Antes que nada tengo que confesar que me obsesionan los culos de las mujeres, su redondez, suavidad, me provoca morderlos y besarlos, me excito demasiado con sólo verlos, no importa si la niña es linda o fea.

Vanessa tenía un culo para morirse. Fuimos amantes por casi un año y nunca me la pude coger por el culo, lo que me frustraba mucho. Yo tenía novia, la cual era amiga en común de Vanessa y yo.

Un día en casa de una amiga estabamos ella y yo en el sofá, los demás estaban en otra parte, cuando le comencé a acariciar la espalda, ella se dejó así que seguí hasta su culo, le metí la mano por el pantalón y le comencé a agarrar las nalgas, ya yo lo tenía tieso como piedra, ella me lo empezó a agarrar, yo me moría no aguanté y le metí un dedo en su culo apretado yo sólo quería eyacular y sentír el orgasmo en todo mi cuerpo. Pero no pudimos seguir porque nuestros amigos llegaron, así que decidimos vernos al día siguiente en mi casa para tener sexo anal.

Ya estabamos en mi edificio, en las escaleras de la asotea, estaba parada frente a mí, se bajó el pantalón y dió una vueltica para enseñarme su culo, tenía un hilo morado que a mí me mataba, en ese momento todo remordimiento desapareció de mí, la empecé a besar mientras mis dos manos le apretaban las nalgas, estaba hambriento de ella, desesperado, ella tomó mi verga en su boca y la chupó por un rato, luego me agaché y le mamé su clítoris me golpeaba su sexo en mi cara, estaba como loca luego se puso en cuatro y se lo empecé a meter lentamente, su culo estaba demasiado apretado, poco a poco fue entrando, yo estaba en el cielo, al rato ya lo metía y lo sacaba, yo estaba fuera de mí, bombeando con furia, con desesperación. Ella se sentó en mi güevo y nos besamos, me excitaba demasiado verla así, empalada por mi verga. Mucho tiempo después yo seguía bombeándola, le abría las nalgas para entrar por completo, le apretaba los senos, le halaba del pelo, y ella no decía nada, ya al final su hueco estaba tan abierto que mi pene entraba y salía con demasiada facilidad, lo que provocaba que golpeara mi miembro con su coxis.

Quería acabar, ya no podía soportarlo más, así que ella se puso de pie, de espaldas a mí, yo estaba de rodillas, lo que ponía su culo frente a mí, yo lo besaba y lo lamía, mientras me masturbaba frenéticamente, ella restregaba sus nalgas contra mi cara, hasta que no resistí más y descargué mi leche, salía en chorros, nunca he vuelto a eyacular así, nunca voy a olvidar ese culo, que me hizo ser infiel por primera y única vez.