fue el mejor que tuve con ella.



Espero vuestro e-mail para saber vuestras opiniones, me gustaría conocer posturas que a las chicas les encanten para hacer disfrutar más a mi prima.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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