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Sábado, 29 de agosto. 7:30 p.m.
Julia se preguntó porqué el bar se llamaba “Tras la puerta”, pero rápidamente lo descubrió: era necesario para cada invitado tragar un pez dorado tan pronto entraban. Cuando la puerta se cerró tras ella, Julia fue confrontada con una sonriente anfitriona, quien sostenía un pequeño pez retorciéndose. No queriendo problemas, Julia titubeó y abrió su boca. El pez se retorcía con fuerza cuando la mujer lo dejó caer. Julia sintió esa cosa viva retorciéndose en su lengua y, de mala gana, se lo tragó.
Caminando a través del club, Julia notó una puerta sin marco cerca del bar. Preguntó a su anfitriona qué había detrás, y la mujer simplemente dijo que era la verdadera razón por la que el bar tenía su nombre. Curiosa, Julia abrió y cruzó la puerta, encontrando un largo pasillo atrás del club. Conducía a un salón que tenía una enorme división de cristal en el centro, formando una especie de jaula en medio de la habitación. Dentro de la jaula de cristal se encontraba una enorme serpiente, la mas grande que Julia había visto en su vida. Cuando ella se acercó vacilante, el enorme reptil levantó su cabeza y la miró, siguiéndola con lentos movimientos. Julia escuchó con horrible fascinación a su anfitriona explicarle que esa habitación era para aquellos que no estaban contentos con simplemente tragar peces dorados, pero estaban determinados a ir “Tras la puerta” por si mismos.
Julia miraba fijamente a la mujer cuando le describió como la serpiente creció lo suficientemente grande como para tragar a un humano adulto hacía pocos años. Aparentemente la dueña de la serpiente, una de las mujeres que habían fundado el club, había construido la habitación y traído la serpiente, criándola con esto en mente. Cuando el club cerró por unas largas vacaciones, la mujer había ido al desierto club, habló con el vigilante y entró a la jaula con la serpiente gigante. Ella aparentemente deslizó sus pies en el hocico de la serpiente, comenzó a ser arrastrada hacia dentro, y pronto, la tragó completamente.
Nadie se acercó a la jaula por muchos días, hasta que los clientes regulares regresaron después de las vacaciones. Nada sospecharon del abultado vientre de la serpiente, el cual regresaba lentamente a su tamaño normal. La mujer no fue vista durante muchos días y cuando sus amigos comenzaron a buscarla solo encontraron su ropa cuidadosamente doblada en una esquina de la jaula de cristal. Cuando la criatura evacuó sus desechos varios días después, se encontraron restos del cabello se la mujer incrustados en las suaves masas.
Los demás dueños trataron de mantener en secreto el suceso, pero la voz se corrió. Las reacciones de los clientes no fueron las esperadas. Una chica preguntó tranquilamente cuando estaba programada la siguiente comida de la serpiente y, en el día señalado, llegó a estar enfrente de la puerta de la jaula, vistiendo solo una túnica. Con una silenciosa mirada suplicante el asistente inclinó la cabeza y la chica deshizo la túnica y caminó hacia el interior de la jaula. La serpiente la recibió tiernamente, estrechándola en sus anillos y, lentamente, la tragó viva. Ella fue suavemente acariciada por la serpiente cuando sus mandíbulas subieron mas allá de su cintura, y pronto ella se había ido. Una semana después fueron encontrados restos de heces frescas mezcladas con pequeñas cantidades de brillante cabello rubio. Nada mas quedó de la tímida chica que había alimentado con su propio cuerpo a la serpiente.
Ninguna publicidad le fue dada al fenómeno del club. Pero una lista de fechas de alimentación fue colocada discretamente cerca de la jaula. La gente empezó a poner sus nombres en ella, cada uno cerca de la fecha de alimentación. La mayoría eran mujeres. Desde entonces la serpiente se ha alimentado bien, tomando una nueva víctima cada mes. No hubo escasez de voluntarias para entrar a la jaula. La serpiente las trata tiernamente, tragándolas primero por la cabeza o por los pies, como ellas prefieran. Su docilidad trajo muchas voluntarias y la serpiente ha tenido buen apetito. La mayoría de las cooperativas jóvenes hacen el viaje sin retorno hacia su estómago sin vacilación o resistencia.
Fascinada ante el enorme reptil, Julia balbuceó una réplica, preguntando cuando había ido la última voluntaria a la jaula. Se enteró que había sido unas pocas semanas antes. La anfitriona le preguntó amablemente a Julia si le gustaría ver un video del evento. Julia no supo que responder.
Julia se encontró en una habitación obscura, con una pantalla mostrando a una joven mujer delgada, de cabello castaño despojándose de su ropa fuera de la puerta de la jaula, luego abrió la puerta y caminó adentro con la serpiente gigante. Se sentó y se recostó mientras la serpiente se deslizó hacia ella, quien levantó sus piernas juntas y se las ofreció. La serpiente la olfateó con su bífida lengua por un momento, luego abrió sus mandíbulas y tomó sus pies en su hocico. Julia se estremeció cuando las mandíbulas de la enorme serpiente comenzaron a alcanzar mas allá de las piernas de la mujer. Ella miró como el cuello de la serpiente se abultó un poco con los pies de la mujer, el bulto se movió hacia tras del cuello cuando la serpiente tragó sus rodillas. El grueso cuerpo de la serpiente se enrolló alrededor de la espalda de la mujer, y sus mejillas comenzaron a estirarse alrededor de sus muslos. La joven se apoyó sobre sus manos y dejó que la serpiente tragara sus piernas, y pronto la mitad de su cuerpo estaba totalmente dentro del elástico cuello.
Ella estaba recostada mientras era tragada y la serpiente continuó arrastrando a la temblorosa mujer dentro de su garganta, su cuello se abultó con sus caderas pasaron por su hocico y ésta comenzó a tragar su pecho y espalda. Julia podía oír pesada respiración cuando la mujer estaba atascada en la estrecha cueva de carne, su respiración entraba y salía con fuerza por su boca abierta cuando la serpiente tragó sus pechos y sus hombros. La mujer levantó sus brazos arriba de su cabeza cuando la bestia la arrastró hacia adentro, y pronto ella estaba mirando por fuera de ambas mandíbulas cuando arroyos de saliva corrían sobre su cara haciéndola toser y jadear para respirar. La serpiente la arrastró otra vez y ella retrocedió hacia la obscura garganta. Sus brazos y manos palparon a ciegas el hocico y los dientes de la creatura, pero la serpiente continuó tragando y sus manos entraron en el hocico para desaparecer dentro de la obscura garganta. Julia podía ver la figura del cuerpo de la mujer dentro del cuello del monstruo, moviéndose y abultándose con los forcejeos de la mujer cuando la serpiente la tragó completamente. Julia solo podía ver con enfermiza fascinación el lento viaje de la mujer hacia el estómago de la serpiente.
Toda señal de la joven se había ido y Julia vio a la serpiente bostezó largamente, aflojando sus estiradas mandíbulas a su lugar y, finalmente, cerró su hocico. Contracciones como ondas fluían por la distendida parte de su cuello, forzando lentamente su comida hacia su estómago. Ocasionalmente, Julia pensaba que podía ver la distendida sección del cuello cambiar e imaginó a la mujer moviéndose dentro. Pero nada molestaba a la serpiente que finalizó de tragarla.
Las tomas de las cámaras colocadas arriba mostraron a la serpiente reposando en el suelo de la jaula. Moviéndose de vez en cuando para relajarse después del largo esfuerzo hecho. Su abultado vientre con su última comida se movía ocasionalmente con la mujer retorciéndose dentro. La serpiente comenzó a arrastrarse moviendo su pesado cuerpo a través del suelo, cargando a la joven hasta su refugio para el largo proceso de digestión.
Pronto la serpiente yacía en su refugio, enroscada cómodamente alrededor de su víctima en su estómago. De vez en cuando, se movía unas pocas pulgadas para ajustarse alrededor de su desafortunada víctima, y pronto se relajaba otra vez. Las luces se apagaron gradualmente en la jaula cuando cayó la noche, tomando las paredes un pálido color cuando las luces se apagaron. Julia adelantó el video varias horas hasta que vio movimiento, corriéndola lentamente y a velocidad normal. Lo que vio fue espantoso pero fascinante.
A media noche la serpiente dormía todavía. La parte más gruesa de su cuerpo estaba abultada y moviéndose y Julia se encogió de horror al oír apagados sonidos de náuseas y quejidos adentro. La serpiente estaba digiriendo a su víctima viva, Julia se preguntó insensatamente si la serpiente podría vomitar a la mujer. Pero la bestia parecía indiferente a su llanto y se enrolló cómodamente alrededor de su distendido estómago para dormir. Claramente destinada la mujer a permanecer dentro de su estómago, ningún intento evitaría su terrible destino de ser digerida viva.
La cinta mostró una imagen de rayos X, Julia podía ver a la mujer extendida dentro de la serpiente, sus delicadas costillas se arqueaban alrededor de la mujer desde la cabeza a los pies. En las subsecuentes imágenes la cabeza y las manos de la mujer se habían movido, indicando que ella estaba viva y luchando dentro de la serpiente. Los movimientos de la joven continuaron por horas, sus manos buscaban aferrarse a las húmedas paredes de carne y su cuerpo se retorcía en el espeso abrazo del estómago mientras la noche transcurría lentamente. Bolsas de gas comenzaron a formarse alrededor de sus piernas, pero la serpiente continuó durmiendo, sin notar la conmoción dentro de su vientre.
Para el amanecer los huesos de los pies de la joven parecían haber perdido calcio y el material comenzó a acumularse en los intestinos de la serpiente. Los movimientos de la joven fueron menos frecuentes durante el segundo día y Julia se preguntó cuánto podría permanecer viva durante la digestión. Para la siguiente mañana sus pies habían desaparecido y la mujer yacía inerte in el estómago de la serpiente, sin resistirse a los continuos esfuerzos digestivos del reptil. Los largos huesos de las piernas de la mujer se disolvían lentamente en el estómago del reptil y para el cuarto día sus piernas habían desaparecido completamente. La serpiente comenzó a moverse, exprimiendo los restos de la mujer hacia su estómago, Julia vio desolada como el cuerpo de la joven se desintegraba lentamente en los poderosos ácidos. Para el sexto día nada reconocible había quedado de ella.
Julia salió del cuarto obscuro, temblando por lo que había visto. La mujer había ido voluntariamente a ser devorada por la serpiente y había dejado que la enorme creatura la tragara completamente. Ella había permanecido viva cuando era tragada e incluso durante el proceso de digestión cuando los poderosos ácidos la destruyeron. Julia trató de imaginar cómo sería estar en el elástico estómago de la creatura, pero su mente estaba tan aturdida que ella no podía controlarla. Ella temblaba cuando miró hacia la lista de fechas de alimentación, su mano pareció moverse por sí sola, tomo el lápiz y escribió su nombre cuidadosamente en el espacio de la próxima fecha de alimentación de la serpiente.
invitado-Él 15-01-2017 21:31:13
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invitado-KOBRA 07-07-2015 21:51:14
me gusto el relato muy interesante q se tragara viva a una mujer viva y se la comiera viva en el proceso a la mujer en el estomago si habia que alimentar a la boa.. |
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No me gustan los vore de animales. Aún así, está excelente y aunque no es mi fetiche, le disfruté muchísimo, además no sólo es erótico, también es atrapante y profundo.