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Entré en la habitación del hotel estaba rendida, odio los viajes por negocios y esta vez me llevo a tratar con una empresa de la capital. Ahí estaba yo en mi habitación dispuesta a relajarme con un largo baño, cuando golpean a la puerta
―Si ―digo sin abrir
―Servicio de habitaciones
No he dado aviso de nada –pensé.
Abrí la puerta y me encontré con un chico joven vestido con el uniforme del hotel, que porteaba una bandeja cubierta por una tapa de aluminio.
―Me parece que hay un error, yo no he pedido nada
―No señora , ya lo se pero esto es una invitación
―Que generoso el hotel con sus clientes
―Lamento decirle que no es de parte del hotel, lo siento, es de la habitación contigua a la suya.
Y con una rapidez el chico dejo la bandeja encima de la mesa y salio por la puerta sin darme tiempo de preguntar nada mas.
Levante la tapa de aluminio que cubría la bandeja y mi sorpresa fue encontrarme con un bollito de mortadela de olivas, unas patatas chips y una cerveza , me quede helada, mi cabeza viajo cinco años atrás recordé su cara, su piel su aroma su mirada. Pero no podía ser, la persona que estaba en la habitación de al lado era ella, no mis labios decían que no que era posible, pero mi cabeza solo veía su imagen solo recordaba esos tiempos que fueron maravillosos, me acorde de esos bocadillos que nos comíamos antes de ir de marcha teníamos un rincón cerca del río y ahí sacábamos la comida (que casi siempre era embutido, patatas chips y cerveza) y nos hacíamos esos ricos bocadillos era como un ritual para empezar la noche pero también empecé a recordar el porque ya no estábamos juntas y el porque en esos cinco años no supimos nada la una de la otra, bueno en realidad no supe yo nada de ella hasta esa misma noche, ya que intente por todos los medios contactar necesitaba una explicación de que es lo que paso pero nunca obtuve respuesta―dios hasta esta misma noche, que debía hacer? Llamaba a su puerta? Me esperaba y no decía nada? Tanto tiempo de silencio entre las dos y ahora nos íbamos a reencontrar en un hotel lejos de nuestras casas.
Me arme de valor abrí mi puerta de la habitación y pique a la puerta de al lado, escuche unos pasos y la puerta se abrió.
No lo podía creer era ella, estaba igual de la última vez que nos vimos, estaba radiante. Me quede sin habla y ella me miraba y retiraba la mirada al suelo, como esperando una reprimenda, pero no pude y solo salio de mi boca
―Has cenado? Tengo un bocadillo de mortadela en mi habitación, si te apetece podemos probar que tal los hacen…
Con sus ojos clavados en los míos asintió con la cabeza saliendo de su habitación, entro detrás mío cerrando la puerta, yo me había sentado en la cama y poniendo la bandeja en medio se sentó ella al otro extremo. Partí el bocadillo en dos partes y le extendí un trozo, lo cojio y acto seguido sin levantar la mirada lo volvió a dejar en la bandeja
―No me vas a preguntar nada?
Su pregunta golpeo en mi corazón, la verdad es que después de tanto tiempo si que quería saber que paso ¿porque de la noche a la mañana desapareció?, la llame y no obtuve respuesta le escribí una carta por correo electrónico y no contesto tampoco, ya no sabia que hacer me presente en su casa y nadie abrió la puerta, con el tiempo desistí e intente olvidar, pero no puede nunca pude olvidar
―No se después de tanto tiempo sin saber nada de ti, hasta hoy no se que tengo que decir ni como reaccionar, la verdad. Como me localizaste?
―Fui a tu trabajo y me dijeron que estarías esta semana aquí por reuniones, así que me dieron el nombre del hotel donde te ibas a hospedar, Se que lo que hice no tiene perdón, pero necesito explicarte que paso.
―No , no, después de tanto tiempo sin saber nada, haciéndome preguntas sin respuesta, sin poder acudir a nadie para saber, me hice demasiado daño, y no quiero volver a sentir ese dolor.
―Entonces porque picaste a mi puerta?, podrías haberlo dejado ahí en el pasado no?
En el fondo tenia razón, quería saber que paso para alejarse así de mi, sin previo aviso, sin ninguna explicación, sin un motivo aparente (para mi)
Así que tenia razón me levante y empecé hablar
―Carla, yo te amaba te quería con locura, pensé que todo iba bien entre nosotras, lo eras todo para mi y no entiendo que pasó, dejaste el trabajo nadie sabia nada todo fue tan repentino, que hasta pensé que te había pasado algo, pero donde buscaba?
Se levanto hasta alcanzar mis pasos y me interrumpió poniendo un dedo en mis labios, me quede quieta mirándola con una angustia que me oprimía el pecho
―Déjame que te lo explique Eli―pasando una mano por mi brazo y haciendo que me sentara de nuevo―yo también te amaba, lo eras todo para mi, pero no se como empezar a explicarte
―Por favor empieza por el principio, te escucho
―Bien, te acuerdas el día que fui hacerme una revisión general?
―Si, me acuerdo eran unas analíticas no?
―Si, pues al cabo de unos días me dieron los resultados y no fueron buenos, me diagnosticaron cáncer de estómago.
Al oír la cara me cambio por completo y una mano automáticamente se fue hacia mi boca tapando un ahh!! ahogado
―Tu eras lo único en lo que pensé, ni siquiera en la enfermedad, sino en ti. Después de las muertes de tus padres tan recientes por la misma enfermedad, no quería que sufrieras mas, no podía dejar que lo supieras, pero en breve empezarían las idas y venidas del Hospital y al encontrarme mal por el tratamiento, tu ya sabes, te darías cuenta de que pasa algo. Era algo que me atormentaba , no quería que sufrieras ni que cargaras con todo el dolor de nuevo, me dijeron de un Hospital fuera del país que tenia muy buenas recomendaciones y un porcentaje muy bueno de fiabilidad con los tratamientos , el vuelo salía a la mañana siguiente de la noche que estuve contigo, de esa gran noche que no olvidare nunca jamás en mi vida
―Pero no te das cuenta que yo habría dado todo por estar contigo, de acompañarte hubiese preferido estar a tu lado en esos momento que atormentarme de la manera que hice― unas lágrimas rodaron por mi cara.
Acercándose lentamente al lado de donde yo estaba sentada levanto una mano y con una dulzura impresionante paso sus yemas por mi rostro secándome el llanto que empezó a florecer, el llanto que tenia retenido durante tantos años.
―No llores mi princesa, quizás ahora me doy cuenta, que no debí apartarte así de mi vida, pero tampoco sabia como acabaría todo , no quería que me vieras en el estado en el que me encontré.
Aprisioné una de sus manos entre las mías, mientras que le preguntaba
―Y ahora como estas?
―Bien, después de luchar durante cuatro años, he superado totalmente la enfermedad, y sabes? Lo único que me daba fuerzas para seguir adelante siempre fue tu imagen grabada en mi corazón, en mi cabeza, en mi alma. En los momentos mas malos del tratamiento, pensaba en ti y todo a mi alrededor desaparecía. El pensar en recuperarme para ir a buscarte fue lo que me salvo
Se hizo un silencio, mientras que nuestros ojos se miraban sin decir nada y diciéndolo todo. Con la mano que le quedaba libre empezó a pasarla por mi mejilla, mientras mi cabeza seguía el recorrido de esta queriendo aprisionar esa mano para siempre entre mi mejilla y mi hombro, mis ojos se cerraron y aun y así, las lagrimas empezaron a resbalar, note como sus labios las paraba y las retenía entre ellos y mis mejillas, beso mis ojos, y me dijo que los abriera, al abrirlos me encontré con una media sonrisa en su cara, no pude mas y le di un beso tierno y calido cogiendo su cara con las dos manos, no quería retirar mis labios de los suyos, ella correspondía cada beso aplicado en estos, hasta que nuestras lenguas se encontraron en una lucha por ganar la batalla, fue bajando sus labios hasta el cuello, dando pequeños besos pasando su lengua de arriba a bajo.
―Quiero hacerte el amor Carla, necesitamos recuperar todo este tiempo, que nuestros cuerpos no se han tenido.
―Lo se, pero…
―Que pasa? Que sucede?―le pregunte, sin detener mis manos acariciando las suyas
―Es que me da vergüenza― posando una mano en su barriga.
―El que te da vergüenza?
―La cicatriz tan fea que tengo, de la operación,
Mis manos se fueron directa a los botones de la blusa, mientras que mis ojos no se despegaban de los suyos, acabe con el último botón y sin mirarla mas que a los ojos la volví a besar, acostándola en la cama, mis manos se posaron en sus pechos, arrancando un pequeño gemido, mis manos siguieron palpando su cuerpo hasta que llegaron a esa cicatriz donde se pararon y fue entonces cuando la mire a los ojos y le dije
―Te quiero,, y quiero hacerte el amor,,
―Hazme tuya princesa
Mis labios fueron bajando poco a poco , se derritieron con el contacto de sus pechos, me deleite con ellos ,como si fuera la primera vez que los besaba que los veía, que los tenia en mis manos, bese su cicatriz con suavidad y ternura, y note como se le erizaba el bello, le quite los pantalones y esas braguitas tan cortitas que siempre me habían vuelto loca , su olor me embriagaba , llegue a su zona cuidadosamente depilada y pase lentamente mi lengua, desgarrando un gemido, su respiración se hacia cada vez mas rápida, seguía lamiendo, absorbiendo todo su ser, le introduje uno de mis dedos y se corrió en el mismo instante que entro, bebí y lamí todo su jugo, mientras con una de mis manos puesta en el centro de sus pechos, notaba como la respiración iba volviendo a su normalidad, me tumbe a su lado mientras le decía
―Te amo, te amo, no quiero que vuelvas a desaparecer de mi vida, y si lo tienes que hacer avísame para irme contigo hasta el fin del mundo―besándole de nuevo nos reímos un rato
Se puso encima mío, y empezó a besarme
―No te preocupes no te dejare nunca, nunca mas te lo prometo, ha sido muy duro el no tenerte, el no tocarte, el no besar esos labios de miel
Y acto seguido se apodero de mis labios con fuerza, mordiéndolos y atrapándolos con los suyos, me quito con gran facilidad la blusa, y note sus pechos que jugaban con los míos, estaba caliente muy caliente, no cesaba de salir flujos de mi interior, bajo la mano y con un movimiento hábil me introduzco dos dedos, grite de placer, mi espalda se arqueaba a su ritmo, mis pechos luchaban en su boca los aprisionaba los besaba los mordía, mientras me infligía tanto placer en mi vagina, no tarde en explotar con un gran orgasmo, todo mi cuerpo temblaba, como si de frío se tratara,
―Estas bien,?― me decía mientras me besaba y me abrazaba fuerte
―Si, estoy bien, me has hecho gozar como nunca―le dije entre jadeos.
Se durmió abrazada a mi , su respiración era calmada y tranquila, me gire para verle la cara mientras dormía, y entonces vi los rasgos en su cara que la enfermedad le había dejado, había echo mella en ella, me acerque y le bese en la frente y acto seguido roce sus labios con los míos, se estremeció y me abrazo mas fuerte, y entre susurros me dijo
―Te amo, princesa.
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