Nadia se lo monta a media noche con Rosendo 

Cuando me desperté me di cuenta que aún estaba en la cama de Unai y supe de inmediato que ya era muy tarde, tal vez la mitad de la madrugada. Unai dormía a mi lado tranquilamente con un brazo cruzando mi cintura, por la escasa luz de la habitación pude notar que estaba babeando la almohada y tuve que contenerme para no reírme, seguía siendo el mismo gañan de siempre, no importaba lo bien que follara. De cualquier manera él seguía siendo mi hermano de por vida y yo lo quería como tal, aunque ahora lo apreciaba un poco más que antes. Acaricié su áspero mentón cubierto por barba de unos días que tanto me pone de los machos, y lentamente fui levantándome, procurando no despertarlo. Cuando logré bajar de la cama busqué mi pantalón en la oscuridad y salí del cuarto desnuda de la cintura para abajo. El pasillo que daba a las habitaciones estaba desierto, sonreí y terminé de desnudarme dejando que mis grandes tetas con sus erguidos pezones me señalaran el camino y los seguí hasta llegar al baño. Abrí el grifo y me puse bajo la lluvia de agua tibia completamente zambullida en ella. Me sorprendí al no sentirme sucia emocionalmente, sólo me sentía sórdida físicamente y se debía a la mezcla de líquidos corporales que se habían secado en mi cuerpo. Recordé la partida de póker que mi madre planearía y ya podía afirmar,  sin lugar a dudas, que Unai quería participar en ella, sin que me hubiera dicho nada, ahora ya sabía que yo no estaba enfadada con él y que estaba dispuesta a hacer muchas locuras, seguramente eso lo calentaba más y me jugaba las tetas a que ya estaba fantaseando con follarse a mamá y a Mayra, ¡Su polla no tenía hartura ni filtros…! “Un coño es un coño, da igual de quien sea… si es follable hay que llenarlo de leche”, ese era su lema. Especialmente a Mayra, ya que era la única de las mujeres de la casa que aún no había hecho suya, pero al menos había recibido una leve probadita. Mientras divagaba y pensaba en todo esto la puerta del baño se abrió y vi entrar a mi tío Rosendo, él se sobresaltó un poco al verme. -No te asustes tío, no soy un fantasma, le dije con una sonrisa. Sus ojos como de cordero degollado se clavaron en mis tetas y en mi pubis, dado que las cortinas estaban descorridas… -¡Nadia! Casi me matas del susto ¿qué haces bañándote a esta hora? -No me podía dormir… ¿y tú qué haces deambulando? -Vine a echar una meada, se quedó parado junto a la puerta sin moverse y sin dejar de mirarme chequeando toda mi anatomía bajo la lluvia de agua transparente. -Bueno, anda hazlo tranquilo, le dije mientras tomaba una barra de jabón y comenzaba a pasarla por mis grandes y macizas tetas. Él titubeó unos instantes pero al final recordó que ya nos habíamos visto bien desnudos. Sacó su oscuro cipote y casi al instante comenzó a orinar de las ganas con las que venía el gachón. Simulé estar concentrada en mi propio cuerpo pero le miraba de reojo, él hacía lo mismo conmigo, la situación me parecía de lo más divertida, porque desde mi perspectiva le era imposible ocultar su polla si no se sentaba y Rosendo no era de los que meaban sentados como las féminas, es más todos los hombre meaban parados como auténticos machos. Cuando terminó de hacer orinar, hizo algo que no me esperaba, se acercó al lavabo, abrió el grifo y puso su rabo cerca del chorro de agua para lavarlo… -No sabía que los hombres se lo lavaran después de orinar, le dije. -Normalmente lo hago… a mí me gusta hacerlo porque es más higiénico y sólo te lleva hacerlo unos segundos. -¿Y después quién limpia el lavabo? -Yo, siempre dejo todo limpio y colaboro en la limpieza de la casa como tú… -Ah, me parece bien, porque ahí yo me lavo los dientes, ambos sonreímos. -¡Nadia, te habrás metido cosas menos limpias en la boca que mi polla…! Dijo como una de sus típicas bromas pero se detuvo en seco pensando que había ido demasiado lejos. -La verdad que sí… cada cosa… puse mis ojos en blanco recordando la vez que le hice la paja cubana y lo cerca que había estado su verga de mi boca y también recordé cómo Mayra se la chupaba y cómo al final consiguió tragase toda la lefa en un engrudo espeso.

Sacudí mi cabeza volviendo a la realidad y me puse de pie, el agua comenzó a caer por todo mi cuerpo y mi tío quedó mirándome anonadado, inmediatamente su rabo se puso rígido, como si le hubieran activado un interruptor. Ahora sus ojos viajaban por todas mis curvas, se deleitaban con mis pezones y se perdían en mi entrepierna sin dejar de moverse ni por un segundo. -Eres muy parecida a tu madre…, cuando ella tenía tu edad era igualita a ti, dijo con las cejas arqueadas y la mano derecha aferrada a su miembro. -¿Y también se te ponía empalmada y tan dura cuando veías a mi madre? Esto lo tomó por sorpresa, por primera vez en mi vida lo vi sonrojarse, él que siempre hacía bromas pesadas había recibido un comentario que lo dejaba con la guardia baja. -¿Eh… por qué lo dices? Preguntó estúpidamente. -Porque la tienes muy dura tío, le sonreí burlonamente. -Y porque a mí me dio la impresión que no era la primera vez que veías desnuda a Vicky, esto fue como en el póker, no tenía pruebas para sostener esta afirmación pero me la jugué igual esperando que él se lo creyera. -Es cierto, no fue la primera vez… ni la segunda. -¿Y cuándo la viste desnuda? Caminé con cuidado fuera de la ducha sensual y provocadora.

Podría haber tomado una toalla y comenzar a secarme pero preferí que mi tío se hipnotizara con toda mi desnudez. -Hace muchos años, cuando éramos unos retoños, ella habrá tenido la edad de tu hermana o un poco más, noté que su verga se endurecía más. -Cuéntame cómo fue, le dije exagerando mi entusiasmo, pero sí me moría de ganas por saberlo, mi madre me había contado de los jugueteos con Unai pero no mencionó a su hermano. Se veían muy bien que ya había mantenido relaciones sexuales con él aquella loca noche de póker y alcohol. ¿Todavía te acuerdas? -¡Claro que me acuerdo! No estoy tan viejo. Me acuerdo como si hubiera sido ayer. La primera vez fue una mañana en la que descansaba del trabajo, me acuerdo porque me levanté tarde, hablaba automáticamente, su atención seguía centrada en mi cuerpo, especialmente en mi clítoris que asomaba sugerentemente. -Cuando pasé caminando por delante de su cuarto la vi completamente desnuda. Ella se asustó porque creía que estaba sola en la casa, ese día me enteré que le gustaba andar desnuda, además hacía mucho calor, yo hubiera hecho lo mismo. Noté que acariciaba su tranca mientras me narraba lo sucedido, yo permanecía de pie frente a él como si llevara ropa, mis pezones se pusieron rígidos, producto de estar mojada en plena madrugada. -¿Te sorprendiste mucho al verla así? Ella debió de ser muy hermosa de joven. -Sí que lo era… y lo sigue siendo. Te repito, era muy parecida a ti y me sorprendió que fuera tan… voluptuosa, pero esa no fue la única vez que la vi sin ropa, un tiempo después pasó algo de lo que ella también se debe acordar muy bien…, yo llegué a la casa y la encontré… follando con uno de sus amigos en el sofá, esa vez… -¿Cómo estaban? Lo interrumpí. -¿A qué te refieres? -A cómo lo estaban haciendo, me producía mucho morbo imaginar a mi madre follando con alguien que no fuese mi padre… -Esto…, por un segundo creí que no me contaría. -Vicky estaba a cuatro patas en el sofá y el chico detrás de ella, al parecer el muchachito estaba muy emocionado por poder metérsela a semejante mujer, se movía poseído por ella… y a Vicky parecía gustarle mucho…me enojé, me enojé porque me pareció una falta de respeto que lo estuvieran haciendo en plena sala de estar en la casa de mis padres, me enojé tanto que saqué a patadas al cabrón ese. -¿No será que te dio celos? Tal vez querías ser tú el que estuviera en lugar de ese tipejo. -No… yo…, abrió los ojos, nunca había visto a mi tío Rosendo tan confundido. -A mí puedes contármelo en confianza… a mí me da la impresión que Unai me mira de la misma forma y me gustaría tener una opinión masculina al respecto ¿Nunca fantaseaste con tu hermana…? -Bueno… ella era muy hermosa y como te dije, la vi desnuda… y en pleno acto sexual, no es como verla sólo desnuda… ella se enojó conmigo por como reaccioné, me gritó de todo y no me habló durante varios días. -Eso no me responde la pregunta ¿te calentabas con ella, sí o no? -Sí, dijo por fin agarrándose la verga con fuerza. -Creo que fue eso, me enojé porque no era yo el que… el que estaba ahí con ella. -Seguramente disfrutaste mucho del juego de póker, pudiste verla desnuda una vez más y hacer varias cosas con ella… -Eh… sí, estuvo bien, la seguridad característica y prepotencia de mi tío parecía desmoronarse. -También pudiste metérsela ¿Te la has follado alguna vez? -No, eso no… -No me mientas, yo te vi saliendo de su cuarto aquella noche, le sonreí con simpatía. También escuché como gritaba ella… sólo tuve que sumar dos más dos. -¿Y a ti te molesta eso? De la punta de su glande goteaba líquido, y yo sabía que la humedad de mi vagina no se debía solamente al agua de la ducha. -Al parecer a mi padre no le molestó, así que a mí tampoco. ¿Te incomoda que te pregunte todo esto? Sólo te pregunto porque tengo curiosidad. -No, está bien, no me molesta. -Intenté hablar sobre esto con mamá pero no tuve suerte, mentí. -No sé qué pasó ahí dentro ¿tú me podrías contar? -¿Estás segura que quieres saberlo Nadia? Mira que no es algo para estar contando. -Es cierto, pero somos de la misma familia, vivimos en la misma casa y quiero creer que ya tenemos la confianza suficiente como para hablar de sexo sin tantos tabúes.

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Bajé la tapa del inodoro y me senté sobre ella, él giró para quedar frente a mí. Creo que en ese momento perdió los estribos porque se me acercó rápidamente y cuando abrí la boca para decirle algo me atacó con su cipote, obligándome a tragarlo, me agarró de la cabeza acariciando mis cabellera invitándome a mamársela… el sabor amargo me llenó la boca. Tan rápido como me embistió, retrocedió y lo miré a los ojos, boquiabierta. -¡Epa! Fue lo único que atiné a decir. -Perdona Nadia, parecía asustado. -No sé qué me ha pasado por la cabeza… -Está bien, no me molestado tío… debe haber sido el calentón de tu relato… sonreí libidinosamente. -Podemos hacer un trato, tú me cuentas qué pasó en el cuarto con mis padres y yo te la chupo. -¿De verdad? -Palabra de sobrina. Y si lo cuentas bien me tragaré tu leche, levanté mi mano como si fuera un Boy Scout. Sí tú quieres…volví a sonreír y pasé un dedo alrededor de mi pezón derecho. Siempre me consideré una chica normal en cuanto al sexo se trataba, pero había descubierto que estas actitudes de “PUTA” me calentaban mucho, lo bueno es que nadie se enteraría de esto y podría seguir aparentando normalidad frente a mis amigos. Él no lo pensó dos veces, esta vez me ofreció su dura verga dejándola a pocos centímetros de mi boca y cumpliendo con mi palabra comencé a lamerla e introduje el glande para poder apretarlo con mis labios.

No me consideraba una experta en el sexo oral pero al menos ya tenía un mínimo de experiencia e intentaba hacerlo con buena actitud, demostrarle a este hombre que yo también disfrutaba al hacerlo. -Esto… no sé cómo contar esto, dijo mi tío evidentemente nervioso por la situación mientras mi lengua jugueteaba con la punta de su verga. -Podrías empezar diciéndome qué pasó apenas entraste al cuarto de mis padres. -Eh… sí, hizo una pausa. Solía ser un hombre que hablaba mucho pero ahora le costaba encontrar las palabras… -Apenas entré vi que tu padre estaba con Vicky en la cama… Y… ¿Y se la estaba metiendo por el culo? Tuve que sacarme la pija de la boca una vez más para acelerar el relato de mi tío. -S… Sí, ¿cómo sabes? -No lo sé, solamente me lo imaginé… después de lo que Unai le hizo a mamá en el juego de póker, me pareció lógico pensar que papá querría hacer lo mismo. Tío, tú siempre fuiste muy directo para decir las cosas, a veces hasta me molestaba tu forma de hablar, pero ahora no, de verdad. Puedes contarme todo de forma directa, sin tantas vueltas, esperaba haberlo hecho reaccionar con esto y retomé mi tarea hundiendo el falo hasta lo más profundo de mi garganta. -Está bien… voy a hacer lo que pueda, acarició mi cabeza. -Cuando los vi así yo también tuve ganas de hacer lo mismo, por suerte Vicky estaba tan borracha que ni siquiera se sobresaltó al verme, al contrario, me hizo señas para que me acercara… yo estaba desnudo, como recordarás y la tenía tan dura como ahora, lo único que se escuchaba, además de su voz, era el sonido viscoso que producía el rabo entrando y saliendo de mi boca. -Tu madre actuó de forma inmediata, apenas me acerqué empezó a chupármela… ¡qué bien que la chupa esa mujer! tú lo haces casi tan bien como ella. A Pepe pareció no molestarle el verme allí, él siguió con lo suyo y se nota que es un buen amante, ya entiendo por qué mi hermana se casó con él, parecía que la iba a partir al medio pero Vicky lo recibía muy bien, me encantó ver como ese culazo se comía toda esa verga… ya quisiera tener yo una así, pero estoy muy orgulloso de la mía, cada una de esas palabras me encendía más aún y me incentivaban a chupar con mayor ímpetu. -En un momento tu padre dijo que ella tenía que probar por los dos lados a la vez, yo nunca había estado en un trío pero en esa ocasión todo me importaba muy poco, yo estaba fantaseando con metérsela a Vicky por donde sea. Ella me hizo acostar en la cama y cuando sentí ese coñito abriéndose para mí casi me vuelvo loco, se la mandé hasta el fondo de una sola vez y ella gritó entusiasmada… más gritó cuando tu padre la volvió a clavar por el culo, no gritaba porque le doliera, ya tenía todo bien dilatado, era obvio que le gustaba. Te voy a decir una cosa Nadia, si tu hermano te mira igual, deja que te folle… no te das una idea de lo mucho que calienta eso, a mi Vicky casi me hace acabar en un segundo, tuve que serenarme un poco para poder aguantar. Lamí los testículos de mi tío y volví a chupar con fuerza su glande, la tragué completa tres o cuatro veces y luego lo miré a los ojos. -Sé muy bien lo que se siente, Unai ya me folló… y no hablo sólo de la noche de póker. -¿Qué? ¿De verdad habéis hecho…? No lo puedo creer. -¿Pensabas que me iba a quedar con las ganas después de lo que pasó? Yo no tuve la oportunidad de descargar esa noche, no le iba a contar lo de Mayra porque ya me parecía mucho pero me pareció que confesar lo de Unai lo incentivaría a seguir contándome. -Entonces ya sabrás cómo me sentí yo esa noche con tu madre… casi le arranco las tetas de tanto chupárselas, al escuchar esa palabra volví a mandar el badajo endurecido dentro de mi boca. -Quería hacer mil cosas a la vez… y al parecer a ella le pasaba lo mismo, se movía como loca de atrás para adelante, como frotándose contra mí, sólo que teniendo mi verga metida bien adentro y tu padre seguía ensartándola, ella gemía como una poseída… eso habrá sido lo que tú escuchaste desde tu cuarto. Nunca había visto a mi hermana de esa forma, parecía una puta, pero de las putas buenas, no de las baratas. La verdad es que fue una noche inolvidable, pero todavía faltaba la mejor parte. Cuando tu padre acabó le dije a tu madre que yo también quería ir por atrás, ella no tuvo ningún problema, me acuerdo perfectamente que me dijo “¡¡métela hasta el fondo!!”, muchas mujeres me han dicho eso pero viniendo de mi propia hermana… en esa situación… me voló la cabeza. No esperé ni un segundo, nos acomodamos enseguida y no me importó que tuviera el culo lleno de leche, no era momento de ponerse exquisitos, se la mandé a guardar hasta el fondo, como ella me lo pidió y volvió a gritar y gemir para mí. Tu padre se acostó y desde ahí nos miraba. Pensé que tendría el culito muy abierto no sólo porque ya se la habían metido Unai y Pepe sino también porque este último tiene la pija bien grande, pero la verdad es que se sintió de maravilla porque mi grosor es superior a los de tu padre y hermano… estaba dilatado, sí, pero lo suficiente, así que podía sentir el roce cuando entraba y salía. Me puse como loco, le di con fuerza para que tuviera polla sin falta…, le apreté las tetas y la ensarté una y otra vez. Aquel agujero resistía estoicamente, esa noche llevaba dos folladas y la de mi tío, la tercera. Mi madre probó las tres pollas la muy PUTA.

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Por el tono de voz de mi tío me di cuenta que se estaba excitando cada vez más mientras me narraba lo ocurrido, en mí también tuvo un efecto parecido ya que comencé a masturbarme sin dejar de mamársela pero él volvió a perder los estribos, me tomó de un brazo y de un tirón me obligó a ponerme de pie, quedé con toda la boca ensalivada mirándolo a la cara pero casi al instante me hizo girar sobre mí misma y empujó mi espalda hacia adelante tan fuerte que me vi obligada a poner las manos contra la pared, no me quedó más alternativa que prepararme para lo que venía. Al principio me dolió un poco porque mi dilatación no era tan buena pero su verga no necesitó de más de dos embestidas para clavarse por completo en mi húmedo conejito hambriento. Ya estaba entregada y dispuesta, mi tío me follaría allí mismo, y como no podía evitarlo, decidí que lo disfrutaría tanto como pudiera. Me agarró con fuerza las grandes tetas, sus gruesos dedos parecían envolverlas y su pelvis ya estaba rebotando una y otra vez contra mis nalgas, sentí la recia tranca entrando y saliendo muy rápido y el placer comenzó a subir y a esparcirse por todo mi cuerpo. Solía mantener relaciones frecuentemente con mis ex novios pero esto era muy diferente, de un día para otro ya me había follado a mi hermano y ahora lo estaba haciendo mi tío, mi sexualidad había mutado hasta este punto por culpa de un juego de cartas. Separé más las piernas permitiendo que me clavara más profundo, él mantenía la verga bien adentro y se movía tan rápido como podía. Las embestidas eran cortas pero se repetían con tanta celeridad que mi vagina apenas podía soportarlo, ya podía sentir mis jugos vaginales fluir y mojar la cara interna de mis piernas, agradecí tener buena lubricación porque mi tío no se detendría por nada del mundo, eso lo sé bien por haberlo vivido en mi mis carnes… un macho no para de follarse a su hembra hasta que acaba llenándola. Quería gritar de placer pero recordé que todos estaban durmiendo, tuve que morderme el labio inferior para no hacerlo. No sabía si mi tío estaba pensando en su hermana o era consciente que se estaba follando a una de sus sobrinas, tal vez a ambas. Con tantas sacudidas llegué a temer que me golpearía la cabeza contra la pared pero aun así preferí seguir. De vez en cuando se me escapaba algún gemido, por más que intentaba ahogarlos, especialmente cuando la verga se deslizaba hacia dentro y el grueso cilindro me partía en dos, frotando con entereza contra las paredes internas de mi cavidad vaginal y cada una de sus terminales nerviosas. No quería que se detuviera pero la incómoda posición me estaba dificultando mucho las cosas, no podía dedicarme a gozar, hasta mis mojados pies se patinaban en el liso piso del baño. -¡Ay tío! Jadeé. -Para un poquito. -Es muy tarde Nadia, esta vez no pienso quedarme con las ganas. -Es que me voy a caer, dije mientras recibía una y otra vez sus pollazos desde atrás. Al escuchar esto se detuvo sin sacar su miembro de mi cueva, pude acomodarme mejor pero sabía que sería cuestión de tiempo volver a sentirme incómoda. -Si quieres follarme, hazlo bien, le pedí con el tono de voz de una puta en celo…, me permitió apartarme y volví a quedar de frente a él. -No sabía que tuviera una sobrina tan cachonda y putita, ese comentario lejos de enfadarme e insultarme a esa altura de incestos cometidos sólo me calentó más.

-Sí, soy muy puta, lo dije más para convencerme a mí misma pero no me costó mucho hacerlo, debía admitirlo, en cuestión de horas me había follado a mi propio hermano y ahora le estaba pidiendo a mi tío que hiciera lo mismo. -Ven para aquí golfa…, me dijo con su típica rudeza de hombre de las cavernas y me jaló del brazo. Salimos del baño en silencio mirando hacia todos lados pero el pasillo estaba desierto y la penumbra nos ocultaría si nos apresurábamos. Llegamos hasta su cuarto, al fondo del pasillo y ni bien entramos encendió la luz y sin que me lo pidiera me tendí boca a arriba en su cama manteniendo las piernas separadas, cerró bien la puerta y se quitó el slip que llevaba puesto quedando tan desnudo como yo, si bien no era un hombre guapo si tenía su punto atractivo… tenía un poquito de panza con vello corto y poco denso sobre su pecho y su pancita… entre ambas zonas un reguero de vello las unía… En ese momento me pareció una de las personas más excitantes que había visto y esto se debía al hecho que se trataba del hermano de mamá.  Se arrojó sobre mí clavando su tiesa verga en mi coñito tan hondo como pudo y comenzó a taladrarme como un martillo pilón. Todo el peso de su humanidad me sofocaba pero me hacía sentir más pervertida, quería que me partiese en dos, arañé su espalda mientras él continuaba entrando y saliendo una y otra vez, no sabía con qué frecuencia mantenía relaciones sexuales este hombre pero parecía que no lo hubiera hecho en años…, me follaba con la fiereza de un preso que recupera la libertad tras varios años y prueba por primera vez a una mujer en todo ese tiempo. Tal vez lo hacía de esa forma porque yo le pedí que me jodiera bien y no podía quejarme, tampoco podía gritar ni gemir, me costaba mucho contenerme y tenía miedo que el traqueteo de la cama alertara a algún otro de los miembros de mi familia, esto no supondría el fin del mundo pero de todas formas debería dar algunas explicaciones, sería un verdadero problema si en algún momento mi padre aparecía por esa puerta, tal vez se enojara tanto al ver a su cuñado bombeando dentro de la vaginita de su hija mayor que perdería la cabeza, todo este riesgo me producía aún más morbo y me gustaba imaginar que sucederían cosas muy malas si nos descubrían. Mordí mis labios con tanta fuerza que sentí un leve sabor metálico a sangre, tuve que abrir la boca y dejar salir un gemido. -¡¡Grita putita, grita!! De esta follada te dejo bien preñada…nena. Me decía mi tío Rosendo haciéndome delirar de placer.

No sé por qué me gustaba tanto que él me tratara de esa forma si yo misma afirmaba que odiaba que me dijeran puta, pero ahora la sola mención de la palabra me revolvía placenteramente el pecho. -¡¿No, nos van a oír?! Susurré desesperada, él aceleró el ritmo, su verga entraba en mí con todo el peso de su cuerpo y mis piernas se sacudían en el aire. -La puta madre que te parió, ¡Aaay! -Cómo te gusta la verga sinvergüenza, una vez más esas extrañas sensaciones, como de mariposas revoloteando en el interior de mi cuerpo. -¡¡Me encanta la verga, la quiero toda!! ¡Me estás convirtiendo en una ZORRA! Nunca hubiera imaginado que mi tío fuera tan salvaje en la cama, por lo general era un hombre bonachón y bromista pero ahora estaba hecho un semental degenerado y malhablado con el único objetivo que inseminarme, eyacular dentro de mí todo su contenido seminal y se fuera posible preñarme… al fin y al cabo tener sexo solo tiene dos vertientes… afianzar las relaciones personales entre dos personas o el apareamiento animal para engendrar, y aquí se podría afianzar la dos… -Date vuelta y te parto dos, puta. -Sí, párteme el coño…, le supliqué. Se levantó lo justo y necesario para que yo pudiera ponerme boca abajo, con mi cuerpo estirado bajo el suyo levanté el culito, él volvió a clavarla en mi chochito ajado… -No, por ahí no… -¿No? ¿Quieres que te rompan el culo, eh? -Sí… jadeé y abracé una almohada… ¡RÓPEMELO! Tras del tratamiento anal intensivo al que me sometió mi hermano pocas horas atrás no costó mucho trabajo meter la verga de mi tío dentro de mi esfínter, se sintió de maravilla, comencé a gemir con la boca pegada a la almohada mientras mi tío trabajaba como un taladro neumático en mi ano. Podía sentirlo dilatarse más y más y casi ni me dolía, era puro placer y roces internos, el aro con el cual iniciaba mi ano se sentía tenso y estirado y era donde mejor se sentía el recorrido de toda la verga recia como ninguna tuve en mi cuerpo. Qué culito más rico tienes cabrona. -Más rico lo tiene Mayra, sabía que mencionar a mi hermana tendría un gran efecto en mi tío… -¡Rómpeme el culo como si se lo hicieras a ella!! -A tu hermanita se lo voy a dejar bien abierto, el culito de esa zorrilla es impresionante, me calentaba escucharlo hablar así de mi dulce pero morbosa hermanita.

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Se sacudió detrás de mí golpeando su pelvis contra mis nalgas, las abrí con mis manos y una nueva embestida llegó mucho más profundo haciéndome gritar de placer, por suerte este grito de perdió contra la almohada, rogaba que mis padres no oyeran nada pero por suerte su habitación era la más lejana a la de mi tío. Me hincaba casi en vertical sobre mi culo aplastándolo a cada ida hundiéndome contra el colchón, aquel macho iba de sobrado con su virilidad, me clavaba la daga con fiereza haciéndomela sentir dura y rígida… ya pasaba algo más de cinco minutos en tal posición horadándome el ano, cuando siendo que la extrae y acomodándome el culo me deja el coñito entreabierto a expensas de sus menesteres y… siento que retoma la follada por mi coño otra vez, me la entierra sin compasión una y otra vez. A los pocos segundos la aceleración evidencia su inminente corrida y poco más tarde percibí cómo me llenaba con su semen bien cargado. Me fascinaba sentirlo correr por mi interior… como el esperma se iba expeliendo con presión contra mi pared vaginal hasta que los chorros de leche se hicieron leves…, la dejó dentro de mi útero desde el inicio, soltando el primer chorro de leche espesa sin dejar el vaivén a medida que iba eyaculando los siguientes chorros de lefa hasta el último, dejando secos sus cojones definitivamente. Me relajé disfrutando de cada lechazo, era la segunda vez que me llenaban el coño de semen y me estaba gustando demasiado la idea. Él quedó acostado sobre mí sin sacar la verga abotonando herméticamente mi vagina con tan vasto cilindro oclusor… y así nos quedamos durante un largo rato intentando recuperar el aliento, él no era ningún jovenzuelo, me imaginaba que todo esto había supuesto un enorme esfuerzo de su parte…. -La verdad que te has pasado tío, lo felicité sinceramente. -Menuda buena follada me has dado de Puta Madre. -Hablando de puta madre, ¿no sabes si Victoria querrá repetir lo del jueguecito ese de póker? Sonreí al escuchar esa pregunta. -Yo creería que sí, pero no estoy segura, me gustaba hacerme la misteriosa. -Déjame averiguarlo… ¡porque tú le tienes unas ganas tremendas al culo de Mayra! -No es ningún secreto… pero el tuyo no se me iba a escapar. No sabía que ya hicieras estas cosas. -Digamos que estoy en una etapa en la que quiero probar cosas nuevas… y ésta era una de esas. ¡Pero al final a ti te ha apetecido llenarme el coño! Su verga aún conservaba rigidez y me agradaba sentirla dentro aunque no nos estuviéramos moviendo. -Era una idea que no quería dejar pasar, pero si me das un ratito para reponerme, te doy una segunda pasada y esta te prometo que va directa a tu culito. -Eso me encantaría, sino no me iba a quedar otra que volver solita a mi cuarto y hacerme una paja. -De eso me puedo encargar yo también… este clítoris lo tienes muy duro y erguido. Tiene un tamaño considerable nena, me dijo metiéndome mano bajo el capuchón al final de mis labios vaginales. Al decir esas palabras deslizó ambas manos bajo mi cuerpo, con una me apretó una teta y con la otra buscó mi coñito, estaba tan empapada que seguramente había formado una mancha de humedad en las sábanas. Comenzó a tocarme suavemente y sumó a esto unos ricos besitos en el cuello, era como tener un masajista sexual personal, cerré los ojos y me relajé, me dejé llevar y me perdí en un estado asombroso que se encontraba entre el sueño, la vigilia y la lujuria.

Permanecí de esa forma durante algunos minutos hasta que me sobresaltó la tremenda acometida que me dio contra el culito. Supe que su vega se había vuelto a despertar y que me daría esa prometida segunda pasada. Me pregunté cómo me quedaría el culo tras recibir tanta verga en una sola noche pero extrañamente esto en lugar de preocuparme me causaba más morbo. -¡Uy, cómo me gusta que me den por el culo! Dije levantando el culito tanto como pude para recibir toda la longitud del miembro de mi tío adentro. Al placer anal debía sumarle el que me producían los incansables toqueteos en mi clítoris y ya no entendía cómo dar por el culo podría ser sinónimo despreciativo en la forma de hablar. -Pero qué curioso, tu madre dice lo mismo. Ya sé a quién saliste tan puta. Esta segunda ronda de estocadas y embestidas contra mi agujerito posterior fue tan placentera como la anterior y duró un poco más de tiempo, ya no fue necesario que me diera con tanto ímpetu, mi culito ya estaba consentido y con movimientos lentos podía gozar enormemente. No llegué a notar el momento en que acabó por segunda vez dentro de mí, esta vez llenándome de lefa el culo, pero no me quedé tanto rato bajo el peso de su cuerpo, de hacerlo me hubiera sofocado, ya llevaba demasiado tiempo allí. Me despedí de mi tío y él casi ni me respondió, ya se estaba durmiendo otra vez, sonreí satisfecha al saber que lo había dejado agotado casi sin moverme, sólo me ofrecí para él y lo dejé hacerme lo que quisiera. Regresé al baño y me duché con agua bien fresca y un fuerte chorro sobre mi cuerpo…, me lavé una vez más a conciencia antes de irme a dormir a mi propio cuarto, a pesar de las horas de sueño en la cama de Unai, me quedé dormida poco después de apoyar la cabeza en la almohada. Sólo recuerdo haber escuchado a mi hermana respirando agitadamente a mi lado, supuse que la muchachita se estaba masturbando pero ya no tenía energía para unirme a ella.

CONTINÚA...

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