Todavía disimulan los conflictos muy verídicos en que se suscitan entre madrastra e hijastro que no se soportan igualmente se irrespetan especialmente agreden física y corporal cómo verbalmente; tratando tanto el padre como el esposo de mediar para que se pueden llevar y relacionar mejor familiarmente pero tira la toalla al mismo piso, dejándolo al tiempo que se entiendan como remedien esa relación desquebrajada entre ellos son todo el deseo y anhelo del padre como esposo referente al convivió entre madrastra e hijastro actualmente.

En conferencia por teléfono la madrastra que es abogada en que ahora está, defendiendo como llevando el caso de un cliente con altos cargos graves de homicidio, tomando los datos pertinentes e importantes doblada de pie; el hijastro le hace la malvada de un guante con tachuelas en que le pega una nalgada fuertemente que la deja gritando fuerte como constante hasta desconsolada con lagrimas en los ojos llorando, en que le propina una merecida bofetada en toda la cara que le habla largate de mi vista eres un grosero como cabrón desconsiderado incluso irrespetuoso además desgraciado inmaduro, se larga de la mansión al tirar fuerte la puerta que retumba sonoramente en toda la mansión como fuera un temblor.

Transcurre horas ya en la tarde, besándose con las dos manos puestas acariciando como despeinándolo por detrás arriba de la nuca, acostada que extiende y guinda las manos alrededor del cuello de su hijastro al follarla profunda como penetrante hasta consumada igualmente placentera también deleitosa además deseada inclusive, deliciosa asimismo zaceadamente que jadea y gime con todas las reverenciales fuerza, ganas y ánimos por parte de la madrastra en persona como en vivo y a todo color; mientras yacen en la cama le pregunta que te pareció el teatro, engaño y disfraz que simulamos en la mansión cuándo atendía la llamada importante de mi cliente en que nos pusimos en evidencia nuestras diferencias familiares insostenibles actualmente por ti y por mi, el hijastro la mira fijamente me gusto mucho pero por poco me dejas desfigurado de la mitad de mi galante y bello rostro por aquél bofetón que me diste con mucho realismo por ti.

Disfrutando totalmente de sus ardientes como candentes especialmente intranquilos y por supuesto, excitados cuerpos que piden a grito tocarse y palparse como vibrarse hasta consolidarse en la pasión como el placer de ser unos adúlteros, libertinos, infieles, atrevidos, calientes, atraídos, consentidores, ardientes, lujuriosos, morbosos, pervertidos, deleitosos, deseados, zaceados, sinvergüenzas, cochinos, etcétera con el padre y al mismo tiempo el esposo actualmente por los cómplices que son tanto el hijastro como la misma madrastra que se entienden desde hace tiempo a la espaldas de este a más no poder. Continuara.