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Susurros (Capítulo 1: Fenómeno)

Parecen casi estúpidos, jugando en la mesa del almuerzo, diciéndole cosas impropias a las chicas, insultando al que pasa por enfrente, y creyéndose los reyes del mundo. Más bien, creyéndonos. Porque yo también formo parte de este grupo. Águilas, es el nombre de nuestro equipo de futbol. Desde que entre a la preparatoria eh formado parte de este equipo, me gusta el futbol, es mi pasión, algo que me hace sentir… completo y bien. Puré de papa con pechuga es el almuerzo de hoy. No se ve apetitoso  a decir verdad, el puré de papa está muy grumoso. Edgar me pregunta si ya me folle a Ellie, yo solo le volteo mis ojos y trato de no prestarle atención a las preguntas estúpidas de el. Que le importa. Ellie es un chica linda, una de las más lindas de la preparatoria la verdad, es atractiva y sexy. Ella le gusta a todo mundo. Tiene una mala actitud la verdad, pertenece al equipo de voleibol, es la capitana. No sé si quiero llegar a algo serio con ella. No es como que haya tenido algo serio en mi vida con alguna chica, todo se basa en el sexo y es porque eso es todo lo que me interesa. No me siento preparado para llevar una relación ‘’Formal’’.

-¡Fíjate por donde caminas fenómeno!- Grita Julio despertando de mis pensamientos.

Le grita a Jamie.

Él se queda mirando detenidamente a Julio entre sus anteojos, que parecen de botella,  con mirada pasible y casta. Sus grandes ojos color marrón lo ven y en su mirada se nota compasión. Lleva en sus manos la charola con el almuerzo.

-Lo siento- Murmura el chico apenas audible.

-¿Acaso me estas mirando a los ojos fenómeno?- Vuelve a gritarle nuevamente haciendo que el chico se sobresalte.

Sus labios se mueven como si quisieran decir algo… No lo hagas, no lo hagas. Quisiera decirle.

Toda la cafetería presta atención ahora hacia nuestra dirección, se escuchan murmureos. Todo el equipo de mi mesa solo ríen y echan bruma. Yo lo observo callado, sin mover  un solo musculo.

-No Julio- Baja la mirada al suelo.

-Así me gusta Fenómeno, hay pertenece tu mirada- Le dice julio. Lo humilla.

-¡Si fenómeno!- Le grita Gerardo. Otro miembro del equipo.

Jamie es un chico delgado y algo bajito.

Ya déjenlo. Quisiera decirles, pero meterme con ellos sería como meterme en un mar sin fin.

-Ahora lárgate, si no quieres que te golpee para que aprendas tu lección- Le grita nuevamente Julio.

El chico pálido de grandes ojos asiente y se retire mientras todo el equipo lo abuchea y lo ahuyenta de nuestra mesa.

Puedo ver como alguien le avienta un vaso de plástico, para su suerte no contiene nada.

¿Qué le hizo a Julio? Bueno la verdad es que no es difícil saber por qué lo humillo ahora, todo el tiempo lo está humillando, golpeando, gritándole medio mundo. Nada raro…

Toda la escuela se lo hace, lo tratan como mierda.

Antes de que el chico salga por completo de nuestras vistas, voltea nuevamente para vernos. Tiene suerte de que nadie del equipo lo vea, porque si no… bueno, ni pensarlo.

Su mirada se topa con la mía y yo palidezco. Se siente el frio al ver sus ojos detenidamente. Como si entraras en un abismo. Se ve triste.

-¿Qué hizo?- Le pregunta a Rafael, que se encuentra a mi lado riéndose del chico.

-Paso por enfrente de nuestra mesa- Dice tan despreocupado que parece normal- Él sabe que no debe hacerlo.

Vaya…

Él se sienta en la mesa que esta hasta la esquina, la sola, en la que nunca nadie quiere sentarse porque está al lado de los cestos de basura y hay siempre hay un mal olor. Siento algo de lastima por ese chico. Desde lejos, se ve como un fantasma. Lleva una chamarra bastante gruesa color verde y unos vaqueros que le quedan demasiado grandes para él. ¿Por qué se viste así? Estamos en el 2016.

El mira detenidamente a toda la cafetería y después baja la mirada hacia su almuerzo.

Prefiero mejor no verlo, no porque me de asco, sino porque siento lastima al verle.

El ah estado en mi grupo desde la primaria. Por alguna manera siempre hemos ido juntos, y él siempre ha estado enfrente de mí en los pupitres. Así esta asignado de acuerpo a los apellidos.

-Hola Adam- Me besa mi mejilla Ellie y puedo sentir su olor a dulce, como ah frambuesa y vainilla.

-Hola Ellie- Le digo relajado.

-¿Iras hoy a mi casa?- Pregunta coquetamente jugando con su cabello y aleteando sus largas pestañas rizadas llenas de mascarilla.

-Mm, no lo sé. Tengo algunas cosas que hacer- Miento.

-Ohh ¿Enserio? Me gustaría que fueras, tengo una pequeña sorpresa para ti- Susurra

Rio.

-Bueno, creo quizás iré.

Ella se acerca hacia mí y me besa en la boca. No pasa ni un segundo cuando ya todo el equipo está haciendo argüende y gritando.

Toda la escuela presta atención a nosotros de nuevamente.

-Debo ir con las chicas, solo quería asegurarme.

-Okey, hasta luego- Me despido de ella, y se marcha coquetamente de nuestra mesa.

No tarda mucho en sonar el timbre para que nos dirijamos a clases nuevamente. Toda la cafetería comienza a desalojarse. Erick, que es otro miembro del equipo, me platica sobre una chica que conoció por internet, él dice que es muy sexy y única y que quiere ir a conocerla. El pobre iluso ya ve su boda. En fin, lo que dice cada jodido mes. No es que no me importe lo que él dice, simplemente es lo que me cuenta todo el tiempo y ya es algo cansado, así que trato de no prestarle mucha atención. Yo solo veo mis pies desplazase por el pasillo que conduce a mi salón, todos hacen lo mismo. Trato de recordar que clase tengo. Me toca Biología, con el maestro Martínez. Siento las ganas de ir a hacer una de mis necesidades fisiológicas y le aviso a Erick, sacándolo de su plática. Camino hacia el baño en dirección contraria a todos y es abrumador. Al llegar abro la puerta y lo primero que veo es un chico pálido de grandes ojos y ropa holgada.

Es jamie.

Se encuentra parado frente a los lavaos, lavando sus manos detenidamente.

Sus ojos se topan con los míos nuevamente y puedo ver como el tiembla al verme. Supongo que piensa que le hare algo, pero no, yo sería incapaz de hacerle algún daño. Paso al lado de él y me dirijo a los mingitorios. Para cuando termino, subo mi bragueta y salgo de las pequeñas separaciones que tienen los mingitorios y puedo ver que el chico aún sigue ahí, lavando sus manos. No se mira al espejo que tiene frente a él, solo a sus manos.

Me dirijo hacia el lavabo.  Estamos como a un metro de separados y veo como la respiración de él se agita. Consciente de que no me ve y solo ve a sus manos le miro delicadamente el perfil. Sus labios son gruesos y se ven algo rosados, su cara esta tan blanca y lisa que parece nieve. Sus pestañas caen deliamente en sus mejillas, como abanicos y un mechón de su cabello castaño cae en su frente. De tan solo verlo me causa frio.

Lavo mis manos rápidamente y salgo del baño sin secármelas. El agua está muy helada.

Como tarda este chico en lavarse las manos, con el agua tan helada…

Salgo de los baños y me dirijo hacia el salón.

Entro justo cuando el maestro entrara al salón. Para mi suerte. Me siento en el pupitre que esta helado y descanso mi cabeza en mis brazos un poco.

-¿Por qué el retardo?- Pregunta el profesor. Yo levanto mi cabeza para ver.

Esta Jamie parado justo debajo de la puerta. Su voz hasta acá es inaudible, solo veo sus labios moverse. Escucho que alguien bromea diciendo ‘’No lo dejen entrar’’.

El profesor le da la señal  para pasar. Él se aproxima a paso pequeño hasta su pupitre, justo frente a mí. Puedo olerlo, es como ah ropa limpia y shampoo. A limpio. Saca su cuaderno debajo de su pupitre con timidez y yo comienzo a concentrarme en mis cosas.

Las clases por fin han acabado. Son las 2:30 de la tarde y parece que esta noche nevara. El día se ve oscuro y las ventanas de los automóviles están escarchadas. Me dirijo hacia el estacionamiento de estudiantes. No tengo carro, el imbécil de mi hermano tiene. Para mi mala suerte él no está ahí, como todo el tiempo debo de esperar en el frio hasta que a él se le da gana llegar. De eso a irme a pie, es mejor esperar.

Comienza a desaparecer la sensibilidad en mis manos, ya no las ciento, gracias frio…

¿A qué horas llegara? Ya pasaron 10 minutos y siento que mis mejillas se quebraran. Escucho unas risas y parloteos aproximarse. Por dios… es mi hermano con dos chicas, una rubia y una morena.

-¿Qué haces tú aquí?- Me pregunta mientras agarra a las chicas por la cintura.

-Pues esperándote para que me lleves a casa- Contesto frotando mis manos una con la otra para calentarlas un poco.

-No puedo, no voy para la casa- Señalando con sus ojos a las dos chicas.

-Por favor, pronto comenzare a nevar, me voy a congelar.

-Que un amigo tuyo te de un aventón, ¿No se puede?

-Pues se podría, pero ya todos se fueron- Digo – Por favor, no te pido nada mas- Le ruego.

Él se rasca la cabeza.

-Joder, okey, te dejare cerca de casa para no desviarme- Protesta- Porque ya me urge llegar- Gruñe.

Lo miro con ojos cansados.

-Anda súbete- Me indica.

Rápido me meto dentro del vehículo y la chica rubia se sienta a mi lado, quizás más cercas de lo que debería. La chica morena se sienta en el asiento copiloto justo al lado de mi hermano.

-No toques mi mercancía- Dice antes de que prenda el estéreo a todo volumen con una música de rock bastante fuera de mi gusto.

Yo recargo la cabeza en el asiento.

-¿Pero qué edad tiene tu hermanito?- Le pregunta la chica morena a mi hermano.

-diecisiete- Dice él.

-Pues está muy bueno y se ve más grande- Dice entre un gemido la chica morena.

Yo la miro con el ceño fruncido.

-Es un pequeño virgen- Se burla mi hermano.

Todos ríen.

-Yo no creo que seas virgen- Dice la chica morena jugueteando con su cabello.

-Tienes razón. Su amiga la mano le quito lo virgen- Vuelven a reír.

-Pues si fueras… yo estaría encantada de quitarte lo virgen- Dice coquetamente la chica morena.

-De seguro ahora tiene una erección el pequeñín- Mi hermano suelta carcajadas.

Yo trato de no prestar atención a los comentarios estúpidos. Y miro por la ventana del vehículo.

La verdad es que no soy virgen, mi primera vez fue a los quince con Karen, una chica que conoci en una fiesta cuando fuimos a un juego fuera del pueblo. Jamás la volví a ver, ni siquiera nos dimos el número telefónico.  Ella era mayor que yo por dos años. Era bastante guapa.

**************

 

-Aquí te bajas tú- Me indica mi hermano pircándose justo al lado de la cera.

-Pero si falta bastante para llegar a la casa.

-Tengo cosas que hacer.

Como follarte a estas chicas…

Tomo mi mochila y bajo del vehículo dando un portazo.

-De nada.- Me grita dando un gran acelerón con la música a todo volumen.

Yo camino por la cera, el viento tan helado golpea mi cara de una forma que parece brutal. Me arde y duele todo mi cuerpo, es tanto que el frio me quema. Lo que daría por estar frente a una chimenea justo ahora tomando una buena taza de café. La garganta comienza a arderme, ya casi no la siento. Y no sé ni porque me quejo si aquí vivo todo el jodido tiempo hace un frio del carajo. Llevo los ojos entrecerrados y las manos metidas en los bolsillos. En mi cabeza solo pasa una y otra vez la misma frase,  ‘’Quiero llegar a casa’’ ‘’Quiero llegar a casa’’ ‘’Quiero llegar a casa’’. Siento que mis pies en algún momento dejaran de responderme y se quebraran. Aparto esa idea de mi cabeza y sigo caminando. Acelero el paso. La nieve la ha comenzado a caer y ahora en mis hombros hay pequeños puntitos blancos. Antes de que se acelere esta nevada debo llegar a casa. Camino más rápido y me pierdo en la calle que parece no tener fin alguno.

Solo faltan unos pocos metros para entrar a mi vecindario. Aquí, solo se encuentras unas cuantas casas. Solo 8. Esta algo solo por aquí. En veces de noche da algo de miedo.

Puedo ver un bulto desplazarse por la misma dirección que yo. La nieve comienza a cegar mi escenario y ya no se puede ver a muy simple vista. Es una persona, que camina rápido, incluso igual o más que yo.  Camina de una forma chistosa.

Es jamie…

Él vive a dos casas de mi casa, técnicamente somos casi vecinos.

Vaya que camina bastante rápido. Quizás se está congelando como yo.

Para llegar a mi casa debo de caminar un poco más al estar en la avenida ya que mi casa está un poco más metida. Camino entre el césped que se encuentra húmedo y ya con un poco de nieve, sintiendo como la tierra se mueve a los pasos de mis pies.

Al abrir la puerta de casa puedo sentir la calidez, y eso es algo sumamente reconfortante. Dejo caer mi mochila justo al lado de la puerta y me siento en el sofá de la sala. Hay una pequeña manta y me cubro hasta la cabeza con ella.

La casa esta insonora y se ve vacía. ¿Dónde estará mamá? Quizás esta con su amiga Eva. Se la pasan juntas casi todo el tiempo.

Reposo mi cabeza en el sofá y mis ojos comienzan a cerrarse poco a poco.

**************

 

-Hijo- Una voz me llama y me despierta de mis sueños- Hijo, despierta para que comas.

-¿Ehh?- Acabo de perder la noción del tiempo- ¿Qué horas son?- Pregunto adormilado

-Las 5:10- Responde mamá.

-¿No tienes hambre?- Pregunta.

-Sí, la verdad si- Contesto tallándome los ojos.

-Ya está servido en la mesa.

-Gracias- Le digo agradecido.

Ella sonríe.

Mientras me devoro el plato, recuerdo que tenía que ir a casa de Ellie. La verdad es que estoy algo cansado.

Al terminar lavo mi plato y me dirijo a mi cuarto para asearme un poco.  Me cambio de ropa, me lavo la cara, me lavo los dientes, me peino un poco y me dirijo de nuevo hacia la sala. Mamá se encuentra mirando un poco de televisión.

-Mamá voy a salir, volveré pronto- Le aviso.

-Okey hijo, llega temprano por favor, debo de ir al trabajo a las siete.

-Está bien.

Salgo de casa y voy corriendo por toda la carretera para no sentir tanto el frio y llegar antes. Para mi suerte ya no está nevando.

No veo ningún carro por la carretera, está completamente solo este lugar.  El sol ya casi no se puede apreciar, está casi oscuro.

Camino mirando mis pies.

Puedo ver la casa de Ellie, parece que sus padres no se encuentran. No se ven sus carros. Al aproximarse un poco más hacia la puerta pueda escuchar música, música bastante exótica.

Vaya…

Al estar justo frente a la puerta solo basta con tocar una vez para que Ellie salga. Lleva una falda color negra y un suéter color rosa pálido. Su cabello rubio cae en sus hombros delicadamente. Sus ojos azules me miran con un regocijo y siento la adrenalina correr por todo mi cuerpo.

-Hola.

-Hola- Dice ella- Pasa.

¿La casa esta cálida o soy? Quizás ambas. 

-¿Quieres algo de beber?- Pregunta coquetamente.

-Si- Respondo tragando saliva.

-Te traeré algo- Y desaparece de mi vista con vaivén en sus caderas.

Hace efecto dentro de mi pantalón eso. La casa es linda, está basada en lo rustico, piso laminado, paredes de barnizadas. Como la mayoría de las cosas por aquí. Ese es el estilo.  La música está algo alta pero está más pasable que la tenía mi hermano en su vehículo.

-Aquí está Adam- Volteo y esta Ellie sosteniendo un vaso color naranja transparente.

-Gracias- Le sonrió.

Ella se ruboriza y se sienta en el sofá. Yo me siento al lado de ella.

-¿Por qué las chicas de mi equipo son unas estúpidas?- Se queja.

-¿Por qué lo dices?- Pregunto dándole un trago a mi bebida.

-Porque lo son, mira en el momento del pase…

Ella mi explica todo un ‘’problema’’ y me cuesta trabajo concentrarme en lo que ella dice. Sus labios, sus piernas, sus pechos… es lo único que pasa por mi mente, es lo único que quiero también. Intento aparentar que la escucho y que me encuentro interesado por lo que dice, pero cada vez es mucho más complicado. En veces dice cosas completamente fuera de lugar, y en veces me hace preguntas que no sé cómo contestarlas.

-…Como Jamie el fenómeno-

-¿Por qué le dicen fenómeno? Jamás eh entendido eso- Pregunto inquieto.

-Adam, es bastante lógico. ¿Acaso no lo ves? Vive como fenómeno, se viste como fenómeno, se comporta como fenómeno, hace todo como fenómeno. Eso te convierte en un fenómeno.

-No entiendo la verdad porque todos son crueles con él.

-¿Acaso tu no lo eres?- Pregunta con cierto tono inquietante y burlesco.

-Pues no creo serlo, nunca me eh comportado con el de manera diferente.

-¿Entonces debo decir que eres tú también eres un fenómeno?

-No, ¿Por qué dices eso?- Me sorprende que diga eso.

-Porque tratas de decir que te cae bien el fenómeno.

-No, solo trato de decir que siento algo de lastima por él. Me refiero a que, todo el tiempo hemos sido los peores con él, lo acepto, yo también eh sido cruel.

-Se lo merece Adam.

-Es solo que no entiendo porque, si jamás nos ha hecho nada malo contra nosotros.

-Adam, tu eres el que más ah ‘’convivido’’, si así le puede llamar, con él. Tú deberías de saber aún mejor porque es un fenómeno.

- Casi nunca le eh dirigido la palabra, creo que solo un par de veces.

-Haz ido con él desde la primaria y en el mismo grupo con… él.

-Lo sé.

-Tengo una pregunta.

-Dime- Le doy otro trago a mi bebida.

-¿No huele mal? Me refiero a que como es un fenómeno debe de oler a fenómeno. Y tú eres el que en toda su vida se ha sentado justo detrás a él.

-No la verdad no huele mal, huele a… una persona normal- Rio un poco.

-Bueno eso está mejor.

Asiento.

Nos quedamos mirando por unos segundos y ella se lanza contra mí a besarme. Su lengua dentro de mi boca es una sensación única y esplendida. Poso mi mano sobre su espalda, para ir bajando por su espalda hasta llegar a su cintura tan pequeña. Ella es todo un manjar. Su boca sabe a jugo de naranja y sus labios a coco. Su olor tan dulce hace que me pierda en un mundo de frambuesas y vainilla. Ella se separa de mí y me mira entre sus ojos azules, casi puedo ver mi reflejo en ellos. Toma mis manos y las coloca sobre sus pechos. Se sienten duros, quisiera tocarlos sin nada que me impida sentir la suave piel. Ella no aparta la mirada de mis ojos y parece divertida, como si esto le causara gracia.

-¿Qué?- Pregunto entre risas.

-¿Te gustan?

-Si… bastante- Ahogo un suspiro.

-Te gustara más esto.

Se levanta del sofá y se coloca justo frente a mí. Trata de moverse al son de la música, sus caderas se tambalean y me incita. Es tan ardiente…

No me había dado cuenta de que su suéter estaba abotonado. Comienza a desabrochárselo cuidadosamente. Al llegar al último botón yo ya puedo ver que un poco de lo que lleva debajo, es un sostén de encaje negro.  Ese sostén quiero quitarle con los dientes.

Mueve su cabello hacia los lados de una forma muy sexy y mi pene comienza a despertar, ¡Por fin!

Ella se quita el suéter y lo deja caer sobre el suelo. Puedo ver su cintura que es marcada delicadamente por esa falda negra con holanes.  Sus pechos, su ombligo… tiene un lunar arriba de su seno derecho. Y ese lunar me pide a gritos que lo lama. Ella mete sus dedos por entre su falda y juego con ella, mueve sus caderas al ritmo de la música. Yo la miro como un completo idiota, tirando saliva. Bajo la mirada hacia sus increíbles piernas tonificadas y antes de que voltee de nuevo hacia arriba… su falda ya cayó al suelo. Y lleva unas bragas del mismo tipo que el sostén. De encaje negro. Mis ganas me ganan y trato de levantarme del sofá.

-Ahh, ahh, ahh- Me detiene -¿Qué crees que haces?

-Me levantaba para ir por ti- Murmuro torciendo una sonrisa casta.

-Siéntate Adam- Me ordena pasando sus manos por el costado de su cuerpo hasta su trasero.

Me siento de nuevo resignado.

Okey, quiere llevar en control. Veamos si puede hacerlo.

Ella sigue moviendo sus caderas, ahora un poco más lento. Ella se pone de perfil y  me permite apreciar su grandioso trasero tonificado. Es sensacional. Magnifico. Ella con sus manos se toca delicadamente, empezando desde la cintura, pasando por su abdomen, sus pechos, su cuello, su cabello, el cual lo mueve hacia los lados de una forma atrevida y sexy. Sus ojos me miran chispeantes, pestañea de una manera coqueta. Trata de provocarme aún más.

Ella se acerca hacia mi hasta estar a unos pocos centímetros, casi tengo sus dulces senos en mi rostro, su plano abdomen frente a mi rostro. Su cuerpo huele  aún más sensacional. Pasa sus manos por sus pechos y suben hasta su cuello y bajan.

Sé que quiere hacer…

-No, no hagas eso. Yo quiero hacerlo- Le digo.

Yo quiero quitarle el sostén.

-Okey, tú lo harás- Sonríe.

Se acerca hacia mí y separa sus piernas y se sienta encima de mí.

Me mira fulminante.

-Hazlo entonces- Me indica pasando su dedo sobre sus labios.

Rápidamente paso mis manos por su espalda y le desabrocho el sostén en menos de  cinco segundos. Ella lo detiene con sus manos. Yo la incito a que las quite y le deslizo el sostén. Entre sus brazos.

Y puedo ver esos hermosos pezones rosados y parados. Al instante acerco mi boca y comienzo a lamérselos. Saben muy bien, son como dulces. Hago pasar mi lengua por su pezón y ella ahoga un gemido. Comienza a frotar su entrepierna con mi pantalón y yo echo la cabeza hacia atrás extasiado de placer. Vuelvo a acercarme a sus pechos mientras dejo que ella lleva la iniciativa y ahora me dispongo a lamer a ese lunar que me llama a gritos ahogados. Paso mi lengua desde el lunar, hasta su seno, de ahí, paso a su seno izquierdo y lo chulo. Transporto mi lengua hasta su cuello y comienzo a darle pequeños besos, besos húmedos. Ella echa su cabeza para atrás. Cayéndole el cabello por la espalda como una estala de estrellas.

Ella se acerca hacia mi cuello y hace lo mismo, comienza a chuparme el cuello, haciéndome ahogar gemidos. Sentir sus labios tan tibios en mi cuello es  algo inexplicable.

Se algo aproximarse, como cuando… un carro pasa sobre la tierra. Seguido de un motor rugiendo. ¡Mierda! Llegaron sus padres. Ella me mira a los ojos y salta de mí al instante.

-¡Llegaron mis papas!- Grita.

-Vístete- Le aconsejo.

Ella se mueve como loca por toda la sala.

-¡Dame mi falda! ¡Rápido! ¡Rápido! ¡Rápido! ¡Adam!- Me grita llena de nervios y dando brinquitos.

Me inclino y recojo su falda, ella la toma y corre.

-Me voy a vestir, diles que te iba a mostrar algo y que fui a buscarlo.

-Okey.

Ella se va corriendo semidesnuda por las escaleras y debo admitir que me causa demasiada gracia verle de esa manera.

Para mi suerte mi erección ya ha bajado un poco. Yo permanezco aun sentado en el sofá y me reincorporo. Trato de organizas un poco el sofá. Me peino un poco y halo un poco mi suéter.

Se escucha como tratan de abrir la puerta, como si introdujeran la llave en la cerradura. Cuando volteo a ver a mi lado me percato que esta el sostén de Ellie en el sofá.

¡Mierda!

No sé qué hacer, dudo en donde ponerlo y opto por meterlo debajo del sofá.

Para cuando me levanto ya están entrando los padres de Ellie. Y yo ya estoy sentado perfectamente en el sofá.

Su padre palidece al verme sentado hay.

-Buenas noches- Digo lo más amable y cortes que puedo.

-Buenas noches, ¿Tu eres?- Pregunta con la cara ceniza.

-Amigo de Ellie… de la preparatoria- Respondo sonriente y formal.

Su mama aparece.

-Ohhu, ¿Y el quien es?- Pregunta con la misma expresión que el papá.

-Dice que es amigo de… Ellie.

Yo le sonrió.

-Buenas noches- Digo tratando de levantarme del sofá y ocultar lo más que se puede mi pene semierecto. Que ya está más dormido que despierto a decir verdad.

Los saludo lo más cortes que se puede. Su madre me sonríe y… ya la tengo.

-¿Dónde está Ellie?- Pregunta con cierto matiz.

-Dijo que me iba a mostrar algo y subió a buscarlo- Meto mis manos dentro de mis bolsillos y me muerdo por dentro de mi boca las mejillas.

-Ah, está bien- Dice el padre aliviado.

-Soy la señora Andrade.

-Un placer- Vuelvo a estrecharle su mano- Adam McCormick.

Ella sonríe de nuevo.

-Yo el señor Andrade- Dice con cierto tono de obvio.

-Un placer igual- Le estrecho igual la mano.

Ellie baja de las escaleras y se ve tranquila. Ni parece que estábamos… bueno, eso hace un momento. Se ve peinada, bien vestida, y con el aliento relajado.

Lleva en sus manos una cámara instantánea de color rosa.

-Mamá, Papá. Llegaron- Dice tranquila.

-Si- Dice el padre- Bueno, no queremos incomodar, los dejamos solos. Estaremos en la cocina.

-¿Quieres algo de beber?- Pregunta la señora Andrade.

-No gracias, Ellie ya me ofreció- Digo.

Ella me lanza una mirada.

-¿Te quedas a cenar?- Pregunta Ellie.

-Mm- Volteo a ver a los señores Andrade que me miran esperando que diga que sí. En especial su mamá que  asiente con la mirada y su papá sonríe- Sí- Digo.

-La cena estará lista en 30 minutos.

Asiento. Ellos se retiran y quedamos Ellie y yo en la sala de estar de nuevo. Me lleva Ellie al sofá y enciende la tele.

-Estuvo cercas- Me susurra.

Yo lanzo una pequeña risa.

**************

 

-Nos encantó que nos acampanaras a cenar hoy- Dice la mamá de Ellie.

-El gusto fue mío señora.

-Cuando gustes- Dice el papá de Ellie que me sonríe carismáticamente.

Me los gane.

-Nos vemos mañana- Se despide Ellie.

-Hasta luego.

Y camino por el pasillo de piedra que esta desde la casa de Ellie y te lleva hasta la cera.

El frio está bastante fuerte, tuve suerte de que lo de hace rato fue solo poca nieve la que callo y no hubo tormenta. Camino por las solitarias calles de este pueblo, mientras que pasan uno que otro carro a los ratos. Extrañamente jamás ha pasado nada en este pueblo que sea de impacto, siempre ha sido tranquilo. La noticia más escandalosa fue cuando trataron de asaltar a un señor y lo dejaron algo moribundo por resistirse. Pero de ahí en fuera, todo es ‘’calmado’’, y espero que así siga siendo. Los pinos se mueven al compás del frio viento que azota sus ramas y en mí, mi rostro. Mis labios comienzan a resecarse y a sentirse quebradizos. Por esa razón, la mayor parte del tiempo llevo unos labios algo morados.

Paso al lado de una pequeña tienda de servicios, de esas que están abiertas las 24 horas, y un señor que se encuentra fuera de la tienda envuelto con una frazada negra me mira muy detenidamente. Debería decir, me analiza. Se nota que él es un indigente, tiene junto a él un pequeño carrito de supermercado con latas y chatarras. ¿Por qué me mira de esa manera? Es como si supiese algo de mí que ni siquiera yo lo sé, bueno, eso creo sentir cuando alguien me mira de esa manera. Lo ignoro y sigo con mi camino, solo que ahora con un poco más de miedo, apresuro el paso de nuevo. Mis zapatos chocan contra el frio pavimento y se puede sentir lo húmedo que esta y el frio que emana de él. Bajo las lámparas de luz puedo ver el vapor o una especie de humo saliendo del suelo.

Al entrar a mi calle siento un gran alivio incondicional. De nuevo el helado aire puede pasar hacia mis pulmones, es difícil de digerirlo. Aquí no funcional todas las lámparas, para mi fortuna, una de las lámparas que funcionan bien esta frente a mi casa.

Escucho gritos, como de una mujer, me sobresaltan. Sus gritos son inentendibles. Sé que no debería, pero me causa curiosidad saber de dónde provienen esos gritos.

Corro, paso justo enfrente de mi casa y los gritos aún siguen. Camino, y los gritos siguen, aun con más intensidad. No son gritos de dolor o algo así, son, regaños o algo así.

De aquí, de aquí provienen los gritos. Levanto mi cabeza y estoy frente de la casa de Jamie…

Los gritos son perturbadores y groseros, ‘’idiota’’, ‘’raro’’, ‘’inservible, ‘’ perro’’. Entre otras cosas más. La puerta se abre y yo corro rápidamente detrás de la valla para esconderme. Entre ellas, puedo ver a Jamie, llorando, llorando desconsoladamente entre el cesto de basura de su casa. Estamos cercas, bastantes cercas. Él se sienta y sube sus rodillas y coloca su cabeza entre sus brazos.

-‘’Idiota, ‘’Idiota’’, ‘’Idiota, ‘’idiota’’- Se repite una y otra vez.

Siento tanta lastima por él, al verlo así… me causa un nudo en la garganta. Una bola se forma en mi estómago. Me gustaría hablarle, decirle que todo está bien, pero… si lo hiciera, ¿Qué pasara después? No quiero tener una amistad con él, ¿Qué pensaran de mí? La preparatoria entera me tacharan de ‘’Fenómeno’’ también. Nada de lo que soy ahora valdrá la pena si hago eso. ¿Si me vieran hablando con el…? Ni pensarlo, no tiene caso que me eche a toda la bola del equipo. Sería mi propia muerte. Mi perdición. Adiós chicas, y todo.

No, así está mejor, debo de dejar las cosas como están.

Sus sollozos ahogados aumentan, el trata de calmarlos, pero falla en el intento de una manera horrible. Puedo ver su aliento saliendo de sus sollozos y dispersarse en la fría noche. 

No logro entenderlo, ¿Qué hizo el para ser tratado de esa manera? ¿Cómo logro que nadie lo quiera?

Sé que parece un chico algo tonto, pero su inteligencia es grandiosa. Él es la mejor calificación de la clase. Es un chico muy inteligente. No logro entender que lo convierte en el ‘’Fenómeno’’, como le dicen. Sé que en estos días el bullying es algo que está muy presente en el día pero… con él, es un caso que va más allá del bullying. Paso de eso a ser odiado por todo el mundo. En la escuela pasa un infierno y en su casa también.

Ha tenido una vida horrible el, algo que me resulta bastante triste y deprimente es que él es huérfano. En mi preparatoria hay una historia mas no sé si sea cierta. Dicen que sus padres lo regalaron a su tía ya que ellos ya tenían tres hijos, todos eran varones. Los padres buscaban a la niña pero volvió a nacer un niño. Dado que no fue lo que buscaban y no tenían el dinero suficiente para mantenerlo los padres se lo regalaron a su tía. Pero ella se negó a aceptarlo. Más un día ellos salieron del país y dejaron al niño en la puerta de la tía en una noche de diciembre.

Esa historia es muy deprimente, mas no sé si creer ya que es lo que se dice. Yo sé que mi padre no vive conmigo y la única persona que está a cargo de mi es mi mamá, pero ella siempre ha sido linda y amorosa. No puedo quejarme.               

Escucho que un vehículo se aproxima y  corro a esconderme  detrás de un árbol que está a unos cuantos pasos de mí. Una vez que pasa decido que es mejor irme a casa. Con cuidado camino hasta mi casa. Al entrar a casa me percato que de nuevo esta sola, como siempre. Yo decido darme una ducha caliente y ver un poco de televisión antes de ir a dormir. Entro a mi cama a las 10:47 a la cama y programo la alarma a las 5:10 am para poder ir a correr treinta minutos.

Recuesto mi cabeza en la almohada y aun creo puedo escuchar los sollozos ahogados de Jamie.

No podría imaginarme si yo tuviera esa vida, si no fuera aceptado, y que fuera odiado por todo el mundo sin que siquiera me conozcan. Jamás le haría algún mal a él, no me gustaría hacérselo. Yo no podría insultarlo o golpearlo, no podría hacerle eso. Y me gustaría ayudarle, pero ayudarle seria como un hoyo en el que por querer salvarle él me va a arrastrar también dentro del hoyo. Soy un cobarde. Pero, bueno, solo nos falta un año para que todos vayamos a la universidad y así jamás nadie le hará daño. La universidad es algo mas profesional, la gente haya lo respetara, verán lo inteligente que es y lo mucho que puede destacar, tendrá novias, hará amigos y su vida cambiara completamente. El estará bien, lo sé. El será una persona admirada.

Su vida cambiara, el cambiara… todo será diferente para él. Yo se lo deseo.

Mis ojos comienzan a cerrarse lentamente y el techo de mi habitación dar vueltas y arrullarme. Con mi frazada me tapo completamente y comienzo a caer en un sueño en el que se escuchan sollozos y caen lágrimas.

**************

 

Es reconfortante el correr un poco de vez en cuando, me despeja y hace que mis idead se aclaren, es un momento para pensar, es un momento mío. A pesar del jodido frio que hace por aquí, es algo que me gusta y me distrae. En veces me gusta escuchar algo de música cuando lo hago, para disfrutar más la vista y sentir que soy parte de la canción, pero en veces me gusta solo escuchar mis tenis chocar contra el frio pavimento, escuchar las aves, mi respiración agitada, pisar alguna rama, el sonido del agua del rio correr… son sonidos esplendidos y relajantes. Son cosas que te hacen sentir feliz, vivo, libre. Sentir el viento choca tu cara y como se te erizan los vellos de la piel es algo que para mí son pequeños placeres de la vida. Hoy no hay mucho sol, de nuevo. Es un día gris, pero no esta tan helado como hubiese creído. Ha habido climas peores.

Ya son las 5:50 am y decido que es mejor regresar a casa para asearme rápido y desayunar algo ligero. Corro de vuelta a casa aún más rápido y me siento genial.

**************

 

Paso por la puerta de cristal de la escuela y me dispongo a ir a mi salón. Todos los estudiantes entran y siguen el mismo camino que yo, algunos más apurados que otros. Yo en mi casa voy con calma, no tengo tanta prisa, las clases comienzan a las 7:10 y apenas son las 7:00. Llevo mi mochila en mi hombro derecho. Paso por la puerta que conduce a mi salón y ahora puedo ver a varios de mis compañeros sentados en sus pupitres, algunos parados y platicando.

-Hola- Me da un beso en el cachete en muestra de saludo Sofía. Ella es solo una compañera.

-Hola- Le respondo de igual forma tratando de ser afectuoso.

Yo sigo caminando hasta llegar a mi pupitre, me siento y solo observo la puerta y veo quienes entran y salen del salón. Jamie no está, aún no ha llegado. Aun no me puedo sacar de la cabeza lo de anoche, aun creo que puedo escuchar sus sollozos ahogados en mis orejas. Es tenebroso.

Saco mi celular y le respondo con una mensaje de texto de a Ellie.

Anoche me mando unas fotos de ella enseñándome sus pechos. Aún recuerdo lo de anoche y aun siento algo de gracias y diversión.

‘’Perfecta’’, Es lo único que se me ocurre responderle a su foto.

La verdad es que no es perfecta pero a todas las chicas les gusta que le digan eso. Eh aprendido bastante.

Una compañera comienza a reírse de una forma muy escandalosa y eso alerta todos mis sentidos y me sobresalto. ¡Dios!

Miro y respondo unos cuantos mensajes de textos y levanto mi cabeza, una figura delgada, cansada y triste entra por la puerta del salón. Es Jamie. Su cabello se ve despeinado, como siempre, algunos mechones caen delicadamente sobre su frente, entre sus anteojos de lupa observa a todo el salón como asustado y unos grandes ojos marrones cansados y con ojeras se topan conmigo. Yo trato de hacer amigable y le regalo una sonrisa, algo que lo haga sentir un poco bien. El palidece y desvía su mirada de la mía incomodo, como que si el hecho de verme a los ojos sea motivo de que le vaya a propiciar una paliza. No soy julio, yo no le haría eso.  Él se sienta frente a mí y deja esparcida una estela de olor… no es malo, huele a limpio, huele bien, ah ropa limpia y shampoo de baño. No huele como un fenómeno, como sea que puede olor un fenómeno, según. En la parte trasera de su cabello se puedan apreciar algunos rizos que cuelgan de él, no tiene el cabello rizado, lo tiene algo undulado y lacio, se ve normal.

El permanece encorvado y como tenso. Todo el tiempo ha tenido esa postura creo.

Los compañeros que faltaban comienzan a llegar, después la profesora, y es el momento para comenzar las clases.

Anoto la fecha en el cuaderno:

09/02/ 2016.

 

El almuerzo está un poco más pasable hoy, dieron pizza y espagueti. No soy muy amante de la pizza pero es mejor que cualquier otro platillo de la escuela. Me encuentro en la mesa del equipo, con Ellie y unas cuentas amigas de ellas que coquetean con todo el equipo. Ellos están más que felices. Ellie me platica que les agrede demasiado a sus padres, que su mamá le dijo que haríamos una linda pareja y que me gane a su papá cuando hablábamos de los mejores goles del mundial 2014. No quiero que se ilusione y veo cosas que no son ni pueden existir junto a ella…

Trato de buscar a los más inadaptados de la escuela y no logro encontrar a tantos, la mayoría de los inadaptados se juntan entre ellos y hacen su propio grupo. Los más raros tienen su pareja, su amigo con el que van a todos a lados. Pero… no puedo entender por qué Jamie no encaje en ninguno de ellos, él es la única persona que come solo, trabaja solo, estudia solo, todo solo. ¿Qué lo hace tan diferente? Lo puedo ver desde aquí comer torpemente su pizza, deja las orillas de lado y comienza a comer desde el principio de ella. ¿Quién hace eso? Pero bueno, no lo juzgo, cada quien hace lo que quiere con lo que quiere.

Un flash hace que me percate de una chica que acaba de sacarle una foto a Jamie, no tiene ni el más mínimo descaro ni la vergüenza. Ni siquiera puede apagar su flash. Jamie da un salto en su mesa y se tapa el rostro con las manos. La chica ríe estúpidamente junto con todos los de su mesa.

Insensibles…

Me da coraje el ver que le hagan eso, es como impotencia.

Trato de no prestarles atención a ellos y sigo almorzando.

-¿Quieres ir a mi casa hoy… también?- Me dice Ellie en tono jadeante.

-Mmm, no lo sé. ¿Seremos interrumpidos de nuevo?- Pregunto.

-No- Ríe- Mis padres tienen una cena con unos amigos, ya me asegure. Llegaran tarde- Susurra.

-Entonces supongo que sí puedo ir- La tomo de la cintura y le beso el cuello.

**************

Corro alrededor de todo el campo de futbol, calentamos antes de comenzar a jugar un pequeño partido. Tengo ganas de meter unos cuantos goles y demostrarle a estos lo que se hacer. Las chicas hacen otro tipo de calentamiento en el centro de la cancha, hacen estiramientos. Jugaran vóley. Todos los chicos están como bobos corriendo sin quitarles la vista de encima. Yo corro y los dejo atrás mientras ellos tratan de ocultar sus pequeñas erecciones.

Jamie está sentado en las bancas, mirando nada más. El opto por no hacer el calentamiento... ni jugar futbol, tampoco. El profesor no puedo obligarle a hacerlo. El jamás entra a los juegos, solo se queda mirándonos, en veces lee algún libro y otras el maestro habla con él, o más bien solo habla el maestro y Jamie lo escucha.

Pero ahora que lo pienso, jamás le hemos dado la oportunidad a Jamie para que juegue futbol, nunca lo escogemos, todo el tiempo el queda afuera. Pero hoy hare algo nuevo, espero no equivocarme…

-Hora de hacer los grupos chicos- Grita el entrenador y todos nos acercamos hacia la portería.

-Serán como siempre profesor- Grita Gerardo.

-Está bien- Indica el profesor el profesor.

Los equipos están así, somos 12 del equipo pero nos separamos en dos equipos, y son 7 más de compañeros que son selectos por nuestros equipos.

Gerardo es el capitán de un equipo y yo de otro.

Le daré una oportunidad a Jamie. Sacare a Ismael, que es un chico que falla mucho y solo estorba en mi equipo pero por lo menos corre por todo el campo. Lo sacare a él por hoy y meteré a Jamie.

-No-  Grito – Yo hare unas modificaciones en mi equipo- Les digo a los chicos y al profesor.

-¿Pero porque Adam? Si siempre lo equipo han sido así- Pregunta Luis, otro miembro del equipo.

-Porque quiero probar algo nuevo.

-Okey- Grita el profesor –Pues hazlos.

Me doy la vuelta y estoy de frente con mi equipo para el partido. Ellos me miran esperando a ver qué es lo que digo.

-Ismael- Digo –Estas fuera.

El asiente y sale del campo.

-¿Pero qué haces?- Pregunta Edwin. Un integrante de mi equipo de hoy que juega bien.

Yo lo miro y abro mi boca para decirlo.

-¡Jamie! –Le grito y el voltea con cara de susto –Tu entras.

-¿¡Que!?- Gritan todos inauditos.

Me dicen que soy un idiota, que como puedo hacer eso pero yo los ignoro.

-Vamos, es solo un juego amistoso. Hay que darle una oportunidad a Jamie, nunca se la hemos dado- Les explico.

-¡Por dios Adam!- Grita Julio –Si lo quieres humillar hazlo después que hoy solo queremos jugar un rato.

-Nada de eso Julio, quiero que juegue con nosotros nada más. No pasara nada. –Les explico y todos me miran como si estuviese loco- Jamie ven- Le grito.

Él se levanta de las bancas y se acerca a nosotros con temor, su cara blanca refleja su miedo como si se transparentara. Sus shorts le quedan algo grande y sus zapatos también al igual que su playera. Su cabello se mueve con el viento.

Se acerca sigiloso hacia nosotros y lo coloco justo a mi lado.

-Jamie vas a jugar en mi equipo, ¿Bien?

El asiente y no hace contacto visual conmigo ni con los equipos. Escucho murmureos de los chicos.

-Este va a ser un juego amistoso, y quiero que sean amistosos- Les explico y espero que les quede lo suficientemente claro que no pueden lastimarlo.

-Vamos pues- Grita Gerardo corriendo hacia su otra portería con su equipo.

Las chicas salen del campo y me equipo se esparce y se acomoda para comenzar el juego.

-¿Qué…? ¿Qué?- Tartamudea Jamie a mi lado- ¿Qué hago yo?- Me pregunta nervioso.

-Párate justo enfrente de la portería, serás defensa. Tú impedirás que el balón entre en la portería cuando se acerque. Solo debes cuidar al balón. Si el balón se acerca, patéalo lejos ¿Entiendes?- Le explico.

El asiente.

-Corre hacia la portería. Edgar de dirá donde posicionarte- Digo- ¡Edgar! Posiciona a Jamie- Le grito. Edgar asiente sin ganas.

El juego comienza y yo me desplazo por el campo trotando. Todo el equipo comienza a correr.

**************

 

Estoy sudado, el frio ya lo perdimos. Ahora solo quiero meter un gol, ya llevamos 20 minutos y no ha sucedido nada interesante, para mi suerte Jamie a echo bien las cosas, bueno, no ah metido la pata ya que los demás miembros del equipo impiden que se acerque el balón a él. Deberían de darle alguna oportunidad. El balón se acerca hacia la portería del lado contrario y yo corro lo más rápido que puedo. Edwin tiene balón, pero lo tienen acorralado el otro equipo. Le hago una seña para que me lo pase ya que de mi lado esta descuidado. El me ve, levanta el balón con los pies, lo mantiene y da un pase con cabezazo hasta mí, el balón cae justo en mis pies y yo pateo el balón con fuerza hacia la portería.

¡GOL!

Todos comienzan a gritar, algunos con más alegría que otros pero todos gritan.

-Bien Adam- Me golpea amistosamente el hombro Gerardo junto con otros miembros de mi equipo.

-Agradézcanle a Edwin, que él fue el que hizo todo- Le sonrió a Edwin y le hago una seña que indica ‘’Bien echo’’.

Yo corro hacia mi portería. Y el juego comienza de nuevo. Dejo que mi equipo se haga cargo ahora y yo los observo. Jamie está atento y en posición. Sus grandes ojos miran el partido, desde lejos se le ven, el mira cómo se desplazan los equipos por todo el campo. Parece curioso…

El equipo contrario se aproxima rápido, Julio trae el balón y en su cara se refleja lo que quiere. Viene a por ellos… El equipo se pone en posición y están atentos. Yo corro para impedir que Julio se acerque más a la portería, pero pasa por encima de mí. Me esquivaron. Yo sigo tras del pero él es rápido, Edwin intenta lo mismo que yo pero fracasa vilmente en el intento tropezando. Se encuentra bien. Están cercas… están muy cercas. Lo harán. Se aproximan a Jamie y Luis corre junto con él.

-¡Déjalo!- Le grito a Luis- ¡Él puede hacerlo!

-¿Cómo crees Adam?- Dice inaudito.

Yo le hago un gesto para que lo deje y el levanta las manos en forma de derrote. Lo dejara, lo dejara intentarlo. Parece que va esquivar a Jamie, que lo va hacer puré. Pero no… Jamie tiene el balón en sus pies.

-¡Mierda!- Grita Julio al ver que Jamie ha logrado quitarle el balón sin que se dé cuenta. Él se regresa corriendo junto con todo su equipo.

-¡Aquí Jamie!- Le grito.

-¡Aquí! ¡Aquí!- Grita Edwin.

Todos comienzan a gritarle ‘’aquí’’’, ‘’Por aquí’’, y veo el temor reflejarse en Jamie, él no sabe qué hacer, voltea a todas partes y mueve sus manos inquieto. Se lo van a quitar, le quitaran el balón ya está.

-¡Patéalo!- Le grito eufórico con el poco aliento que me queda.

Julio se acerca hacia él, trata de confundirlo, él quiere humillarlo. Está rodeado. Julio le dice algo pero no logro escuchar lo que dicen. Quiere acabar con el…

-¡Patéalo ahora!- Le grita Edwin.

Y jamie patea el balón, lo patea fuertemente y… encesta en la portería.

Para mi desgracia… anoto en nuestra portería. Hizo un autogol.

Jamie sonríe y todos lo miran con los ojos grandes y confundidos. Seguido, todos se echan a reir tirándose al césped.

A jamie le cambia la cara en un instante.

- ¡Eres un… Imbécil!- Le grita Julio entre carcajadas –Acabar de meterte gol a sí mismo.

-Estúpido- Todos dicen entre risas.

-Había visto cosas graciosas y estúpidas… ¡Pero esto son ambas!- Dice Edwin.

Todos ríen, y se burlan de Jamie.

Debo admitir que es algo gracioso, ya que hacerte gol a ti mismo de esa manera el algo… sumamente divertido, pero Jamie no se ve feliz con eso.  Todos se ríen a carcajadas  tirados en el césped, ‘’Todos’’, a excepción mía. No deberían burlarse así, sé que fue algo divertido pero esto es exagerar. Todos lo maldicen y lo ofenden entre risas. Jamie permanece parado mirando con cara de angustia y pena, juego con el su playera de una manera nerviosa con sus manos. Sus mejillas se han tornado color rosado.

Él no sabía nada de futbol y por eso esto sucedió. Supongo que se confundió.

-Ya está bien- Grita el entrenador acercándose a nosotros. En su rostro también se ve diversión -A las duchas, ¡Ahora!

Todos se levantan entre risas y tambalean. No pueden con la risa.

Las chicas del otro lado del campo también se ríen, demonios, lo vieron. Jamie sigue parado en la misma posición.

**************

 

El agua esta tibia y es reconfortante. Todos nos duchamos. Aun no pueden parar de reírse, ya está bien, ya me hartaron.

-¡Bueno ya!- Me exalto – Ya está bien, ya dejen de reírse.

-¿Por qué Adam?- Pregunta riendo Julio –Si tú fuiste el que quiso en primer lugar que Jamie entrara.

En parte tiene razón.

-Lo sé, lo sé. Pero ya, tampoco es para tanto. Jamie se equivocó, recuerden que él no sabía nada de futbol hasta ahora- Digo.

-Hasta la persona más idiota sabría que no debe de meterse autogol- Dice Luis.

-Solo hay que darle más oportunidades- Murmuro.

-Estás loco Adam, Jamie no volverá a entrar al campo- Dice Gerardo- Bueno, no estaría mal, así podríamos pasar un buen rato como este otro día.

-Jamie es un estúpido y estúpido se quedara. Eso sucede en los Fenómenos- Dice Julio.

-Tienes la boca llena de razón- Le da unas palmaditas en la espalda Saúl a Julio mientras juegan tocándose sus partes íntimas.

-Muchas gracias Adam, nos hiciste el día con eso- Dice Edgar.

Que infantiles.

Termino de ducharme y me seco el cabello. Rápidamente me pongo ropa limpia y me peino un poco saliendo de las duchas. Jamie no entro a las duchas, bueno. Él nunca se ah duchado en ellas, como nunca hace deportes él no tiene por qué ducharse, solo entra a cambiarse y quitarse la ropa deportiva. Me asomo de nuevo hacia el campo de la escuela y Jamie está sentado en las bancas mirando hacia el horizonte. Solo se escucha el aire azotar los árboles. El verlo de esa forma… me siento fatal, fue mi culpa. No debí de haberlo metido a jugar, quizás esta es la razón por la que no lo hace, para evitar que lo lastimen y se burlen de él.

Soy un idiota.

**************

 

Este es el primer capitulo de mi historia titulada ''Susurros''. Esta historia esta basada he inspirada en el libro ''One For Sorrow'' y en la pelicula ''Jamie Marks Is Dead''. 

Esta no es una historia inventada por mi, pero es algo que habia escrito y quise compartirla con todos ustedes. Espero que sea de su agrado y que la disfruten.

Gracias.

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