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TERESA, UNA MUJER CASADA

Teresa, te quedaste mirándote en el espejo admirando tu cuerpo casi desnudo, revisándolo con tus manos. Habías llegado del trabajo y apenas pasaste por la puerta de tu habitación te quistaste todo, tus anillos, tu chaqueta, la blusa, los zapatos, la falda, y por último el sostén.

Como de costumbre, Teresa, te dejaste las pantaletas puestas. Eran muy sencillas, de color blanco, parecidas a aquellas que usan las colegialas. Solo que estas pantaletas tuyas estaban húmedas, como mojadas. A ti te encanta la forma como se pegan a tu sexo y hasta se puede ver el dibujo de tus labios vaginales y la pequeña ranura que conduce a tu cuerpo. Durante los días de trabajo el material de algodón se mete más suavemente contra tu clítoris dormido. De vez en cuando el contacto de la tela te hace dar pequeños saltos y hace que de tu cosita salgan líquidos debido la excitación y el deseo. Tu clítoris ha sentido mucha actividad hoy y es por eso que tus pantaletas están de esa manera.

¡Dios mío! Estas tan mojada, y puedes ver la sombra en donde los jugos de tu cosita pasan y humedecen tuspantaletas. Es una mancha ligeramente mas oscura en donde se ha acumulado esa cosa. Con ese perfume tan delicioso podrías conquistar a Marcos en cualquier momento porque ese olor es una invitación de tu cuerpo que dice: “usen mi perfume, úsenme, estoy caliente, dice tu cosita, préstenme atención.” Es tu vagina que desea ser llenada, tu clítoris que desea ser acariciado.

Metes tus dedos pulgares por dentro de la banda de tu ropa interior y la jalas hacia abajo hasta que te quedan atrapadas en tus rodillas. No fue fácilbajártelas debido a que las pantaletas se han pegado a tu cuca debido a lo mojado. La imagen de una mujer de 32 años como tú, Teresa, desnuda, unas pantaletas blancas colgadas entre tus rodillas se refleja en el espejo. Tu cara es muy bonita pero tus ojos son definitivamente lo que mas bonito tienes como si fueras una chinita que está muy tranquila. Tu cara parece decir “ven, Marcos, hazme el amor, rápido.”

Tus senos son grandes muy firmes y duros. Tus pezones son pequeños y pálidos, pero no te los puedo tocar porque te excitas demasiado. Te aprietas los senos y tuerces cada pezón y los atrapas entre tu dedo pulgar e índice. Pequeños corrientasos de dolor pasan por tu cuerpo e inmediatamente llegan hasta tu clítoris. Gimes y tu cabeza se mueve. Se acelera tu respiración. Vas a tener te acariciarte porque no aguantas. Estas muy mojada y el dedo medio se introduce dentro de tu cosita, a través de aquellos labios rojos.. Ligeramente usas la punta de ese dedo para agrandarte la entrada de la vagina, dándolevueltas en círculos, alrededor de la entrada. Teresa siente cuando uno de sus músculos se aprieta contra su dedo, algo que agarra cualquier cosa, juguete, pene, lengua, lo que sea, algo que entre allí. Lo sientes delicioso, bien sabroso.

Me aprieto los senos entre si y luego, rápidamente, me jalo cada pezón y lo sostengo entre el pulgar y el dedo índice. Diminutos corrientazos corren por mi cuerpo e inmediatamente llegan hasta el clítoris. Comienzo a gemir y mi cabeza se mueve hacia los lados. Se acelera mi respiración, voy a tener que satisfacerme yo misma y tener un orgasmo.
Tengo la cuca rasurada formando una pista de aterrizaje estrecha, que llega hasta abajo, encapsulando mis gordos labios vaginales ya rojos. Tengo la cuca totalmente mojada. Guio mi dedo medio a través de la cuca, desplazándolo hacia adentro ligeramente utilizando la punta del dedo para alargar la entrada de la vagina. Sigo moviendo el dedo en círculos, alrededor de la abertura. Siento como una banda de musculo vaginal metido dentro de la vagina atrapa mi dedo.

El pulgar acaricia suavemente mi clítoris mientras me exploro. Se mete fácilmente hasta tocar el clítoris que todavía enterrado dentro de su capucha; un dulce jugo sale por todas partes.

Ya me estoy excitando. Mi dedo medio se hunde bien adentro de mi cucaracha, haciendo presión sobre el hueso púbico. Si sigo masajeándome en ese punto mi vagina tendrá el mejor orgasmo del mundo. Mis amigas lo llaman el punto G, pero yo solo creo que es un segundo clítoris que tenemos las mujeres.

Los jugos de la cuca son ahora abundantes, corren por dentro de mis piernas, lo puedo sentir. Me imagino en mi mente a alguien con su lengua pasándola lentamente hacia arriba saboreando el delicioso néctar de mi poncha. Le da golpes suavecitos con la lengua, solo la punta hace contacto, lentamente aumenta le movimiento hasta que toda la cuca está inmersa, sumergida dentro de la boca de mi amante. Los dientes jalan mi clítoris y la lengua se mete profunda dentro de mi sexo.

Todo ocurre demasiado aprisa. Pienso en una polla follandome. Todavia trato de estar de pie pero me fallan las piernas, me tiemblan. Me paso las manos por todo el cuerpo hacia arriba y hacia abajo, haciéndome yo misma el amor como si fueran un amante montado sobre mi con sus piernas a cada lado. Me imagino la cabeza del pene de mis amantes golpeando dentro de mi vagina, haciendo ruido, ¡flap, flap, flap, flap! Abriéndose paso dentro de mi, sabiendo que ya pronto acabara con enorme torrente de leche inundándome.
Datos del Relato
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