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Hola a todos, me llamo Karina y tengo 29 años. De nuevo estoy con mi mejor amiga Carolina en mi cuarto y decidimos contar una de nuestras aventuras. No está de más aclararles que somos adictas al sexo y nada nos gusta más que coger.
**********
Yo no siempre fui así, claro. Me acuerdo que todo empezó cuando tenía 14 años. En ese entonces era muy ingenua, tenía como todas las chicas de mi edad algún noviecito, pero solo nos dábamos unos inocentes besos y nada más. No se nos ocurría otra cosa, en aquel entonces pensaba que eso era lo más maravilloso, ¡un simple beso! Pero a medida que pasaban los años mi cuerpo se iba desarrollando, y a veces sentía unas cosquillas ahí abajo que no podía explicar, sé que todas las chicas entenderán a que me refiero, el pasar de la adolescencia a convertirme en una mujer, deseosa de explorar el sexo en todas sus facetas. Ya de adultas hablábamos de esas cosas con Carolina y me enteré que a ella también le pasaba algo parecido. Bueno, un día vino a mi cuarto una compañera del colegio a estudiar conmigo y me mostro para mi sorpresa una revista que le había robado a su hermano mayor. Ese día nos enteramos de las cosas que pueden hacer un hombre y una mujer juntos porque tenía unas fotos muy explicitas.
Creo que ahí perdí la inocencia. Fue mi primera gran calentura y a partir de ahí no parábamos de pensar en otra cosa. Miramos las fotos mil veces. La dejo en mi cuarto para que no la descubrieran, así que esa noche me masturbe por primera vez soñando con hacer lo mismo que la mujer de la foto hacía con el tipo, nunca por mi mente paso que un hombre pudiera tener entre sus piernas aquella cosa tan larga y gruesa y que luego sería uno de mis mayores deleites, empezaba a desear como nunca ser la chica de esas revistas, anhelaba tener aquellas fantásticas vergas en mi boca y probar sus jugos o mi concha destilaba sus prematuros jugos imaginándome empalada en aquellas lindas vergas. Cuando estábamos juntas con mi compañera de cole el sexo era nuestro tema favorito de conversación. Las dos dejamos de ser vírgenes casi al mismo tiempo con nuestros respectivos novios, pero fue más bien frustrante. Así que seguí fantaseando y masturbándome y soñando que cogía de verdad. Por supuesto una de mis mayores fantasías era hacerlo con dos hombres a la vez, como todas las mujeres. Hasta que un día, casi sin darme cuenta se me hizo realidad aquel sueño, aquí es donde entra de nuevo mi amiga Carolina.
Estábamos en la piscina del club, las dos solas porque ya era tarde, terminando unos ejercicios cuando aparecieron más de ocho hombres vestidos con uniformes de futbol, riendo y gritando se tiraron todos al agua para festejar un partido que habían ganado. Nosotras, un poco asustadas por el ruido salíamos por la otra punta de la pileta cuando nos vieron. Seguro que les llamamos la atención con los trajes de baño y todo. Carolina es alta y tiene un cuerpo hermoso por la natación, yo soy más bajita, pero compenso con unas tetas enormes que son la envidia de mi amiga. El asunto es nos empezaron a llamar y a decirnos que nos quedemos a festejar con ellos.
Nosotras nos miramos, la verdad es que estaban para comérselos con esas espaldas y esos músculos y además todos mojados eran una tentación. Pero no nos decidíamos así que se acercó uno y muy cortésmente nos dijo que se llamaba Mario, que luego se irían a seguir festejando en su casa y que si quisiéramos acompañarlos. Lo dijo con una sonrisa tan encantadora que no pudimos rehusar. Así que nos cambiamos y fuimos con ellos en sus autos. Todo era risa en el viaje, íbamos muy apretados, pero no importaba. Tenían un montón de cerveza y otras bebidas y al rato estábamos un poco mareadas pero contentas. Al fin llegamos a la casa. Solo había otra chica con ellos, se llamaba Marcia y pensamos que era novia de alguno de ellos. Es muy linda, tiene el pelo negro muy largo y unos ojos grandes y claros, pero lo mejor son sus labios carnosos que invitan a ser besados.
Todo empezó muy rápido. Las bebidas seguían pasando y todos y reíamos y bromeábamos. Marcia empezó a bailar un rato con cada uno, cada vez de manera más sensual y todos aplaudían y festejaban. Carolina y yo fuimos juntas al baño y allí comentamos lo bien que lo estábamos pasando. Cuando volvimos a la sala la imagen nos tomó por sorpresa. Marcia estaba arrodillada y todos los hombres la rodeaban mientras se desabrochaban los pantalones.
-Es un concurso de pollas para ver quien la tiene más grande, me quieren ayudar?
Dijo enseguida, metió la mano en una bragueta y saco una polla hermosa y gorda que se metió en la boca y empezó a chupar mientras nos miraba con deleite.
Yo me quede helada pero Carolina se ubicó rápido al lado de ella y empezó a lamer el falo que la chica le ofrecía. En un segundo las rodeaban las pijas que las dos probaban con placer. Yo me quede aparte mirando como poco a poco todos se desvestían y empezaban a toquetear a las dos que seguían chupando todo lo que le ponían delante. Entonces las desvistieron con una rapidez increíble y con esas manos grandotas las pusieron a las dos de espaldas en la alfombra y dos chicos empezaron a chuparles la concha. En cuanto hicieron eso las dos lanzaron un suspiro y siguieron comiéndose las vergas más rápido. Con las manos pajeaban a dos a la vez mientras los otros tipos se peleaban por ponérselas en la boca, chupaban dos o tres al mismo tiempo. Entonces se hicieron dos filas para empezar a follarlas. Carolina estaba súper excitada, tenía una expresión salvaje en la cara y le gritaba al primero de la fila:
-Metémela fuerte que estoy muy caliente!, quiero toda tu pija adentro mío. Mientras las cogían tenían dos o tres pollas en la boca, pero cada tanto dejaban de chupar para gritar:
¡Dame más fuerte! mas, mas, ah!!
Pero no hacía falta porque los tipos las estaban matando.
Después las dieron vuelta y las hicieron sentar sobre la pija de dos tipos. Marcia empezó a cabalgar al que la tenía más grande y enseguida vi en su cara como alcanzaba un orgasmo glorioso porque empezó a temblar toda. Carolina también estaba acabando cuando uno de los chicos se le arrimo por detrás y mojándose la pija con los jugos que le salían a ella se la metió de un golpe en el culo. Mi amiguita, que seguía acabando como una gata puso los ojos en blanco y casi se desmayó en el pecho del chico que tenía debajo. El de atrás ni se dio cuenta y la seguía bombeando sin parar. A esa altura yo volaba de calentura y me estaba masturbando furiosamente por debajo de la falda.
Entonces no aguanté más y fui a ayudar a mi amiga. Le agarré la pija al tipo que la estaba culeando y la saqué del agujero. Era larguísima, ¡no terminaba de salir! En cuanto estuvo afuera la empecé a chupar y le dije
-Metémela a mí!!!!!!!
Los demás se dieron cuenta que me había unido a la fiesta y no tardaron en rodearme y ofrecerme sus pollas que chupé con deleite. Escuché un grito y vi que a Marcia la estaban penetrando dos tipos a la vez por la concha, era increíble. Encima un tercero trataba de metérsela por el culo. Ella misma sin dejar de moverse se la agarró con la mano y la ubicó en la entrada, entonces el hombre empujó y le enterró la mitad. Marcia sintió la penetración y así, llena de pija como estaba empezó a bramar unos bufidos como de animal y a correrse como una yegua.
Los que la rodeaban no aguantaron más y al ver semejante espectáculo empezaron a lanzar sus leches por la cara y a llenarla de semen, pero ella ni se daba cuenta, tan entregada al placer que le daban las tres vergas al mismo tiempo.
Yo también al ver eso me súper excité y empecé a gritarles que yo también era una puta y que quería gozar.
No tardaron en rodearme y a darme con ganas, yo estaba hecha un animal, puro instinto, puro sexo. Quería hacer de todo. Así que cuando vi que Carolina ya estaba repuesta y le chupaba la pija a dos tipos sentada en un sillón, me saque la verga que tenía en la boca y le dije al dueño:
-Traeme a mi amiga que a ella también la quiero gozar.
Así que entre dos la levantaron y me la trajeron contentos con la idea de ver una escena de lesbianismo, pero yo no pensé en eso, solo hacia lo que la calentura me dictaba. Cuando llegó mi amiga me vio penetrada por Mario y otro tipo a la vez y parece que se acordó de mí y me sonrió.
yo le dije:
-Vení Caro, sentate en mi cara que te voy a dar la chupada de tu vida
-Pero primero voy a probar tus tetas que hace rato que le tengo ganas
Dijo, y se agachó y metió su cara entre mis tetazas y empezó a lamerme los pezones y a llenármelos de saliva, ¡fue genial!
Después se acomodó encima mío y mientras Mario me seguía bombeando yo empecé a chupar por primera vez una concha ¡y nada menos que la de mi amiga Caro!
El caso es que yo lamia con ganas y a ella le encantó porque se empezó a frotar en mi cara y a gemir mientras me decía:
-Ah!, ¡sii Kari, chupame toda, haceme acabar, bebé!
Y entonces yo me dediqué a chupar a Caro con toda mi alma, quería arrancarle la vida con mi lengua, así que empecé a metérsela lo más profundo que podía. Entonces ella no aguanto más y me empapó con sus jugos. Yo paré de chupar un momento para acabar porque Mario me había arrancado tremendo orgasmo. Pero Caro estaba como loca y me pedía más a gritos:
-No te pares, bebé. ¡Seguí chupando que me encanta puta!!!!
Me rogaba. Así que yo la hice ponerse en cuatro con la concha apuntando a mi cara y le dije a Diego que se acercara. Diego era el que tenía la pija más grande de todas las que había probado, era un pedazo de carne enorme y grueso como mi brazo. Se la chupé como pude, la cabezota morada ya me llenaba toda la boca. Se la ensalivé bien y le dije:
-Metésela entera en el culo, sin piedad que a mi amiga le encanta.
-Te vamos a hacer aullar de placer Caro, vos lo pediste, le dije a mi amiga.
-Sí, dame, dame, repetía.
Entonces Diego acerco la punta a la puerta del agujerito negro de mi amiga. Yo, abajo de ella, miraba extasiada bien de cerca y pude ver las proporciones y pensé que no lo iba a lograr, era muy grande y estaba durísima como una roca. Casi me arrepiento, pensé que le iba a doler mucho. Pero el cuerpo es tan elástico y Caro tenía el ano tan dilatado que al primer empujón le entró la cabezota. Ella pego un grito de dolor y me asusté, pero enseguida empezó a mover la cola para atrás como para penetrarse ella misma, tan caliente estaba. Así que yo metí mi boca en su almeja jugosa y empecé a lamerle el clítoris. Le había entrado la mitad cuando empezó a acabar una y otra vez, yo le empecé a meter dedos en la concha, cuando ya tenía cuatro adentro Diego se la terminó de enterrar hasta los huevos, ¡la tenía toda adentro!, era casi un milagro. Entonces Caro lanzó un grito muy profundo y cayo desmayada sobre mi cuerpo. Y Diego se la sacó y acabó en mis tetas.
Entonces fue lo máximo porque yo empecé a acabar como una loca mientras los cinco chicos que estaban alrededor viendo todo, se menearon furiosamente los falos y acabaron en mi cuerpo. Yo quedé exhausta, sin fuerzas para moverme, pero pude ver como Marcia se acercaba y me empezaba a lamer muy golosa toda la leche de mi piel. Es increíble la pasión que esa chica tiene por el sexo. Los dos o tres chicos que quedaban de pie la siguieron cogiendo una hora más.
Marcia es ninfómana, nos gana a las dos juntas, es capaz de coger por horas y de acabar un montón de veces, con Caro decimos que es la puta Nº 1.
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