Vistiendo la guapa asistente administrativa de la sala de profesores una mini falda de jeans muy pequeña y ceñida como entallada y ajustada pegada a sus exquisitas y formadas nalgas y muslos como a su vientre con las botas negras de tacón bajo puestas llevando un cinturon negro con un suéter sin mangas muy pegado mostrando el relieve de sus pechos; esperando en el inicio de la peatonal en el centro de la ciudad capital, pasando y parqueandose frente a frente un automóvil en que se dobla apoyandose en la puerta del pasajero delantero meneando toda la cintura enmarcante en su culo le dice quieres pasar un tiempo feliz con mucho polvo conmigo cuanto estas dispuesto a pagar por mi servicios sexuales, sonriendole el apuesto caballero al sacarse dentro del saco una faja de dinero grueso de nominación de 100 balboas en que se lo abanica contra la palma de la muñeca constante y sonante. Contestandole la asistente de la sala de profesores que estamos esperando con esta forma me convencistes llevame a un sitio apaisonante para que lo disfrutemos en grande subiendose al automovil.

En el transcurso volteandose con el codo derecho contra el respaldo del asiento mirando detenidamente con una sonrisa al hombre acariciandole su hombro izquierdo, pidiendole tocate y acariciate desde tus rodillas hasta tu vagina se queda algo atonita y desconcertante la asistente, pero al instante obedece abriendose las entrepiernas comenzando co nl arte seductor de acariciarse y tocarse propiamente las rodillas siguiendo con la subida de las caricias por las enttrepiernas alcanzando prontamente su vagina con el hilo dental sobre las botas.

En el asiento trasero del automovil estacionado en una esquina follandola profunda y agresivamente al mamarle como tocarle como apretarle hasta lamerle todos los pezones incluyendose, los senos en que gadea y gime de mucho placer retribuyentes por la guapa asistente administrativa de la sala de profesores; se la coge sentados en el medio del automovil en el asiento de atras apoyandose como afirmandose con las dos manos en la cabeza de los respaldos de los asientos delanteros del automovil, bañada en sudor por las adrenalinas y feromonas corriendo fluida y caudalosamente en forma de torrente sanguíneo portoda la asistente administrativa de la sala de profesores. Andando la regrese al mismo lugar donde la abordo y la recogio inicialmente pagandole una fortuna por estar en su compañía y realizando sexo en el automovil con su cliente atendido exclusiva y privadamente por la guapa asistente administrativa de la sala de profesores aquella tarde asoliada de sábado por la peatonal en el mero centro de la ciudad.