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The Grip - El inicio

The Grip v.01

“Please allow me to introduce myself

I’m a man of wealth and taste.”

Sympathy for the Devil - The Rolling Stones

La sociedad siempre nos dice que hay que ser buenos, que tenemos que contar con una serie de virtudes que nos harán “buenos”, porque si hay algo que tenemos que evitar es ser “malos”. Pero, ¿es realmente malo ser “malo”? ¿es realmente deseable ser “bueno? O por lo menos ser “bueno” todo el tiempo.

No puedo negar que he tenido una vida interesante, mi personalidad constantemente me ha llevado por rumbos variopintos, pero nunca había contemplado mucho los “porqué” pero siempre parecía que mis anécdotas tenían un algo extra, algo que las llevaba más allá. Pero no lo había cuestionado, hasta que llegue a un punto en donde todo lo que recientemente rodeaba mi vida me aburría, me parece mundano y no podía entender qué había pasado o como había pasado.

Al inicio se lo achacaba a mi edad (33 en ese entonces), quizás me estaba haciendo maduro, quizás esto era empezar a ser viejo; se lo achaque a la primera relación seria de mi vida, quizás esto era sentar cabeza; pero siempre parecia que habia algo abajo de la superficie, siempre había algo que no siempre terminaba de estar tranquilo, una vibración en mi energía que parecía atraer “malos” elementos alrededor mío.

Poco a poco empecé a entender que eso que estaba bajo la superficie era mi verdadero yo, empecé a entender cómo funcionan los distintos tipos de personalidades, mi cabeza se abría a las posibilidades y la comprensión de porqué esas anecdotas eran siempre “un poco mas”, porque me habia demorado mas de 30 años en tener una relacion seria y tambien de porque las había evitado (o quizás ellas me habían evitado a mi), porque mis novias y “novias” tenían un determinado perfil, porque mis “gustos y preferencias” sexuales tienen una inclinación determinada, porque mi hambre de sexo era elaborada, determinada y necesitaba ser saciada.

La idea de “meterla” siempre me había parecido muy básica, cualquier anormal con un pene erecto y una tonta dispuesta puede “meterla”. En mi adolescencia mis amigos soñaban con que mis compañeritas del cole fueran virgenes para poder ser “su primer” como si eso de alguna forma estableciera una relación mágica, yo por el otro lado parecía siempre estar mirando y atrayendo a chicas por lo menos un par de años más grandes y no quería vírgenes, no me quería follar a una tabla tiesa y nerviosa, queria chicas experimentadas, quería escuchar gemidos, entrar en vaginas como cuchillo en mantequilla.

Similar era el perfil de mis novias o “novias”, todas experimentadas pero todas con una pieza faltante en la cama, todas animadas para coger todo el dia pero con un algo faltante.

Mi mayor orgullo siempre ha sido que donde la he puesto se han venido. Todas, una y cada una han bañado mi pija con jugos vaginales y todas (salvo una) han regresado en algún momento y me han escogido como ese polvo que no significa nada pero que necesitan cuando están solteras y quieren que alguien se las coja bien (para aquellos machitos que se acaban de enterar, tal cosa si existe. Así que si alguna ex no te llamo para un revolcón cuando estaba caliente, quizás no cojas tan bien como piensas que lo haces campeón). Para mi el sexo pasa de ser algo físico, es algo energético. Es el lugar donde las personas se encuentran en su punto más fuerte y más débil al mismo tiempo.

Soy un cerdo, mi pene me controla, mi cerebro sólo parece pensar en nuevas formas de meterme dentro de la cabeza de quien estoy cogiendo para que me deje hacer aún más, no hay nada mas afrodisiaco que una mujer deseosa de sexo, que le mires los ojos y que estos parezcan decirte “por favor cogeme, necesito tu pene dentro de mi. No me importa donde estemos y quien nos vea, quiero tener tu pija adentro y quiero venirme como un puta”, es una mirada pura, vidriosa, que pareciera estar mirándote pero sabes que solo está imaginando todas las cosas que ella quiere que le hagas, preguntando si es que puedes oler en el aire el olor a hembra. 

El aroma de una vagina humeda y caliente es superior a cualquier plato de un restaurante que tenga 3 estrellas Michelin, es como entrar en una confitería y saber solo por el olor que cualquier antojo esta a pedir de boca. La viscosidad de los jugos de una vagina caliente entre los dedos como un aperitivo, el sabor de la piel cubierta en lubricacion de un clítoris erecto, la textura de labios inflamados por una buena chupada de concha deseosos de recibir al invitado de honor… Dios, no tengo que explicar más que hay debajo de la superficie no?

Bueno, pasemos a lo que nos trae acá. La primera vez que probé la miel del control, fue sin querer o por lo menos de manera inconsciente.

Por aquel entonces tenía 23 años y me encontraba en una “relación” con una chica con quien habíamos tenido varios encuentros. Nunca terminamos de hacer click en cuanto a una relación seria pero nos encantaba coger, coger y coger más; parecía que no íbamos a parar de coger y ella no iba a parar de venirse.

Un dia estabamos en casa, ya habíamos tenido sexo en 2 ocasiones y estabamos besandonos y tocandonos, desnudos sobre mi cama. Cuando estábamos juntos no tenía mucho sentido usar la ropa ya que usualmente terminamos rápido con mi pene dentro de ella de una u otra forma, ella me encantaba porque tenía unas tetas enormes, sus pezones parecían florecer cuando estaba excitada, se dilataban y se abrían, la piel sobre los pezones se tensaba y brillaban. En eso que estabamos jugando mientras nos tocabamos, lamíamos, chupabamos, rozábamos y nos hacíamos chistes, si en el sexo tambien te puedes reír, la idea es disfrutar, puse mi pija dura sobre los labios menores y comencé a moverla sin penetrarla, podia sentir y escuchar como mi pre-cum y sus jugos se mezclaban.



“Sssss… metela....” siseaba entre suspiros llenos de hambre.



En silencio la bese metiendole la lengua, intercambiando saliva, con un movimiento tenue de caderas que permitía seguir frotando mi glande contra la entrada de su vagina, sintiendo como se hinchan sus labios, como el sonido de las humedades encontrándose se transforman en un chapoteo obsceno que nos llena los oidos llenando el espacio entre respiraciones agitadas y jadeos.

Puedo sentir la dureza de sus pezones que me distraen momentáneamente de las sensaciones en mi pene para divertirme comiendole las tetas, mientras mi glande sigue jugando y mojándose en la puerta del paraiso, puedo sentir como a medida que se le endurecen los pezones mueve sus caderas tratando de que en movimiento en falso entre toda mi pija. La escucho jadeando y moviendo la cadera, yo estoy perdido en sus tetas y en las sensaciones de su movimiento sobre mi pene, es como si estuviera puliendo la cabeza con los labios menores; en eso una de sus manos desaparece de mi cabeza y la siento tratando de agarrarme el pene para meterlo ella misma. Despegando mi boca de su teta izquierda le digo.



“¿que crees que haces, ah?”


“Quiero que me la metas, bebe”



Puedo escuchar el hambre en su voz, no es solo calentura, es verdaderamente una necesidad de sentirse llena de mi pija y es en ese momento que lo entiendo… ahí estamos los dos sobre la cama en una tarde de verano, calientes, sudados, excitados y estamos por empezar una pequeña competencia por el control del otro.



“Metela! Ya métela bebe”


No.



Pude ver en su cara cuando le decía que no como cerraba los ojos, abría levemente la boca y agarrar el tronco de mi pija conduciendo a lo que ella cree que será el interior de su vagina. No se que la calentó más, que le haya dicho que no o su creencia de que ella me podría calentar los suficiente como para perder el control.



Mmmmm, ¿que pasa bebe? ¿no me la quieres meter? ¿no me la quieres meter todita?


Ahhhh si, mi amor, pero todavía no ¿ya la necesitas?


¿ah? ¡No! ¿lo estas haciendo adrede?


… quizas.


mmmm .... ahhh



En ese momento me miró directo a los ojos y los dos entendimos que habíamos entrado en un espacio distinto, el escenario se había montado con un juego privado entre los dos. Su rol era volverme loco y que me la cogiera como un desquiciado hasta llenarla de leche y el mío era quebrarla, tentarla con mi pene en la entrada de su vagina al punto donde no quisiera otra cosa más en su vida que sentir mi pija dentro de ella.



¿Sabes que los dos podemos jugar esto, no? - decía ella mientras movía la cadera de manera circular tratando de hacer que el roce de su vagina y mi pene fuese también un castigo para mi y tratando de dar un golpe bajo cambio su voz para sonar como una bebita indefensa - ¿No me quieres llenar toda la conchita de tu pija, papi? Porque de seguro tienes los huevitos llenos de lechita rica para tu bebita.



Eso fue un golpe muy duro, la voz de bebita con una mezcla de putita tonta prácticamente me ordenaba a tomarla de los hombros y cogerla sin compasión, poniendo mi mano en su cuello y apretando levemente la puedo ver cerrar los ojos y sonreír mientras se prepara para el asalto de mi pija, me acerco a su oído e inhalando su aroma mientras mi cadera empieza a empujar.



Mmmmno… - digo al costado de su oído mientras freno la penetración en la mitad de la cabeza de mi pija.



Pero esta pérdida, lo quiere. Ahora es ella la desesperada, me toma de las nalgas y empezamos a una pelea, ella me envuelve con sus piernas tratando de forzarme a entrar en su vagina con manos y pies mientras mueve hacia arriba la cadera y yo tratando de evitarlo. Estamos en medio de la “pelea” y cuando empiezo a notar que crece su frustración sin previo aviso de un solo empujón se la meto entera hasta que mi pelvis y mis huevos están en total contacto con su entrepierna. Sus ojos se abren por completo al igual que su boca, solo se puede una leve inhalación, la he tomado de sorpresa y antes de que se pueda recuperar retrocedo hasta que la punta nuevamente se está apoyando en sus hinchados labio, solo puede mirarme y la desesperación creada por el ahora vacío dejado por mi pene mientras intenta articular algún tipo de mezcla entre ruego y negación no llega a puerto porque se la meto de nuevo pero a media velocidad para que pueda sentirla completa como la abre por completo, esta vez saborea las sensaciones y deja escapar un relajado si mientras acompaña el movimiento con los brazos y las piernas abrazándome, amandome a mi, a mi pene y la sensación de calor que emite de mi pija y la desesperación en sus ojos cuando con la misma velocidad saco mi pene y esta vez alcanza a dejar salir de entre sus labios un suave no que no dejo terminar cuando empujo 3 veces a máxima velocidad y máxima fuerza.

Los ojos abiertos como platos, abre la boca por completo pero el cerebro no sabe si gritar, gemir o respirar, por reflejo los brazos y las piernas me atrapan por completo mientras la su cadera se mueve, total descontrol los movimientos quieren que me venga, las contracciones de sus músculos vaginales delatan lo que está pasando, pero el indicador de la fuerza del orgasmo es la dentellada en mi trapecio, por leves segundos puedo sentir todo su cuerpo estremecerse y la mordida en mi hombro se transforma en un viaje de su lengua por mi piel con dirección hacia mi oreja, cuando finalmente llega a su destino puedo escuchar entre alientos de su respiración acelerada una melodía nueva, un tono nuevo en su voz se puede apreciar entre la respiración agitada. Es la entrega, la rendición de su voluntad, por primera vez ella se entrega por completo a los deseos de un hombre y yo por primera vez comprendo lo afrodisíaco de tener el poder y control en mis manos, sus palabras me empujan sobre el limite.



Por favor… por favor papi, llename de leche. Hazme tu puta, por lo que quieras hazme tu puta con tu leche mi amor.



Ella está en un paraíso post-orgásmico y solo quiere ser mia, yo por el otro lado tengo la miel de su entrega en mis oídos y no puedo controlarme, quiero hacerla mía. Quiero llenarla de mi semen y dejarla marcada, que todos la huelan y sepan que solo yo puedo disfrutar de su cuerpo. Mi eyaculacion no tarda, levanto mi torso para que ella pueda ver como continuó penetrándola sin piedad a pesar de que ella después de su orgasmo quedó desparramada y sin fuerzas mientras balbucea obscenidades sin sentido, solo se entienden los ruegos por mi leche, por mi parte yo puedo ver el bamboleo de sus tetas con mi acometidas, le abro los muslos totalmente mientras comienzo a inundar su vagina con mi semen, un chorro tras otro mirándola directamente a los ojos.



Ahhhhh, siiiiii. Mmmmmm, eso bebita toda la lechita para mi putita, ssssssiiiii eres mia puta, mia.



Pasada la euforia del orgasmo hacemos cucharita, ella está completamente relajada y yo estoy tratando de asimilar las nuevas sensaciones mientras juego inconscientemente con sus tetas, ella gime suavemente mientras mueve el culo sobre mi pija mojandose la raja con la mezcla de nuestros jugos, así lentamente los dos nos empezamos a dormir abrazados, sudados y sobre nuestras venidas.
Datos del Relato
  • Categoría: Dominación
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