Tragando semen
Entonces aquel martes me habían cogido el tío y el sobrino, dos machos un mismo día. Por otro lado, me había comprometido a ser su puta, su juguete sexual por unas 8 semanas. Aquel martes en la noche, pensé en todo esto que acabo de relatar, pensé, que otras cosas irían a pasar si el mantenía el mismo ritmo de exigencias.
Habíamos quedado en encontrarnos nuevamente el jueves, en casa de mi compañero de clases, donde desde unas semanas para acá, mi compañero me hacía su puta aprovechando que no había nadie en casa.
Apenas salimos de clase fuimos a su casa, el me comentó que su tío estaría esperándonos, la idea es que uno me cogía primero y el otro después. Al llegar a su casa, resultó que su madre y hermana estaban en casa. La chica tenía clases de algo en las tardes de los martes y jueves, por lo cual la casa se quedaba a solas, pero las clases habían sido suspendidas, la chica no iría más a clases. Nos quedamos muy decepcionados.
Estuvimos un rato en el estudio disimulando que estudiábamos. El se lamentaba profiriendo maldiciones en voz baja. Yo le dije tranquilo ya habrá otra oportunidad. Entonces él seguía, decía, para colmo el martes no aguanto casi nada, no paraba de quejarse por aquello. Unos minutos después su tío (el Mandingo, quien ya sabía que no nos quedaríamos a solas) se disponía a ir al trabajo. Me sugirió llevarme a casa. Habló un minuto con el negro (mi compañero) y nos fuimos los 3 en el auto del tío.
En lugar de ir hacía mi casa el tío se desvió, llegamos a una calle muy sola que terminaba en un parque abandonado. Paró el auto frente al parque y el negro se pasó para el puesto de atrás donde yo estaba. El tío dijo, bueno dale una mamada aunque sea. El tío vigilaría mientras yo satisfacía a su sobrino.
El negro sacó su verga cabezona, estaba hinchada y dura, me incliné y comencé a chupar y lamer, al tiempo que masajeaba sus bolas con un poco de incomodidad. Un poco después, comencé un mete y saca en la boca, el me follaba por la boca, ya con intenciones de eyacular. Minutos después sentí un chorro de su leche tibia y dulzona en mi boca. Acabó muy abundante. El Mandingo me dijo trágate todo, no vayas a ensuciar el carro. Así lo hice.
Luego, el negro salió del carro. El tío le dijo párate allá y me avisas cualquier cosa. Se pasó al asiento de atrás y también saco su pipe. No lo tenía tan parado todavía, pero apenas sintió mis labios se puso duro como una piedra.
Mientras yo chupaba, el me empujaba hacia abajo, haciendo que su verga enorme ocupara toda mi boca, la sentía en la garganta, de cuando en cuando me daban arcadas. El profería toda clase de vulgaridades, decía, mama puta, trágatelo marico, chupa mama pipe. En tanto yo lamía, chupaba y pulía esa pinga.
A diferencia de mi compañero que se dejó llevar por el deseo y acabo relativamente rápido, el Mandingo estaba en control, es decir, estaba gozando, pero le faltaba bastante para acabar, de cuando en cuando yo lo masturbaba un poco con la mano, el me decía no, mano no, boca, dale con la boca. Lo que obviamente evitaba excitarlo demasiado. Así que estuve un buen rato mamando, me dolía un poco la boca y estaba algo cansado de tanto chupar.
En una de esas estaba lamiendo la cabeza, cuando botó un poco de liquido preseminal, lo lamí y volvía a dar una chupada, el me apartó bruscamente y apretó fuertemente la cabeza de su verga, evitando así acabar. Entonces me pasó aquel palo por toda la cara, me dijo, bésalo. Di varios besitos en la cabeza, lamí desde arriba abajo y cuando volví a subir le di otro beso, entonces un chorro de leche me fue a dar justo a uno de mis ojos. Abrí la boca y termino de eyacular dentro, chupé y limpié hasta la última gota. Limpié el chorro en mi cara llevando todo el semen que recogí a mi boca.
Nos fuimos, dejamos primero al negro en su casa y el Mandingo me llevó hasta la mía. En el camino el ojo me molestaba, pues el lechazo me tomó por sorpresa y cayó en el ojo abierto. Sentía sed (de tanto mamar) y tenía el sabor del semen aún en mi boca. También sentía el olor a verga en mi cara y mis manos.
El Mandingo me dijo, que al día siguiente (viernes) en la tarde, me llevaría al mismo apartamento donde me había cogido el sábado anterior. Yo le dije que sí, que no había problema. Así que quedamos en salir al día siguiente. Me mantenía encendido de ganas, pues yo no había acabado. Al llegar a mi casa pasé directo al baño a lavarme la cara y a masturbarme.
Luego, contaré cuanto sucedió aquel viernes. Gracias por leer mi anécdota.
JP
habia mas de estos relatos donde estan