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Categoría: Confesiones

TUVE QUE COGER CON SU JEFE

"Mi esposo me pidió que cogiera con su jefe para no perder su trabajo y que por amor, yo acepte"

 

Sé que conseguir trabajo esta difícil, pero mi marido para conservarlo, tuvo que aceptar que su jefe tuviera una aventura conmigo, además como parte de su fantasía, le exigió a mi esposo que él tenía que ver cómo me cogía.

Cuando mi esposo me comento a lo que se había comprometido por conservar su trabajo, de inmediato me negué, pero me hiso ver que si no aceptaba lo iban a despedir, me dijo que ya había intentado todo, incluso había propuesto trabajar a medio sueldo, lo vi tan desesperado y tan insistente que termine por aceptar.

Yo sabía que le gustaba a su jefe, porque en varias ocasiones se me había insinuado, es muy guapo y vanidoso, pero por respeto a mi esposo nunca le hice caso.

Siempre he complacido a mi marido en sus fantacias sexuales y ya habíamos hecho algunas locuras, pero nada como esto.

Al fin llego el día y naturalmente me puse muy coqueta con ropa que fuera fácil de quitar, me puse una blusa de tirantes muy escotada y una minifalda tan corta, que a mi marido le fascino.

estaba tan nervioso, que me pidió que estuviera bien rasuradita, no especifico de donde, pero yo sabía a lo que se refería, lo triste era que de mí dependía que el conservar su trabajo, pero él estaba seguro que pronto obtendría su promoción y podría tomar venganza de tal humillación.

Cuando ya estaba lista y poco antes de que llegara su jefe, emperezamos a tomar varios tragos para agarrar valor, además de que el alcohol me ayudaría a relajarme, aun no estaba lo suficientemente borracha cuando llego, mi marido lo recibió, con un servilismo que insultaba y a mí me hacía sentir mal.

Cuando lo salude el debió haber notado que yo no era tan servil, pero olía tan rico y se notaba que toda la ropa que vestía era nueva, estaba segura que hasta los calzones que traía los estaba estrenando, siempre ha sido muy vanidoso.

De inmediato mi esposo le ofreció una copa y puso música romántica, se desvivía por atenderlo, yo me senté frente a él y con la mini falda que traía, el fácilmente me podía ver las piernas y algo más, lo que hacía con toda intención y que poco a poco a mí también me fue excitando.

Después de unos minutos de charla, su jefe me pidió que bailáramos, pero no sin antes pedirle permiso a mi esposo, que mendigo hipócrita.

En cuanto empezamos a bailar, casi de inmediato me susurro al oído, que le gustaba, en los arqueos hacíamos para mirarnos a los ojos, le pegaba intencionalmente mi pelvis en su miembro, el que empecé a sentir como se iba endureciendo, por su tamaño no estaba como para desaprovecharlo.

No deje de tomar para agarrar valor, aunque estaba ya segura que gozaría al jefe de mi marido, así que pensé que sería más fácil iniciar la aventura si su jefe me viera bailar pegadito con mi esposo.

Así que lo deje y le pedí a mi marido que bailáramos, lo abrace y de inmediato nos empezamos a besar, le hacíamos ver como nuestras lenguas se entrelazaban, eso seguramente lo encendería.

Ya estaba un poco ebria mientras bailaba y besaba a mi marido, empecé a sentir como se le paraba la verga, le pedí que me agarrara las nalgas por debajo de mi minifalda y yo baje mi mano y empecé a apretar su verga por encima de su pantalón, la intención era que su jefe se excitara aún más.

De reojo veía como su jefe se agarraba la verga, que evidentemente ya estaba bien parada, deje a mi marido y empecé a bailar muy pegadito con su jefe, en cuanto sentí su mimbro erecto, me excite de inmediato y lo empecé a besar ardientemente.

Baje discretamente mi mano y le empecé a acariciar suavemente la verga, poco a poco se la fui tocando más fuerte, estaba segura que por su tamaño y por lo dura que la tenía, no me iba a disgustar mamar y sentir dentro de mi tremendo pedazo de carne.

Por momentos veía a mi marido y llegue a pensar que se le iría a los puños, pero solo agachaba la cabeza y se resignaba a que sería penetrada por su jefe.

Después de un rato en que nos besamos y se la tocaba, su jefe me dijo al oído que si me atrevía a sacársela, lo mire a los ojos y empecé a bajar su cremallera, metí mi mano cuidadosamente para no jalar su vello y le saque su caliente miembro.

En cuando la sentí, note que era tan larga como la de mi marido, pero la de él era más gruesa y cabezona, así que confirme que gozaría coger con el jefe de mi esposo.

Acomode mi mano en su verga y se la empecé a masturbar, voltie a ver a mi esposo y el solo se agarraba la verga sobre el pantalón, era evidente que el también estaba excitando, empecé a sentir como el pendejo de su jefe ponía su manos en mis senos y los apretaba de tal manera que me hacía sentir deseada.

No tardo mucho para meter sus manos bajo mi playera, me levanto el bracier y dejo al descubierto mis senos los que de inmediato me empezó a mamar y a apretar muy fuerte.

Pocos minutos después sentí las manos de mi esposo en la cintura, me arrimo su verga que estaba bien dura en mis nalgas y me lo empezó a untar, aprovecho un momento y con gran habilidad me quito la playera escotada de tirantes que traía y la arrojo sobre la mesa.

Mi esposo continuo untándome su verga yo sentía riquísimo y lo evidenciaba con mi respiración excitada, pero no deje de chaquetear la verga de su jefe, poco después mi esposo me desabrocho el bracier y lentamente me lo quito para evitar en todo momento interrumpir a su jefe que acariciaba y lamia mis endurecidos senos.

Sin dejar de sentir la verga parada de mi marido como rosaba mis nalgas, empecé a desabrochar los últimos botones de la camisa a su jefe, mi esposo rodio con sus manos mi cintura, pensé que me iba a quitar la falda, pero para mi sorpresa, empezó a desabrochar el pantalón de su jefe y se lo empezó a bajar junto con sus calzones muy despacio, mientras aprovechaba para pegar su cara en mis nalgas en cuanto termino, mi esposo se alejó.

En cuanto le vi la verga desnuda a su jefe, se la agarre con mis dos manos, me arrodillarme y se empecé a mamar, estaba tan grande y deliciosa que me costaba trabajo respirar pero aun así me daba tiempo para apretar sus enormes huevos y por momentos para metérmelos en la boca.

Su jefe aprovecho ese momento para terminar de quitarse la camisa y la corbata que aun traía puesta, después de unos minutos que aprovechaba para mamársela y tratar de extraer todos sus deliciosos jugos, me tomo de los codos, me levanto y me hizo sentar sobre la mesa del comedor.

Me levanto las piernas, me quito mi diminuta tanga, metió su cabeza en medio de mis piernas y de inmediato empecé a sentir como su lengua lamia a todo lo largo mis labios vaginal y que por momentos aprovechaba para penetrarla y en otros mordisqueaba mi clítoris.

Me provocaba tremendos escalofríos, mientras veía a mi marido como se apretaba la verga sobre el pantalón, quería pedirle que se acercara para mamársela y gozar aún más el momento, pero no podía por su jefe.

En eso sentí que su jefe me metió dos dedos por la vagina, me los empezó a meter y a sacar y fue cuando ya no me pude contener y tuve mi primer orgasmo.

El continuo lamiendo y chupando todos los fluidos que salían de mi vagina, creo que me metía sus dedos tan adentro que seguro saco mi orgasmo y también se comió, poco después, levanto un poco más mis piernas y empecé a sentir como su lengua se paseaba y se introducía por mi culo, poco después me metió un dedo hasta dentro que me saco un suspiro muy largo ya que jamás mi marido lo había hecho.

Definitivamente me mamaba la vagina más rico que mi esposo, por eso no deje de gozar en ningún momento a ese cabron, que me estaba llenando de placer.

Por momentos veía a mi esposo que ya tenía la verga de fuera y solito se masturbaba, sentí pena por él, pero no podía dejar de gozar el placer que su jefe me hacía sentir y que el ya notaba.

Poco después su jefe, me dejo de mamar, se incorporó y me dijo que si lo montaba, le dije que sí, se fue a las sala y se sentó en el sofá, yo me quise quitar la minifalda que era lo único que traía puesto, pero me pedio que me la quedara que así me veía más sexi y puta, nunca me habían dicho así pero he de reconocer que en ese momento me agrado.

Me acerque y lo monte poniendo mis senos casi en su boca para que me los chupara y me los agarrara mientras yo gozaba penetrándome su enorme verga.

Cuando me disponía a montarlo, tome su verga con mi mano para metérmela en la vagina, pero antes de que lo hiciera llego mi esposo, me la quito de la mano, la tomo y con mucho cuidado sentí como la puso entre los labios de mi vagina.

Yo me fui sentando poco a poco en tremenda verga mientras suspiraba al sentir como se me iba enterando, cuando me llego hasta adentro, empecé a brincar en ella, era increíble sentir como me entraba y salía su verga, mientras sentía como me apretaba y chupaba mis senos, que por momentos pellizcaba y hasta mordía mis tetillas, que rico.

En medio de mi respiración agitada, se me escapaban algunos gemidos de placer, olvide por completo que mi esposo estaba ahí y solo me concentre en hacerlo gozar como el me hacía gozar.

Estaba tan cliente que hacia pequeños círculos con mi cadera para gozar más esa verga cabezona, sabía que mi esposo estaba a un par de metros y nos veía, pero seguía deseando que se acercara y me pusiera su verga en la boca para mamársela con gran fuerza.

Después de unos minutos le pedí que si me dejaba cambiar de posición para poder ver como se masturbaba mi marido y me dijo que sí, me pare y cuando salió de mi vagina sentí riquísimo, así que rápidamente me voltee poniendo mi espalda en su cara, tome sus manos y me las puse en mis senos, tome su verga con mi mano, me la volví a clavar y de inmediato empecé a brincar.

Mientras me entraba y salía, veía a mi esposo como se masturbaba y eso me excitaba más, así que levantaba mis brazos y me acariciaba el cabello para que viera como su jefe me tocaba los senos.

Durante los movimientos de placer un poco bruscos que hacia al gozar la verga de su jefe, esta se me salió de la vagina, de inmediato mi esposo la volvió a tomar y la puso otra vez en la vagina para que me siguiera penetrando.

Pero en esta ocasión se quedó ahí, yo pensé que ahora si me permitiría mamársela mientras era penetrada, pero no fue así y para mi sorpresa, le empezó a sobar y jalar los huevos de su jefe mientras yo brincaba.

Me desconcertó su actitud, pero el jadeo de su jefe que lo sentía cerca del oído, se incrementó cuando sintió la mano de mi esposo agarrándole los huevos que evidentemente le agradaba y me lo hacía sentir cogiéndome con más fuerza.

Pero mi esposo fue más allá, se hinco y me empezó a lamer la vagina mientras era penetrada, sentía como paseaba con su lengua en mi clítoris y se chupaba los jugos que me escurrían al tener tremendo cabezón adentro.

Reconozco que eso también a mi excitaba y a él no le importaba que mis movimientos cada vez más violentos golpearán su cara, pero se me volvió a salir la verga de su jefe, yo sabía que mi esposo que estaba ahí, me la volvería a poner para que yo siguiera gozando de tan exquisita penetración.

Pero me sorprendió aún más, que le dio dos o tres muy buenas mamadas a la verga de su jefe antes de acomodármela para que yo siguiera brincando mientras me penetraba.

Mi esposo continuo chupándome la vagina y agarrando los huevos a su jefe, después de algunos minutos de tan excitante relajación, su jefe me dijo al oído que ahora él quería montarme, me la saque, mi esposo se separo, me recosté en la alfombra, vi su verga que estaba realmente parada, abrí mis piernas y puso su cuerpo sudoroso en el mío.

Él solito se agarró su verga y empecé a sentir como me empezaba a penetras tan delicioso pedazo de carne, el ritmo con el que me la metía y me la sacaba era realmente exquisito que tuve un segundo orgasmo.

De reojo veía como mi marido se seguía masturbando sin terminar, pero los jadeos y los cumplidos que me decía al oído este cabron, me hacían sentir que le gustaba mi vagina y como me movía, yo ya me sentía fascinada por los orgasmos que me había provocado.

Poco después susurrando me dijo al oído, donde quieres que termine, yo le respondí que donde él quisiera menos en la boca y en la cara, el me respondió que me los echaría en los senos.

Su ritmo fue bajando poco a poco, ere evidente que ya iba a terminar, me la saco rápidamente y sin querer con sus rodillas atrapo mis brazos inmovilizándolos y no pude ayudarlo a terminar en mi pecho.

Así que solo me quedo ver, como el solito se masturbaba y que en unos cuantos segundos me empezó a derramar su blanco semen en mi pecho, reconozco que al ver como expulsaba los pequeños choros de semen me calentó tanto que con gusto los habría recibido en la boca y me hubiera comido.

Después de unos segundos en lo que recuperábamos el aliento, se acercó mi esposo y realmente para mí fue increíble cuando con su lengua me empezó a limpiar el pecho de tan cálida leche.

Además tomo la verga de su jefe, se la metió en la boca y con fuertes mamadas intentaba extraerle hasta la última gota de su leche, no podía creer al extremo de humillación al que había llegado mi esposo ¿o seria bisexual?

Su jefe y él se incorporaron, ambos me ayudaron a pararme, mi esposo aun con la verga de fuera, me dio mi ropa y me pidió que me subiera a asear, igualmente tomo la ropa de su jefe y se la acerco, mientras ellos me miraban subir con solo mi minifalda puesta, yo vi como mi marido se guardo la verga y su jefe se empezó a vestir.

Aproveche para darme un duchazo, escuchaba solo murmullos sin entender que decían, pocos minutos después escuche que la puerta principal se cerraba, cuando baje vi a mi esposo solo y con los puños cerrados y que entre dientes decía ya me la pagaras desgraciado.

Le pregunte por su jefe y me dijo que ya se había ido, me tomo de la mano y me llevo hasta la cama, se monto encima de mí, se saco la verga y solo haciendo a un lado mi pantaleta, me penetro.

Pensé que como no había terminado aún estaba caliente, quise complacerlo y me empecé a mover para que sintiera más rico, pero no, con movimientos rápidos y sin muchas ganas, me hizo el mete y saca, en muy pocos minutos sentí como su semen llenaba mi vagina.

Me la saco, se paró y me dijo, que jamás hablaríamos de lo sucedido esa noche y así ha sido hasta la fecha, pero en nuestros momentos de fantasías sexuales le he comentado que me gustaría hacerlo con dos hombres al mismo tiempo, el está de acuerdo pero no sabemos a quién elegir para tan excitante aventura.

Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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