Tremendo miembro,
de anonimo, confesiones.

Bueno después de leer tantas historias eróticas me anime a contarles una en la cuál soy yo la protagonista.

Hoy tengo 26 años. Cuando tenía 19 salía mucho con una amigas y nos ibamos a tomar a casa de una de ellas. Eramos como seis chicas, mis amigas eran mayores que yo, tomamos y estabamos algo mareaditas.

Una de ellas llamo a unos amigos, ellos vinieron enseguida. Por demás es contarles que cada quién agarro con otro en toda la casa. En cada cuarto en cada rincon había una pareja tirando.

Desde que llegó yo vi a uno de los chicos que se llamaba Frank, lo vi con cara de tranquilo en comparación con la cara de morbosos que tenían sus amigos. Yo me hize a la cojuda, no quería que pensará que erá como mis amigas, asi que entre tantas escenas morbosas me fui a la biblioteca de la casa, pero a la vez con la mirada, invitaba a Frank a seguirme.

Ya en la biblioteca el me siguió como era de esperarse, conversamos. Yo me hacia la interesante pero no resisti y comenzamos a besarnos y tocarnos de una manera muy alocada. El me cogio los senos, que por cierto son grandes, sus ojos parecian maravillados y no dejaba de apretarmerlos y besarmelos.

Yo estaba extasiada y cuando baje la mano para tocarle la pinga, tremenda sorpresa cuando agarre algo que no tenía fin. El no demoro en bajarse el cierre, oh, ¡¡no podía creer el tamaño de esa pinga era tan larga!!

Yo ya tenía relaciones con mi enamorado pero nunca había tenido entre mis manos algo tan grande, tanto que me asusté; él quiso que se la chupara pero no pude. Me quede impactada que lo único a que atiné fue retirarme y dejarlo más arrecho.

Al ir a la sala estabamos todos menos una pareja. No aparecian, los empezamos a buscar en toda la casa; no los encontrabamos, hasta que a alguien se le ocurrio abrir un closet y ¡sorpresa!! ahí estaba la pendeja de mi amiga recontra borrachasa, se la estaban comiendo por el culo.

Todos vimos esa escena pero a ella no le importó y siguió. Tenía una cara que se notó que disfrutaba mucho lo que hacía así que la dejamos terminar.

Ese dia no paso nada con Frank, pero yo no dejaba de pensar en lo enorme de ese miembro y me arrepentia de no haberme comido esa pieza tan grande. Pero tuve una oportunidad: nos volvimos a juntar en un restarurante mis amigas y los amigos de una de ellas. Ahi estaba Frank. A medida que mas tomabamos iba agarrando valor y ahora no estaba dispuesta a perderme tremendo festín.

Cuando ya todos estabamos borrachos ya no me resistí, nos miramos con cara de lujuria y nos besamos en la mesa delante de todos. Puta, como me exitaba imaginar ese tremendo trozo, estaba super mojada, mi concha palpitaba, hasta que animé y lo tomé de la mano y me lo llevé al baño y ahi me sente en la taza. El delante mío con ese prominente trozo inchado y tan grande y más duro que un fierrro, no demore en metérmelo a la boca lo más que podía pero no podía metermelo todo a la boca, así que se lo chupe, aprete, lo bese hasta mas no poder e hize que se sentara en la taza y me sente alocadamente.

Me introduje tremenda pinga hasta donde pude; nunca me arrechado tanto, gemía. No me importaba si mis amigas estuvieran afuera oyéndonos. Estaba super mojada, él me empujaba tremenda verga hasta donde pudiera.

Me pusa contra la puerta, me metía esa pinga con tanta fuerza y yo disfrutaba mucho a decir verdad. El no sabía moverse mucho. Era yo quien lo guiaba pero eso no importaba, se lo perdonaba todo con tremendo instrumento, era lo de menos. Me servi cuanto pude hasta que él se vino y me mojó toda la conchita de su espeso semen; tenía un olor que aún recuerdo.

Hoy soy casada pero algunas veces me gusta pensar en Frank y su tremendo miembro.

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