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Categoría: Maduras

Susana

Mi nombre es Eduardo, tengo 23 años y esto que voy a contarles sucedió a comienzos de año, durante el mes de enero.



A mis viejos les gusta viajar, y en uno de esos viajes conocieron una pareja con la que se hicieron amigos. Para mediados del mes de Diciembre mis padres viajaron a Neuquen a pasar las navidades con ellos, y volvieron todos juntos para pasar el fin de año en la mía. El 1 de enero se fueron a Punta del Este volviendo el 15. El matrimonio estaba formado por Antonio y Susana. A él no pude tratarlo mucho (parecía un tipo serio y seco), además como era amante de la pesca el sábado salieron con mi viejo a Corrientes por una semana.



Su esposa en cambio era el polo opuesto, agradable y dulce, elegante en el vestir, siempre maquillada, y físicamente muy atractiva, con un cuerpo muy bien dotado con una llamativa firmeza tratándose de una mujer de 53 años. En una charla de ella y mi madre, mientras yo me duchaba, escuche que se había hecho un pequeño toque en el busto y en la cola. Susana medía 1,63 mts de altura y el resto eran 100-65-95. Dejando de lado este aspecto tenía además la ventaja de ser bonita de cara y esta a su vez le daba un aire más juvenil al que indicaba su documento, y por si fuera poco era poseedora de unas excelentes piernas. Todo esto le permitía usar ropas levemente ajustadas tanto en remeras como en pantalones, por lo tanto sus senos y cola quedaban muy expuestos a mi mirada, en cuanto a sus polleras, si bien estas no subían más allá de los 5 cm sobre sus rodillas, los cruces de sus piernas demostraban que la belleza de estás continuaban mucho más arriba.



Como estaban solas el sábado las lleve a ambas a cenar, y luego al casino, y el domingo a almorzar a una estancia. Ese día sentí un mayor acercamiento a ella, ya que deslicé algún piropo que fue bien recepcionado.



El lunes fui al trabajo, salía a las 18 hs pero, una hora antes todo se complicó de manera que debí quedarme para encarar la solución y siendo optimista esta difícilmente llegaría antes de las 12 hs.



A eso de las 19 hs y encaradas ya las reparaciones, llamé a casa para avisar a mi vieja que no me esperase para cenar. Al hacerlo el teléfono fue atendido por Susana. Luego de su "hola" la conversación siguió así:



E- Hum... por teléfono tu voz suena más seductora.



S- Porque?, personalmente mi voz no es seductora?



E- Tu voz es dulce, pero viéndote personalmente tenés muchas más cosas para seducir



S- Que otras cosas?



E- De la cabeza a los pies todo en vos es seductor



S- Guau!! Como estamos hoy



E- Lo que pasa que a una belleza semejante no se puede dejar de piropear



S- Tu mamá cero la ducha, así que en segundos vas a tener que dejar de hacerlo



E- Porqué?



S- Le voy atener que dar el teléfono, ¿no llamaste para hablar con ella?



E- Después de hablar con vos ya no sé para que llamé, pero podríamos vernos a solas y continuar la charla aceptas?



S- Después lo charlamos



E- No podes dar una respuesta ahora?



S- No



E- Mi vieja esta cerca



S- Sí



E- Pero puede ser sí



S- Seguramente, te paso a tu mami



Le explique a mi vieja lo del trabajo y que no me esperase a cenar. Al colgar supe que con Susi las cosas tomaban otro color....



Volví a casa a eso de las 3 de la madrugada, luego de tomar y picar algo me fui a acostar, le había prometido a mi vieja llevarla al negocio, aunque en ese momento no me acordé, si cuando a las 7 empezó a hacer esfuerzos por levantarme, luego de varios intentos mi respuesta habrá sido algo más convincente, ya que salió a comprar algo para el desayuno, yo seguía en la cama semidormido.



Estaba en la cama cubierto por la sábana, y en "bolas" ya que luego de la ducha me había quedado dormido sin ponerme nada.



De golpe mis ojos se desorbitaron, "Su" abrió la puerta de mi habitación apenas cubierta con un muy breve y transparente baby doll negro, debajo solamente una muy pequeña tanga del mismo color, comenzó a avanzar en dirección a los pies de mi cama, y lentamente iba bajando los breteles de este y con voz dulce y sensual dijo: "vamos a ver si yo te puedo levantar", dejó caer su baby-doll en su pequeño cuerpo, el tamaño de sus senos se veían impresionantes, firmes redondos y con sus pezones rosados totalmente erguidos, yo me hallaba sorprendido por su actitud, se arrodilló a los pies de mi cama, corrió la sábana que me cubría, fue acercando su cuerpo al mio haciendo deslizar sus senos sobre mis piernas, mi cuerpo se estremeció, sentí que mi pene comenzaba a endurecerse, sus manos trepaban por mis piernas muy suavemente hasta llegar a la altura de mi pene, sus manos jugueteaban cerca de mi pene ya totalmente erguido, en mis piernas podía sentir la durezade sus pezones rozándome, luego su boca besó el tronco de mi pene varias veces, luego su boca fue en busca de la tan ansiada presa y entonces lamió un par de veces la cabeza de mi pene y ahí empecé a sentir una vibración y una sensación que nunca nadie antes había logrado en situaciones similares, me estremecía como nunca la suavidad de su succión, podía sentir sus labios carnosos deslizándose por él, me enloquecía su suavidad, lenta y suavemente mi pene era recorrido por su boca introduciéndose dentro de ella, sus labios saboreaban cada milímetro que se introducía en su boca, así durante un par de minutos, hasta que no soporté más mi pene eyaculó, y lo que siguió fue espectacular, mientras yo acababa sus labios jugueteaban con la punta de mi pene, haciendo que el semen corriese por él, mi pene era vuelto a ser absorbido por su boca en una succión Inolvidable, Susana parecía querer prolongar ese momento al máximo prolongándolo ella dejaba que el semen se corriese por mi pene para volver a absorberlo por momentos sus dedos con semen se introducían en su boca no dejando que nada de mi semen se desperdiciase continuó succionando y deslizando sus labios por él mientras mis manos acariciaban su cabello y cuando ya no quedaban vestigios de semen pudimos escuchar los ladridos de mi perra, en clara alusión que identificaba la llegada de mi madre, ella besó mi pene se incorporó, tomo su baby doll y se retiró de mi habitación con la misma suavidad y delicadeza con la que había ingresado. Yo no podía creer lo que había pasado jamas nadie me había hecho sentir tanto placer, comencé a vestirme y salí para llevar a mi madre a su destino.



Volví a casa desesperado por mi vieja me había enterado que ella saldría a visitar a una amiga, yo en cambio quería disfrutar la oportunidad de poder varias horas a solas con ella.



Llegué a casa, la halle vacía, Susana no estaba y cuando ya la desilusión se apoderaba de mi corazón volvió a vibrar, la vi a través de la ventana con una bolsa regresando a casa. Disfruté viéndola llegar, estaba juvenilmente elegante, con su cabello rubio abundante, rozando sus hombros, su rostro dulcemente maquillado, llevaba una chomba de mangas cortas bastante ajustada, de color amarillo combinado con blanco, sus pechos brotaban de él como si fuesen a hacerla estallar, una pollera beige acampanada pero ajustada en sus caderas, sus piernas un poquito más al descubierto de lo habitual y unos zapatos de color suela, de tacos muy altos, lo cual le daban un quiebre muy sensual a su cuerpo. Al entrar a casa me halló a mí en el centro del living y dijo:



S- Me sorprendiste... no pensé encontrarte



E- Es que hoy no iba a trabajar



S- menos mal que volví



La tomé en mis brazos. Nos besamos, sus manos en mi cuello, las mías en su cintura, hubo mucha pasión pero con esa enloquecedora suavidad de su parte que tanto comenzaba a encantarme. Fueron varios minutos así. Cuando nuestras bocas se separaron dijo:



S- En tus brazos me siento capaz de todo



Volvimos a besarnos, mis manos alzaron levemente su remera, sintiendo el roce de su delicada piel. Luego ella la retiro de su cuerpo, sus senos estaban apenas cubiertos por un muy diminuto corpiño rosa con encajes y transparencias. La estreché en mis brazos y besé su rostro y su cuello mis manos recorrían su espalda y desprendí el clip del corpiño. Ella entonces dijo:



S- Espera voy a avisarle a mi amiga que voy a verla más tarde



Ella se paró frente a la mesa y mientras marcaba el número yo besaba su cuello y su espalda, ella había comenzado a hablar cuando mis manos comenzaron a acariciar su tórax, mis manos incursionaron bajo su corpiño suelto, comenzando a disfrutar las redondeces de sus pechos, ella hacía esfuerzos para disimular la situación ante su amiga y yo podía sentir como sus pezones comenzaban a endurecerse, después tome sus tetas con ambas manos y apoye mi cuerpo contra el suyo, haciéndole sentir sobre su cola como bajo mi pantalón mi pene aumentaba mis deseos por ella, la tomé con ambas manos por el vientre y comencé a mover mi cuerpo contra el suyo y ella acompañó mis movimientos. Colgó el teléfono mi boca beso su orejita, su boca gemía placenteramente, y su mano muy dulcemente acariciaba mi cuello, bajé su corpiño, y la apreté nuevamente sujetándola por sus pechos diciéndole que adoraba y deseaba su cola. Volvimos a besarnos.



Luego de unos momentos me arrodillé, mis manos mientras alzaban su pollera acariciaban sus piernas, ella gemía y suspiraba constantemente, cuando acaricié su ingle un profundo gemido mezclado con un suave grito placentero nació de su boca, mientras tanto la mía comenzó a besar y lamer sus piernas por detrás, ella alzó su pollera, su cola apenas cubierta por una diminuta tanga del mismo color de su corpiño quedo libré ante mis ojos, sus nalgas redondas eran espectaculares, mi boca se acercó a ellas fui besándolas, lamiéndolas, pellizcándolas suavemente con mis labios, en medio de gemidos de intenso placer, bajé levemente su bombacha y mi lengua ardiente de placer se deslizó por la raya, para luego juguetear levemente por los bordes de su ano ella gritó profundamente y casi con desesperación pidió que la penetre.



Baje mis pantalones y mi humedecido slip, ella terminó de bajar su bombacha y dejo caer su pollera extendiendo su cuerpo sobre la mesa, sus piernas se separaron tomé su cintura entre mis manos y apoye en las puertas de su ano mi endurecido pene, ella gritó con desesperación, continué unos instantes más jugueteando con él para luego muy suave y delicadamente comenzar a penetrarlo, ambos estábamos sedientos de placer, poco a poco mi pene fue avanzando dentro de su cuerpo, hasta entregárselo todo, y luego comencé a deslizarlo suavemente, para luego acelerarlo cada vez más, su respiración parecía entrecortase, prolongue el final lo más que pude hasta comprender que ya no podía más, se lo hice saber, tomé sus caderas con firmeza, y sentí mi pene explotar, al mismo tiempo que su cuerpo se convulsionaba por el orgasmo, su boca no paraba de gemir y gritar, mientras yo no paraba de inundar su ano de semen sus entrañas. Luego de algunos instantes nuestros cuerpos comenzaron a aquietarse. Aplacado mi pene abandonó su cola, ella se incorporó y nos estrechamos en un profundo y apasionado beso, luego nos acostamos sobre la alfombra, ambos continuamos, deseábamos más y estábamos dispuestos a saciar nuestros deseos, hubo besos , caricias, lamidas, nuestros cuerpos fueron recorridos por ambos en toda su extensión, hasta que mi pene volvió a endurecerse penetrándola ahora vaginalmente.



Quisimos aprovechar al máximo ese día, luego de almorzar, la penetración vaginal volvió a repetirse.



Los días continuaron y también nuestros encuentros, algo más breves cuando llegó su esposo. Así hasta la despedida, han pasado varios meses ya pero aún continuo extrañando muchas cosas de Susana, esos momentos a su lado serán inolvidables.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 8
  • Votos: 1
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