Mi nombre es Julieta, soy de Buenos Aires, Argentina.

Soy bastante normal, pero bonita, tengo 22 años, soy bastante alta y flaca, tengo el pelo morocho cortito y la piel blanca. Mis medidas son 100, 70, 90, soy bastante tetona y considero que tengo unas tetas muy lindas.

Bueno, para centrarme en el relato, soy preceptora de un colegio católico, siempre me habían tocado cursos chicos, pero este año me tocó 6to. año (Es un colegio técnico). Para los que no son argentinos, los alumnos de 6to. año son chicos de 18 y 19 años en promedio. 

Por otro lado, también tengo que admitir que soy bastante puta por decirlo así, me gusta mucho coger, de todas las formas. Además, tengo un par de alumnos que están muy buenos. Uno de ellos, llamado Alexis, es más bajito que yo, pero es flaquito y está todo bien marcado, tiene un muy lindo culo. 

Cuando empezó el año yo estaba decidida a cogerme a este chico, la pregunta era ¿cómo? Yo siempre noto que soy muy mirada por los alumnos de todos los años. Aunque debo admitir que me visto de una forma bastante provocativa. Suelo ir con una pollera corta y alguna blusa con bastante ajustada.

La mayor parte del año trascurrió sin que yo encuentre la forma de acercarme a este chico. Pero con el comienzo del segundo cuatrimestre surgió la oportunidad perfecta. Alexis tuvo una mala contestación a una profesora, la cual decidió enviarla a Preceptoría. En mi Preceptoría yo estoy sola, es una oficina relativamente pequeña. Al llevarlo allí yo iba ideando lentamente mi plan, lo seduciría, haría que me cogiera. 

Cuando llegamos a Preceptoría yo le dije:

Yo: No podés contestarle así a tu profesora, no solo porque es tu profesora sino porque es mujer y a la mujer se la debe tratar con respeto. 

Alexis: Es que esa profesora es una hija de puta, me hizo llevarme el primer trimestre.

Yo: Te veo muy estresado Ale, ¿pasó algo además de esto?

Alexis: July la verdad, estoy muy mal con mi novia hace varios meses, y eso me tiene bastante irritable.

Yo: Todo se puede solucionar, yo te puedo ayudar.

Mientras yo me había parado y con una mano tomé su muslo. Alexis se puso colorado y no contestó nada. En ese monumento suelto su pierna y me agacho intentando que mi culo quedara bien apuntado hacia su cara. Después de unos segundos él reacciona y me dice:

Alexis:¿en qué me puedes ayudar July?

Yo: En sacarte todo ese estrés que te agobia. (Al mirar su entrepierna veo que tiene una gran erección, me sorprendió su pene, era muy grande) veo que entendés perfectamente a que me refiero.

Alexis tiende a decir que sí, pero yo giro rápidamente su silla y me arrodillo ante él, y le pregunto «¿me dejas que te ayude?». Él me hizo que si con la cabeza, tenía cara de atónito. Yo rápidamente bajo su bragueta y libero a su enorme pene, tenía un olor muy fuerte, a verga, a adolescente, a ganas de coger.

Luego de mirar uno segundos su gran pene, y muy emocionada por al fin poder comerme esa verga. Después de eso, empiezo a comerme su chota con fanatismo, me la comía completa, la besaba toda, me la pasaba por la cara, lamía sus pelotas peludas y agarraba su culo con ambas manos. En un determinado momento me di cuenta de que el había comenzado a gemir. Entonces me saqué su verga de la boca y dije «¡Soy tu preceptora, haceme caso y no hagas ni un sonido!». Él asintió con la cabeza. Solo entonces volví a meterme ese chotón en la boca. Él en ese momento tomó confianza y comenzó a coger mi boca, cuando le miré la cara fue increíble, él estaba fascinado, no podía creer que su preceptora tuviera su verga en la boca.

Cuando sentí que su verga estaba lo más dura posible. Me saqué su verga de la boca y le dije «¿Quiere cogerme alumno Alexis?». Él no contestó, solo abrió los botones de mi blusa y comenzó a chuparme las tetas, mientras yo pajeaba su verga con mi mano. En ese momento me pareció escuchar un ruido en la puerta, pero decidí no darle importancia. 

Cuando al fin se decidió a cogerme, yo me saqué rápidamente la poca ropa que me quedaba y me senté sobre mi escritorio con las piernas abiertas, a lo que Alexis no dudo ni un segundo en venir a cogerme, me envistió varias veces con mucha fuerza, yo estaba en la gloria ¡al fin me cogía a este chico!!!

Sus envestidas duraron poco, luego comenzó a cogerme más lento y a los pocos segundos se acerca a mi oído y me dice «Preceptora, me estoy por acabar». A lo que yo conteste «¡salga de adentro mío alumno!».

Él salió rápidamente, era una imagen hermosa, él todo sudado con su verga parada al máximo y todo tensionado. Cuando me salí de mi trance, automáticamente me arrodillé frente a él y comencé a petearle la verga. Yo sentía que él se estaba por acabar, pero no me importó, yo seguí disfrutando de esa hermosa verga. Cuando él se acabó el primer chorro lo lanzó dentro de mi boca, pero dio un paso para atrás y su segundo y tercer chorro los pegó en mi frente y en mis tetas. Me tragué y me limpié su leche respectivamente. En ese momento, él me confiesa que yo acababa de desvirgarlo.

Al llevarlo al aula él tenía una sonrisa de oreja a oreja, y cuando lo dejé le dije a la profesora que le había dado un buen escarmiento.

Esta confidencia no termina aquí, pero para no extender demasiado el relato, continuaré, el relato en una secuela.