Oliéndole inclusive estoy de rodilla con la excusa de que estoy amarrándome los cordones de mis zapatos oculto detrás de Yessenia que anda viendo unos modelos de falda azul oscura que son de atuendos de ejecutivas universitarias; que suerte son del mismo tono en la tela y tiene forros dentro para reemplazar las ya existente que están desgastadas como transparentadas por tanta lavada y usos que le ha dado machetera mente.
Con mis dos manos rodeándola al sujetarla como agarrarla en sus muslos y piernas que por todos los coños estoy con la pinga erecta hasta paradita que se nota visual como físicamente salientes debajo de mis calzoncillos como de mi propio pantalón del uniforme de trabajo. En que la tengo bajito que sabe disimularlo y disfrazarlo en público al jadear y gemir por lo placentero que recibe en su propio cuerpo mis caricias y mis incitaciones carnales, especialmente apasionadas de amante que se excita, desquicia, deleita, calienta, apasiona, enajena, fascina, inyecta de mucha atracción de amante enredado e involucrados por más de tres años consecutivos, en un triángulo amoroso a las espaldas e ignorado por su queridísimo esposo que les está poniendo los cuernos también de serle infiel como adultera hasta traicionándolo con el mejor amigo de ambos finalmente arriesgando por la travesura y necedad de hacerle estás muestritas de quererla y de no aguantarse sus influencias pervertidas con ellas. Al gustarle que le dé su polvo como toda una autentica perra, mujerzuela, prostituta y zorra que se comporta y actúa hoy día la mismísima Yessenia cuándo está junto a él y con sus otros hombres que tiene amoríos además de este. Le avisa y le dice ay viene la vendedor párate y muévete a un lado para que no sospeche que andamos en otras vainas, que no son exclusivas de ver y escoger mis faldas para mi atuendo de ejecutiva universitaria acomodándole hasta alisándole rapidito la falda, y parándose al moverse a una distancia prudente y alejada de Yessenia; en que le entrega cuatro pares al hablarle que precios tan buenos y que las cuatro no pasan de los treinta y dos balboas con el impuesto salen a treinta cuatro balboas con veinticuatro centésimos. al ir hacia la caja junto con el amante al pagarlo despidiéndose gracias por preferirnos al comprar la marca de faldas prestigie y los esperamos nuevamente aquí, cuándo tenga que reemplazar otras faldas de su uniforme señora dándole las gracias sonriéndole la mismísima Yessenia que sale por la puerta del almacén junto a su amante………………..