~Habíamos cenado en casa y estábamos tomando unos cubatas en el sofá , la conversación fue poniéndose picante ya que nos conocíamos y había confianza , mi esposa y yo habíamos fantaseado muchas veces con que tuviera mi permiso para tener una aventura consentida y aunque el le entraba por el ojo, jamás pensó que podía ser un candidato.

Los tres habíamos tomado varios cubatas y le dijimos que se quedara, para estar todos tranquilos y no digiera el coche, y la verdad es que le pareció bien a el y a nosotros .

Cuando nos fuimos a dormir ella estaba espitosilla y aunque la busque para tener tema me decía que estaba él y podía oírnos, le pedí que se desnudara y aunque lo hizo de forma erótica, no dejaba de mirar la puerta pensando que podía entrar en cualquier momento .

Viendo esta posibilidad me puse muy fogoso y le dije que sí se atrevía a ir al comedor desnuda por el teléfono mío, ya que estaba en el mueble, sonrió y me dijo: y si sale él en ese momento que?

Era evidente por su forma de decirlo que le gustaría que así fuera, por eso le dije que ya que habíamos hablado los tres de sí yo le dejaría a ella tener un rollo de una noche durante nuestra morbosa conversación, pues que aprovechara. Se quedo un momento pensativa y dijo que el estaría en el séptimo cielo roncando, que había bebido mucho y que sí, que iría por el teléfono.

Abrió la puerta de nuestra habitación y miró el pasillo, luego fue desnuda y hermosa a buscar el móvil, no corrió y se recreó del momento de pasar por la puerta por donde el dormía, no estaba cerrada y miro de reojo como dormía .

Al volver estábamos excitados y decidimos repetir ese paseo pero esta vez ella debía de entrar a su habitación a buscar cualquier cosa y yo la vería desde el pasillo.

Y si se despierta y estoy allí desnuda que?, me dijo.

Pues nada , le dices que es un sueño y que no encienda la luz.

Y... Ya está? Me dijo sonriendo.

No, no está, sabes que tienes permiso, es de confianza y además te gusta.

A mi? Je je, tanto se me nota.

Claro, he visto como le mirabas hoy en el sofá.

Pues es que con el cubatilla me he acordado de que siempre me has dicho que la tiene muy grande, je je, y me gustaría probarla la verdad, me dejarías?

Estás desnuda, él en la otra habitación, lo tienes a huevo!!!

Ya!!! Tu lo ves muy fácil, pero como empiezo?

Pues de momento ves a su habitación, desnuda y revolotea por ahí, si se despierta ya se te ocurrirá algo, pero no salgas corriendo.

Vale, y lo hizo tal cual, se puso junto a él, de pie mirándole y también mirándome a mi en la puerta, sin hacer ruido.

Me hacia gestos de que él dormía y no se enteraba, yo le indique que le arropará con la sábana disimuladamente y al hacerlo el abrió los ojos y aunque estaba oscuro vio la silueta de ella desnuda y preciosa, sonrió y le susurró: así que lo de la conversación de esta noche de sí te daría permiso tu marido era verdad no?

Ella entendió que sino aprovechaba ese momento no habría nada y le contestó: estas borrachillo y te imaginas que estoy aquí desnuda, frente a ti.

Él levantó su mano y empezó a reseguir su muslo quedando cerca de su vagina completamente rasurada, yo los veía desde la puerta entornada y podía ver el espectáculo sin ser visto por la oscuridad, ya que la única luz que dibujaba sus cuerpos venia de la ventana junto a la cama.

Él siguió acariciándola y ella se dejaba, se movía con gestos de placer cuando el subía hacia su entrepierna, no sé si es un sueño, exclamó él en voz baja, a lo que ella muy excitada le dijo: pues aprovéchalo, no te despiertes .

Se sentó en la cama y ella de pie en frente de él, desnuda y hermosa se prestaba a que sus manos recorrieran su cuerpo, sus piernas, su culo, su vagina y finalmente sus enormes y preciosos pechos.

No pudo, ni quiso evitar cuando el la cogió con las dos manos por la cintura dejarse vencer hacia él, se besaron y aunque al principio con suavidad, se fueron calentando más y más y los besos fueron morreos y bocados y las manos de el recorrían todo su cuerpo sin dejar ya ningún rincón, ella notando su bulto en el slips y deseosa de comprobar lo que yo le había dicho fue bajando hasta llegar a su miembro, que parecía que iba a estallar , y le empezó a chupar , primero con suavidad y luego enérgicamente , aquello en su boca la excitaba de sobremanera, él la detuvo y la puso debajo en un hábil giro, cambiando las tornas, ahora era el y su lengua la que exploraba la vagina de esa hembra que había aparecido en la noche.

Así estuvieron un rato, devorándose el uno al otro con la pasión de lo nuevo, después el le indicó que se pusiera a cuatro patas y la penetró hasta el fondo, no tardaron en corrérsela los dos, quedando cogidos hasta que ella le dijo: me ha gustado mucho, le dio un beso dulce, y ahora me voy con tu amigo y marido mío, vaya par de pillines que estáis hechos, lo habéis conseguido, y me ha gustado mucho.