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~~Habia terminado mi jornada en el trabajo. Era una de esas tantas tardes aburridas en las que me dirigia a casa, no sabia que hacer para darle un poco de sentido a mi vida, los problemas me agobiaban, y eso era lo peor, pues en mi mente seguian pululando como moscas, sin darme cuenta. Llegue hasta la puerta de mi casa, al estar dentro me desnude para bañarme y quedar fresca pues anhelaba sacudirme el sol diario que cae sobre mi cuerpo, deseaba que el agua me invadiera hasta el ultimo rincon de mi cuerpo. Despues de refrescarme me decidi tomar una siesta en mi fiel compañera, una hamaca que tengo desde hace años. Me recoste un rato y entrecerre los ojos, entonces pense: ?Vamos al carajo!.
Decidi sentirme bien, para ello era necesario que cambiara mi aspecto, la solucion vestirme distinta, ser otra, romper con la monotonia de mi propia vida, una falda corta me caeria bien, una que tengo arrumbada en aquel closet que no por ser viejo deja de ser ordenado, pues todo esta en su lugar, los conjuntos de un lado, las faldas y blusas del otro, era mi oportunidad, podia vestirme con una blusa y unas zapatillas, mire al espejo y no veia el cambio completo, estaba a la mitad, la blusa era de manga larga y con el calor que hacia, me provocaba incomodidad, con todo y que la noche empezaba a caer, una blusa escotada era mejor, una que ya tenia años que una prima me habia regalado y que solo la ocupo muy de vez en cuando tan solo para dormir. Es del tipo de ropa que no me atrevo a ponermela para salir a la calle, pues se me ve el ombligo, pero esta vez era diferente.
Solo me faltaba pintarme, eso llevaria un rato, pero no importaba ya estaba convencida era solo para ese dia, me pinte las uñas de los pies, las manos y los labios del mismo color de mi minifalda, de un rojo que unos llaman escandaloso, para mi en esos momentos no lo era, era mas bien encendido rayando en lo pasional, luego pase a los ojos, ya cuando estaba lista me observe en un espejo rectangular que compre a proposito para verme toda completa, realmente era otra, ni yo misma me conocia, me daba una vuelta y luego otra, caminaba de atras para adelante para ver como me veia, con las manos me tomaba el busto al tiempo que posaba poniendo un pie delante del otro con la pierna semiflexionada lo que provocaba que la falda de por si corta dejara entrever un poco mis nalgas, mientras que con mis manos las sujetaba con un poco de fuerza, di un par de vueltas viendome en el espejo y decidi salir a la calle, ?el mundo era mio!.
Tome un saco que me cubriera el pecho y que no llamara mucho la atencion, creo que era lo mas prudente. Sali con pasos firmes, escuchandose por la acera el sonido de mis tacones altos, era viernes, tenia miedo de encontrarme a algunas compañeras del trabajo, quienes suelen con frecuencia en la oficina hablar de los demas, sin darme cuenta tope con un salon de belleza, di un paso dentro de ella, no estaba segura de entrar, pero ?que tendria de malo?, nada conteste. El lunes en la oficina dirian que habia cambiado de luk y nada mas. Asi que entre y pedi que cortaran mi cabello pequeño, ahora si ya era el cambio total, vestia de minifalda, zapatillas abiertas, pintada y con el cabello corto, lucia diferente a como usualmente me visto, al salir del lugar camine varias cuadras, camine bastante, no podia recordar algun lugar para tomar algo que aplacara mi sed, pues a pesar de ser noche hacia un poco de calor, no se como paso, pero quizas por ser verano, de repente empezo a llover, ?oh! ono era posible!, mi dia, mi gran dia, el dia que habia decidido ser otra, se habia echado a perder, y todo por culpa del clima, para colmo no habian taxis, no podia regresar a mi casa y no sabia que hacer, bueno en lo que me ingeniaba para como regresarme, casi sin darme cuenta se paro un automovil cerca de mi, el conductor, un tipo bien presentado, con una sonrisa agradable, que vestia con una camisa blanca de manga corta, corbata, y con uno de esos peinados en los que el corte es perfecto, es decir el cabello no queda ni largo ni corto, quien me pregunto por una direccion, y le respondi:
Se bien donde se ubica, pero ?uy!, esta al otro lado de la ciudad, y es un poco dificil llegar hasta alli.
Entonces en un tono insinuativo acompañado de una sonrisa me pregunto:
?Por que no subes a mi auto?, Asi sirve que no te mojas y te llevo a donde me digas.
No sabia que hacer, pues era un desconocido, pasaron solo unos segundos y respondi:
Esta bien. Al tiempo que abria la puerta del carro, y nos dirigimos a la direccion que buscaba.
?Tardaremos mucho en llegar? pregunto.
Si, esta del otro lado de la ciudad y son como 30 minutos.
Si quieres te puedo dejar donde tu me digas me dijo cortesmente.
Bien, aunque podemos ir a la direccion que buscas y luego me llevas a mi casa.
Durante el camino me platico sobre su trabajo, tambien laboraba en una oficina, era uno de esos burocratas de gobierno que esperan solo la hora de salida para irse a su casa aburridos de hacer tantas horas nalgas. No era de la ciudad y venia a visitar a un familiar que no veia desde hacia años, llevaba horas conduciendo, no estaba tan cansado mas bien tenia sed, por mi parte le dije que no era de la ciudad, que llevaba viviendo unos meses en este aburrido lugar. Por fin llegamos a la direccion. Sin embargo antes de quedarse ahi me propuso llevarme hasta mi casa como habiamos quedado. En el camino vimos unas luces de colores que indicaban que un bar estaba cerca, con toda intencion señale: tambien tengo sed entonces en agradecimiento por enseñarle la direccion me invito a tomar algo en aquel lugar, acepte y nos dirigimos hacia ese lugar. Tomamos un camino de terraceria, y al dirigirnos a la entrada del bar nos topamos con dos tipos malencarados, que nos daban la entrada nos sentamos en una mesa que se ubicaba en un rincon, era un lugar tranquilo, bueno era mi primera impresion, pues casi no habia gente, pronto tomamos confianza y pedimos una cerveza y luego otra, y otra y empece a sentirme un poco mareada, y sin darnos cuenta comenzo la musica en vivo, una musica escandalosa, y como tenia tiempo que no bailaba, me entusiasme para entrar a la pista, en ese momento me invito a bailar, acepte y comenzamos a bailar, estuvimos como una hora, ya para ese momento el lugar se encontraba a medio llenar, le pedi que descansaramos, el estaba contento, su estado de animo me contagio sin embargo me pregunto si queria irme a mi casa le dije que en un rato, pues de todas formas hacia tiempo que no salia y casi sin proponermelo estaba saliendo bien el fin de semana.
Tomamos mas licor y salimos a bailar otra vez, de repente y mientras me tomaba de la cintura me dio un roson en una de las nalgas, no sabia si lo habia hecho con intencion, probablemente si, pues detuvo unos segundos su mano esperando mi reaccion y al ver que me sonreia, siguio bailando conmigo como si nada hubiese pasado, se estaba haciendo tarde y ya me empezaba a preocupar, entonces pense en decirle que nos sentaramos, pues otra vez tenia calor, al llegar a nuestra mesa el mesero ya tenia un par de cervezas mas, diciendonos cortesia de la casa, entonces decidi quitarme el saco y cuando lo hice me miro con un gesto libidinoso entresacando su lengua y paseandola lentamente de un extremo a otro de su boca. Bebi la cerveza de cortesia y lo deje un momento mientras iba al tocador, y al observarme en el espejo me sentia como quien lo podia todo, tenia una especie de poder, tenia el valor para hacer cosas, me di un retoque, y regrese a mi mesa ya habia otra cerveza, una para cada quien, pense en que ahora si seria la ultima, pero mi falta de voluntad hizo que llegara mas y mas licor, no se cuanto tiempo mas.
Veia ya el salon todo cambiado con mucha gente, en una mesa observaba que habia tres tipos con tres mujeres cada una sentada en sus piernas tomando cervezas, en otra mesa una mujer blanca con el cabello pintado de g?ero se reia a carcajadas al tiempo que masticaba un chicle con el hombre con quien estaba, y en la barra se encontraba otras dos chicas todas con minifalda y con una blusa transparente que a traves de la cual se les veian los senos que se encontraban firmes y erguidos dispuestos a ser tocados, no se les veia bien la cara, pues habia una luz tenue de color morado que daba un efecto entre tetrico y misterioso, habia tambien un mar de gente dentro de la cual pasabamos desapercibidos, no podia creer que estuviera en un lugar asi, pero mas que me espantara, me provocaba cierta sugerencia a lo prohibido. Mi acompañante me volvio a invitar a bailar, al pararme de la silla me dio una nalgada suave cuya mano se deslizo de abajo hacia arriba entre las dos nalgas, me voltee sorprendida, para encararlo, entonces resbale con el piso, y mis manos cayeron sobre sus hombros, los cuales deslice hasta su cintura de donde me sujete de su cinturon, solo vi un efecto chistoso que combinaba la luz del lugar con el color de mis uñas, y toda borracha le dije:
No lo vuelvas hacer. Al tiempo que me reia.
Entonces reacciono tomandome de la cintura de forma firme como quien agarra un vaso de agua cuando se tiene mucha sed y me acerco a el balbuceandome al oido:
No te hagas si bien que te gusta.
Me dio risa y le dije:
Si, pero no se lo digas a nadie.
Seguian tocando musica y mas musica era un lugar en el cual nadie me conocia, me sentia libre y con ganas de seguir, entonces con sus manos gruesas de hombre me tomo las dos nalgas, las apreto primero de forma suave y luego mas fuerte mientras que seguiamos bailando, escuchaba que uno de los tipos que se encontraba en la barra le decia a otro:
?Mira!, ese tipo como se la trae.
Una de sus manos, la paso delante de mi cuerpo por la pierna, y la deslizo hasta arriba tocandome con un par de dedos la vagina, y despues los paseaba por el resorte de la pantaleta, entonces le dije:
Ya para.
Pero mi voz tenia mas que un tono de detenerlo un tono de incitacion a que continuara. A pesar que tenia la minifalda, la blusa escotada y las zapatillas de correa roja brillosa, sentia calor, mi temperatura subia y subia, y me sentia mojada, entonces no aguante mas y me dirigi de nuevo al tocador. Me observe al espejo, mientras que me agarraba las nalgas y los senos como tratandolos de hacerlos mas grandes, despues me puse mas pintura de labios, pero con el pobre tino que tenia se me barrio un poco en uno de los costados de la boca, no me importo y empece a platicar conmigo misma:
Eres una cualquiera, una putita barata.
?No!, no lo soy, pues ni siquiera cobro que es lo peor.
Sali del baño y apenas cuando salia de este, senti que alguien me sujetaba y me arrinconaba al fondo del pasillo, practicamente no reaccione, me deje llevar, mientras que su mano exploraba de forma descarada mis partes intimas, con tal embate, fue cosa de segundos que tardo para quitarme la pantaleta, mientras que se bajaba el cierre de su bragueta, estaba sin la ropa interior y el dejaba entrever su palo firme y duro, el cual anhelaba que me penetrara, entonces me alzo de las nalgas y puso contra la pared y en ese momento me ensartaba su cosota, lo unico que exclame fue un Ayyyy era un grito de placer que llegaba hasta mis mas profundas entrañas, en esos momentos pasaba un hombre seguramente cliente del lugar, con una de esas mujerzuelas a quien le decia:
Uy aqui las putas son muy calientes, ?verdad?.
No se, pero ese comentario me excito mas, pues me confundieron con una prostituta de aquel lugarcillo, no me preocupe, incluso dije: Que mas da, si ya estoy en esto es mejor seguirle y disfrutarlo. Seguiamos cogiendo una y otra vez, parecia una zorra en celo, que me dejaba coger donde quiera, donde mi macho lo deseara, sentia su vergota mojada que intercambiaba sus fluidos con los mios, de pronto aparecio el dueño del lugar gritandome:
Oye tu, ?Eres nueva verdad?, ?No sabes que para coger es alla atras?.
Al tiempo que de forma imperativa me señalaba el lugar y la puerta para salir a la parte trasera del burdel. Parecia una perra en celo, me quite todos los prejuicios, no hicimos caso y continuamos cogiendo, una y otra vez sentia la dureza de su miembro que se desplazaba tan facilmente que me provocaba gemidos que salian desde mi sexo. Nos encontrabamos en una posicion en la que con mis manos podia sujetarme de su cuello, mientras que el con las suyas me tomaba de las nalgas, los clientes pasaban con las putitas del lugar observandonos por un momento con curiosidad y luego se seguian a la parte de atras en donde se ubicaban los cuartuchos que llegaba a ver de vez cuando se abria la vieja puerta de madera, de la cual se observaba un hoyo en la parte inferior, posiblemente de las patadas que los clientes ya borrachos que le daban dejando huella de su desesperacion para llevarse a las mujerzuelas al lugar de accion.
Cada cuarto tenia una luz roja escandalosa que la prendian justo cuando estaba siendo ocupado con un cliente, esa parte del bar era la de mas mala muerte, pues no habian ni siquiera puertas, lo unico que existian eran sabanas que se abrian de forma parcial con la llegada de vientos esporadicos, dentro de los cuales se llegaba a ver un movimiento ritmico de las nalgas desnudas de los hombres mientras saciaban su apetito sexual con las putas.
No me percataba como me veia en aquella posicion, hasta que de repente dirigi la mirada frente a mi y me observe reflejada en un espejo, aunque eso es solo un decir, pues solamente vi mi par de piernas separadas con las uñas pintadas y mis zapatillas ambas de color rojo encendido, que se movian de forma rapida o lenta de arriba hacia abajo dependiendo de la intensidad de como me estuvieran cogiendo. Sentia como estaba a punto de estallar como si fuese una especie de volcan a punto de hacer erupcion, solo pasaron unos segundos mas y senti un relajamiento del cuerpo indescriptible justamente coincidiendo con el orgasmo de mi amante de aquella noche revuelta.
Cuando todo termino me propuso llevarme a mi casa, entonces me baje la minifalda, solo pase por mi saco que habia dejado en una silla y nos fuimos a su auto. Nadie conocido fue testigo de lo que ocurrio en aquel rincon, quizas lo unico que quedo como constancia de que estuve en ese lugar fue la pantaleta de encajes rojizos y cuya tela parecia una rejilla chica que contenia a mi parte velluda ansiosa de ser tocada y penetrada.
Estaba ya cansada del dia, asi que al subirme al auto cerre los ojos, el encendia el vehiculo, y me imagine como bajabamos por la carretera abandonando aquel bar, no paso mucho tiempo cuando volvi abrir los ojos y efectivamente observaba como una gota de sudor escurria por una de mis piernas flexionadas, la cual me acariciaba la piel hasta llegar a mi vagina mojada, estaba ahi toda desnudita sin nada de ropa en la hamaca que acostumbro acostarme despues de darme un rico baño.
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