Ahí estaba yo, arreglándome para mi amiga, quería que me viera más guapa que nunca, desde mi viaje en Navidades con Lorena aun no había vuelto a tener sexo con ella , incluso notaba cómo evitaba hablar del tema, pero presentía que
ese día podía surgir de nuevo algo, y por si acaso, tenía que estar preparada. Me había dado un baño relajante con mucha espuma, y un aceite muy especial. Decidí llevar una camiseta roja ajustada de tacto muy suave y escote provocativo con unos vaqueros ajustados que en alguna ocasión según me había dicho Lorena sonrojada , le gustaba mucho cómo me sentaban. Ella había descubierto que era lesbiana conmigo, aun necesitaba terminar de asimilarlo, y ademas le daba miedo que una de las dos se enamorase de la otra y no fuese recíproco y por ello acabásemos con nuestra preciada amistad, sobretodo porque sabía que yo era bisexual, y creía que me cansaría de ella y no sé qué
cosas más pasaban por su cabeza.
Habíamos quedado para tomar algo con más amigas. Llegó puntual a mi casa, entró al salón y le di un beso en la mejilla al saludarla. Sentí que no quería retirar su mejilla de mis labios, su cuerpo rozaba el mío y mi respiración se agitó, ella parecía nerviosa. Me dijo casi al oido "qué bien hueles" y sonreí. Estaba preciosa, tambien lucía una bonita camiseta , de color azul y llevaba unos pantalones negros que dejaban su ombligo al descubierto. Rodeé su cintura con mis brazos, y sentí enormes deseos de besarla, ella seguía embriagada oliendo mi perfume. Acaricié con los dedos su vientre, y advertí cómo se le erizaba la piel. Nuestros labios ya casi se rozaban y estábamos a punto de besarnos con pasión cuando de repente se echó atrás y me preguntó como si nada pasase "¿nos vamos ya entonces? se nos va a hacer tarde ". Fue como si me echasen un jarro de agua fría, qué manera de cortar el rollo nada más empezar....Le comenté
que aun me faltaba preparar mi bolso, lo había hecho a propósito , necesitaba una excusa para retenerla más tiempo en mi casa. Mi truco salió mal, en cuanto cambié de habitación para coger el bolso ella me dijo que me esperaba abajo en
la calle mientras terminaba de preparar mis cosas. Me desanimé por unos segundos, ni siquiera me dio tiempo a decirle que me esperase, al entrar en el salón vi que ya no estaba, se había dado prisa en irse . Pronto se me pasó ese estado de desánimo, no iba a darme facilmente por vencida. Bajé a la calle y la vi bastante desencajada y confusa.Fuimos en
metro. Estaba lleno, y no perdí oportunidad, no me despegué de ella en todo el camino, nuestras tetas se chocaban casi todo el tiempo y disfruté al ver que estaba tan excitada y cachonda como yo. Nuestras miradas eran penetrantes y
estaban llenas de deseo. Me moría por poseerla, recordaba una y otra vez nuestra noche en invierno, y necesitaba repetir, Lorena era un enorme vicio para mí. Manoseé su culo sin ningún pudor pese a nuestro público, incluso una de
las veces conseguí acariciarla entre las piernas a través del pantalón, me encantaba verla sonrojada y caliente bajo las atentas miradas de los demás. Bajamos del metro, y nos dirigimos hacia el bar donde estaban esperándonos nuestras
amigas. No mediamos palabra durante unos minutos al cabo de los cuales me dijo con tono desesperado "y qué va a pasar despues?somos amigas desde hace mucho tiempo y no me perdonaría perder tu amistad por satisfacer un simple deseo sexual" . Yo le contesté:" eso ya me lo dijiste este invierno y ya viste que despues de aquella noche nuestra amistad no se ha perdido, incluso se ha fortalecido, y una cosa no quita la otra, y por cierto, cómo que simple deseo?eso te parece?simple?". Entonces sonrió maliciosamente y preguntó que cómo nos íbamos a excusar con las amigas con las que habíamos quedado. Las llamé a la velocidad del rayo y sin más explicaciones, les dije que no nos venía bien acudir al bar, que nos veríamos otro día, y colgué, y Lorena y yo corrimos como posesas a por otro metro para volver a mi casa.Sentía unas ganas locas de hacérmelo con ella, llegamos rápidas a mi casa, y por el ascensor comenzamos ya a besarnos y a desnudarnos, no podíamos esperar. Al abrirse la puerta del ascensor ambas estábamos con el pecho al descubierto riendo como locas y más mojadas que nunca. No nos pilló ningún vecino de
casualidad, aunque la sensación de riesgo a que nos vieran ya nos había excitado bastante. Entramos en mi piso y nos mordimos la una a la otra, nos terminamos de desnudar y le pedí que se concentrara solo en disfrutar y que despues
de esa vez me tenía que prometer que no pasaría como despues de la primera, que actuó como si nada hubiésemos hecho, yo quería tener relaciones sexuales con ella de seguido, siempre que nos apeteciera, sin complejos, sin tapujos,
dando rienda suelta a nuestra imaginación y totalmente desinhibidas. Me prometió que así sería y me pidió a cambio que le confesase lo que me más me apetecía que me hiciese, que ella me lo haría. Manoseó mi sexo y yo el suyo, hicimos el 69, me lamió con lujuria, nos masturbamos la una a la otra, nos comimos enteras y se lo dije: lo que más me apetecía
era que me penetrase con sus dedos por detrás y besase mi culo.No se lo pensó dos veces ,me puso contra la pared , pasó sus dedos por mi vagina para llenarlos de mi flujo y me los pasó por el culo para humedecerlo. Comenzó lentamente a introducir uno de sus dedos en mi culo, y sentí que me moría de placer, le pedí que fuese más rápido, ella tenía miedo de que me hicese daño, pero le recordé que yo ya había sido penetrada por detrás con un hombre. Le pedí
que agarrara mis tetas mientras metía y sacaba sus dedos en mi culo, y a la vez, yo me masturbaba frotando mi clítoris muy rápido. Me lo lamió y fue espectacular.Ella se excitaba ya solo de verme tan excitada a mí, grité como un animal con cada uno de los largos y espectaculares orgasmos que tuve esa tarde. Penetraba su vagina con varios dedos , frotando
a la vez su coño, me encantaba dominarla, verla disfrutar pidiéndome que no parase y corriéndose ante mí. Lorena quería saber lo que se siente por el culito,pero nuevamente le dio vergüenza pedírmelo y le dije que si no me lo decía
explícitamente se quedaría sin experimentar lo que ella me acababa de hacer. Así que se arrodilló ante mí y me agarró
por el culo y comenzó a besarme el coño pidiéndome a gritos que por favor le metiera un dedo por el culo, se lo lamiera
y le hiciera sentir todo ese placer que yo acababa de experimentar. Así lo hice, no hubo ni un milímetro de su cuerpo por
el que yo no pasara mi lengua. Ambas nos corrimos en la cara la una de la otra, y de nuevo nos tocamos, nos masturbamos nos lamimos , probamos diferentes posturas, todo ello durante toda una tarde. Era nuestro segundo
encuentro sexual, que había mejorado con creces el primero. Estábamos extasiadas,sedientas y agotadas. Lo único que me dijo antes de quedarnos dormidas fue " la próxima vez no me haré más de rogar, que así perdemos un tiempo
que podría ser muy provechoso...."
crep que se quedaron cortas, solo descripcion, deberias leer mas cuentos y aprender el arte de narrar