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TRÍO DE TARDE

Mis amigos Manu y Maria habían llegado de Coruña sobre la una de la tarde. Manu y yo nos habíamos ido a comer fuera mientras Mabel y Maria se acercaban al centro a comprar un vestido para la boda de unos amigos. Estábamos desparejados, así que decidimos ir a tomarnos unas cañas de cerveza y luego con tranquilidad regresar a casa. Hacia las seis de la tarde cogimos el coche en dirección al hogar. Por el camino una llamada de nuestras mujeres nos alerto de que tardarían, porque a Mabel le había surgido una reunión en la academia. En un principio decidimos dar la vuelta e ir algún sitio, pero al final pasamos por el videoclub y alquilamos una película.
Nos pusimos cómodos y comenzamos a ver la película. A poco de comenzar la película sonó el telefonillo. Frente a la cámara estaba Carmen. Carmen era una mujer de unos cuarenta años, muy amiga de Mabel y con la que muchas tardes solía salir a dar largos paseos.
Al llegar a la puerta me dio dos besos, la hice pasar y le presente a mi amigo Manu.
Observe que Manu lo que quitaba ojo. Carmen tenía el pelo rizado de color castaño con unos reflejos rojizos .Su cara era dulce con unos enormes ojo negros y unas largas pestañas.
Carmen - ¿No esta Mabel?
Carlos – No, la llamaron a media tarde porqué creo que tiene una reunión en la academia.
Carmen - ¿Tardará mucho? Es que me mandó pasar por aquí a traer una serie de cosas porque les ha hecho un hueco a Javi y a Dani en yoga.
Carlos – Espera aquí, que la llamo.
Recorrí el pasillo hasta la cocina y descolgué el teléfono. Tras de mi entro Manu y mientras yo estaba hablando me hacía gestos sobre Carmen. Yo le hice gestos para que parase. Mabel me dijo que estaban saliendo y que tardaría como una hora.
Volvimos al salón y se lo comunique a Carmen. Me sorprendió su actitud, porque aunque parecía tener urgencia por marcharse, dijo que esperaría. Le pedí su chaqueta para colgarla en el armario. Llevaba un traje de falda azul marino con raya diplomática de color marrón y blanco, con una camisa blanca con tres botones desabrochados. Al cederme su americana Manu quedo extasiado ante los pechos apretados por la camisa .Yo sonreía al ver a mi amigo mirar de reojo .Le ofrecí algo de beber. Me pidió una cerveza mientras departía con Manu sobre su trabajo. Volví a entrar en el salón con tres cervezas cuando me sorprendí al ver a mi amigo pegadito a ella tonteando seriamente .Ella le seguía el tonteo lo que a mí me hizo quedarme a la expectativa , sentado en una butaca de uno a un lado . Me pare de nuevo a observarla, estaba rellenita pero no perdía un ápice de sensualidad. Al sentarse se le subió un poco la falda y podía verse la goma de sus medias en mitad de sus muslos. Absorto en mis pensamientos apenas oía lo que hablaban.
Un movimiento de Carmen precipito el asunto. Acerco su mano al muslo de Manu, que sin ningún pudor se acerco a ella y la beso. En un primer momento ella se retiro pero enseguida continúo el largo y húmedo beso de Manu. Estiro su brazo izquierdo hacia mí pidiéndome que me acerque. Yo estaba parado, pero muy cachondo y en cuestión de segundo me coloque al lado de Carmen. Giro su cabeza y comenzó a besarme mientras con su mano derecha magreaba el miembro de mi amigo que apretaba sus pechos a la vez que desabotonaba su camisa. Yo me active y tire de su falda hacia arriba dejando a la vista sus braguitas y la medias a mitad de muslo, mientras mi mano iba directa a su pubis. Manu había liberado sus pechos, quitándole la camisa y el sujetador. Eran colosales, enormes pero firmes con unas aureolas que formaban una circunferencia casi perfecta. Mi amigo se separo por un momento mientras se quitaba su camiseta y bajaba sus pantalones.
Con este movimiento, Carmen se coloco a cuatro patas y ante mi atenta mirada comenzó a chupársela a Manu. Ante mi estaba su culo, grande pero con forma respingona. Su falda estaba en la cintura como si de un cinturón se tratase. Tire de sus braguitas, ante mi un coño rasurado muy apetecible, movimiento que ayudo elevando primero una rodilla y luego otra. Al llegar a su tobillo hizo el gesto de quitarse los zapatos, cosa que impedí. Me encantaba la visión de ella desnuda con las medias y los enormes tacones puestos. Carmen estaba muy suelta en sus movimientos lo que denotaba que no era su primer trío. Seguía chupándosela a mi amigo que estaba frente a ella con los ojos en blanco. Yo desde atrás observaba con se metía su polla hasta los huevos en la boca.
Comencé a lamer su rajita, produciendo pequeños jadeos. Decidí explorar su coño introduciendo a la vez dos de mis dedos, gesto que acogió con gusto. Poco después me sorprendió de nuevo cuando su mano se acerco a su culo y comenzó a introducirse su dedo corazón en el ano. Como buen caballero, no permití su trabajo y con la mano que me quedaba libre empecé a meterle un dedo en el esfínter.
Cuando no pude más acerque mi erecto miembro en su coño. Veía como ella seguía trabajando el pene de Manu, que se introducía más si cabe en su boca, por mis embestidas .Ella hizo un gesto para que a la vez siguiera metiéndole mis dedos en el culo. Preso de mi excitación no me conforme con uno sino que le introduje hasta tres.
Fue entonces cuando decidí metérsela en el culo, parte vedada para mí por mi mujer. Sin apenas dificultad de un empujón se la introduje en el culo hasta que mis huevos tocaron con su trasero. Aquella embestida brutal aceleró su jadeo lo que me indico el camino. Así que decidí hacerlo lo más fuerte que podía .Note entonces como se corría a través de sus fuertes contracciones. Estas producían unos movimientos de su esfínter anal que apretaban más mi pene. Para Manu aquellos movimientos fueron demasiado e hizo un gesto de separarse que Teresa no permitió descargando todo su semen en su boca. Yo también me iba a correr pero ella al notarlo saco mi miembro .Me quede a medías, pensé que así me quedaría pero no fue así. Pidió a Manu que se tumbara en el sofá. Agarro firmemente su miembro un poco blando tras la corrida y tras masturbarlo por unos instantes lo introdujo en su coño. Se giro y me pidió que se la metiera en el culo a la vez.
Me tuve que colocar de pie tirando de mi glande hacia abajo se lo introduje como pude. Fue entonces cuando ella comenzó a disfrutar de verdad sus gemidos se habían convertido en gritos, y nuestras embestidas eran aumentadas por sus continuos movimientos de caderas buscando que aquellos dos penes entraran hasta lo más profundo de su ser. Se volvió a correr y mi amigo experimento el mismo placer que yo antes cuando sus esfínteres se contraían y se dilataban. Yo estaba apunto de correrme y también quería probar el calor húmedo de su boca así que saque mi pene y acercándome a su cara lo coloque frente a ella. Agarró mi pene y con el firmemente sujeto me hizo colocarme tras el sofá. Le pidió a mi amigo que se colocara tras ella. Carmen apoyo sus brazos a la altura del codo en el respaldo del sillón, colocando sus rodillas en el borde exterior del asiento quedándose de nuevo a cuatro patas. Manu enseguida se coloco tras ella mientras Carmen ya me la estaba mamando. Coloco la polla en su coño y cuando ya lo había metido esta le pidió que se lo hiciera por el culo. Los ojos de mi amigo brillaron y si más dilación se la introdujo en el ano. Su excitación era tal que me hizo pensar que también para el era la primera vez.
Carmen me chupaba la polla con gran maestría, acompañaba su movimiento con miradas lascivas que me excitaban más aún si cabe. La violencia de las embestidas de Manu hacía que los pechos de Teresa botaran como locos.
Ella recorría mi polla con sus labios de mi glande hasta los huevos con movimientos lentos mezclados con pequeñas aceleraciones. Alargue mis manos y estruje con fuerza las grandes tetas de Carmen que me dedico una sonrisa. No podía aguantar más y mi amigo coincidiendo con ese momento se corría de nuevo acelerando el ritmo de sus vaivenes. Ella seguía mamándomela a un ritmo mayor que el de antes, casi frenético, a la vez que masajeaba mis huevos. Manu saco su pene y se corrió en la espalda de Carmen. Comencé a correrme, hice el gesto de apartarme pero Carmen no me dejaba. Volví a hacer el movimiento y ella comprendió lo que quería hacer, así que se separo y mientras abría ligeramente su boca continuo masajeándome lo huevos. Yo me masturbaba a gran velocidad y en décimas de segundo una generosa corrida inundo su cara y sus pechos. Ella acerco de nuevo su boca y quiso disfrutar de hasta la última gota de mi viscoso fluido.
Recogió su ropa que estaba desperdigada y me pidió que le indicara donde estaba el baño. Nosotros adecentamos el salón para que pareciera que allí no había pasado nada. Cuando apenas unos segundos después de concluir nuestra limpieza, y una vez sentados de nuevo en el sofá sonó la puerta eran nuestras esposas .Un fuerte sentimiento de nerviosismo nos invadió por dos motivos. El primero era que si hubieran llegado cinco minutos antes nos hubieran visto en faena, y en segundo, que Carmen todavía estaba en el baño y no sabía que habían llegado. Pero con la experiencia que nos demostró salió del baño y muy naturalmente aguanto la situación. Al irse y sin que nuestras mujeres se dieran cuenta nos dedico un guiño.

Carlos Traste
Datos del Relato
  • Autor: Siol Anep
  • Código: 8794
  • Fecha: 04-05-2004
  • Categoría: Infidelidad
  • Media: 5.92
  • Votos: 107
  • Envios: 5
  • Lecturas: 3364
  • Valoración:
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Comentarios


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4 comentarios. Página 1 de 1
Arthur
invitado-Arthur 06-02-2014 13:13:47

el personaje Yo-soyyo tiene madera y pensamientos de gili y todos sabemos que tras gili siempre va poll.s . Me parece de estúpido el comentario, es más parece escrito por un personaje introvertido y frustrado que debe tener serrín en su cabeza. Ya quisiéramos encontrar muchos relatos tan bien escritos, tan calientes y sabios como los de éste autor. Yo-soyyo eres un estúpido sensorial y no sabes nada de escritura. Por favor Siol Anep, publica algo más..Gracias por todo lo que nos das.

karla
invitado-karla 10-08-2004 00:00:00

no lo he leido pero aprovecho para decirle al autor o la autora, que me fascinan todos sus cuentos, los busco constantemente y me ponen a mil.... han precedido horas geniales de sexo con mi novio y de verdad que nos dan ganas inmensas de probar cosas... sigue escribiendo, que lo haces rebien.

Bernardo
invitado-Bernardo 07-05-2004 00:00:00

Me encantó este cuento y me calenté tanto que tuve que desahogarme con mi novia. La verdad es que no entiendo el anterior comentario. Quizás el reprimido sexual es el autor del comentario. Animo Carlos tu si que sabes disfrutar

yosoyyo
invitado-yosoyyo 06-05-2004 00:00:00

Nunca acaba uno de sorprenderse: el cuento de este/a autor/a que cabo de le es mucho más malo que el que precede. En fin, debe tratarse de un/a joven reprimido/ que descaga sobre el papel lo que no pude descargar de otra manera. ¡Qué pena!¡Pobre Miller!¿Dónde estás, Anais?

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