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Soy la regalona de mi jefe

Hola lindos, espero que se encuentren bien, ahora paso a contar lo siguiente.



Como saben, trabajo por las mañanas en un supermercado como reponedora de la sección de hogar y decoración hace más menos seis meses.



Hace 2 meses llego un nuevo jefe a nuestra área, es un hombre de más de 40 años, alto y delgado, su piel es blanca y su cabello ya deja ver varias canas, es atractivo, de ojos color miel y luce un anillo de matrimonio en su mano izquierda. Su nombre es Claudio y desde que llego siempre me hace acompañarlo a todos lados, me lleva a la bodega para hacer inventarios, me hace acomodar cajas y otras cosas, además, a la hora de once siempre debo ir con él.



Bueno, paso a relatar lo que ocurrió el lunes por la mañana. Nuestra sección nunca tiene mucho trabajo, por lo que apoyamos siempre otras secciones, Mi jefe Claudio envió a mis tres compañeros a abarrotes y a mí me dijo que debía acompañarlo a la bodega para hacer un inventario, el súper es grande y su bodega está dividida en dos partes, siendo mi sección la que queda al fondo de la bodega, detrás de unos racks, es bastante escondida. Caminamos hacia la bodega y note como mi jefe no dejaba de mirar mi culo, yo me movía muy sexy y le coqueteaba, ese día me había puesto una calza negra y ajustada y bajo ella un pequeño calzoncito que se perdía entre mis nalgas, llevaba puesto un polerón con el nombre del súper y debajo una ajustada camiseta de panty y un lindo sostén de encaje.



Llegamos a la bodega y Don Claudio me ordeno subir a una escalerita para contar unas cajas que habían en el segundo nivel del rack, le obedecí y empecé a contar las cajas mientras él tomaba nota en una hoja y disfrutaba de una agradable vista de mi culo, que parecía estar desnudo, apenas cubierto por mis calzas, baje lentamente de la escalera, luego el la movió más hacia el rincón y volví a subir, él estaba embobado con mi culo mientras yo contaba las cajitas, no dejaba de mirarme y cuando le daba las cantidades tenía que repetirle los números para sacarlo de su ensoñación con mi trasero. Al terminar empecé a bajar la escalera y fingí un leve tropiezo, mi jefe se apresuró a ayudarme y me sostuvo en sus brazos – Gracias, disculpe- le dije sonriendo, me incorpore y le pregunte donde seguíamos, el con un gesto me indico el rack de abajo, me agache y me metí bajo el rack, levante bien mi culo mientras contaba las pocas cajas que ahí habían, mire de reojo hacia atrás y él estaba boquiabierto, con la mirada perdida en mi culito y ya casi no resistía las ganas de tocármelo, le llame para que me ayudara, él se agacho tras de mí y le hice una pregunta tonta de cómo debía dejar las cajitas, i jefe se acercó más, casi rosando mi culo con sus pantalones y tomando una cajita me explico que debía hacer – Ya entiendo jefe – le dije con voz coquetona y me hice hacia atrás apoyando todo mi culo en su pantalón, pude sentir su verga dura bajo su ropa, sabía muy bien que mi jefe me había llevado ahí para estar a solas conmigo, ese inventario ya lo habíamos hecho días atrás y no había tenido ningún cambio, me apegue más a él refregándole mi culo y le dije – ¿Así está bien jefecito, o mejor así?- y baje suavemente mis calzas si quitar mi culo de su pantalón, él se sorprendió y quedo inmóvil, no atinaba a nada mientras yo movía mi culo desnudo por su píntalos, arrodillada junto a el bajo el rack, me acerque y le di un suave beso mientras bajaba la cremallera de mi polerón y me lo quitaba, mi jefe paso suavemente sus manos por mi cintura y mis caderas, subió una hasta mis pechos y los acaricio por sobre la delgada tela de mi camiseta y la otra bajo hasta mi mojada vagina por debajo de mi calzón, yo me movía al ritmo de sus caricias y gemía – Desde que llega a este trabajo que te deseo Carolina. Eres una diosa- me decía Claudio al oído mientras me manoseaba, luego me volvió hacia él y nos besamos, me recosté sobre un cartón que cubría el pallet de madera y Claudio me quito los pantalones y mis calzoncitos, abrí mis piernas y deje mi vagina a su disposición, húmeda, caliente y completamente suave y depilada, acaricie mi clítoris con mis dedos y lance un suave gemido, como invitándolo a saborearme, él no se resistió a la invitación y se acomodó ente mis piernas para empezar a disfrutarme, su lengua jugaba con mi clítoris y luego recorría mi vagina hasta llegar a mi ano, entrando de forma deliciosa dentro de mi bebiéndose todos mis jugos, movía mis caderas en forma circular mientras su boca no paraba de acariciarme y dos de sus dedos entraban y salían de mi a toda velocidad regalándome un delicioso orgasmo, él se levantó y yo me fui directo a su pantalón, abrí rápidamente su cinturón y baje lo más rápido que pude sus pantalones, luego su ropa interior, estaba como desesperada por probar su miembro, apenas lo tuve enfrente me lo metí a la boca sin miramientos, quería comérmelo, tragarme su tronco y sentir como su glande, hinchado de excitación se abría paso por mi garganta, lamia su tronco, chupaba sus testículos y seguía comiéndome su rico falo mientras el acariciaba mi vagina.



Ahora debo irme, mañana terminare d contar lo rico que esta mi jefe.



Les mando un besito rico, ya saben dónde.


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