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Categoría: Fantasías

TU FANTASIA

"Hoy es un día extraño, tanto por el clima que ya en puertas de noviembre nos ha deparado unos días casi veraniegos como por lo que has venido a hacer hasta aquí. Has quedado con él, hace meses que no os veis pero nada ha cambiado entre vosotros, Ambos os estáis echo fuertes pese a la..."

 

Hoy es un día extraño, tanto por el clima que ya en puertas de noviembre nos ha deparado unos días casi veraniegos como por lo que has venido a hacer hasta aquí.

Has quedado con él, hace meses que no os veis pero nada ha cambiado entre vosotros,

Ambos os estáis echo fuertes pese a las circunstancias o precisamente por estas,

Esta vez habéis dado un paso mas y habéis alquilado una habitación en un pueblo perdido del que ni el nombre sale en los mapas, habéis decido que ese será de aquí en adelante el nido que os unirá aun más si cabe.

Llegar al pueblo no fue tarea fácil para ninguno de los dos, aun así él llego antes que tú y aprovecho para caldear la fría casa de pueblo encendiendo la chimenea,

El no esta solo, ayer cuando hablasteis te dijo que hoy cumplirías una de tus fantasías, por mas que quisiste averiguar no hubo forma de saber que tenia pensado para ti,

Pero ella estaba allí con él, aunque solo conversaban al pie de la chimenea esperándote, ella era tu sorpresa y el solo seria testigo mudo de lo que allí ocurriese,

Era tu fantasía y a fin de cuentas quien era él para intentar cambiar nada de la misma, al menos no lo pensaba en este momento.

Cuando al fin llegaste él salió a la calle a recibirte, te tomo entre sus brazos y como en otras ocasiones os fundisteis en un abrazo eterno a la vez que os besabais con pasión contenida durante meses, enseguida notaste como su sexo comenzaba a abultar su pantalón presionando tu abdomen, así que sin mas lo cogiste de la mano e intentaste ir directa a la habitación,

Pero esta vez el no siguió tus pasos, si no que te retuvo y te recordó que hoy cumplirías tu fantasía, esa que a el le rondo la cabeza estos últimos meses, meses en los que puso algún anuncio en paginas especializadas del genero hasta encontrarla a ella, a Raquel.

Sin decirte nada te llevo al viejo salón de la casa y allí la viste sentada al lado del fuego, aunque algo confundida pronto entendiste él por que Raquel estaba allí,

Carlos os presento formalmente y cuando tu ibas a darle dos besos a la chica ella te dio un fugaz beso en los labios que hizo que tu cuerpo se estremeciese al igual que hace unos minutos cuando sentiste el sexo de el contra tu vientre,

Sentados alrededor de la pequeña mesa del comedor entablasteis una conversación banal hablando de temas sin demasiado interés solo sacados con el fin de romper el hielo, tus manos temblaban nerviosas en tu regazo, esperabas cualquier cosa cuando te hablo de cumplir tu fantasía pero nunca habrías imaginado que esta seria la que estabas por cumplir,

Después de unos minutos en los que tomasteis algún refresco ya que nadie bebía otra cosa sonó el teléfono de Raquel, momento que Carlos aprovecho para hablar contigo.

Esti ¿en qué piensas? no tiene que ocurrir nada que tu no quieras, simplemente intente cumplir tu fantasía, pero si no quieres ella se marchara igual que vino y no habrá ocurrido nada,

Tus labios estaban sellados, solo asentías con la cabeza, sumergida en tu mar de dudas, era tu fantasía si, pero era una fantasía que jamás creíste realizar,

Al fin tras unos segundos mas de silencio por tu parte hablaste pare decirle a Carlos que si que querías probar, pero que si no te encontrabas bien con la situación podrías interrumpirla sin mas, algo a lo que él estuvo de acuerdo.

La conversación de Raquel al teléfono se alargaba, a lo que Carlos se aproximo a ti y tomándote de las manos te levanto para fundirse en otro abrazo interminable, su sexo seguía latiendo o había vuelto a despertarse incrustándose esta vez en tu pubis, un leve movimiento de tus caderas y el roce se hizo para ambos necesario como el aire,

Vuestras lenguas se buscaban, vuestros labios se fundían, sus manos subían por tu costado acariciando tus pechos hinchados ya de deseo,

Tan ensimismados estabais que no advertisteis que Raquel había regresado, solo cuando sentiste unos labios en tu cuello te diste cuenta que solo podía ser una persona, ella.

Ella que tras de ti tomando tu cintura besaba tu cuello ascendiendo hasta tu oreja y todo eso sin dejar de sentir los labios de Carlos en los tuyos y su sexo intentando romper la tela que os separaba.

Un gemido profundo salió de tu garganta cuando Raquel tomo el lóbulo de tu oreja entre sus labios recorriéndolo con una lengua húmeda y cálida, la sensación se incremento cuando ella subió sus manos hasta tomar tus pechos entre ellas, tus pezones se clavaron en la tela de tu blusa con el solo roce de esas manos jamás soñadas.

Era el momento y Carlos lo sabia, separándose de ti te ayudo a darte la vuelta hasta quedar frente a frente con ella, quien aprovechando esta ocasión te atrajo hacia sí como minutos antes hiciera él, besando tus labios con pasión, el contacto de su lengua pequeña y cálida anularon si es que quedaba alguna resistencia en ti, que te entregaste a ese beso como si la vida te fuese en ello,

Sus manos se deslizaron a tu cadera y de hay bajaron hasta tomar tus nalgas entre ellas, entre vosotras no había un sexo erecto apretando tu pubis como antes, pero sus caricias pronto te hicieron olvidar ese detalle.

Sobre todo cuando ella abandono tus labios y descendiendo por tu cuello llego hasta tus senos, tomando entre sus dientes sobre tu ropa tus enhiestos pezones,

Los gemidos llenaban el ambiente, tus manos no acertaban a moverse, ni siquiera las llegaste a apoyar en ningún momento en su cuerpo, solo cuando su mano se coló entre vosotras y atrapo tu sexo sobre el pantalón la cogiste el rostro entre tus manos volviendo a besarla.

La voz de Carlos os saco por un instante de vuestro mundo. Chicas vamos a la habitación, tomaste la mano de Raquel y seguisteis el pasillo que conducía a vuestra habitación,,

Carlos cerro la puerta tras de sí y se sentó sobre una de las dos camas observando como retomabais vuestros besos, vuestras caricias,

Poco a poco las prensas fueron desapareciendo de vuestros cuerpos, ahora tus pechos eran besados sin tela de por medio y tus pezones saboreados por esa lengua extraña que tanto placer te estaba dando, al fin saliste de tu parálisis y tomaste los senos de ella entre tus manos, su tacto, su suave piel te incitaron a besarlos y tal como había echo ella contigo tus labios succionaron primero un pezón y luego el otro haciendo brotar leves jadeos de la garganta de Raquel.

Solo existíais vosotras dos, hasta el punto que habías olvidado que Carlos observaba atentamente vuestros juegos, cuando dirigiste la vista hacia él lo encontraste con la mirada fija en vuestros cuerpos y su mano acariciando su sexo erecto sobre el pantalón,

Le perdiste de vista cuando sentiste que tus bragas ya húmedas eras bajadas hasta acabar sacándolas de tus pies y quedando en el suelo, te dejaste caer sobre la cama y a partir de hay tu mente se nubla y solo te llegan imágenes entremezcladas,

Sobre todo recuerdas la sensación que nos manos abrían tus piernas y que esa lengua dulce y extraña recorría cada pliegue de tu sexo mientras dos de sus finos dedos penetraban dentro de tu ser, tú sexo se contraía alrededor de ellos aprisionándolos mientras tu clítoris recibía esa lengua sedienta de ti,

La siguiente imagen que llega a tu mente es ver a Carlos desnudo en la cama de al lado masturbando su sexo erecto absorto con vuestro ritual, los gemidos más guturales de el se mezclaban con los vuestros,

Ni siquiera recuerdas en que momento Raquel saco su tanga empapada y coloco su sexo al alcance de tus labios, sin dejar en ningún momento de brindarte placer en el tuyo, perdiste la noción del tiempo y de los orgasmos que llegaban uno tras otro hasta parecer uno solo pero interminable, también te quedo la sensación del sabor de su sexo, de la suave piel que tu lengua recorria, los labios abiertos como una flor y un pequeño clítoris que tomaste entre tus labios hasta recibir su placer.

Cuanto tiempo duro aquello quien lo sabe, lo ultimo que recuerdas es como mientras llegaba tu ultimo orgasmo viste como Carlos vaciaba el fruto del placer que le habías brindado sobre tu pecho.

Cundo despertaste ella no estaba si es que estuvo alguna vez, Carlos solo te miraba y sonreía pero jamás te dijo si aquello fue un sueño o no, lo que el no sabe es que en tu bolso al llegar a casa descansaba el tanga aun húmedo de ella, habías echo realidad una fantasía y el había estado hay.

Datos del Relato
  • Categoría: Fantasías
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