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TRABAJAR MUCHO NO SIEMPRE ES MALO CAPITULO II

"Continuación de una historia veridica en el trabajo"

Al día siguiente yo acudí al trabajo como de costumbre, solo entrar me encontré con V, ella me miró se rió i siguió con su rutina, yo me fui para mi despacho. Hacia media mañana otra compañera entro en mi despacho y me pregunto si tenía un momento para hablar. Pensando que era algo de trabajo y le dije que si por supuesto, ella era E. E era una chica de 34 años, atractiva, felizmente casada, según decía, debe medir 1,60 delgadita pero con unas caderas muy anchas y un culo muy redondo y desproporcionado respecto al resto de su cuerpo, a diferencia de con V, E si había intervenido en algunas de mis recientes fantasías cuando me masturbaba.

Entro cerró la puerta y se sentó en la silla frente a mi mesa, y con una cara seria pero algo nerviosa en voz baja me dijo:

-Ayer por la noche yo estaba aquí.

Me quería morir no sabía que decir, supongo que me ruborice porque ella enseguida sonrió.

-No te preocupes no diré nada

-Los pasos que oí eran los tuyos???-

-Si-.

-Cuanto rato estuviste mirando-

-El suficiente.

-Bueno y si no vas a decir nada porque vienes a decírmelo

-Porque ahora me debes un favor- contestó.

Yo enseguida pensé que me pediría un aumento de sueldo, o alguna mejora laboral, y tendría que remover cielo y tierra para conseguirlo, no quería de ninguna manera que lo que la noche anterior paso fuese el chisme de la oficina.

-Qué quieres?- conteste yo-

-Lo sabrás a su debido tiempo, no tengas prisa-

Y se levantó de su silla y se marchó por donde había venido.

Los días fueron pasando, V y yo seguimos tonteando por el despacho un tiempo, cada vez que podíamos intentábamos coincidir en alguna dependencia, y allí nos rozábamos, incluso algún magreo, y yo me ponía muy cachondo cada vez que recordaba nuestro encuentro. Ella siempre que podía me acariciaba el paquete por fuera del pantalón y me susurraba, quiero comérmela otra vez. Yo me volvía loco cada vez que me decía eso,

Un día estando ella de espaldas frente a un archivo, me coloque detrás suyo y cogiéndola por las tetas y apretando mi abultado paquete contra su culo le dije:

- Como sigas calentándome tendré que quitarte ahora mismo esa falda y follarte- ella sin inmutarse contestó:

- Ya tardas-

Estábamos en el piso de arriba, en el archivo, en la oficina había mucha gente y la verdad que no era el momento ideal, pero no me pude contener. Le subí la falda como pude, y le baje las bragas con un movimiento muy brusco, saque mi polla por la bragueta del pantalón e intenté abrir un poco sus muslos para acomodarla entre sus piernas, puse mi polla entre sus muslos y la empecé a frotar contra lo que intuía que podían ser su labios, ella separo un poco más las piernas para que el roce fuese más placentero, no me lo podía creer estaba allí otra vez, con V apuntalada por mi polla, apoyada contra una estantería, con el culo en pompa y yo rozando su coñito. La situación era de película porno mala, pero me estaba pasando, era la típica escena de secretaria cachonda que se folla el jefe, pero ni era mi secretaria ni yo su jefe.

Ella gemía de forma muy suave y soltaba cuando podía una mano para ponérsela entre sus piernas y enseñar a mi polla por donde debía rozar, no la penetraba, tan solo me estaba haciendo una gran paja con su coñito, era fantástico , yo como podía me agarraba a sus caderas o tetas, para intentar no caerme por la sensación tan placentera que me estaba produciendo, en pocos segundos empezó a mojarme el rabo con su flujo, y resbalaba con una facilidad que producía aun más placer, yo no me podía contener, me tenía que correr, y pensaba entre mi: - pero como te vas a correr si casi no te ha tocado, y si sube alguien, y si alguien nos pilla así, si si córrete y vete-.

Entre mis pensamientos oí la voz de una compañera que gritaba mi nombre desde las escaleras. Del susto saque mi miembro de entre sus piernas y conteste que estaba arriba, V ni se movió siguió ahí con su culo en pompa fruto de la lujuria del momento, yo le dije:

-V, muévete, corre – y le coloque que bien la falta.

La compañera subió con empeño y entro en archivo, era E:

-Pedro te buscan a bajo-

-Ok ahora voy.-

-Os ayudó a buscar algo?-preguntó E.

-No gracias- ya lo habíamos encontrado contesto V.

-Ok, pues antes de bajar súbete las bragas, cerda- contestó E.

No me lo podía creer con las prisas le coloque la falda pero le deje las bragas colgando de un pie, a la altura del tobillo. Otra vez nos había pillado. Yo no sabía dónde meterme, así que baje rápido sin decir nada y me dirigí a mi despacho.

Ese mismo día por la tarde E volvió a entrar en mi despacho, y me dijo:

-Ha lleagado el momento, hoy intenta salir pronto, te esperaré al salir en la esquina de la calle con el coche a las 18:00.

- pero…. A donde vamos, que tengo que hacer? Que quieres?-Yo contesté,

- Llama a tu mujer dile que llegarás tarde-

Pensando que era mejor no poner muchas resistencia, asentí con la cabeza

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