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Categoría: Infidelidad

traigo tu olor en mi mente

Al pasar el tiempo y acumular deseos por estar junto a ti, he decidido volverte a escribir, lo que tengo y siento para ti.

Anoche cuando la lluvia me robó mis pensamientos y separó la mente del cuerpo te recordé.

La última ocasión que compartimos nuestros deseos, nuestras mentes se acercaron un poco más.

Recuerdo ese miércoles como si fuera hoy, estando yo en la oficina y chocando la agenda en la cual tenía una reunión con personal del ministerio del trabajo para resolver una sanción económico elevada en contra de unas de las áreas a las cuales asesoro, tome mis cosas y me encaminé a la reunión, y como traía algo de tiempo casi una hora de sobra y el camino pasaba cerca de tu casa decidí ir, diciéndome si se encuentra Pablo yo solo diré que me venia haciendo del baño y que esa era la razón de mi visita pasaría al baño y me marcharía, pero si sólo estabas tú te daría un gran beso y te acariciaría para poderte llevar cuando menos en mi mente.

El destino no cree en coincidencias, cuando me hablan por el celular la gente con la que me reuniría, y me dirían que salió algo urgente y que mejor nos veíamos mañana en mi oficina a las 10, colgué aceptando el cambio de fecha y horario para la reunión, pero me decidí a pasar a tu casa y mi sorpresa fue que sólo estabas tú.

Al abrir la puerta me saludaste con un beso tímido y me preguntaste llena de alegría que bueno que pasas, y me preguntas que vientos me traían por esas calles, te lo conté y me respondiste con que la suerte la tienen los que se levantan temprano, pues estabas sola, acto seguido me besaste y abrazaste sin darme tiempo a pensarlo y mis brazos se fundieron con los tuyos y las caricias comenzaron a fluir, cerramos la puerta y caminamos hasta la sala sin dejar de besarnos y te tome por la cintura con el brazo izquierdo mientras el derecho gozaba tocándote los senos que en ese momento se ponían mas duros y erectos tus pezones, que además luchaban por salir de su atadura, mientras nuestros cuerpos comenzaban a sentir el calor que da la excitación, no recuerdo ni falta me hace cuanto tiempo tardamos en tirarnos en una cama para dejar sentir nuestra pasión.

Lo primero que hice fue desabrochar tu blusa y libera a tus exquisitos senos de su terrible prisión, besando cada milímetro de esa piel canela, tocando con la punta de la lengua la aureola y corona del delicioso monte, mis besos continuaron bajando tu cuerpo para tocar el pequeño ombligo, aquí me doy cuenta de lo cerca que me encuentro de hermosa conchita, continuo besando, siento tus brazos acariciarme el cabello, las manos subieron lentamente por tus piernas sintiendo la delicada textura de tus medias, alcanzando la parte alta de las medias y dejando que mis manos sigan su camino hasta encontrar las tersas nalguitas que me esperan impacientes, mientras tanto mi boca ya pudo bajar hasta encontrar la parte alta de tu tanguita de color azul cielo, tal y como siento en ese momento ya que los besos sobre tu bella cueva aumentan mi excitación, que por tus gemidos tu me acompañas en esa excitación, por fin las manos liberan completamente la tanguita de hilo dental de tu cuerpo, por fin la lengua encuentra tu parte mas sensible y tus caricias sobre mi cabello comienzan a ser presión sobre ella, la lengua puede deleitar el jugo de tu cueva, el cual acompañado de un estruendo en tu cuerpo y un gemido alto me indican que mi labor de búsqueda fue recompensada.

Me levantas y besas a los labios que te han hecho sentir, tus manos en busca de lo mío desabrochan el pantalón, y rápidamente encuentras lo que buscas, quien te espera impaciente, lo besas, tocas y lo haces tuyo, empiezo a disfrutar de tu cuidado de atenderme, te veo y luces preciosa, unas gotas de sudor frío pasan por mi espalda cuando regreso de ese viaje hermoso que me hiciste pasar, la explosión de mi cuerpo emite con fuerza las balas terminan en tus senos, ya que al sentir que terminaría lo colocaste entre tus senos, que es donde se queda un semen blanco y tibio.

Nos acercamos y nos acariciamos suavemente, tus ojos invaden mi mente, las yemas de tus dedos juegan con mi sudor, elaborando caminos de placer, mis manos responden a tu atención. Te miro y luces hermosa, este pequeño descanso sirvió para que recargáramos fuerzas, sabiendo que las necesitaremos para el siguiente movimiento tuyo, el cual inicia con pequeño empujón a la cama para poder apoderarte de mi miembro, secuestrándolo entre tus piernas, tu conchita como un sutil guante aprisiona a su compañero e iniciamos un gran embate, acaricio tus senos, toco tus nalguitas, siento como haces que la cabeza de mi miembro te toque los espacios de tu caverna, la humedad y calor de tu caverna presiona cada ves más, el oírte gemir presionar tu cuerpo montándome con fuerza aumentan mi ritmo cardiaco, siento como un gran orgasmo tuyo cubre a mi miembro que le responde enviando su carga, no podía dejarte de acariciarte, te tomo no paro y seguimos compartiendo el movimiento de nuestros cuerpos que se hacen mas lentos con el descanso que se requiere.

Ahora te veo nuevamente, tus senos grandes se mueven dejando pasar aire a tu interior, aprovecho la oportunidad que me da el que volteas para sacar un pañuelo facial para secar tu sudor y al tenerte de espaldas, mi espada se alista para hacer su presencia en ese lugar que poco usas en estas faenas pero que conmigo disfrutas, un pequeño grito me indica que no esperabas esa jugada, pero me indicas que sea lentamente su entrada, y me pides que te haga gozar, empiezo a entrar con una pequeña dificultad pero lo voy disfrutando, los gemidos me hacen acelerar poco a poco mi ritmo, tus susurros y pequeños gemidos se van convirtiendo en pequeños gritos que me indican el placer que sientes al entrar y jugar con tus adentros de mi miembro, sigo entrando y no puedo aguantar mas y hago mi tercera descarga, la cual aún y cuando es menos intensa que las dos primeras no deja de hacerme sentir. Me pides que continúe acariciando tu cuevita y que por favor te introduzca un dedeo que te permita terminar, lo cual sucede unos pocos segundos después, a esto ayudo los besos que te di en la espalda, caemos rendidos y satisfechos, nuestros cuerpos tiemblan de placer nos besamos y se siente en la atmósfera el calor que nos dimos.

Unos minutos mas tarde, suena el celular el cual contesto y me solicita regrese a la oficina. Te beso en la frente y utilizo una pequeña toalla para secar tu sudor, tu ahora duermes, yo aprovecho para darme un baño muy rápido y me visto nuevamente. Abres los ojos y me dices “el tiempo vuela cuando lo disfrutamos”, te beso y quedamos de hablarnos luego.

Yo salgo corriendo hacia la oficina, en mi mente no dejan de repasar tus olores, tus gemidos, y los momentos de placer.

En la noche empiezo a recordar, escribo nuestro encuentro y cuando voy recordando no puedo controlar que mi miembro endurezca y luego deje salir un pequeño recuerdo para ti.
Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
  • Media: 4.71
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
Andrea May
invitado-Andrea May 07-07-2005 00:00:00

Juan Francisco: Lllevaba tiempo sin leer nada nuevo de tí y la verdad cada vez lo haces mejor. Me encantaría que la próxima vez, los diálogos los guiones, tu relato se verá entonces más ágil y cobrarán vida los personajes. Es cálido y denota ternura y un dejo de melancolía por no poder tenerla siempre contigo. Felicitaciones

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