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Tres hombres y una dama

¿Recuerdan la história CUANDO EL ESPOSO SE ENCUENTRA DE VIAJE? Bueno, seguramente los nombres les serán conocidos.

Después que mi esposa Juana y yo tuvimos nuestra segunda orgía con nuestro amigo Leonardo, estábamos ansiosos por encontrarnos de nuevo y casi no nos aguantábamos esperando este día.

Esa primera vez nos dejó con los nervios de punta al principio, pero el caso es que quedé conforme y satisfecho al ver a mi esposa experimentando cosas que nunca antes yo le había dado; al mismo tiempo quedamos contentos y muy emocionados por todas estas vivencias.

Primero comenzamos con Leonardo: mientras yo le daba masajes a mi mujer ella permanecía acostada desnuda y en pantaletas. Esa noche sólo tuvimos sexo oral porque nunca habíamos hecho esto, algo nuevo para nosotros, y queríamos saber hasta dónde se podía llegar, o cuanto podíamos aguantar con Juana mamando huevo.

Después de esa noche ella y yo tuvimos una conversación sobre lo que habíamos hecho y saqué la conclusión de que ella deseaba continuar haciendo el amor con Leonardo de la manera mas morbosa posible.

Leonardo lo tenía bien parado ese día, y esa primera noche pude ver en los ojos de mi esposa cómo disfrutaba mamándole ese huevo, sobre todo cuando le explotó aquel enorme machete en la boca debido a tanta excitación que se le había acumulado al tipo, provocada por ella.

La segunda vez que nos encontramos para hacer otro trío de orgías me dio mucha alegría y por supuesto, placer, cuando vi a Leonardo y a Luis haciéndole el amor a esta mujer.

Todos estos planes los hicimos de manera que nos pudiéramos encontrár en el próximo fin de semana; llevaríamos carne de res del auto mercado, también vino, y luego…a tirar y a tener sexo. Todo funcionó a pesar de que no le habíamos dicho nada a Leonardo, ni le hablamos sobre ningún plan. Creo que él ya lo sabía.

Juana y yo habíamos hecho el amor el Lunes y mientras lo hacíamos preparamos todo con anticipación. Toda la semana nos abstuvimos de tener sexo de manera que ese fin de semana estuviéramos bien listos para aguantar toda la noche con nuestro invitado.

Por fin llegó el sábado y Juana se fue a la tienda de abarrotes para comprar la comida de esa noche mientras yo terminaba de limpiar la casa y tendía la cama con sábanas limpias, pero Leonardo me llamó para decirme que su amigo Luis, amigo y compañero de trabajo, lo había llamado y que también vendría con él porque estaban fumigando su casa para acabar con las polillas (la iba a vender). Preguntó si podíamos cenar todos juntos y así invitar a Luis.

Le dije que no había problemas, pero que lamentaba que ya no fueramos a poder tener nuestra sesión de orgía y sexo en la noche. En forma de chiste le pregunté si a Luis le importaría participar después de la cena. Le dio risa y dijo que se lo había mencionado una noche en el trabajo invitándolo a tener un trío con nosotros. Dijo que estuvo de acuerdo y que le parecía buena nueva idea nueva.

Entonces le dije:

- No estoy seguro si puedo convencer a Juana para que haga de todo con nosotros -

Me emocionaba lo divertido que era verla con dos tipos mas, la pobre Juana, y conmigo, sumaba otro mas. Leonardo dijo:

- Yo tampoco estoy seguro que ella acepte, pero creo que podríamos divertirnos mucho - dijo riéndose.

Le preguntó si quería que trajera películas porno por si acaso se necesitaban. Luego le dijo que yo opinaba que primero debíamos examinar bien la situación, pensarlo mejor, a lo cual estuvo de acuerdo.

De todos modos vivíamos en el mismo conjunto de apartamentos, de manera que ir a buscar las películas no tomaba tiempo en caso de que nos decidiéramos.

Colgué el teléfono y llamé a Juana al supermercado por mi celular. Le dije que comprara mas carne de res para todos y aproveché para contarle que Leonardo me había llamado y todo lo que habíamos conversado.

Ella opinó que no nos convenía traer a otra persona y antes de colgar le dije:

- ¿Tú crees que puedas manejar a los tres al mismo tiempo? - Le dio risa y dijo:

- Qué gracioso!! – y colgó el teléfono.

Cuando llegó a casa la ayudé a cargar lo que compró y lo guardé en la nevera y la alacena. Luego le pregunté qué se iba a poner en la noche y dijo que buscaría algo que le quedara bien. Pude adivinar que ya estaba caliente, la zorra, pensando cuando llegaría la hora de la acción esa noche.

Entramos al dormitorio y saqué su minifalda y brasieres que le apretaban bien esas tetas haciendo que les lucieran bellas. Luego busqué la ropa interior en una gaveta: encontré las pantaletas sin la parte de adelante y las coloqué con el resto que había conseguido.

- ¿Qué te parece? - le pregunté, suponiendo que se los iba a poner en la noche. Dijo:

- Primero voy a tomar un baño y después me visto.

Nos dimos un beso y le agarré el culo apretándoselo bien duro.

Leonardo y Luis llegaron cuando Juana se estaba bañando. Yo no conocía a Luis y resultó diferente a como me lo había imaginado. Medía como 5’8 pulgadas de alto pesaba como 150 libras. Era de pelo rubio y ojos azules. Yo estaba muy contento de que fuera un tipo muy atractivo porque sabía que a Juana le iba a gustar este señor cuando lo viera.

Cada uno nos sentamos a conversar con una cerveza en la mano mientras esperábamos a que Juana estuviera lista. Le dije a Luis que ella siempre se tardaba para vestirse, y Leonardo opinó:

- Claro, vale la pena esperarla.

Cuando Juana entró a la sala lucía sorprendentemente bonita y muy atractiva. Sus tetas bien duras bajo la franela que yo había escogido porque sabía que se la iba a poner junto con esas pantaletas sin la parte de adelante, que me volvían loco.

Luis se puso de pié y caminó hacia ella extendiendo los brazos: - Mucho gusto en conocerla! Luis me dijo que ustedes tienen tiempo como amigos y siempre me cuenta cosas buenas de usted. La verdad es que es bastante bonita, tal como él me dijo.

Juana dijo:

- Gracias.

Yo me puse a pensar: “Este tipo si que sabe tratar a las mujeres”.

Al hombre se le notaba mucha sinceridad cuando hablaba y parece que a Juana le habían impresionado sus palabras de elogio. Me sentía celoso saber que este tipo se iba a coger a mi mujer.

Juana aliñó los beaf steaks y preguntó si los cocinaría ella misma, o se iban a asar en la parrilla del conjunto de apartamentos. Tomé el plato de su mano y me dirigí a la puerta para salir con la comida, pero Leonardo dijo:

- Espere, yo lo ayudo - levantándose para salir juntos del apartamento.

Leonardo me comunicó lo que Luis pensaba de Juana: que era muy sexy y que yo lo había enviado para realizar la orgía con ella. Le dije que me parecía que él y Juana se atraían mutuamente y me preguntó qué pensaba yo. Dije que no estaba seguro pero que sería muy divertido si se gustaban.

Me sentía un poco nervioso por esta situación. No quería que ella se sintiera obligada de ninguna manera. Tampoco estaba seguro hasta qué punto ella aceptaría si le pedía que se acostara con Luis, un hombre a quien no conocía. Esto me emocionaba mucho, porque sabía que en realidad a ella si le gustaba hacerlo con otros hombres que no fueran su esposo.

Luego Leonardo y yo regresamos al apartamento con la comida. Luis y Juana estaban en la cocina haciendo una ensalada. Parecían estarlo pasando muy bien porque casi no se dieron cuenta cuando entramos en la casa. Ni siquiera sabía de qué hablaban pero la vi tocarle el hombro varias veces.

Cenamos y luego lavamos los platos. Realmente necesitaba hablar con mi esposa para saber su respuesta cuando le dijera que Luis vendría con nosotros y estaría en nuestra orgía, o encuentro sexual, aunque aparentemente ella estaba preparada para todo.

Los cuatro nos sentamos en la mesa del comedor para tomarnos un vaso de vino y hablar de todo en esos treinta minutos. Ya me estaba poniendo bien excitado con solo pensar en esa noche.

Les pregunté si era mejor irnos a la sala para estar mas cómodos y todo el mundo estuvo de acuerdo. A propósito dejé que ellos fueran adelante de manera que yo pudiera ver si la silla en donde estaba sentada Juana estaba mojada, porque cuando ella se excita la cuca se le pone bien húmeda y los jugos se le salen.

Pasé la mano sobre el asiento y para mi alegría, había un pequeño parche pegajoso lleno de babita. No era necesario preguntarle si se sentía bien ¡No había dudas!

Cuando entré a la sala le pregunté a Leonardo si había traído las películas, aunque yo sabía que no. Me contestó:

- Las dejé en el apartamento pero puedo ir a buscarlas. ¿Quieres verlas? - dijo mirando directamente a Juana, quien le sonrió y dijo:

- Claro, si quieres ir…

Leonardo invitó a Luis para ir juntos y conseguir las películas, y se fueron.

No le dije ni una palabra a Juana porque yo quería que fuera la primera en hablar sobre lo que estaba ocurriendo. Dijo:

- Luis parece un tipo muy honesto, no?-

- Si, claro que si. A mi me cae bien – le contesté.

- ¿Ustedes van a ponerme alguna trampa? – dijo ella, sonriendo con malicia.

– No, nosotros seríamos incapaces de burlarnos de ustedes.

Yo fui hacia ella y le pregunté si se había puesto las pantaletas que tanto me gustaban, aunque sabía que si porque la silla estaba llena de líquido proveniente de su cuca al faltarle a la pantaleta la parte de adelante.

Se levantó la minifalda y allí estaban las pantaletas: Me puse de rodillas y pude ver su hinchada cuca saliéndosele por la raja que había en el medio de esas pantaletas preciosas. Una babita se le salía y las mojaba. Luego, con uno de mis dedos, le recorrí la parte satinada y me chupé el dedo.

- ¿Por qué estás tan mojada? – le pregunté simulando estar sorprendido. - ¿Has tenido pensamientos morbosos con nuestros invitados? - Ella dijo:

- Tal vez uno o dos – aceptando decir la verdad, con voz sexy, mientras se bajaba la falda rápidamente. – ¿Crees que Leonardo le ha dicho algo a Luis sobre todo lo que hemos hecho anteriormente? - preguntó ella, sonriéndome.

- El dijo que se lo había mencionado. Luis le dijo a Leonardo que a él le parecía que eras una mujer muy bonita.

- ¿Le dijo eso a Leonardo? - preguntó ella, sonriendo mas todavía. Justo en ese momento alguien tocó a la puerta y yo me dirigí a abrirla, pero antes me di vuelta para mirar a Juana y le pregunté si se iba a sentar al lado de Luis para ver la película. Dijo que lo pensaría y me guiñó un ojo.

Abrí la puerta; Leonardo y Luis entraron.

El primero de ellos tenía dos videos en la mano. Cuando Luis entró le entregó a mi esposa una flor que había recogido en el jardín de la entrada. Ella le sonrió y dijo:

- Gracias - colocándola luego en un vaso con agua. Leonardo se dedicó a colocar la película en el VCR para luego sentarse en su puesto, al final del largo sofá. Luis dijo:

- ¿En donde quieres que me siente? - le dije que lo podía hacer al otro extremo del sofa si quería.

Juana vino hacia nosotros y se sentó entre Leonardo y Luis mientras yo lo hice en la silla del amor cerca del mueble. Estos estaban situados formando una “L” de manera que yo podía tener una buena vista de mi esposa y sus invitados. La película comenzó. Se trataba de un video en donde aparecía un grupo de actores: Una mujer hablándole a cuatro tipos. Lo bueno de Leonardo es que sabía escoger las películas para el momento correcto y la ocasión adecuada.

Diez minutos después Juana colocó el pié sobre el sofá y descansó los brazos en sus rodillas. Pude ver la luz del televisor dándole destellos a toda su cosa mojada entre las piernas. Se inclinó hacia Leonardo y este le dijo:

- Te quieres recostar en mis piernas?

Colocó la cabeza en su regazo y el culo frente a Luis. Me invadió una sensación extraña de celos que me recorrió todo el cuerpo al mirar a mi propia y bonita esposa sentada entre dos hombres. El corazón me comenzó a latir consciente de todo lo que pronto ella le haría a estos hombres.

Mi esposa Juana se colocó una mano debajo de la cara y vi cuando agarró el huevo de Leonardo a través de sus pantaloncillos. Se puso tenso por un momento y abrió las piernas para que ella se lo pudiera agarrar mejor.

Luis se quedó mirando la televisión a pesar de que el pequeño y hermoso culo de mi esposa, junto con su cuca, se veían por la forma en que ella estaba acostada. Luis finalmente bajó la vista para ver el bulto que le crecía en sus pantalones cortos.

Toda la cuca estaba llena de agua y debido a lo excitada que estaba, le corrían por las piernas hasta el sofá. Luis volteó a mirarme, creo que para ver la expresión en mi cara. Le sonreí, miré a la cuca de Juana y le hice señas con la cabeza.

El extendió la mano y metió sus dedos en su mojada cuca a través de la ranura en las pantaletas, y oí un sonido como chasquido: Juana quitó la cabeza del regazo de este tipo y miró a Luis.

- ¿Qué estás haciendo? - dijo ella, sonriéndole.

- Es que no me aguanto - dijo él. - Creo que estaríamos mas cómodos en el dormitorio.

Todos nos dirigimos hacia dicho dormitorio y cuando llegamos allí Juana se quitó la franela y la minifalda los cuales cayeron al piso. Yo me senté en una silla giratoria en una esquina para poder ver un poquito. El corazón me comenzó a latir tan duro que hasta me dio un mareo.

Leonardo se quitó los shorts para mostrar un enorme huevo bien parado, mientras Luis se quitaba la franela, pero no los shorts; luego se sentó al borde de la cama. Juan se acostó en la cama de espaldas y Leonardo se arrimó al lado de Juana para darle un beso bien largo y profundo en la boca tocándole las tetas con sus manos al mismo tiempo.

Caminé hacia la cama y agarré las pantaletas de mi esposa por la banda de goma. Ni siquiera levantó la vista cuando la besaron, pero si levantó el culo de la cama de manera que yo se las pudiera quitar con facilidad. Ella no podía saber quien le estaba quitando las pantaletas, si Luis o yo, algo que me hizo excitar bastante.

CONTINUARÁ EN EL PRÓXIMO EPISODIO. NO SE LO PIERDA. GRACIAS POR LEER.

Traducido por Marcos Urbina

Traduttore_traidore

CUENTO ORIGINAL EN INGLÉS

Three Men & A Lady
Submitted By Marcos Urbina

After my wife Joanna and I had our second threesome with our friend Larry we could hardly wait for the third. The first one was nerve racking at first but very fulfilling seeing my wife in a light that I had never seen before. It was such a turn-on for the both of us. It had started with Larry and I giving her a massage while she laid there in just her panties. There was only oral sex that night due to it being new to us we didn’t know how far we wanted to take it.

After that night my wife and I had a talk about what we had done and I knew she wanted to make love to Larry in the worst way. Larry was very well endowed, and that first night I could see in her eyes she was enjoying sucking him and watching his huge cock explode with the joy she was giving him. The second time we got together for another threesome I got the sheer pleasure of watching Larry and Joanna make love.

We had made plans for the weekend coming up to have steaks and wine and then of course sex, even though we didn't ever really talk about it with Larry. It was just an understanding I guess.

Joanna and I had made love on Monday and talked and anticipated the coming weekend. All week we had abstained from having sex so by the time the weekend came she would be ready to go all night with our guest.

Saturday finally came and Joanna was at the grocery store getting the food for the night while I finished cleaning the house and putting fresh sheets on the bed.

Larry called me and told me his friend Tad from work had called and was coming over to stay with him because they were tenting his house for termites. (he was getting ready to sell) Larry asked if we could still get together for dinner and he would bring Tad with him.

I told him that would be fine, feeling disappointed thinking our night of sex and fun was gone. Jokingly I asked him if Tad would mind the after dinner entertainment. He laughed and said he had mentioned to Tad one night at work that he had a threesome with us. He said Tad was cool and really liked the story Larry had told him. I said, "I'm not sure if I could get Joanna to do anything with all three of us, thinking how much fun it would be watching her take on two other guys besides me.

Larry said, "I'm not too sure either but, it could be lots of fun," then he laughed. He asked if I wanted him to bring some porno movies over just in case. I told him I thought that we should feel the situation out first, which he agreed. We lived in the same apartment complex anyway so we could get the movies fast enough if things worked out.

I hung up the phone and called Joanna on her cell phone at the store. I told her to buy an extra steak and told her about Larry's phone call to me. She said she would get another one but sounded disappointed. Before she hung up I said, "Do you think you can handle all three of us?" She laughed and said, "Real funny," and hung up the phone.

When she got home I helped her in with the groceries and put them away. I asked her what she was going to wear tonight and she said I could pick it out for her. I could tell she was still bummed out thinking the night of sex was shot.

We went into the bedroom and I pulled out her denim mini skirt and tight tank-top that hugged her tits real nice. I then went over to her underwear drawer and found her crotch-less panties and put them with the cloths I had picked out.

"How does that look?" I asked her hoping she would wear them. She said, "I will take a shower then get dressed. We kissed and I held her ass tight and squeezed firmly.

Larry and Tad showed up while Joanna was in the shower. I hadn't met Tad before and he was different than I had imagined. He was about 5'8" tall and 150 pounds with blond hair and blue eyes. I was pleased that he was a good looking guy and knew Joanna would be attracted to him when she saw him.

I got the three of us a beer and we sat and talked while waiting for Joanna to finish getting ready. I told Tad she was always slow getting ready, and Larry said, "yes, but she is worth the wait."

When Joanna came into the living room she looked absolutely stunning. Her nipples were hard under the t-shirt I had picked out and knowing she might be wearing the crotch-less panties I had picked out drove me crazy.

Tad stood and walked toward her with his hand stretched out. "It is so nice to get to meet you. Larry tells me you guys have been friends a while and always says the nicest things about you. You are every bit as pretty as he told me." Joanna blushed and said, "thank you."

I thought, “this guy knows how to talk to a woman.” He sounded sincere and she seemed impressed by his words. I felt that great jealousy feeling inside knowing this guy wanted to fuck my wife.

Joanna seasoned the steaks and asked if I would go cook them at the apartment complex barbecue pit. I took the plate from her and headed for the door. Larry said, "I will help you," as he got up and walked out of the apartment with me.

Larry told me that Tad thought Joanna was very sexy and said he envied Larry for getting to make it with her. I told Larry that I thought I could feel an attraction between Tad and Joanna and asked what he thought. He said he wasn't sure but that would be fun if there was.

I was feeling a little nervous about the situation. I didn't want Joanna to feel pressured in any way at all. I also wasn't sure at that point if I wanted to share her with Tad or not. It was such a turn-on though, knowing she liked making it with other men.

When Larry and I got back to the apartment with the food. Tad and Joanna were both in the Kitchen making a salad. They seemed to be hitting it off real good because they hardly noticed Larry and me come back in the house. I don’t even know what they were talking about but I saw her touch his shoulder a few times.

We ate dinner and then cleaned up the dishes. I really needed to talk to Joanna to see what she thought about having Tad join us in our sexual encounter, even though it seemed apparent she was up for it. The four of us sat at the dinner table having a glass of wine and small talk for about 30 minutes. I was starting to get real edgy wondering where this night was going.

I asked if we should go to the living room to be more comfortable and everyone agreed. I purposely let everyone go ahead of me so I could see if where Joanna was sitting was wet. When she gets sexually excited her pussy gets real wet and the juices start to flow.

I ran my hand over the seat where she had been sitting and to my delight there was a small slick puddle of pussy cum. I knew now I didn't even have to ask her if it was ok with her.

When we got into the living room I asked Larry if he had brought some movies with him, knowing he hadn't. He said, "I left them at my apartment and I will go get them. Do you want to watch some movies?" he said looking straight at Joanna. She smiled at him and said, "sure, if you guys want to." Larry invited Tad to walk over to his apartment with him to get the movies and they both left.

I didn't say a word to Joanna because I wanted her to be the first to speak about what was going on. She said, "Tad seems like a real neat guy, doesn't he?" "Yeah, he seems real nice to me," I told her. "Are you guys plotting against me?" she said, smiling at me devilishly. "We wouldn't even think about plotting against you."

I walked over and asked her if she had worn her crotch-less panties, knowing she must have because of the chair being wet with pussy cum.

She lifted her mini skirt and there they were. I dropped to my knees and could see her swollen pussy sticking out through the slit in them. Pussy cum was running out and onto them. I took my finger and slid it across the wet satin and then placed the finger in my mouth.

“How come you are so wet?” I asked her acting surprised. “Have you been having nasty thoughts about our guests?” “Maybe one or two,” she admitted, in a sexy voice while pulling her skirt down quickly. “Do you think Larry has said anything to Tad about what we’ve done in the past?” she asked, smiling at me. “He said he had mentioned it to him. Tad did tell Larry that he thinks you are gorgeous though.” “He told Larry that?” she asked, smiling an even bigger smile.

Just then there was a knock on the door. I started walking toward the door and turned to Joanna and asked if she would sit next to Tad for the movie. She told me that she would think about it then winked at me.

I opened the door and Larry and Tad came in. Larry had two video’s in hand. Tad walked in and handed Joanna a flower he had picked out of the garden along the walkway. She smiled and said, “thank you,” and put it in a glass of water.

Larry took on the duty of getting the movie in the VCR then took his normal place at the end of our long sofa. Tad said, “where do you want me to sit?” I told him he could sit at the other end of the sofa if he wanted to.

Joanna walked over and sat down between Larry and Tad on the sofa and I sat in the loveseat next to the couch. The furniture was situated in an “L” shape so I had a nice view of Joanna and our guests.

The movie began and was a group sex video with one woman taking on four guys. One thing about Larry is he really knew how to pick a movie for the right occasion.

After about ten minutes Joanna pulled her feet on the couch and rested her arms on her knees. I could see the light from the TV flickering in the wetness between her legs.

She leaned toward Larry and he said, “Do you want to lay on my lap?” She laid her head in his lap and put her ass toward Tad. I felt a jealous streak go through my body watching her between Larry and Tad. My heart started pounding knowing what she would soon be doing to these guys.

She put her hand under her face and I saw her take hold of Larry’s hard-on through his short pants. He tensed for a second then spread his legs so she could get a better hold of his cock.

Tad was staring at the TV even though Joanna’s cute little ass and pussy was visible the way she was laying. Tad finally looked down and I saw the bulge growing in his short pants. Her pussy cum was starting to run down her leg toward the couch.

Tad looked over at me I guess to see what my expression was. I smiled at him looked at her pussy and nodded my head at him.

He reached down and slid his fingers over her wet pussy through the slit in her panties and I heard that wet sloshing sound. Joanna lifted her head off Larry’s lap and looked at Tad. “What are you doing?” she said, smiling at him. “I couldn’t help myself,” he explained. I said, “I think we would all be more comfortable in the bedroom.”

All of us got up and headed for the bedroom. When we got to the bedroom Joanna slid her shirt off and let her mini skirt drop to the floor. I sat in the rocking chair in the corner so I could just watch a while. My heart was pounding so hard I felt dizzy.

Larry slid his shorts off and his huge cock was fully erect. Tad took his shirt off but didn’t take his shorts off and sat on the edge of the bed. Joanna laid down on the bed on her back and Larry slid next to her and started by giving her a deep kiss while feeling her tits with his hand.

I walked toward the bed and took hold of Joanna’s panties by the waist band. She didn’t even look up from her kiss with Larry and raised her ass off the bed so I could slid them off. She had no way of know if it was Tad or me taking them off, which was a great turn-on for me.


THE END
Datos del Relato
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