~~Y sucedió, tuve un sueño erótico muuuy caliente, de los más ricos que uno se pueda imaginar, en efecto, soñé que estaba en un fin de semana, en un viaje, en las playas del norte peruano, que son de lo más bellas (algo así como la playa Tortugas de las costas de Trujillo), en mi sueño me ví viajando con un grupo numeroso de chicos y chicas hacia allá,
 ya en en viaje comenzó la calentura entre nosotros. tomando cerveza en un bus rentado para nuestro traslado hacia allá, cantando, tomando, acariciándonos, todos éramos amigos, amigos cariñosos, desde mitad de camino comenzaron los tocamientos, caricias, besos, ummmmm, nos íbamos poniendo a mil, luego vinieron las mamadas. al amparo del anochecer, nadie se cuidaba ya, total, como se dice en mi tierra de noche todos los gatos son pardos, ¿quien podía ver quien se la mamaba a quién?,
 luego de algunas horas de estos juegos preparatorios llegamos a la playa, bellísima y tranquila, donde uno de los chicos tenía una casa, donde todos nos alojamos, más o menos 2 docenas y media de jóvenes deseosos de tener un fin de semana de música, paz, amor, peace. love,
 nos instalamos, acomodamos nuestras cosas, y el placer continuó, las mismas parejas que se habían formado en el viaje continuaron la faena, yo estaba con un chico más alto que yo, de unos 1.80 mt, dotado de una buena pinga, la que había saboreado de punta a cabo, e inclusive bebido su semen, el sueño era tan real que saboree el perlado y espeso líquido. ¡que delicia!
 reiniciamos la cosa, las voluptuosas prácticas amatorias, yo mamándosela a él, y él acariciando en tanto mi cuerpo semidesnudo, una vez que se la puse a mil como se dice, sentí una mano que por detrás de mí me pedía ser incluído en la fiesta (me susurró al oído que su pareja se había dormido por el cansancio, y quería hacerlo en trío, el chico que me había proporcionado placer oral con su pìnga asintió, no problem, dijo),
 entonces, inicié una segunda mamada. mi segunda pareja, con la que completamos un trío, ¡ummm! con lo que me gustan los tríos, estaba realmente con ansias de gozar, su pinga no era tan larga como la del primero, pero era gruesa, no demasiado. pero lo suficiente como para darme un tremendo gusto por el culito o por la concha (me estremecía al saborearla, tenía un sabor exquisito, un tanto diferente de la otra, también de delicia. ¿y su semen?, ¡riquísimoooo!),
 parace que no le habían extraído los jugos en el viaje, porque a los pocos minutos de mamársela ya estaba descargándolos en mi garganta previamente regada por los espesos y ácidos jugos del otro, ¡se sentían más espesos, pero también menos ácidos, ummmmmm, saboreé hasta la última gota, casi casi como beber leche cortada. ohhhhhh, tuve un orgasmo mientras él eyaculaba en mi garganta (le hice una mamada de garganta profunda, con lo que terminó eyaculando en forma copiosa), todo esto los sentí vívidamente en mi onírico erotismo,
 una vez que hube terminado con él, sentía unas ansias tremendas de follar ¿de uno en uno?, nooo, decidí que follaríamos de a tres, ellos ya lo habían hecho, la cosa es que lo hiciéramos de la mejor forma, para que nos diera mucho, para que obtuviéramos el máximo placer, que era lo que yo, en ese entonces como ahora, buscaba, entonces, indiqué al que estaba preparado, al que vino conmigo en el viaje: siéntate tú, en la cama, tu premio será penetrar mi culito, mientras aprovecho la postura para levantársela a él, a nuestro compañero,
 una vez que él se sentó, muy obediente, y muy caliente también, comencé a sentarme encima de él, luego que me hubo de hacer un beso negro de maravilla, penetro mi ano con una lengua poderosa preparándola para la penetración de su pinga de unos 18 cms (según el pingómetro que tengo desde chica en la boca, de gran aproximación dicho de sea de paso, me equivoco muy poco en las labores pingométricas con mi experta boca),
 una vez que mi culito estuvo preparado, preparación que me provocó un nuevo orgasmo, de lo más real que se puedan imaginar, comencé a sentarme sobre su mástil, aprestándome a engullirlo sin pausa y sin prisa, degustándolo en cada uno de los milímetros de su recorrido triunfal. antes del incio le propiné una mamada de las buenas, ummmmmmmmm), con lo que incié el maravilloso descenso a lo largo de su columna de carne, reconociendo cada una de sus venas. como si fueran espuelas de condón especial, ohhhhhhhh,
 una vez que llegué a la base del sexo de mi culeador. inicié mis movimientos circulares, breves y excitantes, y comencé con el segundo de mis culeadores de ese día, su pinga ya estaba semi erecta con la contemplación de mi descenso a lo largo de la pinga de mi enculador, por lo que no fué muy difícil lograr su nueva y poderosa, total erección, para que su pinga gruesita estuviera más dura que el metal, la mamé bien, incluyendo sus bolas peludas, acariciando sus nalgas bien formadas que me excitaban tanto,
 unos minutos después de mamar. y mamar. la pinga gruesita y algo corta estaba durísima, de modo que me recosté, diciéndole casi como una orden: ¡fóllameeeeee!, a lo que él inció una diestra labor de penetración, me sentía llena, embutida en mi concha. esa pinga era una delicia. ´, él me besaba, mamaba mis tetas, me las acariciaba suavemente. y acometía penetraciones sucesivas en mi concha. llevándome al delirio. ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh,
 yo continuaba moviéndome, excitando a ambos, y ambos se movían dentro de mí, uno por el culo y el otro por mi canal vaginal. elevando mi arrechura hasta niveles elevadísimos. con algo de dificultad pero con constancia, ellos se movían y yo también, mi temperatura subía y subía, hasta colocarme al borde de un orgasmo tremendo.
 hasta que el orgasmo, ¡llegóooooooooooooooooooo!, fué tremendo, tanto, que ¡me desperté!, en medio de un verdadero orgasmo, ¡y empaladita por mis pingas artificiales!, me las retiré, y me acomodé para dormir, sin interrupciones, hasta el nuevo día, día de víspera de viaje.