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Categoría: Incestos

TIA CAROLINA Y LA GRAN SORPRESA

Como les comentaba en un relato anterior, en la categoría confesiones, con mi tía carolina tuvimos una relación sexual espectacular, ella dijo que no se volvería a repetir, y que sería nuestro recuerdo. Unos meses después se presentó en mi oficina como a las cuatro de la tarde, acababa de llegar de la hacienda, de entrada la ví espectacular siempre elegante, hermosa y escultural, yo sentía pena `por lo ocurrido antes, porque cogerse a la hermana gemela de mi madre, no cabe, eran indenticas como dos gotas de agua, 1.70 de estatura, cuerpazos bárbaros, todo en su lugar y bién proporcionados, la unica diferencia entre ellas era que mi madre al sonreir se le hacían uno hoyuelos en las mejías,(camanances), y como decía cogerse a la tía era como que si me hubiera cogido a mamá. Ella tomó la iniciativa y me dijo, a partir de hoy, voy a venir cada mes por una semana, y cada tarde de esa semana, me vas a coger en la recámara que tienes aquí, lo he meditado mucho y después de estar viuda tantos años, despertaste en mí la pasión y el deseo, nos encaminamos a la recamára, desnuda se veía espectacular estaba calientísima, la vulva le segregaba jugos vaginales intensos, en un 69 la hice venirse, ella se sentó sobre mi y empezó a ensartarse la polla centimetro a centimetro en esa deliciosa y estrecha cuca peluda, al cabo de unos minutos casi al mismo tiempo nos venimos los dos. Era día lunes, el resto de los días llegaba a la misma hora, en la fábrica pensaban que era mamá quién llegaba, por lo que no habían sospechas. El día jueves le tocaba velar en el hospital a mi mujer, por lo que regresaba al día siguiente a las nueve de la mañana y después del medio día con los niños iba a viajar a la hacienda de sus abuelos, esa tarde la tía no llegó yo tenía que llevar al taller la van, para sus servicios ya que mi mujer viajaría en la camioneta. Esa noche como a las once. llegó mi tía a la habitación, en lo oscuro ví su silueta quitarse su bata y se metió a mi cama, se fué a las cinco de la mañana, fué una noche de lujuria, la verdad que si era una mujer estupenda y fogosa.

Al día siguiente llegó la tía a la oficina como a las once, nos dimos una soberbia cogida, y cuando estábamos, reponiendo energías, acostado uno a la par del otro, me dice: Tuvimos una plática con mi hermana, ella se dió cuenta que dormimos juntos, me lo recriminó, y dijo que nunca esperaba esto de nosotros, ella sabe que te acostás con mi hija, y que aparte de eso te scostás con Lorena y ligia, primas hermanas de tu mujer, y que tu mujer también lo sabe porque fué ella quien llorando se lo contó. Hubo un silencio y luego pregunté que que había dicho ella, y me dijo: le dije la verdad, que tengo dos años mas que ella de ser viuda, nunca había tenido un amante, que en un momento dado y dada la soledad de aquella noche en la casa te había seducido, y que pensaba seguir acostandome contigo, que me dabas placer, y que a estas alturas yo no tenía que andar con un amante, y en secreto tuyo y de ella, iba a tener un hombre de quién nadie podía sospechar, por el parentesco y que además, tenía un hijo buen amante y aparte de eso con una verga sensacional. Ese día no fuí temprano a casa, cené fuera, me fuí al cine y llegué como a las diez de la noche, no quería enfrentar a mi madre, todo estaba a oscuras y me acosté. A las once de la noche, se abrió la puerta y vi nuevamente la silueta quitarse la bata, y así en la oscuridad se metió a la cama, empezó a besarme con una dulzura infinita, nuestras lenguas se unieron, empezé a chuparle sus pezones eran esquisitos, hasta sentía más duros los pechos, la jalé de la cintura, para quedar en un 69, sentía las nalgas hasta mas duras y cuando empezé a chupar su vulva estaba completamente mojada, tomé entre mis labios y mi lengua su clítoris, caray, como le había crecido de la excitación lo sentía enorme, y así rápidísimo se corrió en mi boca, lamía la cabeza de mi pene, se lo metía hasta donde podía y sentía su boca tibia, chupaba y chupaba el tronco con deleite, con placer, se sentó sobre mí y puso la cabeza de mi polla en la entrada de su vagina, le costaba metersela, estaba húmeda pero estrecha, le dije que iba a ponerle gel lubricante, ella misma me lo aplicó, y se aplicó ella un poco, y así con un poco de dificultad se lo fué metiendo hasta llegar al tope, lentamente pero muy lentamente se levantaba para sacarselo, y así despacio sin prisa alguna se lo volvía a meter, gazaba y gemía de placer cuando centimetro a centimetro se lo introducía acercaba sus pechos a mi boca para que se los los chupara y besaba mi boca con ternura con amor, así estuvo como una hora, hasta que arreció sus movimientos para venirse en un glorioso orgasmo, me apretaba con sus parades la polla, era como que si su mano y sus dedos me exprimieran sentía divinamente delicioso, hasta correrme dentro de ella, se acostó a mi lado y de espalds a mi pecho, es estrecho en mi para quedarse dormida. a las cuatro de la mañana me desperté con la pija pàrada, se la acerqué a la entrada de su vagina aún estaba empapada, por sus jugos y mi semen, despacio la metí, y la empacayé al fondo empezé a moverme y en un leve susurro que casi no entendí me dijo que le ardía demasiado, me imagine que por la cogida de la mañana, más la de la noche estaba irritada, me puse más gel y se la puse en la entrada del ano, lentamente se la ensarté toda, gimió de dolor pero no se quitó, quería darme placer, la metí toda, y empezé a bombiarla, poco a poco ella agarró mi ritmo, y con mis dedos pulgar e índice, le acariciaba el clítoris que aún seguía sintiendoselo mas grande que de costumbre, se volvió a venir y yo me vacié en su ano. Rendido me dormí, desperté al rededor de la nueve de la mañana, la tía no estaba conmigo, de plano no quería otra disputa con mi madre, me duche y bajé a desayunar mamá estaba preparando el desayuno porque sabía que de un momento a otro bajaría, desayunamos en silencio, esperaba la reprimenda por lo de la tía pero no dijo nada, le dije que iba un rato a la fábrica, y luego agregué me despides de la tía, y fué cuando ella me dijo, Carolina no está, se fué ayer con Myriam a la hacienda, y sabes tiene razón si somos viejas, viudas, y con necesidad de hombre, y no podemos exponernos a críticas de la gente que nos conoce, no necesitamos de un amante, si te tenemos en casa y vaya que que macho el que tenemos, de ahora en adelante, la noche que tu mujer vele en el hospital, vas a tener mi visita.
Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 6.62
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