Una mañana, estando el padre Julio trabajando, la madre Elvira salió de compras dejando a su hija Natalia, de 17 años sola en casa. Elvira, de 38 años es algo rellenita sin ser desagrabla, por el contrario. Natalia es una adolescentes hermosa, con un cuerpo más que deseable. Durante su paseo por el centro comercial, Elvira se fijó en algunos hombres y se puso bastante cachonda

Al volver Elvira de sus compras encuentra a Natalia mastrubándose con un consolador de su madre. Al principio reacciona mal, peo Nati le dice: - Acaso tú no lo haces? Porqué yo no puedo? Yo también tengo deseos de sexo.

Su madre reflexiona y considerando lo caliente que estaba ella usa la excusa de enseñar a su hija a masturbarse, se sube a la cama y comienza su propia masturbación. Tan caliente está que mientras se pajea se desnuda ante su hija que la mira sonriente. Elvira llega a un orgasmo descomunal e invita a su hija a imitarla. Ya las dos desnudas, comienza un sexo lésbico, donde las vaginas se regodean con las mutuas lenguas, sus tetas tremolan con los labios ajenos, los culos sienten dedos invasores y lenguas sedientas. Los orgasmos se suceden.

Pero Julio llega de improviso de su trabajo  y encuentra a las mujeres de la casa en pleno sexo.

Elvira, descaradamente se incorpora y aclara: - Es la primera vez que lo hacemos, pero desde ahora lo haremos siempre. Queremos seguir en familia, pero tendrás que aceptar nuestro amor con Natalia. - 

Julio siente crecer su rabo dentro de su pantalón, rabo bastante importante y acepta: - - - Estoy de acuero, pero yo también quiero cojerla a Natalia.-

Las dos mujeres aceptan y en el próximo relato veremos una familia unida por el amor y el sexo más salvaje.