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Super Caliente

Estaba muy caliente. No sabía que me pasaba, pero estaba loca, quería tener sexo a toda costa. Estaba muy loca. Loca, loca, loca de atar. Me tocaba la conchita a cada rato, trataba de pellizcarme los pezones sobre la blusa, aunque no hay nada más lindo que sentir la tibieza de la yema de mis propios dedos sobre ellos. O mejor aún, la boca de un hombre. O de una mujer. Aunque sea, la lengua de un gato. Quería que me toquen, que me violen, que me den duro y parejo y por todos lados al mismo tiempo. Todas esas braguetas por la ciudad me parecían hermosas y con un gran secreto que mi boca adolescente quería chupar, glotonear, lamer hasta la última gota de sal, de semen, de vaselina, de lo que fuera. Quería sexo, amaba el sexo, deliraba por el sexo... estaba loca, loca de atar.

Miraba a mi hermano con cariño. Me lleva apenas un par de años, pero veía su cara de joven, estaba celosa de esas amigas que lo apetecían aunque no tanto como yo. Mi hermano era un tipo viril, atlético, me gustaba ver su cuerpo desnudo mientras se duchaba... yo lo espiaba por la cerradura. Y me masturbaba de lo lindo en mi cuarto, y quería que con su miembro gigantesco me abrochara, me abotonara contra una pared, que me reventara el ano, la concha, que me surtiera por todos los orificios, que me acabara en las tetas, en mi boca, yo estaba tan deseosa y él era mi hombre más cercano... o casi...

También mi padre. Alto y canoso, de contextura fornida, aún atlético. Yo sabía que aún tenía relaciones con mi madre, pero también que le hacía los amores a la secretaria. Y quien sabe a cuantas más chicas de la oficina. Mi madre no era una estúpida, por cierto, yo creo que lo dejaba para no perderlo. Mi papá era un seductor, y tenía sin duda una picha enorme, que colgaba como una liana... como me gustaba imaginar que tomaba ese pedazo de carne inerte y lo convertía en garrote, a mi propio papito, chuparle esa berenjena y hacerme un escabeche en la boca, sentir sus gotones de leche salpicándome las tetitas, esclavizarlo luego para que limpie su torrente blanco y me bese en la boca... quizás mientras mi madre nos miraba.

Y porqué no, también mi mamá... las dos tenemos unos pechos enormes, y yo se los conocía tan bien, con sus pezones marrones que tantas veces fueron mordidos por mi padre (me consta, porque también los espiaba follar bestialmente)... Y su culo, tan rechonchito y carnoso... quería hundirme en su panocha, en la selva de mi propia madre (en eso nos diferenciamos, yo la tengo depiladita, lista para chupar...) y lamerle los labios grandes y dilatados por su agitada vida sexual....

No me importaba si eran hombres o mujeres, animales u objetos, yo quería sexo y lo quería YA.

Me iba a la calle a buscar el aroma de los hombres desconocidos. Quería un macho descontrolado, un cabrito que me montara como solo un hombre de verdad puede hacerlo. Y si eran dos, quizás mejor. Y si había una mujer, también... quería una orgía, pero no sabía como hacer, que hacer... volvía a mi casa y me tocaba, me tocaba con locura, me introducía objetos en la concha, hasta una vez intenté hundirme la punta de una escoba previamente lubricada en el culo... estaba loquísima, caliente y estaba dispuesta a todo.

Al menor descuido, entraría al baño completamente desnuda y arrinconaría a mi hermano mientras se bañase. Quería colgarme de su cuello y cabalgarlo contra la pared de la ducha, mientras el agua quemaba mi espalda. Quería sentir su palo de amasar dentro de mi argolla, clavándose y hundiéndose sin piedad, quería que me moliera en toda su envergadura, fantaseaba con sus amigos, que también entraban al baño en fila india y participaban de una violación múltiple y autorizada por mí. Los quería a todos para mí, desnudos, para satisfacerlos y que me satisfacieran porque soy y estoy bien puta esta noche, la noche de los deseos sexuales de una joven insastisfecha... y todavía virgen.


Tenía un novio que era un idiota. Quería preservar mi virginidad hasta el día del casamiento. Pero cuando yo me lo apretaba, su paquete pedía a gritos que lo desalojara de su prisión para entrar en mi boca. Más de una vez, intenté ponerle la mano bajo la bragueta, para comerme su manguera. Por cierto, aunque nunca se la había visto, sabía que era gigantesca, casi tanto como la de mi padre. Pero el muy tonto, invocando los preceptos morales y religiosos en los que creía, no me quería satisfacer y me rechazaba. Lo mandé a cagar, finalmente.

Miré a mi mejor amiga con celo y lujuria. Tenía unos pechos parados y firmes, no tan grandes como los míos, pero sí eran bastante grandes. Eramos las tetonas del curso en el secundario y aún lo seguíamos siendo en la universidad. Estábamos orgullosas de nuestros pechos, y una vez llegamos a compararlos. Me di cuenta ese día que yo era puta o lesbiana o ambas cosas: llegamos a contactar nuestros pechos, y el corazón me latía a mil. Pezón contra pezón, masa carnosa contra masa carnosa... Mis pezones se electrizaron y se endurecieron, así como los de ella. Ese día pudo haber pasado algo pero no, ella instintivamente los retiró del contacto, que duró escasos segundos, como un juego de estúpidas. Y me declaró ganadora. Y yo quería jugar más. Pero ahora la miraba con ganas de revolcarme con ella. De besar su boca, de sentir su lengua contra la mía... quería que me masturbe, quería que me penetrara con esos objetos que veía en las películas porno que alquilaba mi hermano y que usaban las lesbianas (yo se las robaba en secreto para verlas)

El mundo a mi alrededor estaba loco, dispuesto, y yo caliente. Muy caliente. Y también dispuesta. Y quería que me follaran hasta el desmayo. Quería sentir el sabor del semen y conocer otros fluidos vaginales, que no fueran el mío propio. Quería hacer realidad el contenido de los calzones que mi hermano y mi padre dejaban en el baño. Me gustaba olerlos, chuparlos... y también con las tanguitas de mi mamá. Sus fluidos de mujer eran tan excitantes... tan ricos...

Quería violar y que me violen. Quería gritar y hacerme la víctima. Quería que cuando gritase me llenasen la boca con dos penes, que me ahogaran en leche, y que cuando esos penes se retirasen flácidos y satisfechos, encontrarme con otros dos penes dispuestos. Quería tipos fornidos o mujeres atléticas enfundadas en cueros. Quería que me peguen, quería que me penetren, quería que me insulten, quería cualquier cosa, pero quería sexo... no sé que me pasaba, pero toda la furia sexual se apoderó de mí en unos instantes.

Mis gritos se sintieron por toda la casa, y mis padres entraron en el cuarto y me pescaron desnuda, con las piernas abiertas y mis manos introduciendo furiosamente un gran frasco de desodorante en la concha. Estaba sangrando, lastimada, furiosa, insatisfecha. Estaba caliente y así me llevaron al hospital para hacerme atender. Estaba con el demonio en el cuerpo, tuvieron que sedarme, nadie iba a sacarme el desodorante de las manos, mi pene portátil, mi consolador casero...

En los días que duró la internación, en un psiquiátrico, conocí a mucha gente. Y también los shocks eléctricos. Y los sedantes en exceso. Y las visitas cada vez más esporádicas de mis padres, de mi hermano. Y perdí mi virginidad en la mano de un enfermero, o dos, ni siquiera lo recuerdo: nunca lo disfruté.

Finalmente, salí.

No he vuelto a tener relaciones con otros hombres o mujeres. Deambulo por las calles y voy a trabajar vestida con un trajecito holgado, que disimula mis grandes tetas. Trato de maquillarme para parecer austera y dura y que así nadie se fije en mí. Quizás me hayas visto por las calles más de una vez, quizás yo te haya atendido en alguna oficina pública: pero nunca lo sabrás.

Esa mujer tan recatada y correcta que tienes adelante, en realidad, es la más puta de todas. Es una hembra capaz de dejarte seco de semen o con el clitoris enrojecido y ardiente. ¿Te animarás a descubrirme? ¿Me harás feliz?

Solamente una persona con agallas... ¿las tendrás?
Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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3 comentarios. Página 1 de 1
Prostituahormonal
invitado-Prostituahormonal 13-10-2006 00:00:00

A mi me paso algo parecido tambien,de la nada me dieron ganas de cojer desesperadamente no se xq me puse una ropa de prostituta y cuando estaba a punto de salir a la calle como a las 12 de la noche mi madre y mi hermano me detuvieron, creo q al dia sgte me llevaron al hospital jajajajaja te dieron prozac???

Miss Popo
invitado-Miss Popo 04-09-2004 00:00:00

me moje las braguitas... wow... ................................

jabel
invitado-jabel 03-09-2004 00:00:00

por demas lujurioso, pero exitante. triste a la vez.

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