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Sorpresa para Alba

Sorpresa para Alba.
Esa noche la reunión terminó más temprano de lo esperado porque el conferencista canceló su participación por haberse enfermado. Mi amigo Mario y yo nos dispusimos a regresar a casa en su carro. Le pedí que me dejara cerca a un restaurante para cenar, ya que en casa me esperaban hasta muy noche. Puesto que estábamos cerca de su casa me invitó a cenar, así les haría compañía a él y a su esposa. Dejó el carro en la calle, ya que después me llevaría a mi departamento. Cruzamos el jardín en silencio, al llegar a su casa, me asomé por la ventana, mientras Mario hacia por la llave para abrir la puerta. Tuve que decirle que no abriera y que lo mejor sería dejarlo para otra ocasión. Me preguntó por qué este cambio, le dije, señalando al interior de la casa, que quizá no fuera el momento más adecuado. Dentro de la casa, se podía observar que alguien veía una película porno en el televisor. En la escena, había dos tipos cogiéndose a una mujer. Es Alba, mi mujer – dijo Mario – preparándose, ella me esperaba hasta después de la medianoche, mejor entramos por la puerta de la cocina. Le dije que lo dejáramos para otro día, pero el insistió, diciendo que le daría una sorpresa a su esposa. Nos dirigimos a la puerta trasera sin hacer ruido. Mario abrió la puerta con mucho cuidado y con el mismo silencio pasamos al interior. Por la ventana de la cocina pudimos ver que Alba se estaba masturbando mientras veía la película. Se encontraba en el sillón frente al televisor, únicamente vestía la bata de dormir y una panty que dejaba ver su coño muy peludo. Tenía las piernas completamente abiertas y se acariciaba las tetas y su concha. En voz muy baja le dije a Mario que lo mejor sería que yo me retirara. Esperate! Mira nada mas –refiriéndose a como su mujer se masturbaba – no pensé encontrarla así. ¿Qué, acaso no se te antoja? – me preguntó. Me quede callado. Esperate un poco más y le damos una sorpresa – continuo diciendo en voz baja. Alba se retorcía en el sillón, se estimulaba con los dedos su clítoris y jalaba su panty hacia arriba metiéndosela entre sus labios vaginales. Mientras estimulaba su concha con su panty, chupaba el dedo medio de su mano, como si fuera una verga. Se puso saliva en los dedos y la depositó en su clítoris para lubricarlo y giró sus dedos sobre el clítoris muy rápido. Repentinamente, hizo a un lado su panty y se metió un dedo completo en la vagina, lo metió y sacó lentamente varias veces de su vagina, mojándolo con sus jugos y se lo llevó a su boca, su cara mostraba que disfrutaba el probar sus jugos. Nuevamente se introdujo varias veces el dedo y lo volvió a saborear. Mario seguía mirando, sobando su miembro por encima del pantalón. Me preguntó otra vez - ¿Se te antoja Alba? Sí – le respondí. Pues esperate a ver la sorpresa – Me contestó. Repentinamente Mario entró a la sala diciendo en voz fuerte: Hola, sorpresa! Alba dio un grito asustada, intentando cubrir con su bata su desnudez. Mario rió fuerte por el susto de su mujer. Alba alcanzó a decir: Cabrón! Me asustaste! Estaba a punto de venirme. Solo quería calentarme un poco para que cuando llegaras me cogieras, pero al ver como esa vieja disfrutaba la cogida que le estaban dando, me calentó muchísimo y comencé a dedearme. ¿Y ya se te quitó lo caliente? – le preguntó Mario. Pues mira como estoy – le respondió Alba, al momento que abría sus piernas y le mostraba su peluda concha completamente empapada. Al separar su panty para enseñarle la concha a Mario, Alba se tocó nuevamente su panocha e inmediatamente se acomodó en el sillón para regresar a ver la película y se puso a meter y sacar su dedo de su vagina. Mario se paró cerca de Alba y se bajó los pantalones y calzones dejando al aire su verga completamente parada. Alba, sin dejar de dedearse, tomó la verga de Mario con la mano y la comenzó a masturbar. Para este momento, yo ya tenía mi verga fuera del pantalón masturbándola lentamente, poniendo mucha atención en los gestos de excitación de Alba. Ella seguía dedeandose y masturbando a Mario pero no quitaba la vista del televisor observando lo que pasaba en la película. Alba empezó a gemir y a dedearse fuertemente al mismo tiempo que masturbaba muy rápido a Mario. Exclamó quejidos de placer por el orgasmo que alcanzó. Al terminar su orgasmo, respiró profundamente, se hincó sobre el sillón y buscó con la boca la verga de Mario. Lentamente se metió la mitad de la verga en la boca y la sacó, para volver a meterse un poco más. Así estuvo, metiéndose un poco más cada vez, hasta que logró tener toda la verga dentro de la boca. Mientras mamaba la verga de Mario, Alba seguía metiéndose el dedo en la vagina. Mario guiaba con sus manos, tomando el pelo de Alba, el movimiento de las mamadas. De pronto Alba dejó de mamar la verga y dirigió la vista al televisor. Continúo masturbando la verga con la mano y metiéndose el dedo en la vagina, sin perder detalle de lo que pasaba en la televisión. Al parecer las escenas de la película calentaban más a Alba. Mario al notar esto le preguntó: ¿Te gustaría estar como la mujer de la película con una verga en la mano y otra en la concha? Alba, sin contestar, cerró los ojos y aumento la velocidad con que masturbaba la verga de Mario y la dedeada de su vagina. Mario le dirigió nuevamente la palabra: !Mira, se nota que la mujer goza con esas dos vergas! Alba abrió un poco los ojos, mirando al televisor por un momento, volvió a cerrar los ojos y comenzó a mover la cadera al ritmo de la dedeada que daba a su vagina. ¡Mira Alba, ahora tiene una verga en la boca y otra en la concha! Alba abrió los ojos, miró al televisor y comenzó a besar la verga de Mario. Así, así mi amor – le decía Mario. Nada mas metete la cabeza! Chupa solo la cabeza! Así, así como lo hace ella – refiriéndose a la mujer en la película. Alba mamaba la verga como se lo indicaba Mario y de reojo veía la película. ¿Te gustaría que te estuvieran cogiendo así en este momento? Sí – respondió Alba. ¿Qué te gustaría? – preguntó nuevamente Mario. Tener una verga en la boca y otra metida en el coño – contestó ella. Alba comenzó a menear su cadera hacia atrás y adelante, como si realmente se la estuvieran cogiendo. ¿Si estuviera otro hombre ahorita atrás de ti, dejabas que te metiera la verga? – le preguntó nuevamente. Sí, sí lo dejaría, le pediría que me la metiera toda! – dijo Alba. Al escuchar esto, yo aumente la velocidad de la masturbación de mi verga, la tenia durísima. quería salir de la cocina e ir a metérsela a Alba. Ella seguía con los ojos cerrados mamando la verga de Mario y moviendo su cadera con su dedo dentro de la vagina. Mario siguió incitándola: imagina que hay otro hombre atrás de ti, viendo tu concha muy caliente. Alba, dejó de mover su cadera, pero no abrió los ojos, ni se sacó la verga de la boca. Mario continúo: imagina que él ve como metes y sacas tu dedo de tu concha. Alba abrió más sus piernas mientras se metía y sacaba el dedo muy lentamente. Enséñale tu concha - le pidió Mario. Alba puso sus manos en sus nalgas y las abrió, como si le mostrara su sexo a alguien. En eso, Mario me llamó a señas y me indicó ponerme detrás de Alba. Entré a la sala en silencio, y me puse atrás de Alba, masturbando lentamente mi verga. Miré detalladamente las grandes nalgas y el sexo de Alba, su concha era muy peluda, sus vellos se extendían hasta el ano, estaba completamente mojada. Mario seguía hablando: tiene la verga parada, se esta masturbando mientras te ve su concha. Alba separó lo más que pudo sus nalgas y aumentó la fuerza con la que mamaba la verga de Mario. Se podía ver claramente como salían y escurrían los jugos de la vagina de Alba. Todos los pelos de su sexo estaban empapados. Mario le preguntó: ¿Quieres que te meta la verga? Sí – contestó Alba con sus ojos cerrados – que me la meta toda! No toda no – dijo Mario- pídele que te meta nada más la cabeza. Méteme la cabeza de la verga – pidió Alba. Dile por favor, que realmente la necesitas – insistió Mario. Mientras Alba masturbaba a Mario con la mano, habló: ¡Méteme nada más la cabeza, por favor! ¡La necesito ahora! Mario me hizo señas con la mano para que me cogiera a Alba por detrás. Temeroso, pero muy caliente, me acerqué a Alba y puse la punta de mi verga en la entrada de su vagina y le metí suavemente la cabeza de mi verga. ¿Sientes como entra la cabeza? – preguntó Mario. Sí – respondió Alba, al momento que suplicó: ¡Métemela toda, por favor, la quiero toda dentro! Únicamente hice mi cuerpo hacia delante y toda mi verga entró fácilmente en el resbaloso canal de Alba. Al sentir que tenía algo adentro de su vagina, Alba giró su cabeza para ver de qué se trataba. Me miró, cerró sus ojos y rápidamente regresó a mamar la verga de Mario. Yo me quedé parado, detrás de Alba, no había necesidad de meterle la verga porque ella misma movía sus caderas atrás y adelante cogiéndose mi verga. La tomé de su cintura para disfrutarla mejor, en ese instante, su cuerpo comenzó a sacudirse con fuerza y su boca a gemir placenteramente. Al terminar su orgasmo, Alba se dirigió a Mario: Ahora cógeme tú! No esperó respuesta de Mario, ella simplemente se voltió y buscó mi verga. Me quedé parado, dejando toda la iniciativa a Alba. Ella tomó mi verga con firmeza, le dio un beso a la cabeza y pasó su lengua por la orilla de la cabeza de mi verga. Se metió lentamente un pedazo de verga en la boca y comenzó a chuparla. Sacó la verga de la boca y le dijo a Mario: Métemela por favor! Mario obedeció, le separó las nalgas y le metió la verga. Así estuvimos cogiéndonos a Alba por un rato. Ella a momentos dejaba de mamar mi verga para decir cosas como: ¡Que rico! ¡Cójanme duro cabrones! Y cosas así. Mario aumentó la velocidad de sus arremetidas lo que provocó otro orgasmo en Alba. Pensé que ahí terminaría todo y me quedaría con ganas de venirme, pero me equivoqué, aun no era suficiente para quitarle lo caliente a Alba. Me pidió sentarme en el sillón, y ella inmediatamente me cabalgó diciéndole a Mario que se parara junto a ella para mamarle la verga. Alba se apoyó en mi cuello levantando su cadera y dejándola caer sobre mi verga. Se daba sentones muy fuertes metiéndose mi verga muy profundo, intento mamar la verga de Mario al mismo tiempo, pero era muy difícil por la manera en como se estaba meneando. Optó por agarrarla con la mano y masturbarla. Continúo gritando: ¡Cójanme duro cabrones! ¡Cójanme que soy suya! Su cuerpo se encogió tensamente y luego dio unas sacudidas rápidas por el nuevo orgasmo que tenía, mientras se venía, mi verga sentía las contracciones de su vagina, pensé que eyacularía, por lo que saqué mi verga, quería disfrutar más tiempo cogiéndome a Alba. Sin embargo, Alba me pidió no sacarla: ¡No la saques que me estoy viniendo! – me dijo Alba. Se la metí hasta el fondo con más fuerza y le di varias metidas fuertes a Alba. Esto provocó que ella tuviera otro orgasmo seguido y siguiera sacudiendo su cuerpo muy fuerte. Me vengo – gritó Mario – al momento que un grueso chisguete de mocos se estrellaba en el rostro de Alba. Ella buscó desesperada meterse la verga de Mario en la boca para tragarse el semen. Siguió succionando la cabeza de la verga y tragando mucho semen. Yo sentí que mi eyaculación era eminente, por lo que le dije a Alba: Me voy a venir! Ella me contestó: ¡échamelos adentro, por favor! Dejé mi verga lo más adentro que pude y empecé a eyacular, salían chorros y chorros de esperma, Alba tenía otro orgasmo y gritaba como loca. Terminé y le di las últimas metidas a Alba. Ella cayó agotada en el sillón al igual que Mario. Yo únicamente acomodé mi ropa, tomé mi portafolio y salí de la casa en silencio, sin hablar. Esperé un taxi y me fui a casa. Ojalá y pronto se vuelva a repetir la cogida con Alba.
Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
  • Media: 5.31
  • Votos: 55
  • Envios: 2
  • Lecturas: 5551
  • Valoración:
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
Lizeth
invitado-Lizeth 17-08-2004 00:00:00

Hola Cali como estas ??? Ya sabes que eres mi autor de relatos consentido, te mando muchos besos y gracias por deleitarme otra vez ya se te extrañaba.... Besos que estes bien.... Muackkk !!!

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