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Torridas Vacaciones

Corría ya la última semana del mes de noviembre, por asuntos de trabajo viajé a San Salvador a cerrar un contrato donde estuve al rededor de cuatro días, era ya sábado por la mañana cuando cruzé la frontera de El Salvador y Guatemala por el litoral del pacífico, buscando la hacienda de mi madre y de la tía Carolina, donde nos reuniríamos ese día y pasar juntos las vacaciones ya que en diciembre se cierran todas las actividades de la fábrica. Serían como las doce y media cuando entré a la finca y tengo la costumbre que siempre antes de llegar a la casa patronal, me quedo en una colina desde la cual se divisa casi toda la extensión de terreno, y por medio de binoculares recorro lo largo y ancho, me encanta ver el cause de los dos ríos que atraviezan la propiedad. En un lugar cercano a uno de los ríos vi un jeep descapotado y para ver saber quién lo conducía tomé los binoculares, el carro era propiedad de mi tía, pero la pèrsona que estaba al lado del vehículo era desconocida, era una joven rubia por lo que me encaminé al lugar, al llegar me percate que una llanta estaba completamente sin aire, y no cargaba otra de repuesto, por lo que le indiqué que lomejor era que se fuera conmigo y que enviaran a una persona a recoger el vehículo. En el trayecto me dijo que ella y su madre habían llegado hacía una semana y que se hospedaban en la casa patronal.

Al llegar a la casa en uno de los corredores, estaba la madre de la chica, la tía Carolina y mi madre charlando amenamente, luego se levanta mi tía a saludarme, le comento lo del jeep, nos sirve un poco de limonada y dme pregunta: De acuerdas de Paloma mi cuñada, por lo que veo con Ximena ya se reconocieron. Paloma era hermana del difunto esposo de mi tía Carolina, vivieron unos dos años en la finca y luego se marcharon de regreso a España, yo tenía recuerdos muy vagos de ellas, pues tenía en ese entonces entre 8 y 9 años, me imagino que Ximena a los sumo 10. En ese entonces yo ya tenía cumplidos 24 años y por lógic Ximena 25. Almorzando Paloma, hacía remembranzas de nuestra niñez, de cuando jugamos junto a la prima Gladys, y que correteamos todo el día, que nos bañabamos desnudos en el río, que Ximena me perseguía por toda la casa y cuando me alcanzaba me comía a besos, y que siempre decía que se iba a casar conmigo. A todo esto Ximena cambiaba de colores, y empezó a recordar algo a lo lejos. Lo que si era evidente y ni ella ni yo lo ocultábamos era el intercasmbio de miradas y nuestro nerviosismo cuando tocaban el tema de eso de bañarnos juntos desnudos, es más la tía Carolina trajo un album de fotografías en donde estábamos desnudos ella y yo, echandonos agua con unas mangueras, y Paloma aún más audaz le dice mira Ximena que chile tan grande tenía ya Pipo, no te preguntas como será ahora, mi madre cambió de tema al ver lo asariada que estaba Ximena. Esa tarde me dormí por el cansancio del viaje, me desperté como a las siete de la noche y dije que iba a dar una vuelta por el pueblo, invité a Ximena a acompañarme pero me dijo estar un poco fatigada y que creía no ser una buena compañía en esas condiciones. Pasaron tres días y hablamos lo indispensable, una mañana me levanté al alba qwuería ir a los corrales para ordeñar algunas reses e ir a bromear con los vaqueros con quienes tenía mucha confianza. Estaba sentado sobre la madera de cerco del corral, cuando ví a Ximena dirijirse hacia mi, y me pidió si no la acompañaba al poblado cerfcano a comprar unas cosas. Ella entró a una tienda mientras yo platicaba con una familia conocida, cuando ella llegó y luego preguntaron que si la chica era mi novia o mi esposa, les aclaré quién era y al enterarse que mi madre estaba en la finca nos invitaron para que al día siguiente estuvieramos en los quince áños de una de sus hijas. Asistimos a la misa de 15 años y únicamente Ximena y yo nos quedamos a la fiesta, bailamos hasta la 11 de la noche, muy pegaditos, ella rodeaba mi cuello y yo su cintura, nos despedimos y hacía una luna llena hermosa, en el pueblo la brisa era fresca, pero al llegar a la finca era unclor insoportable, nos quedamos a la orilla del río,semtados sobre unas piedras bajo un árbol de almendro nos dimos un beso que traímos pendiente creo quye desde que nos conocimos. Ella estaba hermosa esa noche, su pelo rubio al hombre sus hermosos ojos grandes y verdes, delgada pero de un culito parado, nos besamos por largo rato la excitación había subido, besaba su cuello y sus hombros, le dije que nos metieramos al agua, ella vaciló porwque teníamos que hacerlo sin ropa.luego le dije hazte a la idea que tenemos 8 años, a la luz de la luna pude ver su cuerpo lindo, su almeja peluda, entramos al agua y no apartaba la vista de mi pene, nerviosa me dice: tiene razón mamá si de chico era grande ahora es inmensa, la tomo entre sus manos y me dijo que le gustaba, besé sus pechos, y luego saliendo del agua entre la hierba nos recostamos, le chupé su deliciosa almeja, rojita, los vellos eran cstamos y suaves le corría por la entrepierna, tenía tabiém peludo el culo, le chupé su clítoris y la hice venirse, ella intentó chuparme el pene, para que lo hiciera mejor nos pusimos en un 69, estábamos super excitados, coloqué la punta de la verga en la entrada de su vagina, empezé a pasarla a lo largo de su raja, frotndo su clítoris, le metí ls cabeza, y ella me pidió que lo hiciera con mucho cuidado pues a su 25 años aún era virgen, empujé apretando con mi mano, y sentí crujir su himen, ella se retorció de dolor queriendo quitarse, empujé más fuerte y entre a la mitad, gritó y me pidió que por favor no siguiera, yo le dije que un poquito mientras me corría, pero se negó salí de su vagina, y ella con agua me quitó la sangre y empezó a pajearme con su mano, lo hacía con mucho energía y cada vez que me bajaba la piel lo hacía con fuerza, le dije que me lastimaba, mientras me decía que ella tambiém estaba lastimada, me rasgo y el ardor de mi pene con el contacto de su mano ya era insoportable, ella se dió cuents y se lo metió a la boca, me chupaba suave y despacio, hasta que me hizo correrme. Al día siguiente me esquivó, no nos vimos para nada, cuando escuchaba mi voz, con cualquier pretexto se iba, para evitarle molestias, casi no me estaba en la casa llegaba a comer, después de todos, y llegaba a dormir tarde, así pasó una semana. Un día domingo yo había salido con unos vaqueros a la cabecera departamental a ver un juego de futbol, de la liga nacional, y regresé como a las once de la noche pués los vaqueros se habían tomado unas cervezas, cuando llegué a casa todo estaba apagado, eran como las once de la noche y al entrar a la habitación ella estaba acostada en mi cama, me dijo que no encendiera luz, y me acosdte a su lado, estaba completamente desnuda, me aplicó crema en el pene, luego me dijo que esa semana había estado tomando anticonceptivos y que quería entregarse completamente. oralmente nos venimos los dos, la penetré con mucho cuidado y despacio, me llevó tiempo metersela todita pero lo logramos sin que fuera doloroso, fué una noche hermosa, inolvidable, y así fué cada una de las siguientes por 23 días, sexo a veces violento por la calentura de los dos, pero a la vez suave y amoroso, le encantaba tener su panocha llena de carne y sentirla topar en su entrañas, sentir el choque de los chorros de semen en su interior, si la encontraba en uno de los corrales, allí o hacíamos, en la cocina, el río entre cualquier vehículo, y una tarde, sobre la monturas del caballo, el caballo caminando y ella jineteando sobre mi, ofreciendome sus deliciosas tetas.
Datos del Relato
  • Categoría: Primera Vez
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