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Categoría: Incestos

Todo en familia

Hola a todos los lectores:

Creo que primero debo presentarme, soy Raúl tengo 37 años, puedo decir con seguridad que no soy un adonis cosa por el estilo, nací en Bolivia y lo que les contare ocurrió en una de las ciudades más importantes de mi país.

Todo empezó en 1994 cuando se dicto una ley que transformo de sobre manera la vida de Bolivia, esa ley dio a los Gobiernos Municipales nuevas funciones, hecho que obligó a todo el personal de la oficina que yo dirigía a desplazarnos a las áreas rurales, en una de las tantas ocasiones que tuve que ir a esas zonas, llegue a una población donde el único lugar para hospedarse es el hospital, lugar donde conocí a una bella mujer que era la doctora que atendía dicho hospital, quien muy amablemente nos cobijo a mi y al resto del equipo con el que llegamos. Pasó el tiempo y fueron más frecuentes mis visitas a esta zona de manera que con la doctora fuimos engranando hasta hacernos muy amigos, pero poco a poco esa amistad se fue haciendo más cercana hasta que llegamos a ser amantes.

Pero creo que es necesario describir como es ella; primero debo decir que tiene un rostro muy bonito de tez blanca, unos cabellos castaños ondulados, pero ahí no termina la cosa, su cuello es muy fino y al solo verlo le entran ganas de besarlo, ahora hablaremos de sus tetas son magníficas grandes y que después pude apreciar en su total magnitud, tiene unos pezones de un color café oscuro y muy grandes, para abajo tiene una cintura de película lo que hace resaltar su prominente y respingado culito.

En una de las tantas visitas que hice a la zona y que coincidió con la noche de San Juan después de unos tragos a ala luz de una fogata, empezó a darme ganas de comerme una conchita por tanto empecé a verla de una manera diferente, ya no como una simple amiga, sino como una hembra que quería tenerla, así que trago va trago viene, nos fuimos poniendo eufóricos hasta que llego el momento de la retirada oportunidad que considere propicia para acompañarla a su habitación e intentar algo con ella, después de unos momentos me invito a pasar para conversar ese fue el momento que yo esperaba, una vez adentro me acerque a ella y le propiné un beso que duró unos diez minutos, mi lengua poco a poco se introdujo en su boca ya a cada segundo que pasaba ella y yo nos poníamos más calientes, después de unos juegos amorosos, empecé a besarle su delicioso cuello mientras le acariciaba los hombros empecé a bajar hacia esas dos enormes montañas que tiene por tetas, una vez el la cima empecé a acariciar sus pezones que con el jueguito se habían puesto tiesos mi excitación estaba al máximo y mi pene se encontraba todo tiesa y a punto de reventar, así que sin poder contenerme más le saque su polera y empecé a saborear sus tetas primero sobre su sostén para luego despojarle de ello y sumergirme en ese valle delicioso en medio de esas montañas, su respiración así como la mía se hico entrecortada y procedí a bajara por su vientre hasta su lindo ombligo en el cual me entretuve besando y haciendo círculos con mi lengua sobre el, mi pija ya no resistía más y pensé que me correría antes de llegar a mi destino final.

Después de unos minutos de este jueguito, abrí la cremallera de su pantalón y empecé a bajarlo, mi sorpresa fue muy agradable al ver su tanguita, era de color negro con encajes y creo que sólo le cubría una pequeña porción de su lindo culito y de su adorable conchita, sin poder contenerme le saque el pantalón y adiós su tanguita, cuando vi ese hermosos valle de vellos empecé a temblar y la arroje a la cama, le abrí las piernas, las cuales puse sobre mis hombros y empecé a darle una mamada de esas fenomenales, a cada roce de mi lengua ella temblaba y gemía luego le chupe sus labios y me entretuve con su clítoris, poco a poco ella se ponía más, mojada, chorreaban sus deliciosos jugos los cuales bebía como el néctar más preciado, cuando intente introducirle un dedo, OH sorpresa era virgen, el descubrir esto me causo una excitación mayor, me comería una conchita nuevita, sería el que llevara por delante su virginidad, sería el que la desfloraría el primero en entrar en su preciosa caverna, ella sólo gemía y con sus manos me empujaba para que siga mamandole su conchita.

Loco de desesperación me levante y me puse sobre de ella con la intención de penetrarla, pero me dijo que prefería ser ella la que este encima así controlaría la penetración, una vez cambiado el lugar, ella se sentó sobre mi pija y se la acomodo, fue un instante divino cuando ella empezó a tocar mi pene y ha hacerme una paja. Luego ella llevo a la entrada de su conchita y poco a poco fue bajando, cuando llegó a tocar mi pene su himen ella me sorprendió ya que de un solo empujón la metió hasta el fondo, ella grito de dolor, a mí también me causo dolor, después de eso ya no pude más y la levante, la puse en la cama y empecé a darle duro al fuello, se notaba que ella poco a poco ese dolor inicial se le fue convirtiendo en placer ya que gemía y su respiración se hizo más cortada, yo entre embestida y embestida le chupaba las tetas seguro que no paso mucho tiempo (por mi excitación) que me vine con todo, sentí llegar un terrible orgasmo y mi leche salio disparada a chocar contra el interior de su caverna; desmadejados por el placer nos acostamos, pero yo no estaba conforme quería más, así que después de un momento empecé a metérsela desde atrás y ese fue también un polvo delicioso.

Con el paso del tiempo nuestra relación fue cada vez mayor, de manera que empecé a enseñarle diferentes poses hasta que llegó el día de pedirle que me la mamara, en principio no quería pero la convencí en un momento cuando ambos estábamos bajo la regadera ella se puso de rodillas y empezó a besarme la cabeza y luego como la primera vez se la encajó hasta el fondo luego se puso a mover la cabeza, de manera que yo entraba en su boca como cuando se la metía por su conchita, después de unos minutos de este exquisito procedimiento, me vine con la fuerza de un volcán y le llene la boca de mi leche, ella lamió hasta la última gota saboreando y disfrutando cada momento.

Su culito me comí una tarde a la orilla del río, hacía calor de manera que fuimos a refrescarnos entre beso y beso, nos metimos en el agua y yo le saque su bikini y empecé a darle masajes en sus nalgas, hasta que llegue a su agujerito al cual le atendí con delicadeza, ella se movía cada vez que yo le apretaba su ano, en uno de esos momentos metí un dedo y ella lanzo un quejido pero no de dolor, poco a poco metí otro y empecé a dilatar su culito hasta que me aproxime con mi pija como mástil y poco a poco le fui empujando ella grito de dolor cuando entró la cabeza ya que mi pene no es chico (24 de largo) pero también creo que fue la posición ella estaba un poco inclinada hacia delante, en ese momento llegó mi venganza, de un solo arranque se la clave hasta los huevos, ella dio un alarido y se puso a llorar, yo no paraba y entre el mete y saca me llego la hora de descargar mi semen en su interior.

Estoy seguro que la primera vez que entre en su culo fue traumático pero con el tiempo se hizo más fácil y a ella le empezó a gustar y cada vez que hacíamos el amor terminaba dándole por el culo.

Pero creo que este relato de lo que me paso, es posiblemente similar a lo que les pasa a muchas persona, pero lo que paso después estoy seguro es diferente.

Después de un tiempo concebimos un hijo (no me case) de manera que siempre voy a visitar tanto a ella como a mi niño, oportunidades en las que aprovechaba para fajármela, muchas veces ella no podía por su período pero aún le quedaban otros dos agujeros por donde encajar mi pene, es decir, una buena mamada o una enculada me dejaban satisfecho.

Una noche que ella tenía guardia en el hospital donde se vino a trabajar, yo me quede a dormir con mi hijo, debo mencionar que ellos vivían en la casa de su madre (Ana) con sus dos hermanas (Carmen la mayor y Verónica la menor) y un hermano; esa noche estaba en su habitación tratando de hacer dormir a mi niño cuando entro la hermana, es decir Carmen, que debo decir es bajita, delgadita con unas tetas que para su tamaño son grandes, un culito flaquito y de sus piernas ni que hablar, pero que me calentaba y mi deseo era encularla para saber que se sentía entrar en un culito así, después de entrar ella al cuarto, se sentó en la cama y entre charla y charla me puse caliente y empecé a direccional la charla sobre el sexo y le pregunte que hacía ella para satisfacerse teniendo a su esposo trabajando en otra ciudad, ella me respondió que cuando se encontraba muy excitada se daba una buena masturbada o se daba una ducha con agua fría (no se si funciona conmigo no) paso un buen rato y yo le puse la mano sobre su delgada pierna a lo que ella no dijo nada de manera que poco a poco le empecé a acariciar las piernas y sin más preámbulos le agarre so conchita y empecé a besarle, creo que era una de esas noches que si yo no hubiera estado ahí terminaría masturbándose.

Le saque su pantalón y su calzoncito y si sin decir agua va se la metí hasta el fondo de su foso ella empezó a jadear y yo tuve que empezar a besarla ya que el cuarto de su madre es la del frente de manera que no había tiempo para jueguitos y empecé a metérsela y sacarla en cada embestida ella se acercaba más y más a su deleite hasta que se corrió de la manera más espectacular ya que me mordió el labio, yo atento a la puesta no podía alcanzar mi clímax de manera que ella me dijo que la chuparía para que yo terminara, se puso de rodillas y yo me senté en la cama y se metió hasta su garganta mi pene la muy puta era una mamadora consumada y en un abrir y serrar de ojos me saco toda la leche del mes y no desperdició ni una sola cota ya que me la limpio como una profesional.

A partir de ese momento en esa casa ya no tenía solo una mujer sino dos, de manera que cuando la madre de mi niño no estaba se la daba a la hermana. Fue una tarde en que fui con el pretexto de ver a mi hijo pero era más por satisfacer mi hambre de sexo, que encontré a Carme quien se había quedado al cuidado de sus hijos y el mío, los niños estaba jugando en la planta baja la lleve a la planta alta y la puse apoyada e la baranda, me puse de rodillas, le subí su falda y abajo los calzones empecé a darle una chupada desde atrás de manera que se veía su culito delgadito y empecé a pensar en entrar en el poco a poco ella se éxito tanto que acabo conteniéndose de no gritar ya que los chicos estaban abajo, me levante y le puse la cabeza de mi pija en la puerta de su culito y poco a poco se lo fui metiendo, en un principio ella no quiso, pero yo seguía empujando, me dijo que nunca había tirado por el culo, de manera que yo con calma le fui metiendo hasta que se entro hasta el fondo y me di cuenta que mentía sobre ese nunca ya que cuando entro todo no dijo ni ay, de manera que pensé que ella había sido enculada muchas veces, como tenía que correrme rápido por el peligro de los niños o de que alguien llegara y me dejaran con las ganas embestí con más fuerza y termine soltando mi leche en su interior, después le di la vuelta y le obligue a que me la limpiara a lo que ella accedió de buen agrado ya que le gusta chupar y que le eyaculen en la boca.

Mi historia sigue, el oportunidad del cumpleaños de la madre, se hizo una fiesta donde sólo estábamos la familia, de manera que después de una parrillada, le dimos fuerte al ron, aunque soy un buen bebedor ese día me pase en las copas y antes de media noche me fui a dormir mientras la fiesta seguía, a una cierta hora habían tomado la decisión de irse a una disco, pero como yo estaba durmiendo no quisieron molestarme y se fueron casi todos, ya que la mamá se quedo, ella es una mujer de unos 50 años pero aún se encuentra masticable es un poco gordita pero tiene unas tetas como la madre de mi niño, ella aún con deseos de seguir la fiesta y al no haber otra persona más que yo, me hizo despertar para tomar unos tragos antes de ir a dormir como el trago es buen acompañante y libera los temores así como aumenta la lujuria la mamá Ana me pidió que bailáramos a lo que accedí y empezamos a mover el cuerpo hasta que tocaron una canción lenta, la abrace y ella puso su cabeza en mi hombro yo le empecé a cantar al oído, seguramente fue mi aliento en su oído y su abstinencia desde que quedo viuda que la empezó a calentar yo notaba que temblaba entre mis brazos y en cada movimiento se me pegaba más y más, mi terrible instrumento poco a poco empezó a despertar y se puso tizo y ella comenzó a frotarse en mi mástil que ya estaba del todo erguido, no pude resistir la tentación y le di un beso en la oreja ella gimió y me abrazo con más fuerza y sin esperar más baje mis manos hasta su culo y le levante la falda, no encontré una tanguita sino un calzón de esos que usan las mayores pero no importaba, lleve mis manos hasta su conchita y e hice a un lado su calzón, le metí de un solo golpe tres dedos ella grito de placer y bajo sus manos ya agarro mi mástil, lo saco y se lo llevo a su conchita, me empujo sobre un sillón y se sentó sobre mi pene, empezó una cabalgata desenfrenada que le produjo por lo menos unos cuatro orgasmos, yo seguía sin terminar de manera que le puse de rodillas le saque todo el resto de la ropa y empecé a masturbarme en sus tetas, en cada embestida ella lamía la cabeza de mi pene hasta que llego el momento de darle su rica lechecita, la agarre de la cabeza y le empuje hasta encajarle en lo profundo de su garganta y que sensación más extraordinaria fue cuando ella quiso meter aire y al estar mi pija en su garganta lo succiono aun más y ahí fue donde me corrí y quede hecho añicos; ya en mi cama compare entre las tres y la madre es la mejor manadora.

La hermanita menor tenía 18 años, pero estaba relativamente apetecible, de manera que pensé si ya me tire a la madre, a las dos hijas porque no intentar con la cuarta de la casa; así que empecé a trazar el plan para llevar mi pene a su conchita y luego a sus demás agujeritos. Ella es muy afecta a ir a las discos de manera que un día de esos me presente en la disco donde ella estaba y me acerque a su mesa, nos pusimos a tomar unos tragos, como ella y su amigas estudian no tiene mucho para gastos de manera que yo empecé a comprar y compara tragos hasta que llego un momento en que todas se encontraban pasadas en copas y les propuse ir a mi casa solamente fueron tres ya en casa saque un buen ron y empezamos el jolgorio, llego un momento en que ellas ya estaban demasiado pasadas en copas y fue el momento en que empecé a hablar de sexo y cosas por el estilo, les dije si habían visto una porno y si querían verla, dijeron que si y manos a la obra nos pusimos a ver y ellas se asombraron de las cosas que había en el video, preguntaron si era así el pene a lo que les dije si querían ver uno en vivo y en directo, sin esperar respuesta saque mi pene que estaba parado en toda su magnitud, les dije que lo tocaran y a duras penas las convencí les agarre sus manos y empecé a hacer que me masturbaran una por una, las comencé a besar y se dejaron, les pregunte si eran vírgenes y contestaron que si y les dije que nunca había visto una conchita virgen y si ellas me mostraban a regañadientes aceptaron, la amiguita se bajo los pantalones y me mostró su cachuchita, ni corto ni perezosos le toque y ahí fue el inició de la noche donde me desvirgue a dos, a la hermanita le obligue a que me la chupara y luego a su amiga las desvestí y entre beso y beso a la amiga la desflore primero y luego a la hermanita, como ya eran las dos de la mañana, y yo seguía al palo lesa dije que ellas dieran un tiempo cada una y yo otros de manera que buscaríamos ese tiempo en el video y lo que estaban haciendo haríamos, un jueguito muy bonito y mejor si sabes que hay en cada escena, de manera que yo elegí aquellas partes donde había una enculada ya habían probado por su vagina y por su boca de manera que faltaba el culo, busque algo para lubricarles y cono no había me acorde de la película El último tango en París, de manera que les puse mantequilla y poco a poco les introduje hasta el fondo mi mástil primero a la amiga y luego a la hermanita en la cual descargue mi semen, a las cuatro de la mañana las lleve a cada una a su casa sin antes haberme hecho una buena manada cada una de ellas.

Desde ese día en esa casa tengo cuatro vaginas, cuatro culos y cuatro bocas que me pueden satisfacer, ya han pasado varios años desde que se inicio esta aventura pero aún sigue como en un principio, la madre Ana como buena chupadora me la hace cuando le pido pero debo siempre terminar en su conchita, a la hermana mayos Carmen le doy por los tres agujeros, pero prefiero su culito, a la madre de mi hijo la prefiero con las piernas sobre mis hombros entrando de uno a otro agujero y cuando esta con su periodo su boquita es la que recibe mi semen, mientras que a menor de la familia Verónica, la llevo a mi casa y he descubierto que le gusta que la trate mal y la amarre a la cama y le hago lo que yo quiero, de esto les contare en otra oportunidad.

Les comento que el hermano se caso y que la mujercita esta buena para unos revolcones, de manera que estoy ahora intentando comerme su conchita, el culito y la boquita de ella, ya la he visto desnuda y esta sabrosa, si me va bien en este reto se los contare luego. También los contare de los grandes 69 que he practicado con las cuatro y otras cosas que me hizo la muy puta de Carmen la hermana mayor.

Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 6.33
  • Votos: 6
  • Envios: 0
  • Lecturas: 8925
  • Valoración:
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