Ante el confesionario arrodillada yo como Madre de unos 35 años le digo todos mis pecados incestuosos igualmente pervertidos especialmente que sostengo, mantengo y tengo hoy por hoy relaciones sexuales indecorosas sobre todo impropias con mí hijo adolescente de 16 años con sus amigos, mis compañeros de oficina hasta jefes, clientes, etcétera echada a perder definitiva y rotundamente Padre.

Bueno le dice hija estás bien sucia y cochina en alma, corazón, mente, pensamiento y mucho más necesitas muchas penitencias y rezar bastantes en que lo haras ante mi presencia en la sacristia son bastantes padre nuestros, ave marias, y otras oraciones que tienes que rezar para limpiar tu alma y pensamiento como mente de todo esto que me has contado en secreto de confesión y mucho más que tenias años que no venias a la iglesia a confesarte hasta soltar todo esto que tenias contenido y atrapado en tu organismo.

De rodilla en frente al Padre rezando bastante en que visto falda corta de cuero con sueter sin mangas y en botas negras de tacones altos echandome bastante agua bendita el mismo Padre encontrandonos precisamente en la Sacristia de la Iglesia yo y él.

Se agacha detrás de mi acariciandome, manoseandome, tocandome, oliendome, besuqueandome, sobandome, de ahí metiendome hasta hurgandome debajo de mis piernas en toda la falda corta de cuero que me tiene sometida, obligada, acosada, forzada, deleitada, deseada, cautivada, seducida, provocada, atraida, calentada, ligada, coqueteada, conquistada, dominada, zaceada, goloseada, gozada, disfrutada, aventurada, castigada, enajenada, pervertida, ardiente, etcétera enterandome por la boca vivamente del Padre en que mi Hijo el adoslecente de 16 años concerto un encuentro a mis espaldas conmigo que soy su madre y puta de 35 años con el pederastra del Padre que es un cochino, puto, indecoros, etcétera con las feligresas buenisimas, sabrosisimas, riquisimas, sensacionales, espectaculares, asimismo hermosisimas como soy yo hoy día nunca se lo perdonare y le pondre un hasta aquí a las intenciones desquiciadas de mi Hijo que sea su puta y mucho más furiosa y brava pero complaciendo a este exquisito y excitado Padre en confesión en la propia Sacristia de la Iglesia hoy día.