Quedo tan encantado...

Un cuento de mi país Colombia. En versión de Mulatazul.

Hace mucho... mucho tiempo, cuando aun no existían ni los municipios, ni los departamentos, esta tierra de Antioquia, que yo habito, estaba dividida en reinos.

Estaba el Reino de Rionegro, el Reino de San Pedro de los Milagros, El Reino de Santafe, el de Medellín, el de Envigado y el de Itagüi.

Cada reino tenía su Rey, la Reina y los Príncipes y las Princesas.

El Rey de Envigado era muy querido y amado por todos sus súbditos y súbditas, en ese reino no existía, ni la pobreza, ni el hambre, ni la tristeza y el Rey decía “hombre pues mientras yo viva toda la gente de mi pueblo estará bien, nada les va a faltar, pues pa´eso me tienen a mi pa´trabajar, y mientras yo este bien van a tener todo”.

Eso si había una prohibición real y era que nadie podía salir de las fronteras del reino y esa no era una condición arbitraria impuesta por el rey... no... lo que pasaba es que fuera de la frontera del reino habían muchas brujas... algunas disfrazadas de hermosas princesas que hechizaban a las personas que salían del reino y a esas personas nunca se les volvía a ver, así que el rey había optado por prohibir la salida de la gente para protegerla.

Pero un día el hijo del Rey monto en Cólera (que así se llamaba su caballo) y empezó a dar un paseo por todo el reino, el día estaba hermoso, el cielo muy azul y a lo lejos las montañas se veían muy verdes, el aire olía muy bien, habían flores de todos los colores por todos lados y el agua del río era muy cristalina, el príncipe iba tan entretenido que sin querer atravesó la frontera y cuando se dio cuenta, ya era demasiado tarde...

Una voz comenzó a susurrar: “príncipe... príncipe...” y el hijo del Rey estaba cada vez mas asustado pues recordaba las historias de embrujamiento que le contaba su padre...”príncipe..príncipe...” y el cada vez más asustado solo dijo...”en nombre de Dios y de Maria Santísima...¿Quién me llama?

Y en medio de esa soledad... en el viento se escucho: ¡Príncipe soy yo!; pero el príncipe miraba hacía todos lados y no veía a nadie y entonces dijo: Yo no veo a nadie, en nombre de Dios déjese ver quien es...

Los minutos transcurrían y el príncipe cada vez estaba mas asustado.

La voz le dijo: príncipe mira hacia el suelo: ¡Soy YO!

Y el príncipe observo el suelo y se encontró con el sapo más feo que había visto en toda su vida.

El sapo le dijo: Príncipe bésame.

Y el Príncipe (que era hermoso así como tu) le dijo: Yo besar a un sapo tan feo..no... jamás.

Y el sapo llorando le suplicaba: príncipe por favor bésame, mira que estoy encantada y en realidad soy una princesa muy bonita, si tu me besas se quitara el encantamiento y volveré a mi forma normal...

A lo que el príncipe respondió con un rotundo NO, y es que el era muy bonito y apuesto para besar ese sapo tan feo.

El sapo le rogaba y le rogaba, pero siempre el príncipe le decía que no... hasta que al sapo se le ocurrió una idea: Príncipe si tu me besas... yo te escrituro la mitad de mi reino.

El príncipe se quedo pensando el negocio y claro como buen Antioqueño llego a la conclusión de que un beso era poco importante, pero la tierra valía mucho... así que con mucho asco cogió el sapo del suelo, cuando lo tuvo en su mano observo que el sapo era negro...feo... y de el salía una sustancia viscosa y el príncipe como era de bello...para besar ese sapo tan feo, pero le pudo mas la codicia así que cerrando los ojos llevo esa piel arrugada y fea a su boca...

Y he aquí que lo que el sapo decía era verdad y de repente apareció una mujer morena absolutamente hermosa: su cabello era negro y le llegaba debajo de los hombros, sus ojos cafés y de mirada entre picara y penetrante...sus labios medianos y bellos y absolutamente bien delineados, alta, de pechos grandes y en la zona del pubis solo estaba cubierta con una hojita... sus piernas largas y tan gruesas que parecía que estuviera parada encima de dos enanos...

Y el príncipe al verla solo quería poseerla, sintió que sus pantalones se abultaban y que la presión de su miembro se hacía dolorosa... quería recorrer con su lengua todo el cuerpo de la hermosa princesa morena... necesitaba penetrarla...ya no pensaba...solo sentía... comenzó a jadear y a caminar hacía donde ella estaba...

Pero ella adivino sus pensamientos y comenzó a retroceder y ella le decía:

¡Príncipe no hagas lo que estas pensando...pues si lo haces vas a quedar encantado...

Pero el príncipe no escuchaba...su sexo estaba duro y en cada respiración... y en cada paso que daba ...solo veía mas de cerca lo que deseaba...

La hermosa morena retrocedía y le suplicaba que por favor no, ya que ella no quería que el quedará encantado...

Pero el deseo era más fuerte...

Y la princesa retrocedía, pero... se tropezó y cayo ... con las piernas abiertas y su botón se asomo... era espectacular: media como un centímetro y en medio a modo de orquídea se asomaba una puntita roja... el príncipe no soporto mas y con su boca chupo aquella flor y la princesa movía sus caderas y le advertía que iba a quedar encantado...

Pero eso ya no le importaba al príncipe... si le tocaba pasar como sapo el resto de su vida..no se le daba nada... lo único que quería era disfrutar de esa mujer...

El príncipe la penetro... y aunque ella era grande, su vagina era pequeña... ambos gemían en medio de la pasión... y terminaron ... y el príncipe se levanto...

Y en ese momento se dio cuenta de que había quedado encantado...

Quedo tan encantado.........................................pero... tan encantado....................


Que ese solo día se devolvió y le hizo otras siete veces lo que había “pensado”.

Mulatazul