Estoy de compras acompañada por supuesto por el encanto como el puto sobre todo auspiciador hoy por hoy de mi realidad que les cuento que soy su madre y su puta hoy día y mucho más en la 53^ava versión, quiero vestir y usar unos pantalones leggins que se me ven espectaculares igualmente estupendos especialmente fabulosos sobre todo entre nosotros en vivo y a todo color me lucen por tener un porte de mujer abanderada que me conservo idénticamente mi figura y perfil antes y después de tener a mí único hijo que es un adolescente de 17 años y yo su madre y puta de 38 años permitiéndole escogérmelos y sobreponérmelos encima de mi atuendo que llevo ahora en que me dice anda al probador y salte para que te vea le obedezco al irme derechito muy ilusionada como muy alegre hasta muy cautivadora pero muy seducida inclusive muy provocada sobre todo emocionada.

No trascurre medio segundo que ya estoy afuera al modelárselo en que este no guarda el pudor ni el mínimo respeto hacia mí en público que me trata como toda su prostituta en que parada frente al espejo sonriéndome al observarme de arriba hacia abajo como me queda al ajustarse, ceñirse, entallarse, afirmarse, acentuarse, levantarse mi culo, tonificarse, marcarse en los relieves delineados de mis glúteos, nalgas, muslos, vientre, piernas y debajo de la vagina hasta mi rabo.

Besándome y sobándome también tocándome, además agarrándome como masajeándome debajo de la vagina varias veces el puto de mi hijo que me tiene muy caliente, muy sorprendida, muy asustada, muy deleitada, muy deseada, muy emocionada, muy pecadora, muy incitada, muy intimada, muy dominada, muy coqueteada, muy conquistada, muy cautivada, muy atraída, muy excitada, muy ardiente, muy enajenada, muy fascinada, muy endemoniada, muy lujuriada, muy extasiada, entre muchas otras cosas más eróticamente al sentirme y al palparme como al someterme de ahí al clavarme hasta al mostrarme mi propio hijo adolescente de 18 años que es mi hombre y mi dueño hasta mi señor con que he tenido amores y sexo de incestos todo este tiempo en que me causa repulsión como asco, asquerosa, trastornándome psicológicamente en fin que lo deseo tanto y trato de resistírmele como enmendármele tampoco cambiármele pero todo a resultado en vano pienso yo fui la causante ya que en mi adolescencia y haciéndome mujer fui promiscua como loquita en que se ligaba, enganchaba, tiraba, levantaba, metía, insinuaba, buscaba, fascinaba, flirteaba, emocionaba, incluso finalmente acostándome con todos los compañeros de la universidad hasta con mis profesores y autoridades de la misma universidad donde estudie y me gradué yo en que eso quedo enterrado dentro de mi organismo reproductor en que se lo transmití a mi hijo cuando lo lleva 9 meses en mi vientre.

Soy la madre y puta de 38 años en que le compro más de un pantalón leggins para lucirlos, ponérmelos, usarlos, exhibirlos, asimismo vestirlos siempre para nuestras orgías sexuales y eróticas como fantasías pornográficas con él y con sus amigotes hasta otros hombres que los busca ofreciéndome a mí que soy su madre y puta al mismo tiempo hoy día y mucho más que me abochorno de dejarlo que sea así conmigo en nunca realmente me respeta como su madre al tratarme como a una prostituta complacedera hasta entregadora de ahí realizadora para rematar las cosas la des ahogadora de todas las cochinas necesidades pervertidas de los demás hombres incluyéndose entre estos él y sus amigotes a mis despensa y a mi costa en que al final me creo y protagonizo el rol de ser una verdadera y autentica prostituta placentera, apasionada, entregada, ofrecida, fabulosa, espectacular, simpática, sensacional, amorosa, atraída, calentada, entre muchas otras cosas que me siento objeto al ser una mujer pecadora en que está bajo la lupa de escrutinio y reclamaciones ante la sociedad incluso de ser tildada y tachada hasta amonestada por la misma iglesia que me haría hereje sucia, cochina, mala mujer, deshonrada, entre muchas otras cosas hoy por hoy ante los ojos de todos estos repudiada y marcada hasta denigrada, de ahí siendo una aberración del mismo lucifer por tentar e inculcarle también dañar la integridad moral y de buenos ejemplos hacia mi hijo el adolescente de 18 años que es el único culpable y responsable como autor intelectual de lo que soy hoy día su madre y puta hoy día y mucho más de 38 años con amores incestuoso y prohibidos hasta pecaminosos con su hijo adolescente de 18 años y mucho más a más no poder a tutiplén por doquier.